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Him

Esta historia contiene escenas sexuales explícitas (+18) uso de drogas y narraciones que podrían ser perturbadoras para cierta gente; así que si no estás de acuerdo con esto te invito a irte porque aquí no eres bienvenidx :) gracias 

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Y ahí estaba: boca abajo sobre el duro colchón que se movía al ritmo de las estocadas. Las sábanas se sentían frías a comparación de lo caliente de su cuerpo, tan caliente que no sentía sus extremidades. O tal vez era por la fuerza que ejercía Namjoon sobre él, su pecho ancho pegado a su delgada espalda se sentía como un pedazo de concreto duro y firme, podría jurar que aplastaba sus pulmones y eso se notaba en su dificultad para respirar. Mejor aún cuando la mano grande del moreno tomaba con rudeza su pequeño cuello y apretaba de la manera más exquisita posible.

Pero Yoongi no se sentía mal con eso, en cambio, esa sensación de pesadez y asfixia lo hacía disfrutar de alguna manera. Después de mucho tiempo sin sentir nada, la sensación de quedarse sin aire era como oro puro. Oro puro derritiéndose sobre su piel ardiente, quemando cada vez más con el pasar de los segundos y dejando miles de cicatrices por toda su piel pálida. Namjoon decía que le encantaba ver las marcas en su piel, lo hacían ver como un chico rudo a pesar de ser una maldita zorra pasiva que gemía como perra en celo; cualquier hombre podría escuchar esos gemidos de puta, pero ninguno le haría halagos como Namjoon lo hace. Al menos por un breve momento, Yoongi se siente útil porque sabe que Namjoon ama sus gemidos. O al menos eso quiere creer.

Las drogas le ayudan a que todo lo que haga se sienta tan real que parezca mentira, lo que toca con sus manos se siente diferente, lo que ve se mueve de mil maneras y todo lo que escucha se adhiere a su piel como una bonita mentira. Namjoon gemía, sonidos entrecortados y sensuales, le decía al oído palabras obscenas e insultos tan sucios que harían llorar a cualquiera, pero Yoongi sonreía al escuchar esa voz tan masculina decirle sus más sucias fantasías. Y aunque sus sentidos le decían que todo estaba bien, su cuerpo empezaba a entrar en lucidez.

Tiempo atrás, sus encuentros con Namjoon eran su dopamina, el escondite perfecto para alejarse de él, pero ahora ya no siente nada; Yoongi simplemente escucha la voz ronca contra su oído y se pone a pensar qué está haciendo ahí, dentro de un motel barato que huele a sexo y desesperación. Si cierra los ojos y se concentra en no morir asfixiado, encuentra paz, hasta que la temperatura de su cuerpo sube y quema su garganta lo ve a él. Es en ese mismo instante cuando el pene de Kim Namjoon roza con fuerza su próstata y recuerda todo.

Recuerda que salió de su casa, caminó al mismo callejón de siempre y mientras las lágrimas caían por su lastimero rostro y todo su cuerpo temblaba, compró lo mismo de siempre: un par de pastillas, un cuadro y un frasco de poppers. Cuando entró al club seguía llorando, cuando empezó a bailar sonreía sin importar que sus oídos y cabeza dolieran por lo fuerte de la música, y cuando Namjoon llegó a él, se sentía tan ligero y feliz. Olvidó por un momento el calor de mierda que había en todo su cuerpo, su mente se separó de los malos pensamientos y sus pies lo llevaron a la habitación que ya bien conoce pero olvida con facilidad.

Hay tantas cosas que quisiera olvidar así de fácil, tantas palabras, situaciones, miradas, golpes, cuerpos, susurros, gritos; pero al parecer su mente lo odia porque todo siempre está ahí, puede olvidar lo que comió hace dos días pero sus heridas siempre están ahí. Después de tantos años y tantos intentos por dejar su mente en blanco, nada funciona. O al menos no definitivamente.

El silencio solía ser su mejor aliado, pero con el pasar del tiempo la ausencia de ruido fue como un anzuelo para su peor pesadilla. Él llegó y desde esa noche no quiere dejarlo ir. Yoongi está tan desesperado, tiene tanto miedo de lo que puede llegar a hacerle pero por más que intenta no puede alejarse de él. A donde vaya él está ahí y ahora el silencio es el purgatorio del que nunca puede salir.

Sentir cómo Namjoon aprieta sus muñecas, su cadera, cómo golpea sus nalgas y deja moretones en sus muslos lo ayuda a despejar su mente. El dolor se siente tan bien, tan correcto; y la neblina en su cabeza le dice que todo está bien, que está a salvo. Es la mentira más linda que puede escuchar. 

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¡Muchas gracias por leer! Este pequeño escrito nació hace más de medio año muy esporádicamente, fue como una ráfaga de inspiración que quedó estancada, por eso la brevedad. No tengo mucho que decir sobre la "historia", pueden interpretarlo como quieran, me encantaría leerles.

En fin, gracias por estar. Besos.

Moon

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