Compositor: Dmitri Shostakovich
Pareja: DioJona

Eran las las 8 de la noche, año 2020 la pandemia recién había sido anunciada, o bueno así lo sentía, de todas formas vivir en una familia acomodada era mejor a la forma en como vivía antes, el padre de mi hermanastro se había quedado atrapado en otro país, no afectaba casi nada a su economía, pero quedé con Jonathan el cual se le veía un tanto paranoico por todo lo que pasaba.

No salía, estaba casi encerrado, ni siquiera deseaba tocar el patio. Por lo cual era el lugar donde yo salía para ver mi celular o hablar con tranquilidad sin que nadie moleste.

Un par de ocasiones Jonathan se le notaba más paranoico, más aún cuando pedía algo de comida rápida, por poco y mi comida no terminaba alcoholizada por la cantidad exagerada de alcohol que le echaba, o quizás sí, porque terminaba medio mareado después de comer.

Pero un día de eso, en la biblioteca, uno de esos días donde ambos nos topamos en ese lugar, me atreví a encarar su paranoia, el me dijo que no era cierto, solo estaba previniendo.

Tuvimos unos de las discusiones más largas, sobre la paranoia que tenía, y la negación a ella. Porque ya llevábamos unos meses con esto, y puedo decir que el color quedamos de la piel de Jonathan había cambiado a uno pálido, es más puedo decir que mis constantes salidas al patio, me había quemado ligeramente, le recalque que necesitaba la luz de sol, y mucha vitamina D, o terminaría con la defensas más bajas. Pero seguía negando que eso estaba mal, debía quedarse dentro de la casa.

A tal punto se alargó que la sugerencia de música que YouTube me dió, cambió a Vals que sonaban lentas, aunque ninguno notó el cambio de ambiente, por lo cual pedí un descanso, me estaba hartando.

Aunque el silencio no terminó, ya que Jonathan se encontraba tarareando la canción el cual se reproducía en ese momento.

Para calmar el ambiente que se había tornado un poco pesado, le seguí a su tarareo.

Me miró sonriendo, divertido de que el ambiente estaba ahora tranquilo. A lo que le dije, si deseaba bailar, campo para hacerlo había.

Con gusto asintió, me levanté antes y le dije en chiste si deseaba bailar, haciendo una actuación gracioso de gente de los años 1800, Jonathan casi riendo acepto, actuando como si fuera una dama de esa época, no te voy a negar que si peleábamos mucho, pero al final terminamos haciendo esto, cosas distintas para calmar el enojo, tanto mi padre adoptivo estaba acostumbrado a ello, parecía no molestarle.

En el baile, tomamos muy en cuenta los pasos que nos enseñaron antes en la escuela de baile, Jonathan se dejaba llegar con total gracia, era una pareja de baile blanda, pero recuerdo cuando aún no sabía bailar, me pisaba los pies, o estaba casi como un tronco. La edad nos hacía cambiar mucho, y esta era una muestra de ello.

Ver como tranquilamente se dejaba dar vueltas tan pomposas, ahora sin mareanos como antes, o como saber reaccionar a un cambio de ritmo.

Y nunca olvidar el sonreír, en este caso, Jonathan estaba casi riendo por el baile, en varias ocasiones me dijo que le gustaba bailar conmigo, porque sabía más pasos, o porque me aprendí más pasos, no sé si eso sea verdad o no, pero ahí se veía a Jonathan feliz disfrutando de un baile, un vals.

La verdad tengo que admitir que a veces no quiero que termine la canción, pero todo lo bueno debe acabar.

La música cambió, y ambos nos quedamos parados, hasta que me dijo, que deseaba bailar otra vez.