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-Capitulo Uno-

-CAPITULO UNO-

―¿Así que ya que tengo vagina soy una perra?

Esas palabras salieron tan rápido de la boca de Andrómeda Bourousis que no tuve si quiera una oportunidad de detenerla y me maldije por el hecho de no poder dejar sola a mi mejor amiga.

―La sociedad le está chupando el pene a los hombres―solté rápidamente con una enorme sonrisa en mis labios―Ya que según los estereotipos clásicos los hombres pueden ser infieles pero las mujeres no, porque estamos echas para complacerlos. ¿Comparte esta misma opinión Señor. Cannan?

El orador que estaba detrás del podio se quedó en silencio unos segundos antes de aclararse la garganta para hablar:

―Por supuesto que no señoritas―se apresuró a decir―No creo que sean las palabras indicadas para expresarse en esta charla sobre la igualdad de género...

―Con todo respeto―interrumpí―Creo que es usted quien no entiende que lo que nosotras tratamos de expresar es que esos clásicos estereotipos no son más que eso, estereotipos de clasificación basados en palabras para nada justificadas con hechos.

Me miro con el ceño fruncido en confusión. Las manos me empezaron a sudar por el nerviosismo, casi toda la universidad sé encontraba presente en aquel oratorio y como siempre mi mejor amiga no podía guardarse sus comentarios poco adecuados.

―¿A dónde quiere llegar con esto?

―Quiero decir que nuestra generación se está preocupando tanto por las cosas que dicen, por querer probar con acciones que una mujer puede hacer lo mismo que un hombre quitándole importancia a lo que realmente la hace única.

―¿Y eso es?

―La mujer no fue creada para hacer todo lo que diga un hombre, o lo que haga un hombre. La mujer fue creada para hacer todo lo que un hombre ni en mil millones de años podría hacer―me reí un poco para disimular mi nerviosismo―Solo piénselo, nos dan horas y horas de charlas sobre igualdad de género, hacer carteles e incluso protestas pero no existe hombre sin mujer, no existe mujer sin hombre. Un círculo vicioso de la existencia humana realmente irrompible.

Justo en ese momento, salvándome el culo, el timbre de salida hizo presencia.

No espere ni dos segundos antes de recoger mis cosas y salir del auditorio entre la multitud indiferente con Andrómeda pisándome los talones.

―Dios mío, me salvaste de una grande amiga―suspiro Bou―Si no fuera por tu esplendido cerebro hubiera sido suspendida a tan solo un mes de acabar las clases.

―Te agradecería si dejaras de meternos en problemas―acote, sonriente―Ya es tedioso sacarte de apuros.

―Sabes que eso es inevitable querida, tengo los problemas pegados al culo.

―Podrías usar esa fuerza y motivación que tienes para cometer estupideces haciendo algo más productivo como lo es estudiar para nuestros últimos exámenes del año.

―Dios no sé porque te esfuerzas tanto, cualquier lugar al que vayas a trabajar una vez que salgamos de aquí será el más afortunado de tenerte―ambas abrimos los casilleros al mismo tiempo.

―Bou, por la misma razón es que me esfuerzo tanto.

Rodéo los ojos con exasperación.

Andrómeda o Bou, ha sido mi mejor amiga desde hace cuatro años cuando nos conocimos en un bar de forma poco común, ella estaba borracha hasta la madre y yo fui incapaz de dejar sola a una chica desconocida que me había vomitado en los zapatos.

Es una chica muy llamativa y con demasiado carisma tiene el cabello castaño bastante corto, una piel bronceada esplendida, unos ojos verdes muy llamativos y un cuerpo bien dotado.

―Ahora, movamos el culo porque tenemos trabajo en una hora―cerro su casillero de un golpe antes de salir corriendo en dirección a su auto.

No pude evitar sonreír.

