
Parte Única.
Hola, si entraste aquí es porque amas el HunHan y ya con eso perteneces a mi club🤭🌸
Porque el HunHan es vida, HunHan es real y quien diga lo contrario que me diga donde y cuando y nos agarramos a trompadas.
Jsjs.
Hoy que es cumple del bebé de Exo he escrito un pequeño Os en honor al bebé más bonito del mundo, sí, Oh SeHun😍❤ porque es una cosita bella, zizi. Eso nadie lo puede negar.
Y como es mi bias jsjs. Hace mucho escribí un Os de este tipo, lo encuentran en amor Yaoi como Feliz cumpleaños Sehunnie y ahora siguiendo mi ritual de apreciación al HH y a mi bias pues les traigo un nuevo Os que espero les guste y lo disfruten.
Ahora los dejo leer.
Eran apenas las doce del día y ya estaba odiando a medio mundo. Tal parecía que la vida estaba conspirando ese día en su contra. Todo, absolutamente todo le estaba saliendo mal.
El trabajo en la oficina estaba siendo bastante pesado y estresante. Y aunque él era el jefe no podía dejar de lado las cosas, tenía que terminarlas ese mismo día. Desde que había salido de casa se había sentido abrumado. Quizá la razón era porque su celular no había sonado como cada año a las doce de la noche. Y eso lo había puesto de tan mal humor.
Y si a eso le agregaba el hecho de que ninguno de sus empleados lo felicitó ese día como años pasado, tenía muchas razones para sentirse molesto y olvidado. ¿Acaso era tan mal jefe para no recibir si quiera una felicitación de alguién? Quizá bajar los sueldos estaría bien para comenzar.
Bufó y se negó a sí mismo recargando su espalda en el respaldar de su silla. Miró la hora en la pantalla de su computadora y tomó el celular en su escritorio. Abrió la aplicación de mensajería, "en línea" decía el contacto de su pareja.
—Estás en línea y no me has escrito aún —susurró haciendo una expresión molesta. Comenzó a teclear un mensaje pero pronto se vio borrando—. Agh, yo no tengo porque recordarte —dijo y aventó su celular a la mesa despeinado sus cabellos.
Las siguientes tres horas la pasó de mal humor, mismo que tuvo que controlar para la junta con los inversionistas que tuvo ese día. Al salir de la junta se desabrochó dos botones de su camisa y comenzó a caminar de nuevo hacia su oficina.
—Hey, SeHun. —Lo llamó Chanyeol, uno de sus socios y mejor amigo, mismo que se acercaba a él con una amplia sonrisa en sus labios.
El aludido miró a su amigo siendo abrazado por el mismo, Chanyeol lo apretó en un cálido abrazo y le palmeó la espalda sin dejar de sonreír.
—Felicidades, Sehun —dijo el más alto apretando un poco los hombros del chico. Sehun sin evitarlo sonrió, alguien se había acordado por fin—. Fue un excelente movimiento, cerraste con éxito esa inversión, ¡eres genial!
La sonrisa de SeHun se borró de inmediato al darse cuenta del porqué Chanyeol lo estaba felicitando. Hizo una mueca y se alejó de su amigo siguiendo su camino. Chanyeol lo miró sorprendido por lo cual lo siguió detrás entrando con él a la oficina del más bajo.
Sehun se sirvió un trago de whisky a las rocas mirando hacia el gran ventanal de su oficina, tratando de seguir controlando su molestia. Ni siquiera Chanyeol se había acordado.
—¿Puedo saber por qué estás tan molesto? —inquirió Chanyeol acercándose al chico y también se sirvió una copa. SeHun torció el gesto—. Parece como si Luhan no te hubiera dado una noche buena.
—¿Pues, qué crees? —dijo con ironía tomándose de una su trago y dejó el vaso sobre la mesa caminando hasta su escritorio—. No pasó la noche conmigo, dijo que tenía cosas que estudiar y se fue a su departamento, y para colmo, así como tú no se acordó de que es mi cumpleaños, ¿¡puedes creerlo!?
Chanyeol alzó sus dos cejas ante la sorpresa que le causó el tono de voz que usó SeHun al quejarse. Soltó una ligera carcajada.
