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La duquesa de la comarca de Miguel sólo pudo ver a su nieta, y decir con las manos nerviosas y la situación en el alma, sabía que de pronto perdería su nieta, sabía que posiblemente perdería a Dios y sabía que ya no habría marcha atrás sí Sophía se acostaba con Lucifer, sin percatarse que ya no era virtuosa y que en los ojos guardaba una tristeza una de las grandes.
—Ana debes acompañar a la princesa y llama a Gregory él también ira—, observó a la princesa la futura suprema guardiana asintió y salió corriendo, comprendía sobre manera que debía decirle a Axel y Allejandra, también debía de llamar Tamara y a Johana.
Estaban ellos preocupados, por el futuro de Sion.
—¿Será que ya no quiere a Daniel?—, preguntó Tamara con las manos enredadas en las de Johana—,es que me parece tan extraño.
—No lo se, pero notaste como nuestra Señora Clariz, miraba a Sophía— habló Axel sentado al frente de Allejandra—como sí ella fuera superior a todos nosotros.
Cuando Ana, los vio susurro.
—Chicos Sophía nos necesita.
Velozmente los chicos siguieron a Ana, también se les unió Gregory y Salomón.
Al entrar en el salón, las dos mujeres hablaban cómo sí Josefine estuviera dando consejos matrimoniales a la princesa, pero más bien era tratando de proteger a su nieta, la chica que veía como suya y que lastimosamente y muy posiblemente jamás volvería a ver.
—Chicos— la princesa se estiró en su propio punto y comenzó a explicar cuáles eran las órdenes que iba a dejar para proteger a sus hermanos y protegerlos a ellos.—la situación que se nos presenta es que me iré para la comarca de los Exiliados: Gregory y Ana, me acompañarán Alejandra y Axel se casarán dentro de 2 años y estaré aquí para ese momento—miró a Tamara y a Johana—, ustedes deberán ir a la comarca de Ezequiel yo les daré el dinero, para que vivan bien y se casen en ese lugar.
Las cuatro personas mencionadas no podía creerlo y ya estaba tomando decisiones sobre su vidas si ni siquiera ser ella la reina. Por el otro lado Gregory junto a Ana, tenían conciencia de las decisiones de la princesa
—¿Qué haré yo?—preguntó Salomón cruzado de brazos mirando como su hermano más pequeño Raphael entraba al salón y abrazaba a su abuela Josefine.
—Tu querido hermano, te encargarás de protegerlas: a mi mamá y a la abuela—observando ala anciana con su hermanito—y me tendrás informada de cada paso que haga papá con el reino de Sion porque de inmediato volveré de la comarca. Quiero antes de irme que sepan que en cualquier momento entraremos en guerra que la comarca de Gabrielle descubrió mi verdad y ustedes chicas no conocen y que ya les diré.
Solamente se quitó la blusa o mejor dicho las mangas de la blusa para qué sus alas respiraran unas alas brillantes casi blancas gigantes para ese cuerpo tan diminuto.
—soy la reencarnación y la hija de dios creador—una voz segura y fuerte salió de ella— dentro de mí está el poder de Yahvé y de Satanás.
Axel susurro con terror y con sumo respeto.
—Eres… el Infinitium—ella escondió las alas otra vez, pero de repente todas y todos sin excepción en la sala hicieron una a gran reverencia—se hará como tú órdenes Dios Creador.
Cuando iba a dar más órdenes sobre qué pasaría con Daniel y Esteban, tocaron la puerta de inmediato Josefine, Ana y la princesa se miraron como si supieran quién estaba detrás rápidamente Salomón audio y observó al que sería el esposo de su hermana.
—Cordial saludo acompañantes y príncipes solicitó hablar con la princesa a solas por favor—,los ojos claros de Azraael se limitaron a ella mientras que pedían la audiencia.
Ella la princesa abrazo a su abuela para salir detrás de Azrael, quién solicitó habló de la moneda más calmada y más armoniosa posible.
