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𝕮𝖆𝖕𝖎́𝖙𝖚𝖑𝖔 𝟒

30 de octubre del 2021; 15:45 p.m 

El día seguía "normal" para Taehyung, dentro de aquella normalidad estaba levantarse, tomar desayuno, leer algo para distraerse o dormir, miraba álbumes de fotos mientras bebía vino y lloraba, y al final irse a la cama y volver a despertar a la misma hora para tocar la sonata y sentirse algo acompañado, claro la botella jamás faltaba. Las lágrimas, tampoco, todo lo que hacía venía en compañía de la melancolía, impotencia y dolor. 

Kim temía a enfermarse, pero estaba en el punto en donde le daba igual, bebía vino casi todos los días, dormía poco y durante todo el mes había comido de a poco, sirviéndose pequeñas porciones, su baja de peso la vio notoria, sus ojeras iguales, parecía un muerto caminando por casa. Y era así como sentía; muerto y marchito. 

Y allí estaba en el salón de su casa junto a una copa viendo nuevamente fotos que tenía junto a su novio. Cuando iban a la playa, recordaba lo mucho que Min odiaba la arena y actuaba como un niño pequeño, cuando esta se metía en sus shorts, soltó una pequeña risa cargada de tristeza. La que más amaba era una foto que Jimin les había sacado una noche en un bar. 

Su favorita entre todas. 

—Bien, júntense y sonrían —dijo Jimin tomando una cámara que traía. 

—Hyung intenta sonreír —agregó Jungkook, haciendo que Yoongi lo mirase con mala cara, provocando risa entre ellos. 

Taehyung se acercó más a Yoongi y apoyó su cabeza en el hombro de su pareja. Min lo miró y le depositó un beso en la frente. Ambos, tras el gesto del mayor, se sonrieron. 

—Eres hermoso cuando me miras así. Tus ojos brillan cariño. —Halagó Yoongi a Taehyung provocando un coqueto rubor en sus mejillas. 

Jimin sacó la foto justo en el momento perfecto, cuando ambos se miraban con total amor y cariño. La fotografía no demoró en salir, ya que era de esas cámaras instantánea polaroid, se las entregó a la pareja y juntos la observaron. 

—Es perfecta, ¿te gusta? -Preguntó Tae mientras la miraba. 

—Sí, me gusta mucho, podemos mostrársela a nuestros hijos —bromeó el pálido, aunque en su interior lo anhelaba. 

—¿Les gustaría adoptar? —saltó Jungkook entusiasmado. Y Jimin abrió sus ojos sorprendidos. 

—Un futuro, tal vez tomemos esa importante decisión. 

Min solo sonrió al oír la respuesta firme que Taehyung había dado. Y sin duda juntos querían dar los pasos más importantes en sus vidas muy pronto. Juntos. 

Como Yoongi le había prometido. 

Un par de golpes en la puerta despertaron a Taehyung de ensoñación mientras recordaba aquel día. Se levantó como pudo porque el vino ya estaba haciendo algo de efecto en su cuerpo. Una vez de pie caminó hacia la puerta, apenas la abrió, miró a todos lados y no se encontró a nadie, ni por la derecha ni izquierda de su hogar, su vista viajo a sus pies y ahí vio un sobre de papel medio amarillo que mostraba que ya tenía tiempo. Tenía su nombre como destinatario, pero no traía ni firma o nombre de quien la envió. Dudoso, entró de nuevo a casa, de forma curiosa abrió el sobre con un cuchillo que había cerca en la mesa. 

Una vez abierto el sobre se dejaron ver unas partituras, el aspecto no era el mejor, estaban medias quemadas y el papel era delicado. Una vez fuera del sobre se percató de que había otro trozo de papel en las mismas condiciones. Desdobla con cuidado de no romperlo, ya desplegado procede a leer lo que parece ser instrucciones. 

Prende una vela negra y párate enfrente de ella, toca tu violín exactamente a las tres de la mañana y mira las partituras, no te equivoques, tócalas al pie de la letra. Di el nombre de quien quieras ver una vez. Míralo a los ojos y oye sus palabras con atención, no lo hagas enojar, jamás lo toques, no lo abraces ni beses. Una vez acabes despídete correctamente, quema las partituras hasta las cenizas y apaga la vela. 

Toca con devoción, con tu alma y corazón puesto ante cada nota, así quien quieras ver vendrá... 

La última parte de la carta está borrosa, quizás por el tiempo. Taehyung la leyó por segunda vez cuando vio que se trataba de invocar, se quería echar a reír, jamás creyó en este tipo de cosas, siempre pensó que era mentira, pero... siempre había una primera vez. 

No, no claro que no. Es solo una broma de mal gusto de niños, ya casi era Halloween, normal que hagan estas cosas. 

—No seas idiota Taehyung. —Se dijo, dejando los papeles tirados sobre la mesa.

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