Capitulo 4
La noche del domingo alguien tocó la puerta del dormitorio. Saint no se molestó en mirar hacia arriba de su cama. Después de una mirada preocupada, Ángel atendió la puerta.
—¿Dónde está Saint? —Oyó a Earth preguntar.
Ángel bloqueó al vampiro con su cuerpo.
—No creo que pueda hacerlo. Ha estado vomitando todo el día.
Saint se acurrucado bajo sus mantas tratando de bloquear el exterior. No quería ver que Perth lo viera en este estado.
—Déjame entrar y hablaré con él —Earth insistió.
Ángel vaciló por un momento antes de hacerse a un lado.
Saint oyó ruido de pasos acercarse a la cama.
—Venga, dulzura, mírame —Earth cantó dulcemente. La mano de Earth cepilló el pelo del rostro de Saint—. Hey —susurró arrodillándose al lado de la cama de Saint— ¿cómo estás?
Saint se sorbió la nariz.
—No muy bien. Puedes decirle a Perth que no sería una buena compañía hoy. He estado vomitando todo el día. Pienso que pesque algún virus.
—No. Ven conmigo; él puede hacer que te sientas mejor. No quiero ser el que le diga que no verá a su humano esta noche.
—Earth, pienso que Perth lo entendería. —Ángel dio un paso adelante protectoramente—. Puedo ir contigo y explicárselo.
—Lo siento, Ángel, pero no creo que seas un buen sustituto. Vamos Saint, Perth te hará sentir mejor. Si no lo creyese no te obligaría a ir. Lo prometo.
Saint sorbió nuevamente y se restregó los ojos con el dorso de su mano. La congestión era muy molesta.
—De acuerdo. Dame un momento para cambiarme de ropa.
Earth asintió.
—Te esperó en la limosina; sal cuando estés listo.
Una vez que Earth se fue, Saint salió de la cama. Ángel puso una mano sobre su hombro.
—Si no quieres ir, no dejes que te obliguen.
—Estaré bien. —Dijo Saint.
No podía explicarle a Ángel que repentinamente quería estar con Perth más de lo que había querido alguna cosa antes. Después de una visita rápida al baño para salpicar algo de agua en su cara, Saint se vistió con una simple camiseta y pantalones vaqueros. No estaba para vestirse bien esta noche.
Diez minutos después entraba en la familiar limusina. Cerrando sus ojos, él fue a la deriva y se quedó dormido antes de que la limosina partiera.
Saint apenas se percató que la limusina había llegado a su destino antes de que la puerta fuese abierta de un tirón y Perth se levantó allí. Echando un vistazo a la situación, el vampiro sacó a Saint de la limusina y lo llevó al club. Alcanzando su oficina, Perth se sentó en el sofá y acomodó a Saint en su regazo, abrazando con suavidad al pequeño humano.
Seguro en los brazos del vampiro, Saint rompió en llanto. La enfermedad y la preocupación por decepcionar a Perth fueron demasiado.
Perth se congeló.
Los humanos nunca lloraron en sus brazos.
No lo hacían.
Sin saber qué hacer, Perth acarició el brillante cabello rubio de Saint, acunando a su humano.
—Shh, dorogaya, cariño. —Perth dijo. Él canturreó suavemente mientras mecía a Saint.
Palmeando torpemente a su humano, Perth le prometería cualquier cosa a cualquiera que hiciera que su amante dejara de llorar. Él emitió un desesperado llamado mental.
Mark vino corriendo por el vestíbulo.
—¿Qué está mal? —Mark preguntó, al irrumpir en la habitación y sacó sus cuchillos mientras entraba.
Recorriendo con la mirada al desconsolado humano, preguntó.
—¿A quién debo matar por Saint?
—Él está enfermo. Obtén un vaso de agua —Perth dijo, acariciando el suave pelo de Saint. No sabía qué productos para el pelo usaba el humano, pero él iba a comprarlos por galones para mantener la dorada cabeza tan suave como seda.