Cerré el casillero con cuidado y empecé a caminar detrás de Bou. Al pasar las puertas de cristal del edificio fije mi vista en mi celular conociendo de memoria el camino al estacionamiento.

Estaba a solo unos metros de llegar cuando una mano se entrelazo con la mía deteniéndome en seco. Fije mi vista en quien me había detenido, encontrándome con un chico increíblemente guapo con un semblante preocupado.

―Agárrame―dijo―Me vienen persiguiendo.

Mire hacia atrás para verifica quien lo perseguía, pero solo me encontré con un grupo de chicos muy atentos a nosotros.

―¿Quién?―pregunte, confundida volviéndome para mirarlo.

De inmediato su semblante cambio desapareciendo toda preocupación y una enorme sonrisa divertida curvo en sus labios haciéndome perder la respiración durante un momento en que mi corazón empezó a palpitar con fuerza.

―Las ganas de conocerte―me guiño un ojo.

Quise evitarlo, pero una pequeña risa escapo de mis labios. Por un momento el chico pareció quedarse absorto en sus pensamientos así que aproveche para zafarme de su agarre.

―¿Cómo te llamas?―su voz era como melodía un poco fina, delicada, pero persistente. Aun así, me di la vuelta para marcharme―Oye, espera, se te cayo un pedazo de nalga.

Quise simplemente ignorarlo y pasar de largo. Tenía aires de agrandado, pero no pude hacerme caso a mí misma cuando me voltee para observarlo de manera suspicaz y desganada.

―Déjalo en el piso entonces―dije y no sé porque sonreí al hacerlo, no quería reírme, pero algo en la situación me causaba gracia.

Su interés me desconcertaba por completo. Pero no tanto como el hecho de que fuera tan increíblemente guapo, tenía el cabello castaño bastante abundante arriba y corto de los lados, su piel era blanca, pero no fue eso lo que me llamo la atención.

Fueron sus ojos, azules y brillantes.

―¡VENUUS!―la voz de Bou me hizo volver a la realidad.

Ambos nos giramos hacia donde provenía el enorme grito de mi querida amiga, su Toyota Fortuner 4x4 estaba parada justo frente a nosotros al otro lado de la acera.

―Lo siento...yo―señale hacia Bou―Tengo que irme así que...

Divertida y nerviosa por la inusual situación me acerque hasta el auto de mi amiga subiéndome en el asiento del acompañante, mientras me colocaba el cinturón de seguridad observe por la ventana al chico Ojiazul quien se despidió con una sacudida de mano.

Le devolvi el gesto justo al momento en que Bou ponía el auto en marcha.

―¿Qué diablos fue eso?―pregunto Bou, pasando su vista del camino hacia mí―¡Venus!―me dio un manotazo para llamar mi atención.

―¿Si?―dije volteando a observarla.

―¿Que tanto hablabas con Kiart?―pregunto viéndome con picardía.

Fruncí el ceño.

―¿Quién?

―El castaño idiota que estaba hablando contigo hace menos de dos minutos.

¿Idiota? ¿Ya Bou lo conocía? ¿Como era la primera vez que yo lo veía?

―Es solo, que es la primera vez que noto su existencia―sincere, ya que no era para nada mentira.

Se quedó pensándolo un momento y luego solo suspiro.

―No te creería de no ser porque eres una rata de biblioteca. Pero para refrescarte la mente, ya que no lo recuerdas, Inedra se moría por el al principio del año―señalo encogiendo sus hombros.

―¿En serio?

Inedra, es parte de nuestro Team. Somos cinco idiotas que hemos sido mejores amigos desde hace bastante tiempo, unos más tiempo que otros. Pero somos bastante unidos, aparte de que compartimos el mismo departamento.

―Sí, pensé que te acordarías.

―Pues no...―susurre para mí misma.

Mi mente divagó durante un instante en los recuerdos del principio de año, pero todo estaba bloqueado gracias a todas mis horas de estudios en la biblioteca de la universidad.