—No inventes, SeHun —se mofó un poco—. No le des tanta importancia, el próximo año cumples años de nuevo —le restó importancia encogiéndose de hombros. SeHun gruñó—. Mejor ve temprano a casa, te duchas y ves alguna película.
Diciendo eso salió de la oficina dejando a SeHun con un amargo sabor de boca. Él no estaba de acuerdo. Para él los cumpleaños eran importantes, no podía simplemente dejarlo de lado. Y el hecho de que nadie de sus seres queridos lo recordara le hacía sentir triste y molesto.
Trató de no darle más vuelta al asunto. Quería hacer como Chanyeol le había dicho, no darle tanta importancia a ello. Así no se sentiría molesto con su novio. Pero era casi imposible. Llevaba más de cuatro años saliendo con Luhan, y durante todos esos años el más joven nunca se había olvidado de su cumpleaños por más ocupado que estuviera con su escuela o ayudando al negocio familiar. Siempre le dio el tiempo suficiente que lo había acostumbrado.
Quizás esa era la razón por la cual el no haber recibido su mensaje de felicitaciones a las doce de la madrugada le hizo sentirse triste, y que durante todo ese día no hubiese recibido alguna llamada o mensaje era todavía peor. Quizá podría soportarlo de todas las personas a su alrededor, pero el olvido de Luhan, ese sí le estaba doliendo demasiado.
—¿Será que ya no soy tan importante para él? —se preguntó haciendo una mueca.
Pensar en eso solo le hizo sentir más miserable en ese momento. Él amaba a Luhan con locura. El chico de bonito rostro, cuerpo delgado y dulce actitud lo tenía loco en todos los sentidos. Él sentía que era su alma gemela, los dos conectaban tan bien que pensar en que ya no era importante para su menor le estaba haciendo trizas el corazón.
Quizás estaba siendo un dramático, pero después de tener un pésimo cumpleaños qué se podría esperar.
Justo a las siete de la noche salió de su oficina y por ende de la empresa también. El horario laboral había terminado ya. Se topó con Chanyeol de nuevo a la salida y aunque pensó en invitarlo a tomar unos tragos no pasó porque el chico se veía apurado y lo comprobó cuando llegó a su auto. Baekhyun, el novio de Chanyeol, estaba ya esperando por él recargado sobre el capote. SeHun siguió su camino de largo, sospechaba que Baekhyun tampoco se iba a acordar de su cumpleaños por lo cual se evitó el mal momento y solo subió a su auto.
Encendió el motor y pronto se puso en marcha. Pensó una vez más en ir a tomar algún trago, en distraer un poco la mente para sentirse mejor pero al final, sabía que la amargura que traía encima le iba a arruinar la idea. Solo se dedicó a manejar hacia la casa de Luhan.
Pitó el claxon pero nadie salió. Las luces de la casa estaban apagadas, signo de que no había nadie. Frunció el ceño al pensar en dónde estaría su novio. Sacó su celular y marcó el número de su chico. Un timbre, dos, y por fin contestó.
—Hola, amor —saludó el chico en la línea. Su voz sonó jovial como siempre.
—Hola, ¿en dónde estás, Han? —preguntó con un ligero tono molesto en su voz.
—En mi casa, ¿por?
SeHun hundió el entrecejo por la mentira ajena. Sabía que si el menor estuviera en su casa la luz de la lámpara de lava que le regaló hacía unos meses se vería por la ventana del cuarto de su novio, pero todo estaba oscuro. Contó hasta cinco para no alterarse.
—Estoy afuera de tu casa, sal —le dijo tratando de no alterarse.
Un silencio se instaló en la línea. Sabía que su novio no estaba en su casa. Y eso no era lo que le molestaba, sino que le haya mentido. Hizo una mueca soltando un suspiro.
—Hun, vete a casa —pidió Luhan a través de la línea sonando más serio de lo normal—. Mañana te marco, chao. Te amo.
Y colgó. SeHun apretó con fuerza su celular. Para esa hora ya se sentía bastante cabreado. Arrancó hacia su departamento. Por el resto del día mandaría a la mierda todo. Estaba pensando en llegar, tomar una ducha y beberse toda su cantina personal mientras veía alguna película y olvidarse de todas esas personas malagradecidas que conocía.
