Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

1

〰️✴️〰️✴️〰️✴️〰️✴️〰️✴️〰️

Séptimo cigarrillo.

Tal vez el vigésimo, ya perdí la cuenta...

Ni siquiera me percate que las lágrimas no me dejan ver el cielo estrellado desde el balcón.

Pero era bueno... Ahogandome en mis lágrimas pude reprimir todos mis sentimientos hacia tí.

Pueblo argentino...

A veces quisiera que me regalaran recuerdos que no duelan tanto.

Me pongo de pie débilmente, era normal que me sienta así después del duro golpe que recibí, caminando directo a la cama para recostarme entre las sábanas blancas recién lavadas con ese exquisito olor y sensación a limpio que resultaba satisfactorio.

Pero no pude... Simplemente no pude y sólo un sollozo escapó de mis labios, los tapé inconscientemente desviando la mirada de la cama donde se encontraba aquel teléfono a pantalla prendida... Con esos mensajes de fondo.

Estados Unidos
Te estas estancando demasiado, ya nadie desea ayudarte.

Brasil
No me interesa, sólo decide si te quedas o te vas del Mercosur.

Uruguay
Perdón, Argentina. No voy a ayudarte, tengo cosas más importantes que hacer.

Siempre tenía el mismo resultado, estoy solo... de nuevo.

¡Ja!

Me tocó ver cosas que me dolían, y hacer como si no me importara. Esto no es nada de lo que no pueda acostumbrarme...

Pero, sin embargo... nadie notó mis lágrimas, nadie notó mi tristeza, nadie notó mi dolor, pero todos notaron mis errores. Soy nada más que... basura.

Quizás solo tengo que aceptar las cosas por como son y no por cómo quiero que sean, aunque es difícil aceptar la realidad cuando vives en una fantasía constante.

Bufé ante mis propios pensamientos, sobrepasando la amargura y esa característica tristeza que rara vez sentía. Es como una pena que me vaciara dentro y me deja pensando en todo y a la vez en nada, como si ya no fuera yo mismo, como si me hubieran robado una parte del alma.

Mis ojos se desvían a la mesita de noche, me concentré en aquel frasco naranja, allí estaban... Parecían la perfecta solución, una salida, un milagro para y mis altibajos depresivos. Pero quizás Dios los trajo para otra cosa... Eso es... Me los trajo para mi última noche.

¿Quién me extrañaría? Doy asco, nadie me quiere, no sirvo para nada, soy una molestia, todos me insultan. No soy fuerte. Me cansé de vivir.

Todos estarán mejor sin mi.

Tome el pequeño frasco entre las yemas de mis dedos tocando con suavidad aquel plástico lleno de fármacos. Lo destape sin miedo y lo vacíe en la palma de mi mano, melancólico torcí mi labio en mueca.

No se que hacer... Tengo miedo.

Pero aún así, solloce un poco. Esto es lo que necesito, ¿Por qué estoy dudando?.

Suicidáte, ¡vamos!. Deja de ser un estorbo, nunca valdrás la pena, Argentina. Todos estarán mejor sin vos, sos mucho menos que la nada.

Miré mis muñecas marcadas y suspiré un aire pesado, pensando "estos son los gritos que nadie va a escuchar".

Como último aliento de valentía, respire hondo y dispuesto a matarme.

Entonces lo sentí.

Unas manos rodearme.

Unos brazos cerrándose sobre mi cuerpo con sumo cuidado.

No giro mi cabeza pero siento esos ojos verdes. Me había olvidado que estoy compartiendo habitación con alguien que salió a cenar shashlik.

— No viste nada... Por favor.

— ¿Y esas cicatrices?.— Señala aquellos tajos en mi piel, ignorando el hecho de que tengo mis manos llenas de pastillas.

Me encogí de hombros.— Son marcas de guerra.

— ¿De guerra?, ¿contra quién?.

— Contra mí mismo.

Escucho el esbozo de una sonrisa, y dice los menos pensable;— Eres muy fuerte y valiente.

Reí sin mover mis labios, bufando.— No soy fuerte, mucho menos soy valiente cuando no tengo el coraje de mirarte ahora.

— Si tuviste el coraje de hacerlo.— Señala las heridas de mi brazo.— serás lo suficientemente capaz de superarlo.

— Vos no lo entenderías...

Él asiente, me quita lentamente las pastillas de la mano volviendola a guardar en el frasco. No me quejé, ni impuse algún ruido de protesta, sentía demasiada vergüenza y pena hacia mí, y hacia él que debía estar aguantando esta situación tan absurda e inmadura de mi parte.

Pude notar que se guarda las pastillas en el bolsillo de su campera, se sienta a mi lado en silencio por minutos. Sin hablar, sin moverse, parecía que ni siquiera respirara, pero siento como aprieta mis manos entrelazadas en mi regazo, dándome lo que supuse era "apoyo".

No lo necesito, no necesito apoyo... No quiero a nadie que después no quiera quedarse conmigo.

— No hace falta que me ayudes a–

Me interrumpe— A veces cuando más ayuda necesitas, más espaldas conoces. No te estoy ayudando, simplemente te acompaño en tu dolor.

— ¿Porqué?.

Él se encoge de hombros haciendo una mueca, sin respuesta o sin saber el porqué, y decide no seguir hablando del tema.

Así fue... Sólo él y yo... Y entonces caí en cuenta... ¿Me salvó la vida?, ¿O acaba de arruinarla?.

〰️✴️〰️✴️〰️✴️〰️✴️〰️✴️〰️

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro