Por favor no se les olvide comentar </3 me motivan a seguir escribiendo ^^

Yeonjun jamás había tenido una familia estable.

Sus padres se separaron cuando él tenía la tierna edad de cinco años dejándole desilusionado. Él veía a sus compañeros felices teneendo una familia perfecta. En su hogar, veía soledad y desespero. Su madre lloraba con rencor y siempre lo obligaba a ir a esos juzgados feos para según hacerle daño a papá.

Yeonjun no se dio cuenta de lo que hacía hasta que cumplió diez y empezó a ver la situación en la que sus padres estaban. Con pensión de por medio y un tipo de orden, su padre le visitaba todos los fines de semana para llevarlo a casa de sus abuelos, y era agotante.

Fue años después cuando tenía diecisiete años y desilusionó por primera vez a su familia. Un embarazo no deseado, con Soobin, un alfa lindo de dieciséis.

Soobin era todo lo contrario a Yeonjun. Buenas notas, resaltaba en todo, era guapo y su familia lo amaba. Sus padres eran todo lo que alguna vez yeonjun quizo. Entonces es cuando Soobin reclama a Yeonjun, ambos empiezan a salir y a conocerse más.

Yeonjun conoce a los padres de Soobin. Amables, cálidos y comprensivos. Creía que de alguna manera le gritarian como sus padres cuando él les dio la noticia. En cambio los señores Choi le miraron con amor y ternura y le dieron un lugar en su hogar.

“Puedes quedarte aquí el tiempo que quieras. Mi nieto y tú son bien recibidos”.

Yeonjun sintió algo cálido en su interior. Así que decidió irse de aquella casa que lo oprimía en tristeza y empezó a vivir su nueva vida con Soobin y su cachorro, dándose cuenta que tenía una nueva familia y Yeonjun se sentía demasiado faliz con Soobin, por que le permitió formar la familia que siempre quizo.

Entonces para los padres de Soobin Yeonjun fue como su segundo hijo legítimo y lo trataron como a un igual, brindándole lo que a Yeonjun le faltaba, amor familiar.

“Ven, abrázame, prometo darte una familia feliz a mi lado. Solo no me sueltes”

¿Qué les pareció?