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II : RECHAZO

Por favor, no se les olvide comentar </3 me motivan a seguir.

[°°°]

El primer amor siempre era bello, único y especial. Como una primavera recién llegada, incluso el cantar de los pájaros en un bosque recién bañado de lluvia.

También aquellas mariposas que en ese momento Soobin sentía.

Es un alfa alto, de complexión fuerte. Se alimentaba bien, se ejercitaba y hacia todo lo que un alfa haría, con la suave diferencia de que era un nerd. Sus ropas anticuadas y sus anteojos cubriendo casi la mitad de su rostro lo decían todo. No era de esperar mucho tiempo para que al incio del ciclo escolar escuchara la risa de sus compañeros burlándose de él.

Su madre siempre le dijo que ellos le tenían envidia por su inteligencia, por su humildad y su gran, pero gran corazón.

Sí soobin amaba a alguien, hay que estar completamente seguros de que era un amor puro. Sus manos sudando, sus mejillas rojas y los pequeños brillitos en sus ojos mientras le contaba sobre Yeonjun, un omega de su clase y del cual había estado enamorado por más de tres años.

“siento que es mi omega”

“Ja, ja, ja ¿Y por que no te le confiesa cariño?” La madre alentó mirando a su hijo.

Soobin sabía que no podía, era introvertido, tanto que si hablaba un poco con Yeonjun se haría en sus pantalones, y prácticamente quería evitar toda escena bochornosa con el omega.

“No puedo... Mamá...”

La madre de Soobin está vez llevo un dedo a la boca de su hijo callandole. — Puedes comprarle algún obsequio, a los omegas nos gusta muchísimo las flores y los chocolates. ¿Sabes que? —Dijo su madre bastante emocionada, acercándose al alfa — Iremos de compras, vamos.

[°°°]

Soobin escogió una fecha especial, el cumpleaños de YeonJun.

Llegaba a la escuela de la misma manera que días antes, con sus anteojos y ropa anticuada. Lo único diferente en él, es que en sus manos llevaba un ramo de rosas grande y en la otra una caja de chocolates.

Todos le miraban extraño y sentía que iba a explotar de la vergüenza escabullendose lo más que podía entre los pasillos menos transitados.

Camino hasta su salón y ahí se encontró a Yeonjun, sentado en su lugar, siendo rodeado de omegas y alfas, en sí, la mayoría del salón. Todos adoraban a Yeonjun, un omega con olor a cítricos, siempre vestía a la moda y tiene unos excelentes modales. Sin prestarle tanta atención a que sus padres eran CEOs prominentes haciéndole bastante popular entre la comunidad estudiantil.

Con las manos sudandole al igual que la frente, Soobin se acercó a pasos lentos encorvandose un poco. Cuando el olor a cítricos se color por su nariz sintió que su lobo se romovia en su pecho y eso le hizo sonreír.

— Oh, el ratito.

Escucho Soobin a una mujer a unos centímetros de su hombro. Hablaba como si su sola presencia le asqueara.

Todo el grupito alrededor del alfa se dispersaron en el salón mirándole con desaprobación. Soobin trago seco, mirando la pila de regalos en la mesa de yeonjun. Ahora el omega se veía más hermoso que otras ocasiones, luciendo un maquillaje leve y una vestimenta diferente.

Soobin trago saliva y se aproximó a pasos lentos, captando la atención del omega después de que la mujer gritara.

Yeonjun le miró de pies a cabeza, Soobin se sentía ahora intimidado. La mirada delineada de YeonJun simplemente era una de las maravillas del mundo.

Se acercó aún más hasta quedar a sólo centímetros y como en los dramas coreanos, se inclino y llevó los regalos al frente.

Sus mejillas se enrojecieron, porfin lo había hecho.

Porfin se había confesado.

Los alumnos soltaron un quejido de terror y otros se rieron. Soobin levantó su vista poco a poco ante el inminente silencio en el salón y miró a Yeonjun. El omega se veía incómodo y apretaba sus labios. Yeonjun se levantó un poco y de igual manera hizo una reverencia para tomar los regalos.

— G-gracias Soobin. —Dijo amablemente.

Soobin gritara eufórico sino fuera por que esa contestación fue demasiado cortante.

Al parecer Yeonjun no entendió, así que llevó su mano hacia su pecho sacando la placa que tenía su nombre y fue hacia Yeonjun tomando su mano y sorprendiendolo.

— Por favor, acepta mis sentimientos.

Silencio.

Uno, dos minutos, parecían eternos. Y fue ahí cuando alguien soltó una risa y después todo el salón. Las mejillas de YeonJun estaban rojizas y veía claramente la vergüenza en su cara.

Soobin sintió su corazón latir, algo no andaba bien. Sintió a su lobo siendo rechazado.

YeonJun no lo quería.

Pero no sabía porque, si el omega de YeonJun anhelaba al alfa, podía sentirlo, podía...

Y simplemente pasó.

— Lo siento Soobin.

“No puedo salir contigo...”

¿Qué les pareció?

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