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La manera en que la princesa miraba a su alrededor sólo daba indicio que algo había cambiado en ella, algo profundo, algo que daría marcha a la sucesión del trono en el Todo. después de la decisión tomada, por ella para el final de las vidas de Alejandro y Victoria Sophía tuvo una discusión bastante interesante con su madre.
-Está bien que no quieras volver a ver a Alejandro y que decidas tomar la existencia de la Maldita bastarda-hablaba con cierta naturalidad , normalizando que su hija estaba a punto de matar y agarrar venganza por las acciones hechas por esos dos-, pero de igualmente debe de existir un enlace, para que te dejen gobernar.
-Madre entiende no me casaré con ningún hombre que me presentes, porque enamorada- recordó a Esteban y a Daniel Quiénes la última noche, se habían vuelto parte de la rebelión que iba a llevar a cabo.
-No te irás de Sion si piensas escapar a la comarca de Miguel, recuerda, Sophía tienes responsabilidades las cuales dictan, que debes de casarte con un Duque o con un Conde para poder gobernar como debe ser.
-Pues Clariz- nunca la había llamado así- no estoy de acuerdo, soy yo la Reina de los Cielos y si tú no aprendes a respeta voy a hacer lo posible para que Dios esté contra ti -apretó las manos de la impotencia que estaba dentro de ella -. Aunque me parta el alma.
Cuando la reina iba a refutar y contradecir a su hija, Liz llamó a la puerta, pues estaban en su oficina que quedaba al frente de la del Rey.
-Señora mía, acaba de llegar El Elegido- la joven princesa respiró profundo y espero abrirla la puerta o que su madre diera el permiso de pasar. Determinada a escapar de allí.
-Qué pasé, por favor- pocos segundos después la princesa de esta historia volteo la mirada y encontró alguien que ya la había visto, el primer ser humano que la vio siendo el Infinitium-, querida te presento a Azrael Morsstella, duque de la comarca de Lucifer.
Esa noche, no lo había detallado con exactitud: y qué hermoso era ese hombre, en esos momentos estaba a su lado observándola como se observa un juguete nuevo, tratando de no dañarlo.
Cabello negro largo que en ese momento estaba recogido, en una coleta alta con sus puntas rojas, un hombre bastante grande y alto que Daniel y Esteban se verían como bebés definitivamente, y un anillo en forma de serpiente en su dedo índice sin contar sus ojos que eran más cristalinos que los de cualquier ser humano en la tierra y una voz qué haría temblar a cualquiera Ángel o Arcángel en todo el universo.
-Preséntate Sophía-la hija de Dios, realmente no deseaba verle a los ojos pero se calmó y ofreció su mano derecha para saludar al recién llegado.
-Mucho gusto soy María Sofía de Nazaret Richard Kate-la princesa pudo leer el alma de aquella estaba distorsionada, ni blanca como la de su madre ni oscura como la de varias personas de la Corte-, futura Reina de Sion.
-Querida princesa el gusto es mío -una voz profunda, hizo que la joven sintiera temblar las piernas -Confió que nuestra unión sea de agrado de Dios Creador.
«Eres una Diosa»
Al escuchar esto, supo que necesitaba salir de allí antes de cualquier cosa.
-¿Me puedo retirar?
Se separó de aquel hombre y sin decir un hasta luego, puso los pies en marcha, para encontrar en su cuarto algo de privacidad. Y de esa manera comenzó a buscar en su maletín estudiantil un brazalete para comunicarse con Daniel o Esteban.
Creyó que Daniel sería el primero en contestar su llamado, pero después de 10 minutos intentando llamarle no lo logró y esa sorpresa le hizo doler corazón. Pero antes de llorar decidió limpiar sus ojos verdes y respiro buscando a James.
-Sophía-, la encontró acostada en el suelo con lágrimas en los ojos.
