Simplemente acepta tu destino...

JungKook arrojó las cosas que tenía sobre su escritorio en la habitación, cansado y frustrado con su vida. Ese vil pensamiento azotando su mente con fuerza ¿acaso creían que era demasiado fácil aceptar su destino de convertirse en un invalido inútil? ¿Para ellos era sencillo aceptar que de un día para el otro ya no podrían volver a caminar? ¿Era fácil aceptar que su libertad, su independencia, se había reducido gracias a un accidente?

Para JungKook la respuesta era sencilla y muy obvia: no.

Gritó completamente frustrado, furioso y deprimido. Odiaba estar en esa silla de ruedas, no poder alcanzar ciertas cosas por su discapacidad lo hacía sentir miserable, añorando esos viejos tiempos donde podía hacer lo que quería, incluso se atrevía a decir que si ese accidente no hubiera ocurrido, hubiera hasta logrado conquistar el mundo.

Pero en ese lamentable estado lo único que podía conquistar serían sus planos con los que ganaba dinero y una silla que había aprendido a manejar a su antojo. Nada más.

Una de las sirvientas, al escuchar el sonido, ingresó a la habitación. Aunque sólo bastó una mirada para saber que Kook necesitaba estar solo, sin la compañía de nadie que lo hiciera sentir más incompetente de lo que se sentía.

Miró todo lo que terminó en el suelo, aun molesto por seguir en esa silla, aun enojado por la decisión que había tomado ese día y que lo había llevado a ese estado. Y no sólo a él, JiMin también sufrió sus consecuencias y, en el fondo, sabía que se sentía igual o peor que él aunque no intentara mostrarlo para no preocupar a Park Chae Young, su hermana mayor.

-Todo esto es una mierda.-dijo en un susurró cargado de odio antes de tomar un cuadro que mantenía con sus padres, donde aparecía de pie junto a ellos.

El cuadro terminó estrellado contra una de las paredes, haciéndose añicos el vidrio. Poco le importó si arruinaba la foto, él ya no quería recuerdos de un JungKook que ya no existía, mucho menos de uno que no volvería a ver nunca más.

~Sonríe~

JiMin se miró en el espejo del baño, su hermana trabajaba a esa hora y él debía acompañar a TaeHyung a ir por sus primos a la estación. Un reencuentro que, para ser honesto, no deseaba. Mucho menos en esas condiciones.

Pasó uno de sus dedos por la cicatriz que tenía cerca del labio inferior, ese que arruinaba esa parte que en antaño había amado de su rostro. Tuvo labios bonitos, envidiados por varias mujeres, al igual que las facciones delicadas que componían su cara. Pero ahora...ahora eso había quedado en el pasado. El chico bonito que alguna vez conoció ya no existía, las cicatrices en su cuerpo más su pierna herida eran la prueba física.

Frías lágrimas rodaron en ese momento en que recordaba que gracias al accidente que por poco destruye su pierna, ya no podía volver a bailar como tanto amaba. Con amargura recordó esas veces en que intentó hacerlo, llevarle la contraria al médico y realizar algunos pasos de baile. Pero en cuanto alzaba su pierna y la devolvía al suelo, terminaba cayendo sin más al duro suelo, estrellándose de lleno con la realidad.

Secó sus lágrimas, diciéndose una y otra vez que debía sonreír para no preocupar a Tae. Tenía que seguir fingiendo ser el niño alegre que fue a pesar de que por dentro ya no quedara rastro de él.

~Sonríe~

Seok Jin bajaba emocionado del tren como si fuera un niño pequeño, en su mano la foto que se sacó con JiSoo en la estación minutos antes de subir y partir a Seúl.

Ayudado por Nam, buscó con la mirada a TaeHyung entre las personas que esperaban ahí, pero ninguno parecía ser su primo. Había mujeres, ancianos y hombres de traje esperando, pero ningún chico acompañado de otro con un cartel con sus nombres. Bien, lo del cartel no había sido necesario, pero por mensajes Tae había insistido en que llevaría uno, así que eso intentaban hallar también.

-¡Allá, Jin!-señaló NamJoon a dos chicos, uno de cabello castaño (el cual sabía que era su primo) y otro de cabello más oscuro a quien no podía identificar bien hasta que estuvieran más cerca.

Rápidamente caminaron hacia ellos, viendo como al voltear Tae los reconocía al instante, agitando el brazo y formando una enorme sonrisa cuadrada. Oyeron como gritaba emocionado sus nombres antes de tomar a su compañero de un brazo para acercarse a ellos.

Cuando estuvo más cerca, su primo saltó a abrazarlos con fuerza a los dos al mismo tiempo.

-¡Jin, Nam! ¡Cuánto los extrañé!-exclamó el mayor con una enorme sonrisa siendo correspondido por ambos chicos.

En cuanto se separaron el castaño giró, como si se diera cuenta en ese instante que no había ido solo. Sonrió con pena al ver la cara molesta de JiMin por ignorarlo, pero cuando lo iba a presentar Jin habló.

-Tú eres Park JiMin ¿cierto?-preguntó con una suave sonrisa y ante el asentimiento agregó más emocionado-¡Por Dios! ¡Mira como creciste! ¡Estás tan hermoso, JiMin!-sin pensarlo abrazó al chico quien correspondió, pensando si el halago del menor había sido por educación.