***
Se encaminaron el silencio hasta el borde del jardín, para hablar y tratar de conocerse. A los ojos de Lucifer la princesa era como el logró y pecado más grandes de su hermano. Enamorar a una humana y engendrar en ella la persona qué puede ser la salvación o destrucción de la humanidad; era entre todo una locura.
Al sentarse en las banquetas al lado del templo donde meses antes habían organizado la boda con Alejandro Sophía le habló al hombre.
—Sé quién eres lo he sentido desde que entraste a mi Palacio—ella le miró la mano que estaba quemada—, eres Lucifer, el rey de los Infiernos.
El sonrío de verdad esa mujer, era una joya pura y sería de próximamente suya lo juró por su padre que la iba a disfrutar.
—Si, princesa—; afirmó en una voz profunda generando un ambiente demasiado eléctrico—y tú debes de ser la hija de mi hermano Emmanuel.
Ella solo asintió, para quedarse en silencio y una gran expectativa se formó entre ellos.
—¿Mi lady se uniría a mí, para conquistar el paraíso?—,le acarició la cara con unas uñas que parecían garras. La Dama Dios, solo suspiro escuchando aquella voz que por momentos la hechizaba— te prometo que el reino será todo tuyo.
—¿Por que odias tanto a mi padre que te hizo él?—después nego la oferta de Lucifer—. No puedo hacer eso —por primera vez ella bajo la mirada ante él, porque aunque no quisiera aceptarlo — a Dios no le gusta que reneguemos — la verdad era otra, de su infierno personal que nadie suponía.
«Me encantaría irme de aquí, ¿Sabes»
Reflexiono y él la miraba como si supiera lo que ella sentía,pues él había sido igual de fiel a su padre como ella a su hermano.
—No, me vengas con que si “dios” — la princesa de repente lo escucho muy atentamente — te dice que tienes que tirarte de una montaña — la Princesa asintió muy rápido como una niña pequeña diciendo.
—Obvio que sí, es orden de dios que hagamos lo que se nos ordene — Lucifer frunció las cejas que Sophía comenzó a retroceder vacilante.
—La verdad no,—le habló serio, recordaba todo lo vivido en el paraíso— no es orden de nadie que tú no puedas hacer lo que tú quieras— comprende princesa, tú tienes el poder de Dios —le decía precisamente lo que ella quería escuchar—tienes el poder de la luz y tenlo por seguro que tú puedas gobernar mejor que mi hermano y hasta mejor que yo en la en los infiernos—, le hablaba tan parecido a Daniel y a Esteban— por eso deja de creer que tienes que obedecer porque no es así; tienes que ser lo que tú quieras hacer y eso es lo que hacemos en los en mi comarca.
—Seré tuya, siempre y cuando sea yo la reina de los Infiernos—, le dio la mano y él aprovechó para acercar su cuerpo el cuerpo de ella y amarrarla a su cintura.
—Tu serás La Reina del Todo—la beso olvidando completamente a Luzbel—somos destinados querida, tú eres la luz y yo la escuridad.
***
Daniel comenzó a buscar desesperadamente a Esteban tenía que encontrar el maldito bastardo que mató a su princesa, para ir a rescatarla porque sabía que los arcángeles y dios creador no le iban a salvar, esa era la misión de Sophia matar a Lucifer y acabar con todo lo habido y por haber en la tierra, por eso cuando lo encontró, no le sorprendió que tuviera una botella de vino a medio beber estaba en un bar de mala muerte en el centro Sion.
—¿Qué haces aquí Nath?—Esteban reconoció a Daniel pero le dijo cómo le hablaba en la época de Sara—vienes a matarme porque maté a la princesa de Sión o vienés por mi alma para hacerme pagar lo que le hice a Sara.
—Ni lo uno, ni otro—, cuando Daniel iba a hablar Esteban lo atacó con su espada, parecería que no estuviera borracho, porque lo hacía tan excelente que botó la botella y empezaron una batalla campal.
Las espadas se escuchaban con un ritmo casi desigual, el viento helado y el fuego eran parte del paisaje y, unos ojos verdes brillaban en la oscuridad, ante las heridas de su contrincante, se podía decir que ambos estaban en empate, aunque no se creyera de esta manera.
Pues la Ira se había enamorado de lo prohibido y el rey infernal ya lo sabía. Aquello era su firma de muerte. El mal herido sólo sonreía no creía que la persona que debería hacer su vida a cuadros le correspondía de una manera extraña.
—Te enamoras de la persona más inalcanzable, ¿verdad? —, la Ira le dio un puñetazo a un ojiazul de cabello oscuro y sonrisa tranquila—Astaroth, eres tan iluso.
—¿Qué quieres decir? —, lo alzó tomándole del cuello para tirarlo contra una roca.
—Estos momentos el Infinitium, se estará enlazando con tu padre.
—¿Qué estas diciendo maldito alado? —, lo soltó de un golpe dejando un hilo de sangre en el celestial.
—Lo que oíste — alzó su ceja oscura que estaba rota —, ¿Tú crees que si no fuera por eso te estaría buscando?
Esteban de inmediato suelto a Daniel para ir celos 2 una parte alejada el centro más bien a la cafetería de Gerard.
—Debemos hacer algo—habló Esteban entrando al café de él padre de Daniel, después de que Sophía, supo quienes eran realmente ellos dos, las cosas cambiaron entre la relación de Esteban y Daniel, no se querían, pero se respetaban aunque aparentan más bien — ella se va a casar con el Rey de los Infiernos.
Daniel escuchando el reproche de aquel cornudo, blanqueo los ojos para decir con satisfacción nata.
—Tú le enseñaste el lado oscuro de Dios Creador así que te aguantas —el oji verde no le presentaba atención, porque se sentó en silencio recordando la primera vez que la vio desnuda justo después de llevarla a cometer ese delito, aquél que la llevó a la lujuria…— ¡Que carajos piensas, James!
—La verdad, pienso en lo mucho que me gustan las piernas y su sabor dispuesto a mi —de repente se quedaron mirándose y el demonio le pregunta al alumno de arcángel…—y a ti no ¿verdad?, a ti no te dan ganas. Tu gracia, no permite que disfrutes de aquella que tu proteges.
Daniel sabía que lo provocaba. Tenía claro que Esteban le llevaba esa ventaja pero podía darse por bien servido al decir.
—Haber, haber… Que sea un ángel Y más el Ángel de la reencarnación de Cristo, no quiere decir que no me gustan sus piernas— sonrió al recordar algo — ni las santas curvas de Sophía—ambos sonrieron los dos estaban de acuerdo en que era fuerte la atracción que la chica ejercía sobre ellos. Y también comprendían que estaba muy mal verla así. Ya que ambos tenia una misión diferente— acuérdate quien es su ángel de la guarda, es más yo le he visto más veces que tu desnuda — guardo silencio, esperando cualquier vulgar enfrentamiento. Pero no Esteban parecía interesado a saber mas.
—¿Cómo? Eso no me lo esperaba.
—Para que veas demonio, en esta vida soy de carne aunque no voy a permitir que un simple humano se le acerque, al que ya maté—sonrió —ni tú, bastardo de Lilith.—Daniel se veía distinto y es que no era para menos, le dolió que ella se dejara seducir por Esteban pero entendía que él mismo lo había permitido. Aún así sonrió diciendo —yo seré quién gobierne con ella, cuésteme todas mis vidas.
—¡Al fin algo interesante! — dijo el demonio —y tu Gracia.—frunció ceño—, mataste al idiota de Alejandro, por Sophía.
—Si—cuando vine a sacar su sable para terminar lo que tenía que hacer con Esteban, apareció un halo dorado en medio de los dos, esa luz se transformó en una bella mujer, con alas realmente grandes con un pelo castaño oscuro y con unos ojos divinos era Luzbel—madre Luzbel qué hace su santidad aquí.
Esteban se encogió de hombros no podía hablar con su madre, con la mujer que lo crío, que le enseñó la historia de Sophía, antes y después. que le ayuda a recordar quién era.
—Hijos míos, yo también vengo ayudará a la hija de mi hermano—cruzó las manos y de allí salió un latido en su espalda— pero primero debo de darte tu castigo, Esteban.
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