La sorpresa de la princesa fue que no tuvo que tocar la puerta para entrar a la habitación de esta manera comprendió que ya está usando sus poderes delante de ella. ¿Acaso no era verdad que era un demonio?
-¿Qué haces aquí?
- Me llamaste, ahora cuéntame ¿qué sucede? -,el oji verde sintió un poder oscuro por el palacio y aquello hizo que tragara entero; era Lucifer.
La joven movía sus dedos estaba nerviosa y ansiosa al mismo, tiempo era un cuadro atípico para ella.
-Esa energía que está en el palacio es de Lucifer, ¿cierto? -preguntó y también afirmó-Necesito saber si de verdad tu me mataste... digo mataste a Sara de Nazaret.
-Pero aquí, no podré decirte bien todo lo que ha pasado-dejando ver su verdadera piel volvió a pedir -tómame la mano -sonrió con tristeza agarrando su cintura y regalando un beso a la princesa, se dirigían al "Lux en Terra", pero para no levantar sospecha Esteban desapareció hacia un cuarto con una tenue y cortinas oscuras.
-Bueno ahora sí me puedes contar - le miró fijamente creando un estragos en la mente del demonio -. Necesito saber para tomar una decisión sabía.
Se acomodaron y Esteban empezó hablar de un pasado que Sophía jamás vivió, pero que él y Daniel recordaban como si fuera ayer.
***
Yo soñaba con su sonrisa, aunque sabía lo prohibido no me importo pues mi hermano no era digno de ser dueño de aquel ser iluminado. Habían pasado varias semanas desde que se casaron. Y eran tan felices, ella era tan sencilla y dinámica que poco o mucho me enamore de la mujer más prohibida para mi.
La deseaba de mil maneras y si el infierno no existía pues yo lo vivía, como un miserable, recuerdo el día en el que Sara murió, entre mis brazos en el que mi destrucción y la de mi hermano llegaron. sólo pude aguantar la muerte Por que la vi morir porque fue lo último qué mi conciencia no ha apartado de aquella vida.
-Buenos días Sara, ¿Qué hay de desayunar? -, dije mientras yo y mi hermano traíamos, el agua de un pozo cercano. entre Nathaniel y yo, habíamos construido una pequeña casa, con idea de expandirá, pues lo único que Magdalena prohibió era que nos lleváramos a su hija, de su lado, para Judea, además comprendimos que en Egipto, iba a estar más segura o bueno eso creíamos.
-Hay cordero asado y jugo de uvas además pan recién hecho-, cuando mi hermano llegó ella nos mandando a los dos a que nos lavarnos las manos, de una forma atípica, sin importar que éramos dos hombres que uno era, mayor que ella y el otro era su esposo.
Recuerdo cuando me contó que iba a ser madre esa misma tarde y que yo iba a ser tío y no padre de aquel ser, que llevaba en el vientre, me puse feliz después de todo era normal quedar embarazada, después de varias semanas de mucha Unión marital. Pero alrededor de eso existía una envidia gigante, pues yo deseaba ser el padre de ese niño o niña, que esperaba que fuese una niña.
Todo pasó en un segundo nos volteamos y la perdimos para siempre, pero malaventurada mi vida que en todas tus miles de vidas y existencias. Siempre te vuelves a enamorar de mi hermano y no de mí.
Pasó que una serpiente le mordió una pantorrilla y Sara cayó una manera en que se malinterpretó el asunto porque se golpeó tan duro en la cabeza, qué sangro inmediatamente, le tome entre mis brazos y pedí ayuda a mi hermano, que está enceguecido, por la ira y el dolor como yo. creyó y me acusó de aquel delito mortal, pero de cierto modo me sentí culpable por no haber hecho nada para ayudarla.
La princesa al escuchar todo esa historia le abrazo, le hizo sentir a Esteban que no tenía la culpa de nada y que si hubiera sabido, le hubiera amado desde principio.
