Capítulo 5: Guerra de poder
"Hotel Hazbin es Propiedad de Vivienne Medrano (Vivziepop)"
Lucifer se retiró a su habitación, observando aquellas paredes llenas de fotografías de él y su familia, y se recostó en su espaciosa cama de suaves sábanas color marfil y doseles con cortinas púrpura, la cual aparentaba ser una enorme carpa, la interacción social lo habia dejado agotado, hace décadas que no convivía con pecadores, y no interactuaba en persona, más que unos escuetos minutos, el palacio prácticamente estaba alejado de todos en el círculo del orgullo, y además, desde la ausencia de Lilith, él no habia recibido a nadie dentro de su hogar, ni si quiera a su hija; pero ahora habia pasado horas con los Overlords principales, su círculo cercano, habia interactuado de nuevo con su rey, y luego estaba aquel demonio de pacotilla que lo habia tocado.
Cerró los ojos con fuerza, llevándose una almohada al rostro, frustrado, el contacto aun burbujeaba en su piel, como una electricidad molesta, solo un incauto suicida se atrevería a tocar su cuerpo sin permiso, pero Alastor habia roto aquella barrera y ahora debía de regodearse en ello, el demonio que habia logrado hacer que un rey se perturbara por un breve momento.
Lucifer se dio vueltas en la cama, con la duda carcomiendo su mente, de si había disimulado bien aquel erizamiento en su piel, si logró que aquel roce pasara por fastidio e incomodidad, de solo pensar que Alastor lo hubiera notado, lo hacía sentirse patético.
El cómo ángel, vivía del amor, de la dicha y dar felicidad a otros, ese sentimiento, esa necesidad de contacto, era culpa de sus raíces angelicales, al ser expulsado esta necesidad fue alimentada a través de su querida esposa.
Lilith habia tenido sentimientos y pasiones humanas, habia sido quien lo había guiado a través de los siglos y él como un poseso ante la soledad del infierno, se adhirió a ella como un sediento que había descubierto un oasis en el desierto; Al ser ambos gobernantes y crear el infierno, habían pasado completa soledad, siendo solo apoyo entre ellos, pero tal vez, Lucifer había tomado demasiado de aquel oasis, y eso provocó una grieta más al terrible desenlace.
Y ahora, despues de su separación, Lucifer sentía de nuevo aquel sentimiento de satisfacción, pero el orgullo en él era más poderoso, no por eso era su pecado, él podía tener a cualquiera con solo un chasquido de dedos.
A lo largo de los siglos, y aun con Lilith a su lado, miles de demonios querían algo de él, ya sea su poder o al menos una mirada desdeñosa de su rey, Lilith se habia agraciado, su voz se habia vuelto un sinónimo de esperanza y empoderamiento, en cambio Lucifer les recordaba lo que aquellos pecadores habían perdido, que existía un paraíso del cual, ellos no podían acceder, y que ahora, el ángel caído, el fruto prohibido, era su verdugo en el infierno.
Pero Alastor, genuinamente parecía odiarlo e incitarlo, era refrescante, un solo pecador que no le tenía miedo.
El cabrón era un anarquista, no por algo estaba en ese agujero al que la humanidad habia sido condenada, y ese pensamiento le hizo sentirse miserable de nuevo.
Por su culpa habia personas como Alastor en el mundo, que no le importaba en nada los sentimientos del otro, con odio por el prójimo que no consideraban digno, y que mataban sin vacilación.
Porquería y podredumbre, de eso estaba rodeado.
La voz que le decía que era un fracaso comenzaba a sonar de nuevo en su cabeza, recordando a Lucifer que era un rey roto, no le quedaba sueños, ni esperanza, y no tenía por qué anhelar compañía; Alastor era una insignificante presa, y tenía que quitarla del camino, Charlie debía de estar a salvo, y él tendría que descubrir que trato había hecho con su princesa, así le costara la poca cordura que le quedada.
Mientras tanto, Alastor había seguido por medio de su sombra al asistente de Vox, quien fácilmente había pasado los filtros de seguridad que Vaggie había instalado, y ahora parecía merodear por el hotel.
El demonio de la radio estaba perdiendo la poca paciencia que tenía, los V's se volvían un cardo en su trasero, sentado en el sillón rojo desde su habitación, vigilaba por medio de su sombra al resto de los miembros, parecían haberse dispuesto en puntos estratégicos del hotel, lo cual era muy interesante, poniéndose de pie, desapareció entre las sombras, apareciendo frente al asistente de Vox quien parecía buscar puntos en la pared del hotel.
— Veo que has estado ocupado, pequeño — comentó con burla, obligando al muchacho a voltearse, el asistente de Vox tembló al escuchar la voz de Alastor, y este lo tomó con sus sombras, clavando sus ojos convertidos en diales de radio y apareciendo ante el muchacho sus símbolos vudú, el chico tiburón por el miedo tiró un dispositivo al suelo, Alastor lo tomó con sus tentáculos demoniacos, habia visto algo parecido cuando Sir Pentius fue sorprendido por Ángel Dust, aunque este era muy pequeño, casi imperceptible.
Vox era tan predecible, era el segundo intento de un plan tan tonto, pero quizá, podría hacer algo con esto.
— No morirás, pero al amanecer, deberán marcharse, con cualquier excusa — dijo tomando el cuello del chico y acercándolo muy cerca de su rostro, el asistente de Vox tembló de miedo, y asintió sin poder decir una palabra, Alastor lo soltó, ocasionando que se diera un mal golpe en el suelo y corriera por su vida.
Alastor observó como el chico corría, y ordenó silencioso a sus sombras seguirlo, debía ver si comunicaba el mensaje, de lo contrario tendria que matarlos, en otras circunstancias no habia vacilado en acabar con ellos, pero Charlie debía entender que esa gente no era confiable, así que los dejaría huir por esta ocasión.
El demonio de la radio observó aquel artilugio tecnológico, podía reconocer un trasmisor en él, posiblemente de audio y video, Vox habia colocado cámaras espías en todo el maldito hotel, "ese bastardo pervertido", pensó; Con sus poderes demoniacos Alastor buscó aquellos aparatos, pero estos no pudieron ser destruidos, al parecer Vox no era tan imbécil, él no podía destruirlos como ya había hecho con otros artefactos de su rival.
Definitivamente se estaban volviendo un cardo más grande, volvió a intentar destruir cualquier cosa del hotel, pero sus poderes se detuvieron, de nuevo, entonces la realización llegó a su mente, Vox no habia sido el responsable de que Alastor no pudiera romper las cámaras, si no que, habia alguna protección para evitar que él pudiera destruir la estructura del hotel.
Enojado, decide hacer una pequeña visita al rey, observando desde la sombra, él mira como el soberano se encontraba con su rostro cubierto con una almohada, así que dispuesto a lograr su objetivo, Alastor decide materializarse en la habitación, apareciendo justo a lado de la cama de Lucifer, ilógicamente el rey dejó desprotegido su cuarto, tal vez sabiendo que no habia nadie más poderoso que él.
Lucifer siente el ambiente diferente, y al descubrir su rostro nota que a lado suyo esta el pecador que había ocupado su pensamiento, eso lo pone furioso.
—¿Qué mierda haces aquí? — reclama furioso, Alastor se sienta en la enorme cama, la cual tiene unos doseles que asemejan a una carpa de circo, sin duda ese hombre esta obsesionado con ese tipo de espectáculos.
— ¡Majestad!, disculpe mi atrevimiento, pero, creo que sus hechizos estan impidiendo que pueda acabar con objetos indeseados del hotel — se quejó el demonio de la radio, extendiendo su mano para que Lucifer viera la cámara pequeña, sin embargo, el soberano furioso le patea la mano, ocasionando que el aparato pequeño salga volando fuera de la vista de ambos, provocando que la paciencia de Alastor se rompa por el golpe.
—¡Largo de aquí! — gritó Lucifer sumamente ofendido, cuando un tentáculo demoniaco lo eleva por el aire, el rostro de Alastor luce su figura completamente demoniaca, sus ojos son diales de radio, y el tamaño ha provocado que el cuerpo de Alastor se encorve dentro de la habitación, el hechizo de Lucifer impide que este pueda romper la pared y destruir todo a su paso — ¡Oh, no! Estoy tan asustado, estoy temblando de miedo — grita Lucifer poniendo un rostro dulce mientras finge una voz de niña pequeña, provocando la ira del demonio de la radio, quien lo coloca en el piso, aplastándolo — ¡Vete a la mierda, Alastor!
De un chasquido por parte del soberano, provoca que ambos demonios salgan de la zona del hotel, aun campo de batalla de pecadores, el dolor en el cuerpo del demonio de la radio al ser embestido por Lucifer se siente palpable en su piel, sin embargo, la furia es mayor.
— ¿Asi que quieres pelear? — grita con furia el soberano — Charlie se molestará mucho si te mato, venado — escupe con furia esa última frase, aun no olvida el trato de su hija con aquel ser infernal, que ahora tiene la imagen completa de un wendigo, los pecadores al reconocer ambas figuras salen a esconderse, la energía es tan descomunal, que destruye algunos coches abandonados y vidrios a la redonda, Alastor esta fuera de sí, el ser tocado por Lucifer lo ha sacado de sus casillas, al fin deja fluir el sentimiento de odio que siente por el otro, aquel que lo invadió desde su llegada al hotel.
Alastor ayudado de sus tentáculos se lanza por Lucifer, quien ahora luce sus ojos completamente demoniacos, la cornamenta arde en su cabeza, como una corona infernal, y parece dispuesto a esquivar los múltiples ataques del demonio, quien empieza a atacar directo y sin escalas al soberano, Lucifer siente a los sirvientes vudús del demonio tomar sus piernas, para inmovilizarlo, mientras Alastor se lanza a gran velocidad hacia él.
El golpe le da de lleno, ocasionando que el monarca se estampe en uno de los edificios, destruyéndolo por el impacto, pero Lucifer parece no mostrar ni un gramo de dolor, provocando que Alastor tuerza el gesto, sin perder la sonrisa sádica en su rostro.
— ¿Es todo lo que tienes? — se burla Lucifer, sacando sus alas angelicales, y con magia, desapareciendo su saco, su sombrero ahora yacía arruinado en el suelo — ¡mierda!, ¡arruinaste mi sombrero favorito, esto te costará caro, Alastor!
Y ante eso el rey desapareció, Alastor parpadeó para despues sentir una fuerte punzada en el estómago, los puños de Lucifer lo embestían sin piedad, ocasionando que escupiera sangre por la boca, con uno de sus tentáculos tomó a Lucifer de la cintura, y lo arrojó lejos, pero el monarca usó sus alas angelicales para regresar sobre él.
Alastor sintió una oleada de pánico, que intentó disimular conjurando más de sus sirvientes infernales, los cuales eran derribados con el báculo de Lucifer, quien utilizaba aquel instrumento como si fuera un arma, una poderosa ráfaga de poder angelical desapareció a todas sus sombras vudú.
Lucifer estaba ante él, fresco, como si fuera un simple juego deportivo y no una lucha a muerte, el enano era demasiado fuerte, nada del poder angelical de este, se comparaba ni un poco con Adam.
— Dije que no queria matarte, Alastor — musitó el soberano, dándole una sonrisa pérfida, e inclinándose a su altura, mientras Alastor, herido y derribado, tembló, sabía que Lucifer podía acabar con él, un disparo de su magia, y todo habría acabado — esto lo hago por Charlie, asi que, serias tan amable de explicarte, ¿Qué hacías en mi cuarto?
Alastor escupió sangre y su figura se transformó de nuevo a su cuerpo de pecador original, la humillación era mucha, pero al menos, seguía vivo, por piedad de Lucifer.
— Eso intentaba explicarte, el hotel esta lleno de artefactos, pequeños — dijo Alastor con dificultad, mientras Lucifer se sonrojaba — traté de mostrarle, antes de que me golpearas...
Lucifer se llevó las manos al rostro, exasperado, habia malentendido las intenciones del demonio de la radio, y esté, intentó advertirle que algo atacaba en el hotel, enserio, ¿siempre tenía que arruinar todo?
— Mierda, yo...lo siento, pensé que estabas siendo un imbécil — Lucifer lanzó un hechizo de curación, Alastor sintió su cuerpo regenerarse, como si las heridas en él fueran una broma, y aquella batalla, solo hubiera sido un juego; El demonio se puso de pie, para quitar el polvo de su ropa, y observó los destrozos que habían ocasionado, y que estaban completamente solos.
— Eres, tan irracional — soltó, con furia — y la persona más desagradable que he conocido, pero debo de admitir, que esta pelea, fue...gratificante
Lucifer se quedó estático, el demonio de la radio, ¿le estaba dando un cumplido?
—¿Disculpa? — el soberano estaba demasiado aturdido, creía que tal vez el golpe le habia movido las ideas a Alastor, sin pensarlo se acercó a él y lo tomó del rostro, Alastor se crispó, viendo como las manos suaves de su rey, lo tomaban con una dulzura y preocupación desmedida —¿No pareces tener daño cerebral?
Al ver el gesto confundido del otro, Lucifer soltó de golpe a Alastor, ocasionando que este se alejara del contacto, casi empujándolo, el soberano apartó la mirada al saber que habia mostrado preocupación por el otro, estaba maldiciendo su impulsividad, y el olvidar con que ser estaba tratando, malditos poderes angelicales.
— Bueno, creo que lo mejor es regresar al hotel, y me muestres que aparato infernal está invadiéndonos — murmuró, intentando no ver directamente el rostro del demonio de la radio, la incomodidad de este era palpable, asi que no empujaría más las cuerdas de la cordura de Alastor, Lucifer decidió abrir un portal a su habitación, entrando en él siendo seguido por el demonio, quien ahora estaba sumamente confundido.
En su centro de grabación, Vox se retorcía en un sentimiento visceral, cuando observó a Alastor teniendo una batalla contra el mismísimo soberano, algo dentro de él, posesivo y neurótico se retorcía, Alastor era su rival, era él el unico que podía mancillar su cuerpo a golpes, y nadie más ni el mismísimo rey, podían quitarle ese puesto.
Queria que su mente racional, pensara que el hecho de que ambos seres se llevaran mal era la oportunidad de aliarse a Lucifer, y escalar más por la cima de poder, pero el saber que Alastor tenia un adversario más poderoso, más capaz, lo estaba volviendo loco.
— ¡Maldito seas, Lucifer Morningstar! — gritó, llevándose las manos al rostro desesperado, tenia una visión completa del hotel, habia visto cuando ambos habían discutido en la habitación del soberano, Alastor se habia dado cuenta de inmediato de su plan, esperaba que sus sirvientes hubieran sido rápidos, a pesar de que su asistente fue descubierto, aun tenia otros aparatos ocultos entre los demás miembros, y Velvette habia preparado algunas de sus pociones, para hacer un ataque más siniestro.
Mientras tanto, Lucifer registraba su habitación, la maldita cámara era tan diminuta, que ambos parecían buscar un lente de contacto.
— ¿No puedes usar tu magia? — se quejó Alastor, palpando el suelo, y asomándose debajo de los muebles.
—No puedo convocar algo que no he visto — explicó el soberano — tengo mis limitaciones, aunque no lo creas, imbécil.
Lucifer estaba por darse por vencido, cuando observó una diminuta luz blanca debajo de su colchón, Alastor y él sintieron la mano del otro al intentar tomar el artefacto, el demonio de la radio retiró la mano, como si el contacto le escociera, el soberano intentó disimular el cúmulo de electricidad.
— Bien, aquí esta la perra — dijo nervioso, observando que, a pesar de ser un nerd obsesivo, Vox tenia una facilidad sorprendente con la tecnología — que desperdicio — murmuró destruyendo aquel objeto con fuego infernal.
Alastor estaba en un total silencio, observando como los ojos de Lucifer se iluminaban, y despues al menos unas treinta diminutas cámaras se manifestaban en su habitación; como se lo dijo al demonio de la radio, no podía convocar algo que no hubiera visto antes.
— Listo, hasta la última — dijo, quemándolas con fuego infernal y desapareciendo cualquier rastro de ellas — Gracias por la advertencia, lamento los golpes...
— Vox es un obsesivo, y se cree con el derecho de saber todo, me alegra que esos objetos no estén sobre el hotel, odiaría que mi privacidad fuera vulnerada, y que Charlie sepa de todo esto...
Lucifer miró de nuevo sorprendido, ¿Alastor si se preocupaba por Charlie?
— Ese tipo, es un raro... ¿Qué va a pasar con los pecadores de los V's?
— Espero no estén en la mañana, si no, serán mi desayuno — explicó el demonio de la radio, ocasionando una sonrisa de Lucifer — Estoy siendo benévolo, pero ellos no son culpables de que sus amos sean unos perdedores, sin duda, este ataque no se quedará así ¿o no?, Su majestad.
Y ante eso, una sensación sádica se despertó dentro del monarca, esos Overlord se arrepentirían, de la guerra que habían comenzado.
N.A. Me encanta Lucifer repartiendo golpes, y siendo todo un sádico, no quisiera ser Vox.
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