En cuanto llegó a su departamento estacionó su auto en la zona de aparcamiento que habían en el edificio. Bajó del mismo cerrando de un portazo este. Caminó hasta el elevador del edificio y pronto picó el último piso. Vivía en el Penthouse por lo cual tuvo que esperar varios minutos hasta que estuvo en el piso dieciséis. Al salir del elevador maldijo por lo bajo. Picó la clave de su piso y la puerta se abrió. Las luces estaban apagadas como siempre las dejaba. Se adentró por completo cerrando la puerta y se quitó el saco dejando este sobre el pechero, todavía con las luces apagadas. Dejó las llaves de su auto en la mesa al pie de la puerta y buscó en la pared el interruptor de la luz.
En cuanto prendió la luz el sonido de las serpentinas y silvatos lo dejó un poco aturdido. Al abrir bien sus ojos pudo enfocar la amplia sonrisa de su chico, Luhan estaba ahí, con un pastel de chocolate negro y blanco con velas encendidas encima. Y no sólo él, sino que también estaba ahí Chanyeol, Baekhyun y varios de sus amigos cercanos como también empleados viejos de su empresa, todos sonriendo después de haber gritado un "Sorpresa".
Sus ojos recorrieron todo su departamento, el mismo estaba lleno de globos en el suelo y otros tanto en el techo y la pared. Una gran pancarta colgaba de su techo, en ella estaba clara el " feliz cumpleaños, SeHunnie". Toda la molestia que había estado acumulando en su cuerpo durante el día en un santiamén se disipó ante la bonita y agradable sorpresa. Una sonrisa incrédula se formó en sus labios.
—No puedo creerlo.
—Feliz cumpleaños, amor —dijo Luhan acercándose a su chico y le puso el pastel al nivel de su rostro—. Sopla las velas y pide tu deseo bebé —animó Luhan mirando por un momento a los demás.
La canción de feliz cumpleaños comenzó a sonar siendo acompañada de las voces de todos los invitados a la fiesta sorpresa. SeHun sonrió y sopló las velas pidiendo su único deseo en la vida, que era tener a su lado a ese hermoso chico que tenía de frente.
La fiesta pasó de maravilla por el resto de la noche, los regalos, abrazos y la música compensaban todo lo mal que la había pasado en el día por pensar que todos habían olvidado su día. Y realmente nunca había esperado una fiesta sorpresa en su departamento. Sin duda todos lo habían planeado muy bien para tomarlo por sorpresa al final del día, y no era solo darle una fiesta sorpresa sino que escogieron la hora exacta en la que él había nacido.
Cuando sus amigos se fueron y solo quedó la pareja en el piso, ambos caminaron hacia el balcón donde la vista a la ciudad era hermosa.
LuHan se había encargado de preparar todo para esa noche, sobre todo esa zona que estaba llena de mantas y colchas calentitas para una noche fría, alrededor todavía había globos y velas aromáticas que inundaban todo el piso,de pronto el ambiente a fiesta había pasado a ser uno más íntimo, dejando cómodo el espacio para los dos. Tomaron asiento abrazados mirando desde ahí la ciudad llena de luces, misma que lucía colorida y cálida. SeHun se mantenía pensativo, mientras sus brazos rodeaban la cintura del menor que estaba apoyando sobre su pecho.
—¿Qué tanto piensas, amor? —preguntó Luhan curioso mirando al más alto por encima de su hombro. El mayor negó y le besó sus labios brevemente, ambos sintieron—. Te amo —susurró Luhan tocando la nariz del mayor con la punta de su dedo haciéndolo fruncir la misma.
—Yo también te amo, bebé —respondió el más alto viendo como su chico se giraba y se sentaba frente a él tomando su mano la cual enlazó sus dedos—. Gracias por esto, fue muy bonito... Realmente pensé que te habías olvidado de mi cumpleaños y...
—Jamás olvidaría el día en que Dios bendijo este mundo con tu llegada —le dijo mirándolo con dulzura y le besó sus labios suavemente. SeHun esbozó una sonrisa, LuHan era demasiado para él. El menor mordió sus labios sin dejar de sonreír, tanto que parecía un niño travieso, algo que no estaba tan lejos de la realidad—. Sabía que tenías una junta importante y no quería ser tu distracción, además, cuando estás enojado te portas más sexy —le dijo en broma eso último y se abrazó del cuello de su chico dándole pequeños besos en sus labios y mejillas—. ¿Me perdonas?