Mark inclinó la cabeza y guardó sus cuchillos. Dejó la habitación y regresó minutos después con un vaso de agua. Una rebanada de lima flotaba en la superficie.
Saint levantó su cabeza, limpiando las lágrimas con sus palmas, mientras miraba al gran vampiro rodeándolos.
—Debería haberme quedado en casa, no quiero que te enfermes. —Saint sonaba tan destrozado. Perth canturreó dulcemente y lo abrazó con suavidad acercándolo, colocó suaves besos en su cabeza.
Al menos ya no lloraba.
—Los vampiros no pueden enfermarse.
Saint aceptó el vaso del vampiro con un suave 'gracias'. Cuando inclinó el vaso para tomar un trago, Perth resistió el deseo de morder su cuello.
Perth estaba sobrecogido por las emociones que lo atravesaban.
Siglos sin sentir ninguna cosa se desmoronaron bajo el peso de su preocupación por el frágil humano en sus brazos. Frotó la espalda de Saint suavemente, haciendo círculos mientras sentía la respiración de Saint nivelarse.
—Lo siento. —La cara de Saint enrojeció de vergüenza—. No planeaba venir, pero Earth pensó que estarías molesto.
Sus ojos lucían preocupados mientras examinaba el rostro de Perth.
—Todo está bien. —Perth dijo, alejando el pelo de Saint de sus ojos. —Lamento que estés enfermo, pero Earth hizo bien al traerte. Habría estado preocupado si no conseguía verte con mis propios ojos. Mark, ve y trae al sanador. Está en el salón verde.
—¿Por qué tienen un sanador si los vampiros nunca se enferman?
Perth se encogió de hombros.
—Podemos ser envenenados y hay muchos que tienen alimentadores humanos que ocasionalmente necesitan ayuda. Nuestro sanador fue médico cuando era humano.
Mark dejó la habitación sólo para reaparecer minutos más tarde con un amable hombre de pelo castaño y ojos color caramelo.
—¿Pescaste un pequeño resfrío? —El amable hombre preguntó—. Soy el Dr. Gun Napat. —El doctor recorrió a Perth frunciendo el ceño—. ¿Por qué sigues enfermo si estás enlazado?
—Saint sólo ha sido mi niño por algunos días. También es diabético.
—Ah —el doctor dijo. Colocó un bolso negro en el suelo al lado del sofá.
—Tengo gripe —Saint dijo, mirando el bolso con interés—. No hay mucho que pueda hacer acerca de eso.
—Seré el doctor aquí. —Dijo el Dr. Napat.
—Saint está estudiando para ser doctor, —Perth dijo con orgullo.
—Hmm. ¿Qué clase de doctor?
—Médico de emergencia. En mi escuela tienen una excelente rotación clínica. El mes próximo iré en una ambulancia y pasearé en helicóptero para variar.
Perth palideció.
—Esos helicópteros no son seguros. Te lo prohíbo.
Saint había planeado por años subirse a un helicóptero, él no iba a entrar en una discusión acerca de esto. Él estaría en ese helicóptero, de cualquier manera.
El doctor intercedió.
—Tome estas píldoras con un vaso de agua y dos sorbos de la sangre de Perth. Son mi propia invención y aceleraran el ritmo de curación.
—Ew...
—Encontrarás que la mayoría se cura mejor con un poco de sangre de su amante.
—Eso suena antihigiénico.
El doctor sonrió.
—Bienvenido al mundo de los vampiros. —Salió de la habitación antes de que Saint pudiese hacer algún comentario.
Saint estaba sorprendido cuando Perth tomó sus manos y las apretó amablemente, aunque no era tan sorprendente como el hecho que el vampiro lo había sujetado los pasados quince minutos eso sólo lo calmaba.
Por supuesto que sólo quería que Saint se calmara antes de morder su yugular, pero quiso darle a Perth el beneficio de la duda.
