Único
Eh... Volví jajaja esta potente la semana de finales, aún tengo algunos exámenes y luego seré libre.
Pedido de ATIGRITO9809
Jude llegó al apartamento un poco más tarde de lo habitual, agotado pero satisfecho.
Había sido un día pesado en los entrenamientos, pero nada que no pudiera soportar.
Lo que realmente lo animaba era saber que, al final del día, podía regresar a casa con Arda, siempre estaba ahí, con esa sonrisa suya que podía iluminar cualquier rincón.
—Amor, ya estoy en casa.—Dijo Jude mientras cerraba la puerta y dejaba las llaves sobre la mesa de entrada.
Arda apareció desde la cocina, con un delantal que le quedaba un poco grande y las mejillas ligeramente sonrojadas.
—Hola, Alfa, ¿Cómo te fue?
—Cansado, pero bien.—Jude se acercó y lo abrazó, dejando un beso en su frente.
—¿Y tú?
—Bien, muy bien.—Arda sonrió, intentando no parecer demasiado nervioso.
Jude levantó una ceja.
—¿Por qué siento que me estás ocultando algo?
—¿Yo? Nada, nada.—Arda se soltó de su abrazo y regresó a la cocina.
—Ve a cambiarte, la cena está casi lista.
—Ajá… —Jude lo miró con sospecha antes de dirigirse al dormitorio, algo estaba tramando, pero decidió no presionarlo.
La cena fue deliciosa, como siempre, Arda tenía un don para cocinar, algo que Jude siempre le recordaba entre bocado y bocado.
Sin embargo, había una tensión en el aire, no es que Jude fuera curioso... Bueno, no tanto, pero había algo ahí.
—¿Estás seguro de que todo está bien?—Preguntó Jude, apoyando la barbilla en su mano mientras lo miraba desde el otro lado de la mesa.
—Sí, todo está perfecto.—Arda se levantó para recoger los platos, pero Jude lo detuvo, sujetándole la mano.
—Arda, te conozco, ¿Qué pasa?
Arda suspiró, mordiendo su labio inferiorm había planeado esto durante días, pero ahora que estaba frente a él, sentía cómo los nervios le apretaban el pecho.
—Está bien, tengo algo que decirte, pero prométeme que no vas a reaccionar mal…
—¿Mal? —Jude frunció el ceño, sentándose más recto.
—¿Qué cosa es? ¡¿Vas a terminarme?a
—¿Qué? Ay no, Jude, claro que no, deja de ser un Alfa paranoico, es algo bueno lo juro.—Arda respiró hondo y lo miró a los ojos.
—Estoy embarazado.
El silencio que siguió fue tan denso que Arda casi pudo escuchar los engranajes en la cabeza de Jude deteniéndose por completo.
—¿Qué? —Jude parpadeó, como si no estuviera seguro de haber escuchado bien.
—Voy a tener un bebé… Bueno, vamos a tener un bebé.—Arda intentó sonar calmado, pero su voz temblaba ligeramente.
Jude abrió la boca, pero no salió ningún sonido, sus ojos se agrandaron, sus manos se aferraron al borde de la mesa, y luego, sin previo aviso, se dejó caer hacia atrás en la silla.
—¡Jude! —Arda corrió hacia él, arrodillándose a su lado.
—¡Dios mío, respira!
Jude levantó una mano, señalando que estaba bien mientras intentaba recuperar el aliento.
—Solo… dame un segundo.
Arda no pudo evitar reír, aunque estaba claramente preocupado.
—¿Qué te pasa? ¿Estás bien?
—Estoy bien, estoy bien… —Jude finalmente se sentó, mirando a Arda con miles de emociones.
—¿En serio?
Arda asintió, una pequeña sonrisa asomándose en sus labios.
—En serio.
Jude lo miró fijamente durante un momento antes de levantarlo en un abrazo repentino, girándolo en el aire mientras reía.
—¡Voy a ser papá! —Dijo, casi gritando.
—¡Jude, bájame!—Arda se aferró a sus hombros, riendo nerviosamente.
—¡Vas a marearme!
Jude lo bajó, pero no dejó de abrazarlo, enterró su rostro en el cuello de Arda, respirando profundamente mientras lo mantenía cerca.
—Esto es… increíble.
—¿De verdad? Pensé que te ibas a asustar.
—¿Asustarme? —Jude se separó lo justo para mirarlo a los ojos.
—Arda, esto es lo mejor que me ha pasado en la vida.
Arda sonrió, sintiendo cómo el alivio llenaba cada rincón de su ser.
—Aunque…—Jude lo miró con una ceja levantada.
—¿Por qué no me lo dijiste antes?
—Quería que fuera una sorpresa.
—Bueno, definitivamente lo fue.—Jude rio antes de inclinarse para besarlo.
Esa noche, mientras estaban acostados en la cama, Jude no podía dejar de acariciar el abdomen de Arda, aunque este apenas mostraba algún cambio.
—¿Crees que será niño o niña?—Preguntó Jude, con una sonrisa soñadora en el rostro.
—No lo sé, ¿Tienes preferencia?
—Mientras sea sano, no me importa, pero si es niña, seguro será tan hermosa como tú.
Arda se sonrojó, dándole un suave golpe en el pecho.
—Deja de decir tonterías.
—No son tonterías.—Jude lo besó en la frente, antes de susurrar.
—Te amo, y amo a nuestro bebé.
—Yo también te amo.
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