—Umh, no lo sé —dijo haciéndose el de rogar. Luhan se subió sobre sus piernas y le dio un corto besó en su mandíbula—. Si me das otro besito tal vez lo considere —condicionó esbozando una sonrisa ladina.
—Bueno, te daré muchos besitos más que vas a amar —aseguró el menor dándole varios besos más, pequeños, cortos pero lo suficiente largos para hacer latir tan rápido el corazón del mayor. Luhan abandonó la boca ajena y le sonrió a su chico—. Tengo una sorpresa que darte bebé, pero no sé si vaya a gustarte y la aceptes.
Sehun le miró con curiosidad. ¿Una sorpresa más? Eso se preguntaba. Sonrió y estiró sus manos como si pidiera con ello saber de qué se trataba. Luhan le tomó una de sus manos y la otra que había metido en el bolso de su chaqueta la sacó junto con una cajita de regalo de manera diminuta, misma que puso en las manos de su chico y le sonrió suave. Sehun le miró confundido pero tomó la cajita observando la misma.
—¿Qué es, bebé? —preguntó al menor quien negó con su cabeza señalando que abriera la caja para que supiera—. A ver —susurró y pronto estuvo abriendo la misma. Sus ojos se abrieron un poco más al igual que sus cejas se alzaron en sorpresa. Dentro de la caja había un pequeño anillo de plata con sus iniciales grabadas, dos H juntas y un corazón al costado. Miró a su novio en busca de una respuesta. Las mejillas del menor estaba ruborizadas.
—Deseo pasar este y muchos más cumpleaños a tu lado, de ser posible hasta que seamos dos pasitas arrugadas y no tengamos dientes —le dijo de manera baja, bastante apenado por lo que estaba diciendo—. Sé que somos jóvenes, pero el tiempo a tu lado he aprendido que el amor no se trata de tiempo sino de lo que uno siente al lado del otro, y tú, Hunnie bebé, me haces ser tan feliz que quisiera que me des el honor de tenerte como esposo, ¿quieres casarte conmigo?
Los labios del mayor de entreabrieron de sorpresa. Su cabeza había tratado de procesar palabras para expresar lo que estaba sintiendo en ese momento. Él había deseado eso desde hacía mucho tiempo pero sin duda nunca había esperado a que fuera su menor quien le pidiera eso. Tomó el rostro del menor entre sus manos y le robó un beso profundo haciendo suspirar al más joven. El beso duró algunos minutos hasta que ambos se separaron.
—Mi amor, Hannie —susurró SeHun sintiendo su corazón inflarse de felicidad por lo que su novio le había propuesto. Sin duda, en ese momento podía decir que era el mejor día de su vida—. Sí, sí quiero que nos casemos bebé, nada me haría más feliz que eso —aseguró abrazando a su chico. Luhan sonrió aliviado de que su novio lo aceptara.
—Te amo bebé, feliz cumpleaños —le dijo alejándose un poco del más alto quien le miraba con dulzura.
—Te amo más, bebé. Tú eres lo mejor de mi cumpleaños —le dijo acariciando con suavidad su mejilla. Luhan se abrazó de nuevo por el cuello al mayor y le beso la mejilla.
—¿Estás listo para tu regalo final, amor? —preguntó en más joven con tono coqueto. Sehun esbozó una sonrisa ladina y asintió bajando sus manos a las nalgas del menor.
Luhan sonrió también y le dio un beso en los labios, húmedo y sensual que le hizo estremecer por completo. Sabía que la fiesta sorpresa había sido uno de los regalos de su chico, porque el más preciado era ese en el que sus bocas se besaban con amor y sus cuerpo se entregaban mutuamente.
Porque para SeHun no había nada mejor que vivir cada día al lado de su hermoso novio.
Nota final:
Y bien, fue todo de mi parte. Algo según yo lindo🤣🌸 espero les haya gustado, déjenme un bello votito o comentarios, los aprecio mucho.
Deja un corazón en deseo por muchos años más para el bebé de Exo donde siga poniéndose como el vino😍
Nos leemos en otros proyectos. Chao chao.
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