
3
El dolor era insoportable, pero todo lo valía en ese momento la reina daría a luz a "la luz del mundo" y entre la presión social y el miedo, por fin el alma la hija de los Cielos caminaría en la tierra como su padre lo hizo hace bastantes años. Ya todo estaba dicho o bueno eso era lo que se creía, hasta que el trueno y el viento de afuera golpearon las ventanas haciendo que las fuentes eléctricas se fundieran por unas horas.
—Debemos de acelerar el proceso—habló el doctor apremiante—, pues el parto no está saliendo fácil y a menos que la niña no termine de salir. Se debe una hacer cirugía de urgencia.
El Rey, no modulaba no entendía que pasaba. Lo que sí era claro para cualquiera y más para él era que su mujer tenía mucha fuerza y que pujaba sin descanso, comprendía que la anatomía humana era la mejor creación, de Dios Creador.
Después de retorcerse y que truenos salieran de la nada. Un balbuceo y un chillido de vida se escuchó dejando a todos en silencio. Clariz, respiraba profundo pues las ultimas fuerzas se las había llevado aquella niña. El doctor al termino de revisar a la mujer y hacerle curación los dejo solos, para que la familia pudiera darle la bienvenida a la nueva hija de Lux.
—Sus majestades es una hermosa niña —, la madre de Raphael miró a Clariz cuando cargo a la nueva vida y observo la marca a lado izquierdo, que la hacía dueña y señora de Todo—. Será una guerrera y la más fuerte de todas.
«¡Bienvenida su majestad Reina Señora!», la niña abrió los ojos dejando ver un verde definido en sus irises, y mostrando una mueca en forma de sonrisa a su abuela terrenal, aceptando la bienvenida, que le dio la Suprema Sacerdotisa. Josephine, beso la frente de la menor dándole bendiciones y luz en su caminar, para después entregarla al padre.
Cuando el Rey, cargo a la infanta, primero sonrió diciendo.
—Eres la princesita de mi vida, pequeña —Raphael no paraba de llorar de la emoción—, eres tan perfecta.
Iba a disponerse a orar y darle las primeras bendiciones por su parte, pero de una manera rápida se volvió a quedar callado. Raphael notó el estigma en el pequeño costado de la niña. Era un crucifijo formado por un infinito vertical y otro cruzado horizontalmente.
Era igual al dije que su madre colgaba desde que tenia memoria; coloco a la niña en su cama un poco lejos de la madre. Temblaba bastante y de esta manera la hija de Clariz lloro, de terror. La niña sentía la angustia en su padre.
—Ella... es —tartamudeo de susto—ella es Dios, Clariz.
***
Desde el minuto cero Acies, se quedó pendiente protegiendo a la niña que reconoció instintivamente de una manera invisible.
—Te voy a proteger y te esperare—estaba tranquilo cuando percibió un olor a infierno, desvainando su espada, supo quién era—¿Tú, serás su demonio tentador?
—Lógico, esclavo—observo a la niña que era cuidada por un campo de energía—. Si logro que esa chiquilla vuelva a sus ojos hacia el infierno—sonrió —, seré el Heredero de las tinieblas. El Astaroth, mientras tú siempre serás su maldito esclavo—. El demonio lo elevo bastante lejos...
***
En la mañana humana del día en que la hija de Clariz, nació. Lucifer y Luzbel, se vieron una vez más en el límite de la tierra, entre la tierra de los exiliados y la Comarca de Luzbel, pues él hombre de la oscuridad no podía moverse a otro sitio desde que su "hermano", le dio vida a la hija que traía su sangre
—Nacerá pronto—habló la celestial, meditando ese hecho que le hacía dudar si de verdad Lucifer era el malo.
El Rey Demonio solo miraba el horizonte tanteando el terreno y sin decir una palabra una idea le vino a la mente una idea macabra, pero no se lo diría a su bien amada, pues sabía que trataría de impedir cualquier acercamiento entre el alma de la hija de Emmanuel y Lucifer. Ya de por si la situación era tensionada para equipar más las cargas, no habría sentido. —Se que trataras de meterte con Infinitium, me lo dijiste hace unos meses—. Suspiró—¿cierto?
—Es cierto—de repente sintió que la tierra lo arrastraba tirándolo de bruces al infierno—maldita niña.
Lucifer trato de volver a la tierra, pero no podía sintiéndose incomodo al enterarse que la nueva luz de mundo ósea la hija de su hermano tenia una fuerza diferente a las anteriores reencarnaciones, lo bueno para él hasta el momento, era que su comandante de la Ira Asgar y Esteban, harían lo impensable para quedarse en el trono de Sion.
No tendría miedo él no, cuando la sucesión del poder se diera, es mas le gustaba que se la pusieran difícil y allí, con una copa de sangre la idea mas macabra de todas le dio un brillo especial a sus ojos.
—¿Y si me quedo con la hermosa hija de mi hermano? —habló para si, sin percatarse que Xéfora, la Suprema Pecado de la lujuria estaba entrando. Una mujer de pechos grandes, ojos amatista y cabello azul oscuro.
Se aproximo diciendo.
—¿Con que quieres a la hija de Dios en tu cama?
—¡Ah si!—exclamó el príncipe de los demonios, sin prestarle mucha atención a la recién llegada. Ella hizo que la luz se hiciera mucho mas grande con un par de chasquidos de dedos—. Deseo, hacerla mía. Pero en estos momentos, ni siquiera puedo enfrentarla. Tiene un poder extraordinario —, sonrió mirando a la demonia que lo acompañaba—. Sé que llegará el momento en que Sophia será mía y tu me ayudaras. Gran demonia de la lujuria.
Lilith se aproximaba a ellos con un vestido negro, acentuando su belleza, llenándose de celos y terror a las palabras de su esposo.
—¿Escuche lo que estás diciendo? —habló alzando una ceja organizada para acusar —acaba de nacer ¿Que piensas hacer? Cambiarle los pañales y darle biberón—se estaba burlando de su rey, cuando él se acercó mirándola echando fuego por los ojos.
—Dentro de pocos años, ella será la Reina y Señora. Como no lo pudo ser, en su primera vida —, el demonio de cabellera oscura con puntas rojas de fuego miraba a su demonia favorita, sentada al lado de su —mientras que tu hijo no cometa algún error, tendrá el puesto de Astaroth, el segundo al mando. Ya que no me diste hijos propios. Me ha demostrado que valió la pena darle vida otra vez.
***
En Tierra Media, Raphael renuente escuchaba a su Reina y a su madre, contar lo que acontecía con la nueva princesa, cuando alguien toco la puerta en un alarido
—Su majestad —dijo Athos en un grito mirando a la mujer con la niña brazos, rodeada por Josephine y Raphael.
—¿Qué sucede? —Preguntó el Rey.
—Estamos a punto de entrar a una nueva guerra su majestad—, mirando a la protegida de su Dios Creador y haciendo una reverencia a la niña—vienen por la niña.
De inmediato el joven Rey habló para si y para su esposa.
—Protégenos Hija de Dios.
«Eso haré padre», una pequeña voz se hizo una presente en la cabeza de Raphael.
¿==============================================================================?
¡Gracias totales!
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