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Los instintos de James eran controlados por la joya que tenía en el cuello hecha por Luzbel, esto le causaba grandes cicatrices, por el lado del ángel trataba de ser lo más humano posible deseaba besarla pero ya habría tiempo para eso.
—¿Ahora me entienden? —, los chicos no eran capaz de quitar los ojos de la joven—, soy la nueva representante de Dios en la tierra.
—¿Cómo lo supiste? —Esteban es pabilo un poco.
—Mi padre de los cielos, bajo ante mí y me lo contó—sonrió a la defensiva.
Esperando respuesta de ellos, he iban hablar y contarle quien eran, cuando Támara tocó la puerta.
—Sophía, el Sacerdote de Sion está hablando con tus padres—, Esteban James cruzó los brazos.
Y Daniel le ayudo a ponerse la ropa o por lo menos a pasársela, pues quería ver el cuerpo de aquella doncella más de cerca.
***
Mientras la princesa de los cielos se mostraba ante su Ángel y su demonio, un hombre de 27 años arribaba al castillo nunca se enlazo y se había convertido en sacerdote, porque su padre se lo había pedido, era hermano de Victoria. Su padre era uno de los principales duques de la comarca de Sion, quien se casó con su madre cuando ya estaba enfermo de vejez, Erik entendió que sus Padres no se querían cuando meses después descubrió a su madre convertida en el la consorte del Rey, dándole una hija años más tarde.
Entonces dirigió sus pies al palacio, cuando Athos se acercó al sacerdote pregunto.
—¡Su santidad! —Erick miro Athos y dijo dando a entender que era muy temprano pero que era urgente.
—Señor, necesito hablar con vuestro señor — suspiro, reverenciando lo mínimo — es algo urgente.
El adulto corrió por los pasillos de la edificación, hasta llegar a la habitación de sus señores, realmente no deseaba molestar, pero si el sacerdote Erick apareció a esa hora, era porque realmente si era importante.
Suspiró rogando que sus Reyes estuvieran despiertos o por lo menos de buen humor, pero con todo lo que pasaba en Sion lo dudaba.
—Su alteza Raphael — habló muy pegado a la puerta, para no— su Alteza, lo necesitan…
El rey que contemplaba la magnífica belleza de su Reina hacía ya unos minutos, se paró molesto colocando en si una bata de salir, se enjuago la boca. Y se en camino hacia la puerta.
Abrió la puerta y la cerro tras de él dejando a su esposa profundamente dormida.
Miro a su consejero, preguntando con la mirada, a lo que el hombre respondió.
—Su alteza — tenía la cabeza gacha y pensó en disculparse — perdón —el hijo de Miguel pidió más ligereza a las palabras con un gesto manual — pero su santidad Erik, le necesita y — abrió los ojos — es de suma urgencia.
De inmediato salió de su ala junto a hatos preocupado.
«Espero que a Victoria no le haya pasado nada nada malo»
Con esa idea, se encontró con Erik situado en una de las esquinas del gran salón escuchando los pasos de su Rey.
—A que debemos su grata presencia — dijo Raphael haciendo una reverencia corta.
—Su majestad. Solo venía a decirle, que la hija que tuvo con mi madre — los ojos de Erik destilaban veneno puro— se ha escapado de casa... Lo descubrí por que dejó una nota diciendo que… —fue interrumpido por el Rey.
—¿Cómo ha pasado esto? — pregunto totalmente incrédulo.
Erik trataba de aparentar, pero algo era cierto es que estaba feliz. Entonces comenzó hablar de una manera respetuosa.
—Mi hermana menor es una inconsciente — dijo haciendo un ademan de tristeza con el dorso de su mano— la verdad Rey, Alejandro y Victoria — miro como Rafael se situaba en su sillón de oro — han estado juntos desde hace un tiempo.
—¿Qué? — Grito en un sobre salto — pero cómo es esto posible— se tapó la boca para no blasfemar y ser grosero — tu madre no entiende que si Sophía se entera puede pedir un Sanguis Luctus, llevando acabo un desastre.
