O C H O
Como había días buenos, habían días malos.
Días donde el pequeño cachorro humano lloraba con un nuevo machón en su piel y ocultaba su dolor abrazando el pelaje negro de su lobo.
Días donde la felicidad del pequeño volvía a ser atentada.
Yoongi descubrió que Jimin deseaba ser querido, anhelaba ser mimado y elogiado. Y aun que aquella mujer se encargaba de borrar las risas que el dibujaba en él, se encargaría de volverlas a trazar cuantas veces sean necesarias.
Pero el odio que esa mujer dejaba en el pequeño humano, lo dañaba cada vez mas, rompía lo que al alfa le costaba remendar en el sensible corazón de Jimin. Y cada día parecía que aquel desprecio hacia tan bello e inocente niño, aumentaba.
Yoongi estaba desesperado por llevarse a su pareja.
- ¡Yoongi! - entro Namjoon, alterado en busca del pelinegro.
- ¿Que sucede? - se preocupo Yoongi, creyendo por un momento que su manada era atacada por enemigos.
- ¡Es tu pareja, Yoongi! - y aquello descoloco por completo al alfa - ¡Le han visto en el bosque con una mujer! -
¿En el bosque?
Sabia quien era ese mujer de quien se refería su confidente y aquello no hizo mas que preocuparle.
Corrió, enterrando sus patas en la fría tierra boscosa, esquivando los altos troncos. Jimin y esa mujer nunca habían ido al bosque y no faltaba mucho para que oscureciera por completo, aquello preocupaba a Yoongi, le preocupaba de lo que esa mujer pudiera llegar a serle a su pequeño.
Guiado por el olor a frutilla, supo que estaba cerca de su pequeño cachorro cuando el sollozo del menor resonó en las profundidades del bosque y retumbo en su alma.
Sin precipitarse y pensando las cosas de la manera mas clara posible, se acerco a ambos humanos, sigiloso y oculto.
Aquella mujer agarraba bruscamente al cachorro humano por el antebrazo, arrastrándolo por el camino. Jimin lloraba mientras limpiaba sus lagrimas con su manita libre.
El hombre lobo noto como el menor pasaba su mirada a su alrededor, desesperado.
Lo estaba buscando.
Quería que supiera que estaba ahí pero no sabia como reaccionaria y temía lo que pudiera pasar entonces.
La mujer siguió arrastrando al pequeño castaño a las profundidades de bosque, ignorando su llanto y el dolor que le provocaba.
- Tantas veces dejándote a fuera y sigues como si nada, no comes y sigues vivo, solo sabes llorar. ¡Naciste para arruinarme la vida! - hablaba histérica, mientras lloraba también - Estoy harta de ti, estoy harta de verte, de hacerme cargo de ti. ¡Solo eres un estorbo! -
La sangre del lobo hervía en cólera, quería arrancarle el cuello aquella mujer al ver las intensiones con aquel pequeño cachorro, con su pareja. Aun que Jimin lloraba a todo pulmón esta vez, quizá el pequeño no entendía lo que aquella mujer quería lograr al adentrarlo al bosque.
A Yoongi le dolía. Le dolía ver algo así, ver como ella no pudo ver mas allá de sus problemas y no admirar la belleza y el amor que pudo resivir de aquel pequeño e inocente corazón. Tal vez aquella mujer no encontraría un amor tan puro y sincero como aquel pequeño cachorro le pudo haber dado.
Los alfas de la manda del pelinegro rodearon sigilosamente aquella mujer. Preparados a cualquier ataque que le proporcionara a Jimin, la pareja de su alfa.
La mujer ignorante de aquellos grandes animales que la rodeaban, camino hasta cierto punto, donde jalo al pequeño haciéndolo sentado en suelo, mientras seguía llorando desconsoladamente.
- Y...Yoon..g-gi - balbuceaba entre llantos, rompiendo el corazón del lobo al escuchar su nombre. Y aquella mujer al oír al niño, a pesar de que no entendía lo que decía, actuó de manera desesperada e intento taparle la boca, provocando mas pánico en el cachorro.
- ¡Yoongi! -
El alfa gruño con fuerza, mostrando los colmillos, amenazando aquella mujer en la oscuridad del bosque e iba atacarla hasta que un lobo café casi de su mismo tamaño se poso a su lado dándole una mirada para que se detuviera y no cometiera una locura delante de Jimin.
Y con toda su fuerza de voluntad se detuvo, aun sintiendo aquella tortura al ver como hacia sufrir a su joven pareja, al ver el dolor que le provocaba.
La mujer se asusto al escuchar el rugido en lo profundo del bosque, su respiración se agito y empezó a temblar asustada.
- ¡Te quedaras aquí! - le grito a Jimin - ¿¡Me oíste!? ¡Quédate aquí! -
Y sin mas, ni siquiera pensado un poco lo que estaba haciendo, ni piedad, ni dolor, solo salio corriendo por donde venia.
Jimin grito asustado y trato de levantarse para ir tras de ella y fue cuando el lobo tuvo suficiente y salio a su vista.
Cuando sus pequeños ojitos rojizos por el llanto le vieron, volvió a sentarse en el suelo, llevándose una manita su boca.
Uno de los centinelas volteo a ver al líder, pidiendo una orden sobre que hacer con aquella mujer.
A lo cual con el dolor y el odio corriendo por su sistema, negó. Haciendo que todos los alfas relajan su posición de ataque.
Yoongi sabia que si daba esa orden, a causa del odio y resentimiento, estaría haciendo lo mismo que ella.
- Le abandono Yoongi - hablo Namjoon al lado suyo - El cachorro humano es de la manada, si así lo deseas-
Le reafirmo, a lo que Yoongi sonrió.
Se transformo antes de llegar a Jimin y a penas lo hizo los brazitos de su pequeño se extendieron hacia él, pidiéndole algo muy claro a los ojos del alfa y complacido, lo tomo en sus brazos.
Abrazándolo con fuerza y cariño, acariciando suavemente su espalda y disculpándose por el momento tan horrible que tuvo que vivir.
Descubrió su rostro, limpiando sus lagrimas y le admiro, al verlo ser iluminado por la luna y grabando en su memoria, cuando una hermosa sonrisa apareció en su rostro, totalmente dedicada a él.
Al fin se podía decir de manera segura que ese hermoso e inocente cachorro humano pertenecía al prepotente y fuerte alfa de la manda y el lobo pertenecía a él, quien se aseguraría de hacerlo sonreír por todas aquellas lagrimas que pasaron por sus mejillas.
Se aseguraría de darle la vida que tanto merecía.
Y que nunca mas ninguna lagrimas cruzara por sus mejillas, a partir de ese día Jimin solo le sonreiría a la luna.
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