Ochenta y uno
Pronto el castaño sintió el calor que emanaba su contrario. Quien le estaba abrazando.
Quedaron callados, aunque Freddy sintió como la garganta de Fred vibraba, de esas veces en las que hablas, y ni pudo escuchar nada.
¿Fred habrá dicho algo mientras le abrazaba? Sí es así, que cruel.
Ninguno de los dos se movió en un par de segundos, unos que fueron eternos.
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