Pasaron los minutos en silencio, el rey seguía en estado de Shock, conocía perfectamente a la princesa y a su esposa mejor que nadie. Victoria moriría antes de ser desterrada para siempre. Pero Alejandro también tendría que pagar de alguna manera.
—¿Qué le digo a mi madre? — pregunto el joven Erik, esperaba una respuesta que le quitara de encima a su hermana de una vez por todas. El rey comenzó a caminar pensando. De verdad Erik se estaba desesperando.
—Vas a decirle a tu madre, que Victoria no puede aparecer hasta después del Enlace.
«Qué no habrá por culpa de esa muchachita» —Primero arrestáremos a tu hermana — Erik asintió escuchando al rey, tomaba nota mental —y dejaremos que ella junto al traidor estén juntos.
***
En la tarde la princesa sucumbía entre pensamiento e ideas recostó su cabeza en sus brazos mientras las chicas estaban muy dispersas. Hasta que Ana le habló sentándose en frente, traía consigo dos jugos de botella, Daniel y Esteban ya sabían quien era, estaba completamente segura que esa visita de Erik no traería nada bueno.
—¿Estas? — La princesa asintió sin ni siquiera hablarle — ¿Qué te pasa?
—Te puedo hacer una pregunta — tomo el jugo de color amarillo, sabor a mango — gracias — refiriéndose al jugo.
—De nada — sonrió la joven oji dorada —y obvio que la puedes hacer.
—¿Alguna vez te has sentido sola? — miro a las chicas que venían y comenzó a explicar antes que llegaran — no estoy diciendo que no tenga a mis amigas — suspiro antes de tomar un trago — Si no como si no fueras de aquí, como si tu lugar no fuese este.
Ana, escuchaba a la princesa entonces antes de que ella continuara, la oyente pregunto alzando una ceja.
—Tu no estas enamorada de Alejandro Duks ¿verdad?
La princesa y su silencio hicieron que Behomi respirara, aquella mudez hicieron que la oji verde llorara desmedidamente. Confesando.
—Ni siquiera me gusta — se quedó mirando a Allejandra quien de repente era sorprendida por Axel — creí que con el tiempo las cosas iban a cambiar, que al menos existiría esa química. —Ana no hablaba mucho pero si se sentía un poco tímida ante esa gran confesión — pero estoy segura que dios creador me está castigando, por algo que no he hecho aún.
Ana ya también estaba sollozando por la princesa.
—¿Por qué crees que Dios te haría mal? —preguntó tomando un pequeño sorbo del jugo de mora, para calmar esas ansias trasmitida por la princesa.
—Porque me gusta Esteban y Halle —la princesa se estremeció al decirlo, Anita solo guardo silencio— nunca sentí esto, te lo juro que no — coloco sus manos en sus ojos para ver si despertaba enamorada de Alejandro, aceptando todo lo que vendría con él, pero a quien le quería mentir. No podía negarlo. —siempre estuve enamorada de Daniel, pero apareció James y me tiene la cabeza hecha un rollo.
—Entonces, ¿Por qué no desases el compromiso? — pregunto la oji miel—y escoges a uno.
—Porque soy la única, que puede defender a mis amigas— sonrió al ver el rostro de su acompañante, fugazmente explico — además te diré que si soy reina mucho o poco puedo iniciar la búsqueda del nuevo representante de dios en la tierra.
Ana comprendía la opresión de la oji verde, quien termino su jugo y continuo al ver que Jhoa, Tami y Alleja junto Axel.
***
En otro lado del palacio, los chicos hermanos de Sophía se ponían al tanto de la nueva situación en la que su hermana tal vez sería una víctima.
—Madre mía — llamo Gregory junto a su hermano mellizo Salomón.
—¿Dime? — respondió Clariz sentada en el trono esperando a su esposo.
Cuando los muchachos miraron a su madre quien en sus ojos mostraba el agotamiento, por no saber qué hacer, respiro hablando con igual amor que siempre.
—Sabes madre— hizo una reverencia y alzo la mirada — No tienes que casar a mi hermana con alguien que no ame.
Raphael que iba entrando a paso ligero, abrió los ojos escuchando lo que su hijo hablaba.
—No te acuerdas que Victoria no tiene tu sangre y tu eres la elegida para traer la estirpe Sagrada— sonrió ya que le estaba ayudando a su hermana— por ende esa niña no gobernara a menos que se enlace con uno de nosotros.
—¿Pero si se tiene que casar? —pregunto Rafael mirando a su esposa.
—Obvio que si, padre—Salomón giro la mirada andaba despacio para hablar — es una ley inquebrantable para que mi nieta gobierne. Le consultamos a la abuela Josephine.
—¡Raphael! — Exclamo Clariz—Sophía no se casara con Alejandro.
Los hermanos guardaron silencio observando esa batalla de poderes, sabían que la madre era de un temperamento fuerte hasta a veces gritona, pero ante el rey era mujer respetuosa y amante a su querido esposo.
—Creo que me retiraré iré a buscar a Sophía —Cuando la oji azul salió de la vista de los hombres.
—La verdad príncipes — agacho la cabeza al ver, la madre de sus hijos lejos— mi hija Victoria—de inmediato, Salomón alzó las cejas y apretaba los puños — ha estado cometiendo un pecado mortal—el rey suspiro, comenzando a caminar por el lugar como gato en jaula — traiciono a su hermana con Alejandro.
Gregory que nunca se enojaba, que era demasiado controlado y más con su familia. De un momento se le movió algo por dentro una ira, era una revoltura entre el dolor y la amargura de sentirse engañado.
—Ahora entiendo la amargura en la mirada de mi madre —. Grito sacando su espada furibundo — ahora la maldita que tienes con la concubina tuya — en un buen movimiento lo acribillo con la espada que saco del lado derecho — ha traicionado a mi… a mi hermana.
—Sé que ella hizo mal, pero… — habló postrando su cuerpo ante sus hijos — si me quieres matar, mátame.
—No yo no hare tal cosa — hablo entre cortado por el dolor, ahora entendía todo — lo hará Sophía cuando se entere que esa mocosa se atrevió a meterse con alguien que no era para ella y tampoco para mi hermana.
***
Ana,que aún escuchaba a la princesa, observando que sus gestos cambiaron y no disimulaban en hacer presencia. El movimiento de las manos, la mirada fija y el suéter un poco más alargado. Sin contar que no había ido al colegio.
—Necesito encontrar a la representación de Dios, para pedirle que haga algo con los mandamientos, normas y leyes — agacho la mirada, recordaba que era ella— necesito ayuda para que las personas sean un poco libres.
—Tiene sentido pero — organizo un poco su peluca blanca — no te has puesto pensar que si ya existe aquel ser, no sabe el poder que tiene en sus manos…— interrumpió, la princesa.
—Si lo se e imagino que debe de estar desorientado — susurro al ver a un grupo de amigos tratando de sentir que no era con ella — por eso quiero verlo y estar con él hasta su ascender a los cielos.
Ana coloco los anteojos en su mochila para limpiarse la cara un poco, también hacer lo mismo con la princesa.
—Eres tu la representación de Dios en la tierra ¿verdad, Sophía?
La princesa solo asintió, terriblemente preocupada.
—Si lo soy, lo supe hace unas horas —, frunció el ceño y devolvió la pregunta—, Ana, ¿cómo lo sabes?
La chica sonrió sacando de su cuello un dije, con el Infinitium colgado.
—Soy tu Guardiana Suprema —suspiró para charlar y centrarse en lo importante—,no te casaras con Duks, pero si te enlazaras—Sophía escuchaba muy atenta—, bienvenida Sabiduría, princesa de los cielos.
La soberana habló sería y atenta.
—¿Qué pasará con Tierra Media?
—Entraremos a una guerra sin fin y nadie lo podrá impedir, además —Esteban apareció acompañado de alguien—ya el mal está entre nosotros y tienes que verlo—hay un enviado de Lucifer entre nosotros.
—¿Cómo lo sabes?
Iba a decir quien era, pero Esteban le hizo señas de silencio perpetuo.
—Lo tendrás que descubrir por ti, pero no te preocupes estaré contigo en lo que necesites.
—No me das soluciones.
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