―Solo espero que no te llegue a gustar―hablo nuevamente Bou―Ese chico solo juega con las mujeres y...

―No me gusta, ni siquiera me parece atractivo―encogí mis hombros al decir eso, pero en algo mentía, era verdaderamente atractivo—Apenas es la primera vez que me habla en mi vida.

Pero no iba a admitirlo. Bou rio con fuerza.

―Te conozco luego de un par de palabras bonitas caerás a sus pies, te gusta todo lo que sabes que no tiene arreglo y ese chico en serio que no lo tiene amiga.

―Cierra la boca Andrómeda―me reí.

―Venus, sé que te llamo la atención el chico es muy sexy―sentencio― Es un loco sin remedio y no te quiero junto a un chico tan imbécil jugo con Inedra, tiene novia y la engaña, no le hables más Venus, no es para ti.

Suspire, era cierto, me encanta arreglar todo aquello que no tuviera arreglo, maldecía el hecho de que Bou me conociera tanto.

―No siempre hay que creer en los chismes amiga―dije mientras recogía mi cabello en una coleta alta.

―Para mí no son solo chismes Venus. Lo he visto juntarse con Hanck, mi ex novio―pauso y luego sonrió con sencillez―Sabes que los que se juntan con él no son precisamente una joya.

Hice una mueca y no hable más durante el resto del camino, no me apetecía hacerlo. Aun así, no podía dejar de pensar en toda la razón que Bou tenia, queme mis neuronas para recordar los tiempos en que Bou e Inedra solían ir juntas a todos lados para salir con sus chicos.

Pero aun así, el reflejo de esos ojos azules no salía de mi mente.

*****

Por fuera el establecimiento era realmente normal, unas que otras mesas y las ventanas que mostraban solo una parte del interior ya que los carteles con el nombre "Magon's" en letra cursiva y negra cubría gran parte.

Al entrar un enorme olor a café invadió nuestras fosas nasales. Las paredes eran blancas pero cada cliente podía hacer lo que quisiera en ellas. En las mesas habían pinturas y pinceles donde debían de estar las servilletas para que las personas se motivaran a pintar algo creativo en las paredes, también habían post it para que dejaran mensajes.

Las mesas eran al estilo camping, con césped falso en el suelo, algunos muebles de cuero negro bien situados, un escenario para que hicieran karaoke con los altavoces a cada lado.

Sonreí, me encanta este lugar.

Fuimos directamente a la parte de atrás saludando a algunas que otras de las personas que conocíamos, nos colocamos nuestro uniforme que consistía en pantalones negros, una camiseta que parecía estar manchada en miles de colores a lo loco, con el nombre del establecimiento en el centro y una gorra negra para recoger nuestro cabello.

―¡Chicas!―saludo el Team al unísono una vez pasamos a la cocina.

Le di un abrazo cariñoso como saludo a cada uno.

―Hola―susurre al separarme de Inedra―¿Por qué no se quedaron a la charla?―pregunte.

La rubia rodo los ojos.

―Tenemos un negocio que atender cariño―sonrió ampliamente.

Inedra Magons, una rubia de ojos castaños, realmente hermosa y con una familia adinerada. Su cabello rubio le llegaba casi a la cintura, su piel blanca increíble y su cuerpo equilibrado, no muy dotado pero bien proporcionado.

Sin duda, la diva del grupo.

Wyatt Magons, hermano de Inedra. Un chico pelinegro, atractivo. Sus ojos castaños claros estaban ocultos bajo unas gafas de pasta negra, tiene un cuerpo delgado pero marcado, inteligente, masculino e impresionante.

Además de ser mi mejor amigo desde hace ocho años.

El único hombre del grupo.

Luego estaba Maggie Parker, una chica de cabello rojizo y abundante, enormes mejillas, ojos verdes preciosos, piel bronceada y un cuerpo de infarto que cualquiera podría envidiarle.

Ella es el alma de la fiesta.

Ya saben sobre Bou, ella es la loca del grupo.

Por último, estoy yo. Mi cuerpo no es delgado, me considero en la línea justa con todo en su lugar digamos que "correcto", mi piel es morena, mis ojos oscuros, mi cabello es negro.

Soy la madre de todos en el Team.

Conocí a Wyatt e Inedra cuando estudiábamos en el instituto, nos hicimos grandes amigos, unos años después conocimos a Bou y por ultimo Maggie se unió a nosotros hace tres años cuando empezamos la universidad.

Los Magons son niños ricos, pero no necesariamente caprichosos. El local les pertenece a sus padres pero nosotros nos encargamos de mantenerlo, los chicos trabajan muy duro para demostrar que no son buenos para nada, mantiene su negocio, estudian y viven por su cuenta.

Todos vivimos juntos en un Dúplex excesivamente grande que los padres de los Magons compraron para ellos y en realidad, no pagamos nada de alquiler, nuestro trabajo en la cafetería es más que suficiente para los chicos.

―Qué bueno que llegan, este lugar está hecho un desastre―suspira Maggie mientras friega los trastes.

Era increíble cómo le encantaba fregar platos a esa mujer.

―¿Por qué?―pregunte con una sonrisa

―Los de ultimo año no dejan de hacer estupideces―resopla―¿No podían montar este negocio más lejos del campus?

―¿Y no darles café a los chicos que sueñan con meterle el pene a una Kardashian? ¿Estas demente?―replico Wyatt―Es el mejor negocio de nuestras vidas, deberíamos empezar a vender condones.

―¡Más vale condón al frente que muchacho en el vientre!―exclamo Bou con mucho entusiasmo.

―Es el eslogan perfecto―digo.

Bou y yo chocamos los cinco. Todos estallamos en carcajadas en cuestión de un instante, hasta que, por un momento el destello de aquellos ojos Azules hizo eco en mi mente.

Me esforcé por mantener la sonrisa.

―¡Oigan compinches a Trabajar!―grite mientras aplaudía con frenesí.

Amaba a mis idiotas.

*****

A eso de la una de la mañana cerramos la cafetería para irnos a nuestro Dúplex que se encontraba muy cerca del campus de la universidad. Maggie y yo nos fuimos en el auto de Bou mientras que Inedra y Wyatt se iban en sus propios autos.

Cuando pasamos al apartamento me deje caer sobre el mueble de la pequeña sala de estar que tenemos ocupándolo por completo, siento que voy a morir por el dolor de piernas. Bou se deja caer en el mueble individual que esta frente al mío y se acurruca para dormir.

―Andrómeda, vete a dormir a la habitación―le recrimino mientras me acomodo en mi lugar.

―Está bien, pero iré porque tengo ganas, no porque tú quieres que lo haga―gruñe.

Al cabo de una hora y media me encuentro sola en la sala de estar rodeada de libros mientas estudio para mis últimos parciales del año mientras que todos los demás duermen en sus habitaciones correspondientes. Hasta que unos pasos flojos y débiles interrumpen mi concentración.

―¿Venus?

Inedra, se encontraba en el umbral que daba entrada al pasillo.

―¿Mmm?―mascullo, mientras hago algunas anotaciones.

―¿Qué sucede entre tú y Kiart?―su pregunte me desconcierta haciendo que dirija toda mi atención a ella―No es porque yo haya intentado algo antes con él, solo que tú eres una chica increíble y no quiero que un idiota como ese se acerque a hacerte daño.

Suspiro, frustrada.

―Inedra...

―No vayas a molestarte con Bou por decirme, solo quiere cuidarte―me interrumpe, tomando asiento frente a mí―Sabes que eres la más...la más...―chasquea los dedos buscando la palabra correcta―Las más inocente de nosotros.

Fruncí el ceño. No podía mentir en eso, había tenido un solo novio en mi vida y habíamos terminado luego de tres años de relación a causa de que ninguno de nosotros sentía amor verdaderamente, solo estábamos juntos por el simple hecho de que nuestros padres eran mejores amigos.

Y nosotros también éramos amigos, pero solo nos queríamos de esa forma.

―¿Lo dices porque aun soy virgen?―cuestiono―Porque si de eso se trata, solo me hablo hoy por primera vez y es como le dije a Bou, no me gusta, no lo conozco, no...

―Venus―volvió a interrumpirme―Odiaríamos verte afectada por ese imbécil, solo queremos que entiendas eso.

―Ine, lo entiendo, en serio―recuesto la espalda en el sofá―Pero solo me ha hablado una vez, además no tengo planes de involucrarme con nadie.

―Ese chico es un maestro en lo que hace, créeme―la rubia sonríe―Ten cuidado.

Luego de aquello, se retira del lugar dejándome sola y realmente confundida. De inmediato esos ojos Azules vuelven a hacer eco en mi mente, su sonrisa pasa como un flash y el tacto de su mano firme sosteniendo la mía me estremece.

Una cosa sabia, debía hacerles caso a mis amigas.

Esa noche no soñé, todo fue simplemente negro hasta que mi despertador sonó en la mañana para que fuera a la universidad nuevamente. Estaba estudiando mi tercer año de Periodismo, y la verdad, es que no podía haber hecho mejor elección.

La mañana transcurrió tan normal como cualquier otra yendo de clase en clase,  ignorando cualquier tipo de comentario proveniente de parte de las chicas y encontrándome con el tal Kiart a la distancia quien no dejaba de dedicarme miradas y sonrisas poco disimuladas.

Todo de él emanaba problemas, su sonrisa, su forma de ser, de caminar e incluso de hablar, solo te recordaban a como es un niño cuando está a punto de cometer una travesura, solo que con él era en todo momento, se veía divertido pero peligroso.

Eh incluso, en ciertas ocasiones, la idea de que Kiart fuera gay pasó por mi mente.

Me alegraba de que solo quedara un mes más de clases y tendríamos vacaciones. Que en realidad no era tan abrumador si eras tan invisible como yo, las pocas personas fuera de mi grupo de amigos que me conocían eran los amigos y compañeros de clases de Wyatt, que estaba ya en su último año.

Cerca del comedor al aire libre había un árbol enorme con una muy pequeña columna enfrente en la cual estaba parada junto con las chicas  jugando y haciendo estupideces, estaba muy concentrada en todo lo que ellas hablaban, cuando sentí como una mano se estampaba fuertemente en una de mis nalgas, haciéndome sobresaltar y darme rápidamente la vuelta.

A penas mis ojos se encontraron con los suyos, con esos ojos azules despampanantes, solo sentí unas inmensas ganas de darle una bofetada.

Era Kiart, el dueño de la mano que me había nalgueado.

―Ahí tienes tu pedazo de nalga.

Y fui yo, la dueña de la mano que se estampo fuertemente contra su mejilla.

Me quede con el ceño fruncido mientras lo observaba alejarse aun con la sonrisa en su rostro, sosteniendo la mejilla que le había golpeado.

―Maldito Idiota―fue lo que salió de mi boca mientras me frotaba mi nalga.

Voltee de nuevo para observar a las chicas  quienes me observaban atentamente.

―¿Que mierda le pasa?―exclamo Inedra, molesta.

―Eso fue un chico siendo idiota―gruño Bou.

Wyatt llego junto a nosotras con cara de pocos amigos.

―¿Que pasa entre tú y Kiart―pregunto a la defensiva.

Mis ojos se abrieron grandemente.

―Nada―gruñí―Ese chico es un verdadero imbécil―hable sinceramente.

El solo rodo los ojos antes de sentarse frente a nosotras.

Loco de mierda, todos están locos para la mierda.

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