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-Sonríe XXII-

Como JungKook se había esperado, su madre lo regañó por lo ocurrido con Seok Jin. El pelirosa quiso mentir diciendo que fue un accidente cocinando, pero Kook terminó por decir la verdad sin importarle el sermón de Eun Yeong.

De esto hacía una semana, aproximadamente. Jin odiaba tener que estar en la casa sin hacer algo útil, pero según le dijo el doctor, tendría que estar unas semanas así para que las heridas sanaran más rápido y no corriera riesgo alguno. Así que nuevamente Elizabeth, Aoi y Sook (salvo Joseph quien se había ido de urgencia a su país natal por un problema con su hermano hacía unos tres días) se repartían la tarea de cocinar mientras él hacía un intento por ayudar. Y era sólo un intento porque en cuanto ellos lo veían lo regañaban y evitaban que tomara algo, incluso el matrimonio Jeon lo hacía. JungKook, por su parte, no le decía nada, pero en cuanto lo veía tomar algo, se lo sacaba y se encargaba de dejarlo en su lugar para, con una mirada, decirle que se fuera y no tocara más. Para lo único que podía usar las manos era para comer, asearse y hacer sus necesidades. A eso lo habían limitado. Aunque en ocasiones Aoi se ofreciera a darle de comer.

Suspiraba cansado, no podía mandarle mensajes a su hermana, apenas pudo comunicarse en una llamada con su madre para que le cuente lo que ocurrió ya que ni siquiera podía contactarla por video llamada, hacer señas sería complicado en su estado. Sus amigos mucho no lo habían llamado, sus trabajos y responsabilidades los limitaban, pero en cuanto podían se quedaban más de una hora hablando.

-Que aburrido-murmuró viendo a través de su ventana el día gris.

Según había visto en la televisión, se avecinaba una lluvia intensa, con fuertes ráfagas de viento. Esos días eran especiales para él, por lo general se quedaba cocinando, pero ahora en su estado se aburriría al no poder hacer nada.

Tocaron a su puerta y, con un cansado pase, dejó que la persona que lo buscara entrara.

-Jinnie-la voz de Eun Yeong lo hizo voltear-pequeño, necesitaba comunicarte que saldré con Byeong Ho por unos asuntos urgentes en Busan, así que no estaremos por unos días. Aoi no estará tampoco, acaba de recibir un mensaje de su madre, su abuela está en estado crítico. Las únicas en la casa serán Sook y Elizabeth. Si necesitas algo pídeselos a ellas ¿sí, cariño?-asintió, volviendo a ver hacia la ventana, escuchando los pasos de la mujer acercarse a él-lo siento, pero tus manos no pueden hacer tareas pesadas, Jinnie, es por tu bien.-ella le dio un beso en la frente y él no pudo hacer más que sonreírle para no preocuparla.

Cuando se fue suspiró volviendo a mirar el color gris que invadía el cielo.

~Sonríe~

No supo en qué momento se quedó dormido, pero cuando despertó en plena tarde, la lluvia ya azotaba la ciudad con fuerza. Las ganas de levantarse fueron nulas, más sabiendo que no podría hacer nada, por lo que se quedó en su cama, contando las gotas de lluvia que chocaban contra su ventana. Era lo más divertido que podía hacer en un día como ese.

-Jinnie.-Elizabeth ingresó al cuarto, volteó a verla-el joven Jeon te llama, está en la sala.

Asintió y tan pronto como ella se fue, se levantó de la cama y se encaminó a la sala donde JungKook lo esperaba para no-sabía-qué. Fue casi sin ganas, pensando en que gracias a sus manos no podía hacer algo productivo. Sólo caminar, mirar y...bueno básicamente eso.

Al llegar vio al mayor distraído con su celular, hasta que al escucharlo dejó todo a un lado y lo observó.

-Recuerdo que en una conversación me dijiste una vez que te gusta estar bajo la lluvia.-comentó, lo miró desconcertado.

-Sí, pero no puedo, me enfermaré y...

-Me gusta estar bajo la lluvia.-interrumpió, viendo hacia la puerta que daba al jardín.

-Ah...no entiendo a dónde quieres llegar con esto.-vio al mayor mirar hacia atrás de él.

-Sook y Elizabeth están ocupadas limpiando arriba, ven.-haciéndole una señal, comenzó a andar hacia la puerta.

Seok Jin se preocupó y fue por él.

-¿Qué haces? Te puedes enfermar, además tu mamá te regañará.-decía deteniéndolo, tomando la silla de ruedas.

-¿Eso importa? Realmente quiero hacer esto y sé que tú también.-intentó avanzar, pero el menor se lo prohibió, sosteniéndolo lo mejor que podía con sus lastimadas manos.

-Pero joven Jeon...-se detuvo al sentir una mano de Kook sobre su pecho.

-Piensa con esto, no con esto.-y seguido picó con un dedo su frente, usando las palabras que él le había dicho tiempo atrás.

Hizo un puchero, murmurando un 'tramposo' antes de avanzar con el mayor hacia el jardín. Bien, tenía que admitir que anhelaba estar bajo la lluvia como cuando era un niño pequeño. Así que pronto abrieron la puerta y escaparon bajo la lluvia, sintiendo las gotas furiosas casi cegarlos ante la abundancia.

Seok Jin rio y giró, disfrutando el momento, cerrando los ojos y dejándose llevar por la felicidad naciente en su pecho. A los minutos recordó a Kook y abrió los ojos para verlo y saber qué hacía.

Fue lindo verlo sonriendo, mirando hacia arriba y disfrutando del momento tanto como él. Era agradable verlo tan feliz luego de tanta amargura y odio en su corazón. Si su celular hubiera sido a prueba de agua y lo tuviera consigo, le hubiera sacado una foto. Pero lo único que pudo hacer fue guardar esa imagen en su memoria.

Suspiró, volviendo a cerrar los ojos y girando nuevamente como un niño pequeño. Sin embargo, en medio del giro, pisó con torpeza una piedra y con el lodo fue fácil resbalar hacia atrás. Dio un gritillo cuando vio su final cerca, bueno exageraba pero la sensación era casi la misma. Quiso inútilmente agarrarse de la lluvia pero no lo logró y, en su lugar, cayó sobre JungKook quien se sobresaltó al sentirlo. Aunque no demoró mucho en concluir lo que había pasado.

-¿Acaso te es difícil mantener el equilibrio?-preguntó JungKook, y a diferencia de lo que Jin esperaba, no lo dijo molesto, sino más bien divertido.

-¿Acaso nunca escuchaste de ángeles que caen del cielo?-siguió, ambos elevando la voz gracias a la lluvia.

-Pobre ángel, la caída fue tan dura que te quitó belleza.-ambos rieron, aunque el menor terminó por darle un golpe suave en el brazo.

-Creo que si seguimos tonteando aquí nos terminaremos por enfermar ¿te parece volver a casa y tomar chocolate caliente? Yo lo preparo.-Seok Jin pensó que Kook se opondría a que hiciera algo, pero en su lugar asintió con una pequeña sonrisa.

Era increíble el momento, estaba apreciando por primera vez, en su totalidad, a JungKook, el chico que fue antes del accidente, el joven que sonreía y bromeaba sin problemas. Era muy gratificante poder conocer, aunque sea por un momento, al chico que alguna vez fue. Esperaba que siguiera avanzando para poder conocer por más tiempo al verdadero Jeon JungKook.

El mayor hizo una mueca de dolor que lo despertó de sus pensamientos.

-¿Pasa algo?

-Lo siento, necesitamos volver.-dijo llevando una de sus manos hacia atrás.

Jin no preguntó y simplemente se levantó para conducirlo de nuevo hacia el interior de la casa, vigilando que Elizabeth y Sook no estuvieran cerca.

Tras buscar unas toallas y algo de ropa, Seok Jin y Kook se secaron y optaron por cambiarse.

-Te ayudo-el pelirosa se acercó a Kook quien antes de que lo tocara, lo detuvo.

-Antes ve a ese lugar y busca una silla de ruedas que tengo de repuesto. Esta tiene que secarse.

Acotando las órdenes, Jin fue al lugar indicado y busco la silla de ruedas para llevársela al mayor quien estaba terminando de abrocharse la camisa seca. Antes de pasarlo a la otra silla, lo ayudó a cambiarse el pantalón y la ropa interior, aunque esto último fue algo incómodo para ambos pero decidieron no demostrarlo demasiado.

Al terminar se dirigieron a la cocina, donde Seok Jin comenzó a hacer el chocolate caliente con cuidado después de haber cambiado las vendas húmedas de sus manos. Las heridas no se veían agradables, pero estaban mejor que hace una semana atrás.

Suspiró, JungKook estaba en la cocina con él, completamente callado mirando hacia afuera a través de la ventana. Disminuyó el fuego de la hornalla y se acercó al mayor.

-Dime qué te tiene así.-dijo suavemente, apoyándose contra la isla de la cocina.

El pelinegro suspiró pero supo que hablaría.

-Fue...vergonzoso...

-¿Qué cosa? ¿Verte desnudo? No vi algo que yo no tuviera.

-No fue eso, es que...mis piernas.-bajó la mirada, casi odiando sus piernas más delgadas de lo que recordaba.

-Tienes piernas lindas.-comentó, volviendo su atención a la cocina.

-No mientas, son un asco.

El menor no dijo nada hasta que terminó de preparar el chocolate caliente y le dio su taza a Kook.

-Creí que entendías el hecho de que soy sincero con estas cosas.-se sentó sobre la isla de la cocina sin mirarlo.-a mí simplemente me avergonzó ver tu...ya sabes. No tenemos esa confianza.

-Comprendo...aun así...-iba a decir algo más cuando sintió que picaban su frente.

Al levantar la mirada vio a Jin parado frente a él mirándolo con el ceño fruncido.

-Tus piernas son lindas, punto final.-su voz era seria y sus dedos amenazaban con volver a picar su frente.

JungKook simplemente rodó los ojos y tomó de su chocolate, aunque por dentro sentía un agradable calorcito en el pecho ante las palabras del menor.

Quisiera poner una pequeña cancion que describe como va este fic

🎶DES-PA-CI-TO...pasito a pasito, suave suavecito :v🎶

Va igual XD 

espero que les haya gustado el capitulo! subiré algunos drabbles por Navidad, así que nos vemos en ellos tambien n.n besos💋💋💋

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