Pero no, Seok Jin no lo había dicho con esa intención, había sido plenamente sincero con sus palabras. Para él, a pesar de las cicatrices, JiMin seguía igual de hermoso a como recordaba, obviamente más grande después de todo tenía 26 años y no trece como la última vez cuando lo vio. Ese día en que fue a consolar a su primo, a pesar de que él fuera menor por tres años, por lo que Tae tenía trece y el diez.

-¿JiMin? oye, sí que creciste.-NamJoon saludó igual de alegre, dándole un pequeño abrazo al muchacho en cuanto su primo se separó de él.

Seok Jin pudo ver al pequeño corresponder casi por obligación y sin creerles sus palabras. Lo comprendía, pero no le gustaba saber que vivía disconforme con su apariencia.

Tras unas palabras más, terminaron por tomar un taxi que los llevaría al departamento de TaeHyung. El pelirosa se veía emocionado, viendo las calles de Seúl y preguntando cada cinco minutos si ya llegaban. Nam y Tae reían ante su ansiedad, JiMin se limitaba sólo a sonreír.

Hasta que al llegar, bajó rápidamente, tomando sus cosas y apresurando a su primo para que lo guiara hasta su hogar. Si TaeHyung no lo conociera o fuera menos paciente ya de seguro lo hubiera insultado, pero en cambio simplemente se limitó a sonreír y a guiarlo con alegría. Tal vez por el hecho de que hacía mucho no se veían y estaba feliz o quizás su primo poseía el don de la paciencia.

-Bienvenidos-dijo Tae abriendo la puerta del departamento.-espero que les guste.

Los dos menores pasaron, viendo el pequeño lugar que irradiaba un toque cálido y hogareño. Para el pelirosa era un lugar muy lindo, aunque desordenado, y acogedor.

-Bonito departamento, Tae-dijo NamJoon con una amable sonrisa.

-Gracias, por cierto les mostraré donde se quedarán, espero que no les moleste que el cuarto no sea muy grande.

Los tres se dirigieron a la habitación mientras JiMin se quedaba en la sala, encendiendo la televisión y esperándolos.

~Sonríe~

Tras acomodar sus cosas volvieron a la sala donde se quedaron hablando. Jin le contaba a TaeHyung como estaba Cho Hee y JiSoo, presumiendo orgullosamente los trabajos que su hermanita había hecho para su carrera de diseño gráfico y los cuales habían sido los mejores de la clase. NamJoon le contaba sobre su relación con Jennie y su amistad con Alex, aunque para JiMin, quien hacía tiempo no lo veía, podía jurar que si no usaba la palabra "novia" hubiera confundido las cosas y hubiera pensado que el chico, Alexander, era el novio del primo de TaeHyung. Y es que hablaba de él con mucho cariño, dándole más importancia a él que a su novia. Se preguntó si en verdad la amaba.

Luego de sus relatos, TaeHyung les contó cómo le iba a él en Daegu, sus proyectos, fotografías y demás. También les habló de la bonita amistad que tenía con Chae Young, la hermana mayor de JiMin, y HoSeok, ambos padres de una pequeña adorable de nombre Momo. Tae no dejaba de decir que la sobrina de su amigo era sumamente tierna y hermosa, una niña adorable que, según tenía entendido, vivía con su padre ya que estaban separados aunque él no sabía el motivo.

-¿Puedes dejar de hablar de mi hermana y Momo?-preguntó JiMin seriamente cruzándose de brazos.

-¿Qué tiene de malo? Es tu hermana y tu sobrina, mis primos deben saberlo hace años que no te ven.-explicaba el castaño.

-Creo que a JiMinnie le incomoda un poco el tema, es su familia, lo entiendo, así que podríamos hablar de otra cosa.-decía Seok Jin para evitar que el ambiente se pusiera tenso.

-Sí, cuéntanos cómo vas con tu trabajo de fotógrafo, Tae-pedía NamJoon con una pequeña sonrisa.

El pelirosa pudo ver como el pelinegro le agradecía mudamente por haber cambiado de tema. Debía ser algo delicado el tema de la relación de su hermana y ese chico HoSeok como para que no quisiera seguir hablando de eso.

Estuvieron hablando por largos minutos más hasta que JiMin se despidió de ellos, alegando que tenía trabajo que hacer. Jin lo abrazó para luego dejarlo ir, escuchando casi a los pocos minutos TaeHyung fue a la cocina a realizar una llamada. Por lo que pronto se quedó solo con NamJoon, hablando mientras escuchaba apenas murmullos desde la cocina donde el mayor hablaba. No le prestaron atención, hasta que en un momento él levantó la voz.

-¡Pero JungKook no seas así!... ¡Ya lo sé, pero...!... ¡Bien adiós!-al mismo tiempo que cortaba lo vieron salir de la cocina.

Seok Jin se levantó, poniendo una mano en su hombro en señal de apoyo, sonriéndole amablemente. El castaño alzó la mirada y sonrió apenado.

-No es nada, Jinnie...si quieren...pueden ir a descansar, es tarde.-informó viendo el reloj de la sala.

Ya habían estado comiendo algo, por lo que concordaron que lo mejor era descansar y ver que les traería el nuevo día de mañana.

La primera pareja que salió en el fic fue el NamJen y la segunda aparece aqui y es el HopeChae (? bien no sé si así se llama pero bueno XD

Y aqui está Momo XD 

En este capitulo se ve un poco más la personalidad de Seok Jin, se puede conocer un poco mejor cómo es él...

en el proximo ocurre el primer encuentro del KookJin UuU

nos vemos! besos 💋💋💋