-¿Cómo puedo recompensarte todo el mal qué has pasado por mí? -, lo hizo sentar en la cama y el sin dudarlo la beso, ella tomó la decisión de estar con él y derretir el cielo en su ser.
***
-Te deseo tanto, Sophía - los dos corazones se escuchaban sincronizados, como si hubieran esperado eternidades para esto-. Ven princesa, párate-la hija de Clariz se dejó besar, era un beso lleno de ansía, explotando en la necesidad de ser tocada y amada por aquel hombre que sufrió por su bienestar-, sostente- cruzó los brazos en su cuello para dejarse llevar hasta la pared de esa habitación. El joven demonio le rasgó la blusa a Sophía quería verla con sus alas y dañarle la espalda, para dejarle marca, que no quedará duda que ella sería suya-te ves como un ángel caído, preciosa -le quito el sostén, solo faltaba quitarle bendita falda de puritana que tenía. Y la unión de lo mundano y lo divino, se daría.
-Seré tu ángel Caído -en una voz anhelante la hija de Emmanuel, observó a Esteban la cual entendiendo el autocontrol tan grande que tenía Él. Deseaba transformarse en demonio para poderla hacer suya a su máxima capacidad-, Te ordeno que te transformes, no quiero estar con un humano- James bajo la mirada con una sonrisa pícara comenzó a desnudarse lentamente, como tentando a la oscuridad de Sophía y eso era lo que estaba haciendo.
A medida que las ropas de Esteban caían por el cuarto la piel humanoide, del chico desaparecía con tanta facilidad como un soplido del viento.
La futura reina de Sión no podía dejar de mirarlo tenía pequeños cuernos, una sonrisa insolente una cola delgada, unos músculos formados y muchas cicatrices.
- Imaginaba que tus cuernos serían más grandes, Esteban-habló la joven tocando la cabeza del demonio.
-Querida te recuerdo y si no lo sabes aprende esto; los cuernos de los demonios van creciendo de acuerdo a todas las almas qué le quitamos a Dios. - se la comía con la mirada, ella deseaba que dejara de hablar y que le diera un poco de su ser, antes de casarse con Lucifer- o también depende de la clase de alma qué le arrebate a Dios.
-Y qué puede pasar si su hija entrega el alma al mal-dejo caer su falda y lo atrapó entre sus piernas.
Nunca lo había hecho, pero el calor y el deseo se apropiaron en ella creando fricción entre la virilidad de joven y la humedad avasallante la intimidad de Sophía.
-Pues de inmediato se convertiría en el rey del infierno- sin avisó y sin tacto y sin preguntar ni siquiera. Esteban se unión a la princesa.
No se puede negar que la Sophía grito muy dentro deseaba parar, pero otra gran parte necesitaba eso qué Esteban, le dominará de todas las maneras posibles.
-Sé mi Rey en los infiernos-Al momento de clímax, previo del orgasmo Esteban, la alzó sentándola entre su pene a punto de explotar en su cavidad iluminada.
-Seré tu rey, mi Sophía- habían, pasado miles de mujeres en su cama, pero nunca nadie lo había hecho, sentir tanto en una sola vez.
«Perdóname mi Ángel Caído»
***
Después de unas horas la princesa y Esteban, bailaban extasiados en el salón de baile, está bien complementado también como si nunca si hubieran separado; hasta que de pronto las manos del pretendiente tocaron el límite del cuerpo de la celestial y volteándola hacia atrás, corriendo su cabello a un lado dejando la yugular descubierta, mostró su verdadera cara. Con una mordida de grandes colmillos ella despertó del sueño y entró en pesadilla, la mujer gritó del dolor, el demonio dijo:
-Mi misión está cumplida, lo siento mi ángel Caído - y desapareció en medio de la noche con una tristeza gigante.
La muchacha salió despavorida de aquel lugar y trató de caminar tapando la herida para no desangrarse, se recostó en un poste y allí se desmayó.
------------------------------------------------------- Feliz año nuevo queridos y disfruten el capítulo.
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