Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

-Capitulo Dos-

-CAPITULO DOS-

Me apresure a cepillar mis dientes y salir del baño con rapidez para poder vestirme con lo primero que encontrara en mi armario que consistió en un top amarillo, unos jeans altos y unas botas trenzadas. Se había hecho tarde, me había quedado dormida o bueno en realidad todos en la casa nos habíamos quedado dormidos y ahora debíamos arreglarnos rápido si queríamos llegar a tiempo.

―¡DONDE ESTAN MIS MALDITOS TAMPONES!―gritaba Bou corriendo de un lado al otro en el pasillo con nada más que una toalla envuelta a su cuerpo―¡PUTO ANDRES ME DESPERTE IGUAL A LA BANDERA DE JAPON!

Me reí mientras intentaba peinarme.

―¡ESTAN BAJO TU CAMA!―le grite en respuesta.

Sus pasos apresurados y pesados hicieron acto de presencia en nuestra habitación, se agacho debajo de su cama y rebusco con uno de sus brazos mientras con el otro intentaba mantener la toalla pegada a su cuerpo.

―¿Qué diablos hacen mis tampones bajo la cama?―refunfuñaba, intentando alcanzarlos.

―Tú los pusiste ahí―hablamos Maggie y yo al unísono.

La pelirroja estaba a mi lado cubriendo su rostro con un poco de maquillaje para verse más decente. Observe la hora en el reloj de mi muñeca para percatarme de que no tenía casi tiempo para llegar a mi primera clase y tenía uno de mis parciales hoy.

―Bueno, yo lo siento mucho pero creo que me tocara irme en mi auto chicas―suspire, tomando mi mochila y mis libros―¡Nos vemos más tarde!

Lo último que pude destellar fue el rostro de Bou quien sacudía la caja de sus tampones en el rostro de Maggie. Tome las llaves de mi auto y Salí del departamento directo al estacionamiento con nada más que una tostada de pan en mi boca para el camino, me subí en mi Jeep Wrangler 4x4 y arranque a la universidad a todo lo que el pobre motor estropeado daba.

(*)

El final de la segunda hora estaba cerca.

Solo faltaban unos minutos para que sonara la campana. Termine de escribir la última respuesta del examen luego baje el lápiz y le di vuelta a la hoja, unos minutos después sonó la campana.

Abandone el lugar con rapidez yendo directamente a la plaza principal de la universidad. Se dividía en secciones cada una ocupada con un puesto de comida al aire libre. Me acerque al puesto de bebidas tropicales.

―Hola Sam―salude entusiasmada al encargado.

Sus ojos grises me miraron destellantes en alegría. Sam es un chico realmente simpático moreno, cabello oscuro y un cuerpo que derretiría a cualquier chica en un segundo.

―Guapa―me sonrió―Tenia unos días sin verte, ¿Por qué tan perdida? ¿Qué te sirvo?

―Exámenes, ya sabes―suspire sonriente―Me gustaría uno de esos maravillosos batidos de yogurt con frutos rojos―saque un billete de mi cartera y se lo tendí―Quédate con la propina, guapo.

―En seguida te lo llevo a tu mesa enana.

Me senté en la única mesa que estaba libre y saque mi libreta de mi bolso, los pensamientos llegaban por si solos a mi mente mientras mi mano escribía. Sam apareció a los minutos con el batido y se fue dejándome sola con mis pensamientos.

Estaba tan concentrada que no me percaté de que alguien se había sentado justo al frente de mí. En cuanto subí la mirada me encontré con él, observándome como si fuera lo más interesante que hubiera visto.

―Hola.

Fruncí el ceño y mire a Kiart con fastidio.

―Hola―respondí seca devolviendo mi vista a mi cuaderno―¿Se te ofrece algo?

―¿Cómo estás?

Volví a mirarlo en silencio antes de comenzar a guardar mis cosas.

―Estaba bien, hasta que llegaste.

Estaba por levantarme pero coloco su mano sobre la mía.

Me quede estática ante el tacto y mis ojos se dirigieron a los suyos. Su mirada atrapo la mía por un instante, esos ojos me hipnotizaron. Sus pestañas eran largas y hermosas, muy envidiables. Su mano era delicada quite mi mirada y la aparte de la suya, moví mi mano y la aparte de igual forma.

―Lo siento―murmuro.

―¿Por qué?―pregunte, obstinada―¿Por haberme nalgueado o por ser un idiota?

―¿Ambas?

―Disculpa no aceptada.

―¿Podrías verme?

―No.

―Venus―insistió. Sus dedos viajaron a mi barbilla, subiéndola para que lo observara―En serio lo lamento.

Una enorme sentimiento de molestia se apodero de mi estómago, quería golpearlo, hasta que entendiera que no me apetecía hablar con él.

―¿Podrías marcharte?―pregunte, con los dientes apretados.

Tome el vaso con el batido y lleve el pitillo a mis labios para beber un su contenido, el sabor agridulce se apodero de mis papilas gustativas mientras que mis ojos viajaron por todas direcciones intentando encontrar una manera de librarme de este chico.

Sonrió mientras me observaba.

―Eres muy obstinada, algunos dicen que testaruda y...

―No digas estupideces niño―le interrumpí bruscamente―No me conoces.

Me puse en pie dispuesta a salir de ahí y dejarlo solo. Estaba molesta, muy molesta por su gran falta de respeto hacia mí. Pero fue mucho más rápido, tomo mi muñeca y me detuvo jalándome hasta quedar realmente cerca el uno del otro.

―Oye, en serio lamento haberte nalgueado, fue todo un reto de mis amigos nada mas―explico.

Su cercanía me ponía verdaderamente nerviosa, me dejaba un vacío grande en el estómago. Baje la mirada de nuevo, cerré los ojos para tomar una gran canalada de aire y valor antes de poder devolverle la mirada.

―Lamento haberte golpeado―susurre, nerviosa―Fue un acto reflejo, además de que te lo merecías―ambos reímos un poco.

Sentí como su mano se deslizaba lentamente hasta que sus dedos se escabulleron entre los míos dejándome una enorme sensación de calidez.

―Mi cumpleaños fue hace unos días―comento casualmente.

Debía soltar su mano, pero algo muy en el fondo de mi quería seguir sujeta a su tan rígida y cálida piel que me sostenía con fuerza. Por un momento había olvidado donde estaba, mire a mi alrededor y note miradas algo disimuladas en nosotros.

Solté su mano de manera rápida y volví a sentarme.

―¿Si?―cuestione antes de carraspear―Que bien―intente sonar desinteresada jugando con el pitillo de mi vaso.

―Si―afirmo, sonriente―Y no me diste mi regalo―no lo veía pero sabía que estaba sonriendo.

Rodee los ojos.

―No te conocía―solté de manera obvia.

Se rió antes de sentarse en el banco en que yo estaba, quedando muy cerca de mí. Maldecía que estas mesas fueran tan espaciosas, necesitaban algunas individuales.

―Pero podrías dármelo ahora.

Apenas esas palabras salieron de su boca note como su mirada viajaba por todo mi rostro, deteniéndose en mis labios, sentí el calor subir a mis mejillas, me estaba ruborizando...¡Mierda!¡Mierda! y más ¡Mierda!

¿Qué acaso me faltaban tornillos? ¿Cómo me estaba ruborizando?

Me quite de la silla en que estaba y me senté en la de al lado, bueno, al menos un tornillo debe de estar bien sujeto.

―No―me reí nerviosamente―Yo creo que en realidad no.

―¡Oh vamos!―exclamo, buscando reír.

Mire sobre su hombro y vi a Maggie, Inedra y Bou caminando hacia el puesto.

―Tengo que irme.

Sin importarme que él aun estuviera sentado frente a mí me levante de mi lugar y camine hacia ellas, dejándolo solo. Bou fue la primera que noto que me acercaba, como si fuera algo que supiera observo detrás de mí haciendo que automáticamente su rostro se frunciera en molestia.

Me tomo del brazo y me alejo de las chicas sin disimulo alguno.

―Debes alejarte de él―sentencio.

Suspire frustrada, yo tendría que pagar los platos rotos cuando no había hecho nada.

―Fue el quien se sentó junto a mí―replique―Yo no lo busque.

―Te creo, te conozco y después de nuestra conversación de ayer espero que sirva para que mantengas distancia.

―Lo hare.

Observe detrás de nosotras como Kiart se acercaba a su grupo de amigos, no pude evitar morderme el labio inferior mientras lo observaba, en verdad era un chico increíblemente atractivo. Mi ensoñación termino cuando Bou me tomo del brazo y me llevo lo más lejos de ellos que pudiera.

*****

Las siguientes dos semanas se basaron en Bou detrás de mí casi todo el tiempo cuidando el culo. Aunque la verdad es que los exámenes finales tenían mi mente ocupada en su totalidad sin permitirme obsesionarme en Kiart...Kiart, bueno, la verdad no recordaba ni su apellido.

Aunque sus estúpidos ojos azules siguen rondándome la mente junto a esa sonrisa problemática que tenía. Bou quizás no lo entendía, pero mientras más me decían que debía de mantener distancia más lo observaba de lejos y quería conocerlo.

Soy como la niña de Charly y la fábrica de chocolate y él es mi ardilla. Quizás no sea una buena...Bueno, está bien, es la peor comparación de todas pero no encontraba otra manera de expresarlo.

O tal vez solo tengo hambre, si, seguro es eso.

Me levante de los sillones de cuero dejando ahí todos mis cuadernos y libros para dirigirme a la barra donde se encontraba Maggie atendiendo, quien era la única de nosotros que tenía turno hoy.

―Quisiera un americano y un muffin de arándanos por favor.

―Te los llevare en un instante.

―¿Podrías ponerlo para llevar?―cuestione―No planeo quedarme mucho tiempo por aquí.

―¿Lo anoto en tú cuenta señorita?

―Por favor―hago una pequeña reverencia antes de volver a donde me encontraba volviendo la vista a mis libros.

Estaba concentrada en mis apuntes mordiendo la goma de mi lápiz con prepotencia y estrés, cuando la campanita de que alguien había entrado a la cafetería sonó. Lo normal era que no me importaba quien llegaba, pero al voltear para echar un vistazo me maldecí por haberlo hecho.

Se abrió paso por la cafetería con un aire tranquilo, masculino y poderoso. Tenía el cabello castaño recién lavado, un pantalón negro, una camiseta blanca de algodón, una chaqueta marrón encima y unos zapatos deportivos negros.

Lo observe acercarse a la barra seguido de dos chicos que eran prácticamente sus sombras, tuve que parpadear repetidas veces antes de poder concentrarme de nuevo en mis apuntes.

¿Qué me estaba sucediendo?

Believer– Imagine Dragons empezó a sonar en la cafetería haciéndome mover delicadamente la cabeza mientras escuchaba la letra de la canción tarareando unas que otras partes concentrándome más en morder la goma de mi lápiz para evitar subir mi mirada hasta que Maggie llego frente a mí con una bandeja en sus manos.

―Muchas gracias―le sonreí.

Cuando pensé que estaba por marcharse se detuvo en su lugar y me entrego un post it verde con unas letras negras.

―¿Qué es eso?―pregunte confundida.

Tome el papel entre mis dedos mientras que mi amiga tomaba asiento frente a mí con una sonrisa como la del gato de Alicia en el país de las maravillas.

―Te lo mando Kiart―susurro a la vez que señalaba en dirección a la mesa en que se encontraba el castaño.

Me reí involuntariamente.

―¿Por qué susurras si vas a señalarlo?

―Disimular no es lo mío―se encoge de hombros―Pero el chisme si, así que lee esa cosa.

Observe en dirección a Kiart quien se mantenía atento a cada uno de mis movimientos mientras llevaba la taza de humeante café hasta sus gruesos labios, suspire.

"Eres el tipo de chica a la que uno mira y no sabe si invitarle un café, una cerveza o una vida"―leí en voz alta para que Maggie pudiera escuchar―Emmanuel Zavala.

Me quede sin aliento un instante luego de leer aquello, fue imposible que una sonrisa no se curvara en mis labios por lo que tuve que morder mi labio inferior para disimularla un poco.

―Esto es patético―susurre.

―Yo creo que es romántico―suspiro Maggie.

―¿Este chico no que tiene novia?

―De hecho, yo creo que sí.

―Entonces es patético―aclare, fruncí el ceño y sacudí la cabeza en negación.

Pegue el post it en la cubierta de mi libreta de apuntes con algo de molestia creciendo en mi interior, la nota era mala, si él tenía novia esa nota era lo peor del mundo. Así que tome mi bolígrafo negro y un post it de la mesa ratona frente a mí, mi mano actuó por si sola mientras escribía la nota.

Le extendí el papel a Maggie quien lo leyó y de inmediato soltó una pequeña carcajada.

―¿En serio quieres que le entregue esto?―pregunto mi amiga mientras que me observaba guardar mis libros en mi mochila.

―Por supuesto que sí.

"Me educaron tan bien, que aunque tengo ganas de ir a escupirte la cara igual responderé tu nota, pero ten en claro Kiart que no eres más que un simple e insignificante idiota" –Venus.

Una vez que tuve todo en mi mochila, incluyendo el muffin. Me puse en pie tomando el vaso de café en mi mano, me despedí de Maggie con un abrazo antes de verla dirigirse a la mesa donde estaba Kiart junto a sus dos amigos.

Camine hacia la salida de la cafetería pero antes de atravesarla voltee una última vez observando como el rostro de Kiart se contraía en diversión al leer el papel en sus manos. Observo en mi dirección con una gran sonrisa divertida en su rostro.

Le mostré el dedo medio antes de darme la vuelta y atravesar la puerta.

¿Qué mierda tenía en la cabeza ese chico?

(*)

―¡Esto es demasiado!―exclamo Inedra dejando caer con fuerza su libro contra la mesa.

Todos la miramos confundidos.

―¿Qué diablos te sucede?―pregunto Wyatt acomodando sus gafas que se habían salido de lugar debido al sobresalto.

―Inedra, entendemos que estas estresada y que no puedes concentrarte en la tarea sabiendo que todo en tus tiendas de ropa favoritas se encuentra en descuento, pero, debes de entender que en el mundo existe algo más que solo la moda―objeto Bou, llevando un Dorito a su boca con su vista fija en sus apuntes.

―No hablo de eso―aclaro, luego mordió su labio inferior y tomo asiento frente a nosotros―Bueno, eso también, pero no es lo importante ahora.

―¿Entonces que lo es?―cuestione.

―¡Los de ultimo año darán una fiesta esta noche!―exclamo alterada―¿Entienden?¡Esta maldita noche!

―Oh, cierto―rio Wyatt.

Su hermana dirigió una mano directo a su cabeza proporcionándole un golpe que sonó realmente fuerte.

―¿Cómo diablos no nos avisaste un demonio?―volvió a gritar―¡Solo tenemos dos horas para arreglarnos chicas muevan el culo!

Bou y Maggie intercambiaron miradas antes de levantarse de sus lugares, Wyatt todavía se sobaba la parte trasera de la cabeza mientras se ponía de pie al igual que las chicas. Todos se me quedaron viendo mientras que yo seguía en mi lugar.

―Oh no―negué con la cabeza―Yo no pienso asistir.

Casi al instante en que esas palabras salieron de mi boca la mano de Inedra se estampo en la parte trasera de mi cabeza. Querido Wyatt, ahora te entiendo.

―Por supuesto que iras, como dice rasputia mi amor―hizo una pausa dramática, coloco su mano frente a mi rostro y una mueca realmente graciosa apareció en su rostro―Quieras o no.

No pude evitar reírme debido a su exageración, aun así, quería devolverle el golpe.

―Pues no, yo me quedare aquí y leer toda la noche hasta que me llamen porque están muy ebrios como para venirse solos―objete.

Jamás había entendido la capacidad que tenían esos cuatros chicos para poder convencerme de hacer las cosas, oh en ciertas ocasiones, para obligarme a hacerlas. Puesto que solos dos segundos después de que esas palabras salieron de mi boca ya Inedra me había tomado de un brazo, Maggie del otro y Wyatt había sujetado mis piernas.

Mientras que mi mejor amiga, en lugar de ayudarme, solo gritaba:

―¡Fiesta!¡Fiesta!¡Fiesta!―acompañado de algún tipo de baile extraño―¡Fiesta!¡Fiesta!¡Fies...―y tanto su baile como sus gritos se vieron interrumpidos por su rostro golpeando contra el suelo.

Aun suspendida en el aire por los chicos no pude evitar soltar una carcajada al ver a Bou en el suelo.

―¡GRACIAS UNIVERSO!―grite. Luego me arrepentí, puesto que los chicos me soltaron y me dejaron caer al suelo―Desgraciados―gemí adolorida.

A veces podía odiar a estos imbéciles, pero sí que había valido la pena conocerlos a todos.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro