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-Sonríe VIII-

Jin llegó cinco minutos después de las nueve a la cafetería. JungKook había sido puntual por lo que al llegar se lo encontró sentado en una mesa del fondo. Se acercó hasta él y tras una reverencia se sentó en la silla de esa pequeña mesa. Y a los pocos minutos que se mantuvieron en silencio, un chico joven apareció y tomó sus pedidos.

-Debo admitir que me sorprendió tu pedido de desayunar juntos.-comenzó Jin tomando una servilleta y comenzando a jugar con ella doblándola.

-Si soy sincero, sigo sin poder comprender tu manera de pensar. Sin embargo...hago el intento por comprenderte.-Kook veía como el chico seguía haciendo dobleces en la servilleta.-por eso me pareció una buena idea estar contigo, hablar y entenderte algo, aunque sea mínimo.

-No hay mucho que comprender, Jeon.-mordiéndose el labio inferior siguió jugando con la servilleta-se trata de sentir, la comprensión viene sola después.

-¿Qué se supone que debo sentir?-preguntó confuso viendo como Seok Jin terminaba de hacer su grulla con papel de servilleta para dejarla a un lado.

-Cosas buenas.-sintetizó con una pequeña sonrisa.

-Define cosas buenas.

-Felicidad, alegría, amor. Esas son cosas buenas, te vendría bien sentirlas de vez en cuando y dejar de lado ese odio y amargura que sientes constantemente. Deja de victimizarte y verás como todo cambiará.-en ese momento el chico que los atendió llegó con sus pedidos y los dejó para luego irse.

-Que sencillo es decirlo.-murmuró tomando su taza de café para darle el primer sorbo.

-Nunca dije que fuera fácil, simplemente debes ir poco a poco.-como un niño comenzó a jugar con la fresa del pastel.-dime ¿todas las mañanas al levantarte agradeces por seguir con vida un día más?

-Claro que no, que estúpido.

-¿Saludas a tus padres con un abrazo o una sonrisa al menos?

-No, apenas y hablo en las mañanas, no veo sentido de demostrar tanto.

-¿Qué hay de tus amigos? ¿Le dices lo mucho que los quieres o lo mucho que valoras el que sigan a tu lado?-JungKook simplemente negó.- ¿Por qué no haces ninguna de estas cosas? ¿Acaso no los quieres? ¿No valoras el hecho de que sigan contigo a pesar de todo?

-No los ato a mí, pueden dejarme cuando lo deseen, ellos deciden seguir conmigo.-sintetizó y, por primera vez, vio a Seok Jin fruncir el ceño molesto.

-Eres un idiota.-su voz, a pesar de seria, sonó algo triste.

-Muestra más respeto.-dijo molesto el mayor.

-No, no puedo respetar a alguien como tú. Recibes lo que das, una buena frase ¿no crees? Tú das odio, entonces no esperes recibir nada bueno de mí ni del resto, comienza a dar amor y verás como el trato cambiará para bien.-suspiró viendo su cappuccino-sé que suena tonto, pero cada día que me levantó agradezco estar con vida, poder disfrutar de un día más para hacer lo que me gusta y estar con la gente que amo. Siempre saludo a mi mamá y a mi hermana con un abrazo y un beso en la mejilla porque el destino es incierto y no sabes qué pasará en una hora o en el transcurso del día, y no quiero arrepentirme de no haberlas abrazado y haberles dicho cuánto las quiero y cuánto agradezco que estén a mi lado siempre. Lo mismo cuando veo a mis primos o a mis amigos, para mí es importante decirle lo que siento y lo que me hacen sentir cuando están conmigo, me gusta que sepan que son importantes para mí y que sin ellos la vida no sería la misma.-revolvió tres veces el cappuccino-tu problema, Jeon, no tiene que limitar a tu corazón. Sé que tu vida dejó de ser la misma gracias a eso pero...no es motivo para encerrarte en ti mismo. Dime ¿Acaso no extrañas darle un abrazo a tu madre, a tu padre? ¿No extrañas reír junto a tus amigos y volver a recuperar esa felicidad que sentían al estar juntos?

JungKook se quedó callado, observando el oscuro líquido de su taza, los recuerdos creados antes del accidente volviendo como una película a su mente. Los abrazos de su madre, los besos en la frente, los deseos de buena suerte, los desayunos antes de ir al colegio, los consejos de su padre, las palmadas de felicitaciones, las risas con Tae y JiMin, las desveladas por jugar videojuegos, los cumpleaños, fiestas y buenos momentos. ¿De verdad acaso no extrañaba eso? Volver a ser él mismo, volver a ser el JungKook risueño y soñador que fue alguna vez. ¿Acaso de verdad no extrañaba eso? Desde el accidente que lo dejó en ese estado no ha sabido lo que es sonreír genuinamente. Como si junto con la capacidad de caminar también se hubieran ido todos aquellos buenos sentimientos que albergaban en su corazón.

Sintió la mano de Jin en la suya, depositando algo en su palma. Desconcertado observó la grulla que había hecho el menor antes de que los pedidos llegaran. Sin preguntar lo miró, buscando una explicación.

-Tener mil grullas de papel puede lograr que los dioses te concedan un deseo.-una pequeña sonrisa se dibujó en el rostro de Jin-puedes empezar por esa y cuando tengas las mil pedir tu deseo, uno que venga del corazón y que realmente anheles con fuerza.

-¿Funciona?-preguntó Kook.

-A mí me funcionó ¿Por qué a ti no?

-¿Qué deseaste?-preguntó curioso-¿acaso esto...puede lograr que recupere la movilidad de mis piernas?

-Sólo si es un deseo que viene desde lo más profundo de tu corazón.-repitió tomando un trozo de pastel.-pero...tienes tiempo para pensarlo, aun te faltan novecientas noventa y nueve grullas.

Kook observó la grulla de papel en la palma de su mano, pensando si podía ser verdad que mil grullas de papel podían conceder un deseo tan grande como el que él deseaba.

Aunque no perdía nada con intentarlo.

~Sonríe~

Ese día, para fortuna de HoSeok, no tenía que ir a trabajar por lo que podía pasar más tiempo con su pequeña niña la cual reía mientras hablaba con su bisabuela, la señora Jung, quien le contaba de forma exageradas acontecimientos del pasado. Él recordaba haber escuchado esas anécdotas pero no tan fantásticamente como su abuela le estaba contando a su niña.

-Cielo ¿has terminado el desayuno ya?-preguntó viendo las migas de las galletas en las comisuras de los labios de su niña.

-¡Aun no, papá! me faltan dos galletas y un poquito de cereal.-informaba dándole otra mordida a su galleta.

HoSeok suspiró negando con la cabeza, levantándose para enlistar las cosas que debería llevar ese día. Tenía pensado ir a dar un paseo con su pequeña, llevarla a un bonito lugar con juegos, almorzar afuera y luego pasar la tarde en el parque jugando juntos. Hacía tres semanas le había prometido salir un día con ella, pero ante el trabajo y otras cosas que se le presentaron había sido complicado por lo que tuvo que posponer la salida. Hasta ese día.

Estaba buscando una camisa nueva, después de guardar las cosas que llevaría, cuando su celular comenzó a sonar. Aun con su mirada perdida en el placar, sacó su móvil y atendió la llamada.

-¿Hola?

-HoSeokie, soy Tae.

-Hey, TaeTae ¿Qué ocurre que llamas tan temprano?-preguntó con una sonrisa revolviendo casi toda su ropa.

-Verás mis primos estarán afuera casi todo el día y bueno es aburrido estar solo. Además busco inspiración para mi trabajo ¿crees poder ayudarme?

-Ah, TaeTae, me encantaría ayudarte pero estoy de salida, hoy pasaré todo el día con Momo.-informaba apenado logrando dar con la camisa que buscaba.-Lo siento.

-Descuida, está bien, yo fui inoportuno. Espero que tengan un lindo día.

-Espera, TaeTae.-habló antes de que el menor cortara la llamada-¿no te gustaría acompañarnos? A Momo le agradas y a mí también, sería bueno si vienes, hace mucho que no salimos los tres.

-Ah ¿en serio? ¡Me encantaría! ¿Dónde nos vemos?-por su voz, Tae estaba ansioso.

-Ven, te espero en casa y así vamos los tres juntos.-decía desabrochándose los botones de la camisa que llevaba puesta para ponerse la nueva.

-¡Sí! En media hora estoy allá HoSeokie ¡Nos vemos!-al cortar HoSeok rio en soledad ante la emoción que el menor había mostrado, se había oído muy lindo.

Aunque desde su punto de vista, TaeHyung siempre era lindo.

~Sonríe~

Eun Yeong terminaba de enlistar las últimas cosas para el día de mañana. El ama de llaves ya sabía la comida que debía preparar al otro día y las cosas que se debían hacer (como recibir al jardinero). Ya todo estaba preparado, lo único que faltaba era darse una ducha rápida antes de meterse en la cama donde su esposo esperaba leyendo un libro. Rutina diaria que tenían.

Iba a encaminarse al pasillo que daba a su habitación, cuando la figura de su hijo esperando en la sala oscura la asustó. Encendió la luz con una mano en su pecho y respirando un poco agitada.

-Hijo, no me vuelvas a asustar así.-pidió dando unos pasos hacia Kook quien parecía perdido en sus pensamientos.- ¿Estás bien, Kookie?

Él volteó a verla unos segundos antes de bajar la mirada. Eun Yeong no le dio gran importancia, era normal encontrarse en la noche con su hijo solo, pensativo y silencioso. A veces JungKook necesitaba de un tiempo a solas para pensar, lejos de su familia y amigos. Así que con una pequeña sonrisa dio media vuelta para volver a encaminarse hacia su habitación, dándole la privacidad que su pequeño buscaba.

-Mamá.-su voz no había pasado de un murmullo, pero ante el reinante silencio se escuchó perfectamente.

Giró a verlo, aun mirando el suelo algo perdido, pero sin dudas esperando a que se volviera a acercar. Caminó desconcertada, sorprendida ya que por lo general JungKook no solía llamarla para hablar con ella cuando se encontraba en ese estado.

-¿Sí, Kookie?-lo vio dudar en silencio, pero era paciente así que esperaría a saber qué quería su hijo.

-Tú... ¿podrías darme un abrazo?-la timidez que usó al preguntarle aquello le recordó al pequeño JungKook que perdió tras el accidente.

Una sonrisa decoró su maduro rostro y unas traviesas lágrimas se estancaron en su rostro.

-Claro que sí, Kookie.-agachándose envolvió a su pequeño en brazos como hacía tanto tiempo no lo hacía.

Sintió a Kook corresponder, sosteniéndola con fuerza mientras apretaba la tela de su vestido con fuerza, el rostro oculto entre su cuello y hombros. Se aferró a él, dejando pequeños besos en la sien y otras en su cabello, sintiendo su hombro humedecerse poco a poco. Ante el primer y mudo sollozo de su hijo, liberó sus lágrimas.

-Te amo...mamá.-confesó en un susurro que solamente ella escuchó.

-Y yo te amo a ti, Kookie, mucho, mucho.

Kookie intenta hacer un esfuerzo por cambiar, ya veremos como avanza y demás n.n

¿Algunx sabe hacer grullas de papel? sé que hay dos tipos, las que mueven las alas y las que no, yo sé hacer las que mueven las alas n.n me enseñó una prima cuando tenía como 8 o 9 años más o menos.Ah...aun recuerdo cuantas terminaron siendo basura, que buenos tiempos XD 

La parte de Jin haciendo grullas me basé en mi XD muchas veces cuando voy a lo de mi amiga y eso, con servilletas de papel y demás me pongo a hacer grullas mientras hablo con ella, mi amiga las guarda, da risa porque me pide permiso para guardarlas :v

espero que les haya gustado el capitulo! besos💋💋💋

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