Cincuenta y ocho
Fred salió de casa de Deuz, corrió y corrió, ¿A dónde? Ni él lo sabía.
Estaba huyendo, escapando del dolor que pudiera generarse en él después.
Tomo su teléfono al detener de en una calle de la cuál no tenía memoria de ser visitado antes, no tenía mensajes, ni llamadas.
Nada.
Controló su respiración.
Ahora debía disculparse con Freddy.
Y sí podía, enamorarlo como era debido.
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