—Lo siento, si no soy una buena compañía esta noche.
—Todo está bien. —Perth acurrucó a Saint nuevamente sobre su pecho, cantando dulcemente sin sentido. Le tomó a Saint un momento para percatarse que Perth le cantaba en ruso.
—¿Qué canción es esa? —Saint preguntó. Perth tenía una hermosa voz de barítono.
—Es una nana que mi madre solía cantar para mí. —Perth dijo, acariciando su cabeza.
—Es hermosa.
Perth pinchó su dedo y dejó caer un poco de sangre en el vaso de agua que Mark trajo.
—Bebe esto y toma tus píldoras.
Saint accedió, hizo un intento para no pensar acerca de la sangre añadida al agua. Afortunadamente, con la dilución del agua, él realmente no la sintió.
—Bien. Ahora relájate, mi dulce. Déjame terminar mi canción. —Acurrucándose sobre su vampiro, Saint se quedó dormido.
Cuando Saint despertó yacía en un cuarto oscuro, en una cama poco familiar con Perth a su lado. A pesar de los rumores, su amante el vampiro no se sentía muerto. Perth estaba caliente y respirando, claramente lo sentía a su lado.
Observando su reloj, Saint vio que eran las siete y treinta de la mañana. Mierda, iba estaba retrasado para su clase.
Con cuidado se liberó de su amante vampiro, Saint se deslizó fuera de la cama.
—¿Dónde crees que vas? —La profunda voz de Perth ronroneó en la oscuridad.
—Tengo que estar en clase.
—Tienes la limusina tómala. —Perth dijo antes de retomar su mirada en el espacio que Saint había ocupado—. Siempre eres tan caliente.
Saint reía mientras se ponía los calcetines y los zapatos. No habló porque no quería despertar a Perth por si había vuelto a dormir. Se sentía sorprendentemente bien; el malestar y los dolores de antes habían desaparecido y no estaba en lo más mínimo congestionado.
Asombroso.
Encontró su billetera, llaves y teléfono sobre la mesa al lado de la cama. Con sus cosas en mano, Saint salió de la habitación, chocándose con Earth.
El vampiro le dio una sonrisa afectada.
—Vas a alguna parte.
—Estoy retrasado para una clase. El profesor Russell va a clavar mi trasero en la pared. Él odia que los estudiantes lleguen tarde y muestra su punto delante de todos los demás.
Earth envolvió un brazo amablemente alrededor de los hombros de Saint.
—Vamos, niño. Te llevaré a clase.
Saint no se tomó la molestia de discutir. No servía de algo con los vampiros. Ellos sólo hacían lo que querían, de cualquier manera. Además, él tenía la certeza que Earth estaba bajo órdenes de llevarlo a la escuela y él no quería meter en problemas al amable vampiro.
Momentos más tarde, estaban en la limusina que comenzaba a sentirse como un segundo hogar, pero esta vez Earth estaba en la parte trasera con Saint y alguien más conducía.
—Si vives con Perth podrás ir en limusina a la escuela todos los días —dijo Earth.
—Lo haces sonar como una ventaja —Saint dijo con una sonrisa. —Prefiero comenzar mi día rodando fuera de la cama y encaminarme a mis clases medio dormido. Eso funciona para mí.
—Hmm. —Los ojos de Earth se iluminaron con una sonrisa—. Puedo ver lo atractivo, por mí mismo, pero Perth se va a impacientar eventualmente y querrá tenerte donde pueda verte todo el tiempo.
Saint inclinó la cabeza viendo a Earth.
—Todos los vampiros son posesivos con su comida.
—Tú no eres sólo comida, Saint. —Earth dijo. En un momento toda la diversión de su cara desapareció—. Eres el moyo solnyshko de Perth. Ser el sol de un vampiro es ser su todo. Tú alimentas su alma, así como su cuerpo. También le das el poder para destruirlo. Es una gran responsabilidad, mi amigo; no lo arruines por no entenderlo.
» Eventualmente, los otros comenzarán a cazarte porque sabrán, que, capturándote controlan controlaran a Perth.
» Mantén un ojo en los otros vampiros. No vayas a cualquier lugar con un vampiro que no conozcas. Sólo confía en mí, Mark y Perth. Esto es como cuando eras un niño. No te metas en un coche con desconocidos aun si dicen que Perth les ha enviado a recogerte. Perth sólo me enviará a mí o Mark. Cualquier otro podría raptarte. Tenemos un dicho en la cultura vampiro. 'Tomar el sol es tomar la vida'. Si alguien coloca sus manos en ti, tendrán la vida de Perth.
—Tendré cuidado, Earth. —Saint dijo, palmeando al vampiro en la rodilla—. Miraré a ambos lados antes de cruzar la calle.
Earth se rió.
—Lo harás.
Estaban delante del edificio donde era su clase, Saint brincó fuera y se sorprendió cuando Earth lo siguió.
—Puedo continuar desde aquí. —Saint dijo con diversión—. He caminado a clase por mí mismo todo el semestre.
Earth se encogió de hombros.
—Sólo soy curioso.
—¿No te molesta la luz del sol?
Earth se encogió de hombros.
—Soy lo suficientemente viejo para poder soportarlo hasta antes de mediodía. Después de eso, me vuelvo un poco humeante.
Negando con la cabeza, Saint entró en el edificio y se dirigió a su clase. Al abrir la puerta, él obtuvo un destello de su profesor.
—Estamos muy contentos de que pueda unirse a nosotros Sr. Suppapong —dijo el profesor Russell con una mirada hostil.
Earth dijo fuertemente tras él.
—Perth le envía saludos, profesor. Saint estaba enfermo ayer y necesitaba descanso. Estoy seguro que usted entiende. —El tono de Earth no les daba lugar a malentendidos. Russell entendió.
El profesor palideció.
—Por supuesto. Por supuesto. Siéntese por favor, Sr. Suppapong.
—Que tengas un buen día, niño. —Earth susurró.
Saint se dirigió a su escritorio sólo para percatarse que había olvidado su mochila. Mierda, no tenía ninguna de sus cosas. Con un suspiro, él colocó su mano en su barbilla. Esto comenzaba a parecerse a un día de mierda.
El profesor Russell evitó mirar fijamente a Saint durante toda la clase. Afortunadamente él tenía una memoria fotográfica o estaría en problemas con su asignación.
Tendría que llevar un bolso a la casa de Perth si planeaba pasar la noche. Felizmente, tuvo algunas horas entre las clases, así pudo cambiarse y juntar sus cosas antes de su primera sesión clínica con su residente, Dr. Mathew White y su supervisor, Dr. Samuel Kain.
El doctor Kain era un doctor de Medicina de Emergencia internacionalmente conocido cuyo historial salvando pacientes era incomparable. Saint esperó dar una buena impresión al doctor, si quería meterse en Medicina de Emergencia necesitaría buenas recomendaciones. Una recomendación del doctor Kain pesaría con exceso en cualquier comité de residencia.
Tragó sus nervios, Saint se presentó en su clase con mariposas revoloteando en su estómago. Dio una sonrisa nerviosa a sus compañeros. Samantha, era la única estudiante con la que era cercano, le dio una sonrisa.
—Escuché que el doctor Kain es un hotty, —dijo con una risita. Era una de los pocos estudiantes que sabía que era gay.
Intercambiaron sonrisas.
—Al menos eso nos dará algo que ver.
Aunque conocía al hombre por su reputación, esta era la primera vez que vería al hombre en persona.
El doctor Kain entró en la habitación y Saint tuvo que admitir que el hombre era impresionante. Un duro, y apretado cuerpo delineado, hizo babear a Saint. Él bajó su mirada por lo que el doctor no sabría que uno de los alumnos lo deseaba. No haría ningún bien a su carrera si hacía sentir incómodo al doctor con su mirada.
