Él tenía que dejar de hacer ese tipo de comentarios. Sé que para Keegan tal vez era solo una broma y una forma de molestarme, pero ahora cuando me hablaba de esa forma ya mi mente no repetía "Agh, Wayne solo está siendo Wayne, déjalo, no tiene remedio", pero ahora... ahora mi corazón se encogía y no podía aceptar esta extraña atracción que comenzaba a surgir, no lo haría.

Keegan tomó mi mano e ingresamos al lugar. Estaba en penumbras a excepción de unas luces tenues, me pregunté a donde estos chicos me habían metido. Reconocí a Ethan, hablaba con la chica de cabello corto animadamente y con las miradas que se daban el uno al otro, comprendí que se habían reconciliado. Normalmente pensaría que era el resultado del amor, del que es imposible escapar pero de un momento al otro me había vuelto escéptica ante esa idea y solo podía pensar "Oh, vamos, si hasta mi periodo dura más".

Keegan soltó mi mano y me di cuenta que varias personas me observaban. Ethan avanzó un paso hacia delante abriendo sus brazos hacia mí.

—Esta es la chica de la que les hablé.—Exclamó y me encogí en mi lugar.

Susie, otra chica y un chico que desconocía me estudiaron y analizaron con sus miradas.

—¿Es verdad que lograste que Keegan dejara de ser Keegan?—El chico de ojos verdes preguntó alzando una ceja—. Lo cambiaste totalmente.

No respondí por qué sentía un nudo en mi garganta y lo menos que quería ahora era hablar con la voz de Candace cuando comía brocoli. La otra chica, de estatura pequeña y cabello de un efusivo azul, al notar mi "incomodidad" se acercó.

—¿Tú madre no te enseñó buenas modales o qué, Shawn?—Dijo con sarcasmo hacia el chico de su lado.

—O qué.—Respondió este y volvió a clavar su vista en mí.

—Déjalo, cariño.—La chica de cabello azul se dirigió a mí—. Es solo un amargado que no acepta que Keegan tenga novia y él solo morirá virgen en algún lugar remoto del Tíbet.—La chica esbozó una sonrisa radiante y Shawn farfulló molesto—. Soy Holly.

—Eh, mucho gusto.—Acepté su mano y la estreché.

—Ah, por cierto, este cerdo se llama Shawn y supongo que ya conociste a Susie.

—¿Virgen y cerdo? No creo que pensabas eso la otra noche—. Interrumpió Shawn—. ¿Y por qué mierda ahora actúas como la princesa de Francia? Tienes un tatuaje con una frase prometedora en...

—No responderé eso por que para empezar Francia no siquiera tiene princesa, idiota.—Rodó sus ojos y Holly se cruzó de brazos.

—No nos presentamos.—Interrumpió Susane y me miró pícaramente—. ¿Cómo va el embarazo?

—Oh, y-yo no...—Comencé a tratar de explicar rápidamente pero Susie soltó una carcajada.

—Esta bien, linda. Una vez un chico en una cafetería me preguntó si estaba usando la silla a mi lado para llevársela y Ethan me interrogó sobre cuando me casaría con el tipo.—Susie negó con la cabeza.

—Lo estás exagerando.—Masculló su novio.

Susie rodó sus ojos y tomó mi mano para arrastrarme.

•••••••••

La música era muy molesta, ha decir verdad jamás escuchaba este género extraño. Nosotros nos encontrábamos en una especie de ronda, Holly y Keegan estaban a mi lado. Susie parloteaba sin cesar mientras que su novio la rodeaba con sus brazos. A mi lado, disimulé notar que Shawn ofrecía un cigarrillo a Keegan y este solo chasqueó su lengua en señal de negación. Sentí una cálida sensación en mi pecho, orgullo tal vez.

—Hey, Shawn, ¿qué sucedió con el televisor esta vez?—Inquirió Ethan una vez que su novia terminó de hablar.

Miré sin comprender al chico de mi izquierda. Shawn dio una calada de su cigarrillo y frunció el entrecejo.

—¿Y qué crees? La misma mierda de siempre.—Exclamó y rascó la zona posterior de su cabeza.

—¿Quinn no mejora?—La voz gruesa de Keegan se escuchó y me sorprendió por qué en todo este momento él casi no había participado de las conversaciones al igual que yo.

—Sigue empeñando el maldito televisor por dinero para comprar.—Shawn restregó su rostro con sus manos y exhaló con frustración.

Con esta última frase, el tema terminó inmediatamente y tardé en comprender el problema. Por supuesto, cuando mi lento cerebro hizo conexión, la palabra drogas resonó y sentí pena al saber que la tal Quinn tenía ese problema y sonaba ser muy importante para Shawn.

—Cuéntanos, linda, ¿cómo se conocieron?—Tardé unos segundos en darme cuenta que Holly me hablaba.

—Eh, yo...

—¿Y eso qué importa? Yo quiero saber cómo es que Keegan, vida social al igual que un poste de luz, te tenga a ti como su novia.—Exclamó Shawn.

—¿Y por qué yo no podría estar con alguien como ella? ¡Usa suéteres!—Keegan relució indignado.

—¿Qué tiene de malo los suéteres?—Inquirí cruzándome de brazos.

—Es cierto, Keegan. Además, siempre le podrás decir cosas como "¡Tu ropa me asusta! ¡Quítatela!".—Dramatizó Ethan y mis mejillas se tiñeron de rosa.

—¡Ethan! ¿No puedes estar cinco segundos sin decir algo obsceno?—Susie reclamó.

—Susanne, de la escala del uno al diez, ¿cuánto te gusta discutir?

—¿Puede ser del uno al quince?

—No.—Ethan negó con su cabeza.

—¿Y por qué no?

—Vamos, Su. ¿Por qué te enojas? Si igual sabes que nos vamos a casar.—Una sonrisa socarrona se dibujó en el rostro de Ethan y Susie apartó la mirada.

Mi celular vibró en mi bolsillo y lo tomé para ver quién era. Un mudo se instaló en mi garganta cuando leí que era Damien. Toqué el hombro de Keegan para llamar su atención.

—Enseguida vuelvo.—Le informé señalando mi celular para que entendiera que me esperaba una llamada.

Volteé para marcharme a un lugar más tranquilo pero Keegan tomó mi mano y ladeé mi rostro para mirarlo confusa.

—No te vayas lejos, ¿sí?

Asentí con mi cabeza y aparté mi brazo todavía sintiendo un pequeño cosquilleo en mi palma.

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Holaaaa a todos. Perdón por tardar, solo puedo escribir los fin de semana, aunque la primera parte la escribí mientras esperaba en la peluquería. Siento que no haya pasado tanto pero créanme que pronto vendrás cosas intensas...
Mitch.