One-Shot
Steve apretaba la mano de Tony. Escuchaba la respiración acelerada de su amado. Hacía lo mejor que podía para calmarlo. No era la primera vez que Tony tenía un ataque de ansiedad en frente de él y sabía que no iba a ser la última.
—Tony, amor, mírame a los ojos.—Tony obedeció. Su marrón se encontró con el azul de Steve.—Todo estará bien. Te pondrás mejor, porque tienes que hacerlo. Por mí.
Tony asintió una vez logró calmar su respiración. Steve sonrió y besó la frente de su prometido.
—Lo siento, Steve. Lo siento.—Susurró Tony mientras que Steve lo abrazaba, lágrimas cayendo por sus mejillas.—Lo lamento tanto. Es solo que... tengo miedo, Steve. Tengo miedo de que lo arruine todo después de esto. Temo que esto se arruine y que sea mi culpa.
—Tony, está bien.—Limpió las lágrimas de Tony usando sus pulgares y lo besó.—Entiendo que estés nervioso, y hasta asustado, yo también lo estoy. Cualquiera lo está antes de casarse. Solo... por favor, no te atrevas a plantarme en el altar.
Tony rió y volvió a abrazar a Steve.
—Sí, lo siento, lo siento...—Tomó aire y suspiró mientras que se limpiaba las lágrimas.—¿Cómo me veo?
—Tan guapo como siempre.—Dijo para luego arreglar la cortaba de Tony.
—Lamento el que hayas tenido que venir aquí a verme y... oh, mierda, ¡nos vimos al otro antes de la boda!—Tony miró a Steve asustado.—¡esto es de mala suerte!
—Bueno... dicen que es de mala suerte ver a la novia antes de la boda, así que tal vez nosotros estaremos bien ya que ambos somos el novio.—Dijo Steve sonriendo. Ambos rieron y volvieron a besarse.—Tony, podremos hacer esto. Te lo prometo. Tú y yo, somos un equipo.—Tony suspiró y asintió, sonriéndole a Steve. El rubio de dirigió hacia la puerta para salir de la habitación, pero antes de hacerlo tomó a Tony de la corbata y lo acercó para besarlo.—Y en nuestra noche de bodas, recuérdame que te castigue por haber atrasado nuestra boda.
Tony, sonrojado, tragó saliva y asintió.
Steve cerró la puerta detrás de él y miró a la rubia quien caminaba por el pasillo nerviosa.
—¿Cómo está él?—Ella preguntó viendo a Steve. Su cabello en un elegante rodete y su vestido largo de color azul marino con escote en forma de corazón.
—Mejor. Gracias por avisarme, Pepper.
Ella asintió.
—Gracias a ti por tranquilizarlo.
Steve le sonrió a la amiga de la infancia de su prometido y ella se retiró, de seguro de vuelta al salón en el que estaban todos los invitados esperando por los dos novios de aquella boda.
—Y odio hacer todo esto sobre mí, pero, ¿con quién se supone que hable? ¿Qué se supone que haga?—Le preguntó Tony a Steve tres años antes de el día de la boda de los dos, cuando ellos eran solamente amigos, compañeros de equipo, y no tenían ni idea de que terminarían enamorado del otro. Aquella era la primera vez que Steve había llevado a Tony al hospital después de que encontrara a Tony mal por el efecto de las drogas que consumía. Después de aproximadamente una hora escuchando a Tony desahogarse con él, Steve suspiró y miró a Stark. El moreno estaba acostando en la camilla de su habitación de hostal, todavía viéndose terrible.
—Puedes hablar conmigo, Tony.
Tony lo miró sorprendido, como si pensara que Steve no estaba hablando en serio.
—¿De verdad?—Steve asintió sonriéndole. Tony sintió algo cálido en su pecho al verlo sonreírle a él.—Steve, tienes tus propios problemas. Soy un superhéroe alcohólico y adicto, no tienes que encargarte de éste desastre.
—Eres mi amigo, Tony.—Se encogió de hombros.—Estoy aquí para ti. Si quieres hablar, te escucharé. Pronto te mejorarás, porque tienes que hacerlo.
Tony le sonrió a Steve, sintiéndose agradecido.
—De acuerdo, ¿por donde empiezo...? ¡Ah, sí!—Suspiró.—Steve, cuando era niño, diez años, creo, mi madre se suicidó, fue con una sobredosis de antidepresivos...—Steve se preparó para seguir escuchando los problemas de Tony. Para estar ahí consolándolo y ayudándolo.—Mi padre se volvió abusivo después de eso, a los dos nos afectó el que mi madre muriera, pero creo que para él fue peor, y recuerdo que un día cuando tenía catorce volví de la escuela y en mi mochila había una carta de amor que me había hecho otro chico de mi clase.—Steve abrió los ojos con sorpresa.—No sé cómo, pero él la encontró y se puso a golpearme. Supongo que eso me traumó—Suspiró.—, a tal punto de que oculté mi bisexualidad hasta que él murió.
—¿Eres... bisexual?—Preguntó Steve sorprendido. Todos sabían que Tony era un playboy, y las pocas veces que se había encontrado con las citas y cosas de una noche de Tony estas habían sido solo mujeres.
—¿Algún problema, Capipaleta?—Tony bromeó fingiendo enojo y viendo a Steve con una ceja levantada. Pero Steve no notó que Tony estaba bromeando y rápidamente entró en pánico.
—¡P-Por supuesto que no, Tony!—Exclamó Steve sonrojado y nervioso.—¡Yo jamás...!—Tony sonrió. Ver al Capitán nervioso le pareció lindo.—¡la verdad es que yo también soy...!
—¡Tony!
Todos miraron a la puerta de la habitación, Natasha, quien se veía aliviada, entró seguida de Bruce, Thor, Carol y Clint. La pelirroja dejó un ramo de flores en un jarrón que había en la habitación y fue hacia Tony para darle un beso en la frente, como una madre cuidando de su hijo. Tony le sonrió a Natasha y luego a sus demás compañeros.
—Nos diste un susto.—Dijo Carol con el ceño fruncido.—Por la cantidad que consumiste estuviste muy cerca de hacer una sobredosis.
—Lo siento, chicos.—dijo Tony suspirando.—No quise asustarlos. Les prometo que seré más cuidadoso la próxima vez.
—¡La próxima vez!—Exclamó Carol sin poder creerlo para luego salir furiosa de la habitación.
—Discúlpala, ella solo está preocupada por ti.—Dijo Thor suspirando para luego salir a intentar calmar a la capitana.
—Solo estamos felices de que estés bien, Tony.—Dijo Clint.
—Sí, nos asustaste a todos.—Dijo Bruce acomodándose los lentes.
—Agradézcale al Cap. Fue él el que me encontró y el que llamó a la ambulancia.—Dijo sonriéndole a Steve. Una sonrisa que hizo que el corazón del rubio diera un vuelco.
Después de eso podría decirse que Steve se convirtió en el "protector" de Tony. Estaba ahí cuando Stark quería hablar de sus problemas y escuchaba atentamente cada palabra que Tony tenía que decir. Lo ayudaba cuando Tony recaía y rompía su sobriedad cada par de semanas o meses, ya fuera drogándose o embriagándose, lo llevaba al hospital cuando era necesario y lo calmaba durante sus ataques de ansiedad.
Antes de que alguno de los dos se diera cuenta, se habían enamorado del otro. Las bromas entre los dos en la torre se habían convertido en coqueteos amistosos los cuales empezaron a ponerse más serios y terminaron con Steve invitando a Tony a una cita. Una cita la cual se convirtió en la primera de muchas.
Steve se había enamorado perdidamente de Tony. Amaba cada parte de Stark, incluso cuando Tony se ponía mal, lo calmaba y le susurraba que todo iba a estar bien, porque Steve estaba seguro de eso. Estaba decidido a ayudar a Tony, a ayudarlo a ponerse mejor. Se había vuelto una costumbre el calmar a Tony cuando éste se despertaba de una pesadilla o durante un ataque de ansiedad, pero a Steve no le molestaba, disfrutaba de estar ahí para Tony, de abrazarlo, de susurrara que todo iba a estar bien, que Tony se iba a poner mejor, de que cuidaran del otro y de que se amaran.
Era por eso que, aún sabiendo que Tony tenía muchos problemas y demonios que lo atormentaban, Steve aceptó cuando Tony le pidió que se casaran, porque sabía que Tony podría ponerse mejor con su ayuda.
Estaba seguro de eso.
Le sonrió a Tony cuando éste abrió la puerta de la habitación y salió.
—Yo estoy listo, ¿qué hay de ti, Steve?