De pronto él también estaba cautivado con lo que el hombre estaba diciendo a la asistencia cuando el hombre lo miró. Para su cautivada audiencia el doctor Kain presento casos vigentes y discutió el tratamiento y procedimientos antes de mostrar misteriosas diapositivas. Cuando pidió que alguien diera un diagnóstico, Saint se contuvo. Él sabía muchas de las respuestas, pero había aprendido a dejar que otros respondan primero. Sólo contestaba cuatro de cada veinte preguntas cuándo era claro que ninguno de sus compañeros tenía la respuesta.
Los verdes ojos del doctor Kain examinaban a Saint como si fuera una nueva e interesante especie cada vez que contestaba una pregunta, haciendo aumentar el nerviosismo de Saint. Cuando la conferencia terminó y todo el mundo salió, Saint se quedó para preguntarle.
—¿Hay algún problema doctor Kain? —Saint preguntó.
El doctor Kain lo miró por un momento.
—¿Cuál es su nombre?
—Saint Suppapong.
—¿Sabía todas las respuestas, Saint?
—Sí. —No había ninguna razón para mentir.
—¿Por qué no las respondió?
Saint se encogió de hombros.
—Todos merecen una oportunidad.
—Pero usted es mejor que ellos. —Dijo el doctor Kain—. He enseñado los mismos casos por diez años y nunca hubo alguien que pudiera diagnosticar todos.
Saint trato de restarle importancia.
—Tengo memoria fotográfica. Eso funciona a mi favor.
El doctor Kain sacudió la cabeza.
—Es más que memoria. Algunos de estos casos no aparecen en ningún manual. Tú eres capaz de poner todos los síntomas juntos. Es un raro don y estoy muy impresionado de que seas capaz de hacer esto estando en la escuela de medicina. Tengo residentes mayores que tienen problemas para diagnosticar algunos de los casos que tu sabías.
Saint se ruborizó ante el cumplido.
—Gracias.
—¿Qué especialidad piensas seguir?
—Um. Algo como... espero estar en Medicina de Emergencia. —El Dr. Kain le dio una sonrisa—. Excelente, entonces tendré que ser cuidadoso y esforzarme más. Espero verte durante la próxima rotación.
Saint cepillaba nerviosamente su cabello, esperaba estar a la altura de las expectativas del hombre. Los ojos de Kain siguieron el movimiento y se enfocaron en su anillo.
—Qué hermoso anillo. ¿Estás casado?
Saint se sonrojó.
Él no esperaba salir antes de que comenzara su carrera.
—Mi novio me lo dio.
—¿Cuál es el nombre de tu novio? —El Dr. Kain miraba más que un poco interesado.
—Perth.
—¿Perth Tanapon? —El doctor se alejó de Saint como si fuera una plaga.
—¿Acaso todos lo conocen?
—Sí. Mucha gente conoce a tu Perth. ¿Y dices que eres su novio?
—Bueno él me llama su rayo de sol, pero es raro decirle eso a las personas.
El doctor Kain sofocó un resoplido.
—Estoy sorprendido de que te deje continuar con tus estudios. Los vampiros prefieren tener a sus compañeros.
Saint se encogió de hombros.
—No dijo nada acerca de retirarme. De cualquier forma, no voy a hacerlo. He trabajado muy duro para llegar a este punto y estar fuera de la granja. No voy a sacrificar todo por alguien que acabo de conocer.
—En fin. Si lo logras ven a verme y me aseguraré que obtengas tu residencia.
Saint apenas podía contener sus emociones. Ahora sólo tenía que asegurarse que su controlador amante no arruinase sus oportunidades.
*Hotty - Persona atractiva físicamente.
Cada palabra que explico aquí, también son colocadas de la explicacion del libro :3
Los quiero. ToriPS.
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