—Listo.
Se tomaron de las manos y caminaron por el pasillo, salieron de la casa, la casa en la que planeaban criar a los niños que sin duda alguna tendrían, y salieron al jardín de atrás en donde estaban sentados todos los invitados de la boda, sus amigos y compañeros, quienes se levantaron y los vieron con enormes sonrisas mientras que los dos caminaban por el altar. Juntos.
Notaron a Pepper y a Natasha limpiándose las lágrimas rápidamente para evitar arruinarse el maquillaje. Thor, Rhodey, Sam, Bucky y Bruce también estaban llorando y Clint repartía los pañuelos mientras que él también lloraba. ¿Podrían culparlos? Sus mejores amigos estaban por casarse y la boda no podría ser más hermosa.
Al final del altar no soltaron las manos del otro y le sonrieron a Carol, quien sería quien oficiaría la boda.
—¿Están listos, chicos?—Preguntó Carol, viéndose hermosa con su reciente cabello corto y su traje de Capitana Marvel.
—Sí, Capitana, estamos listos.—Dijo Tony haciendo que Steve, Carol, y algunos de los invitados rieran.
—Estamos reunidos aquí para ver la unión de mis dos queridos amigos, y dos de los héroes más valientes que conozco. Tony Stark y Steve Rogers.—Empezó a decir Carol con una enorme sonrisa.—Yo he conocido a Tony y a Steve desde hace mucho tiempo, los vi convertirse de simples compañeros de equipo, a amigos, novios, prometidos, y no podría estar más feliz de estar aquí para verlos convertirse en marido y... bueno, marido.—Otra vez, risas entre los invitados y los novios.—Chicos, ¿quieren empezar con sus votos?
Ambos asintieron. Steve se aclaró la garganta.
—Tony, a pesar de que hay veces en las que me gustaría volver a mi época del pasado, no podría estar más feliz de estar aquí en el presente contigo. Te amo, Tony, mi Ironman. Literalmente tengo casi cien años y nada cambia el hecho de que eres la persona más maravillosa que he conocido, y a la que más amo.
Tony rápidamente se limpió una lágrima.
—Steve, sé que puedo ser demasiado, sé que he cometido mis errores y que, seamos sinceros, soy un desastre. Si los niños que me admiran supieran como soy en realidad o las tonterías que he cometido tirarían a la basura todos sus juguetes y mercancía de Ironman. Pero lo que no sé es cómo es que alguien tan maravilloso como tú se enamoró de mí. Te amo, Steve Rogers. Gracias por cuidarme todo éste tiempo, y por soportarme también—rió ligeramente al igual que Steve.—. El día en el que te pedí que te casaras conmigo y me dijiste que sí, se convirtió en el mejor de mi vida, pero después de hoy será remplazado con éste día. El día en el que, por fin, te convertiste en mi esposo. Te amo tanto, oh Capitán, mi Capitán...
Sin poder evitarlo se besaron y Carol los miró sorprendida.
—¡Cálmense tórtolos, todavía no he dicho la frase!—Steve y Tony rieron mientras que se separaban. Carol sonrió, tomó aire y siguió:—Tú, Steve Grant Rogers, Capitán América, ¿tomas a Anthony Edward Stark como tu legítimo esposo, en las buenas y en las malas hasta que la muerte los separe?
—Acepto.—Dijo Steve con lágrimas de felicidad en sus ojos azules.
Carol rápidamente se limpió una lágrima antes de seguir.
—Y tú, Anthony Edward Stark, Ironman, ¿aceptas a Steve Grant Rogers como tu legítimo esposo, en las buenas y en las malas hasta que la muerte los separe?
—Creo que todos sabemos la respuesta.
—Lo sé, Tony, pero tienes que decirlo...—Murmuró Carol y Tony rodó los ojos.
—Acepto.
Sin poder evitarlo, Carol soltó un pequeño chillido de emoción. Bucky le dio los anillos a Steve y los novios le pusieron el anillo al otro.
—¡Y por el poder que se me fue dado por el curso de internet que tomé en menos de una hora, es con un gran honor y alegría que los declaro marido y marido! ¡Ya pueden besarse otra vez!—Apenas Carol terminó Steve y Tony se besaron y todos aplaudieron.
—En las buenas y en las malas...—Tony susurró mientras que él y Steve se abrazaban.—Mi Capitán...
—Mi Ironman...
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro