Taehyung permanecía sentado en la cama del cuarto de invitados que la casa de su hermano tenía. Su mirada estaba fija en el suelo de habitación. Estaba asustado, Yoongi de seguro iría igual tras él para matarlo, porque sí, quisiera o no, lo iba a matar igual.

Lo hizo enojar.

Namjoon golpeo la puerta y entro con una bandeja con comida que Jin había preparado.

—Taetae, ten. —Nam dejo la bandeja junto a su hermano.

—Gracias. ¿Jin lo hizo?

—Sí, oye lo que le dijiste fue...

—Lo siento, perdón, yo me equivoqué, estaba asustado y confundido -el menor se disculpó con total sinceridad.

—Le diré que suba para que le pidas disculpas a él, sé que te entenderá. —Nam le regalo una sonrisa suave a su hermano y deposito un beso en su rubia cabellera.

Minutos después, ya de haber comido, Seokjin entro tímidamente para retirar la bandeja y de paso dejando lagunas sabanas extras.

—Perdón, Jin. No debí decirte esas cosas, yo... estaba asustado, confundido y un poco enojado.

—Tranquilo, ¿Qué paso en tu casa? Vi tu violín con sangre, no quise preguntarte, estabas alterado.

—Fue Yoongi... yo solo quiero que se vaya.

Seokjin aún no comprendía por qué Taehyung hablaba de Yoongi como u estuviera, está muerto, todos lo sabían y lo aceptaban.

—Tae, es duro, pero debes aprender a vivir con eso, él murió, ya no está. A veces, el luto nos hace creer cosas y no es así.

—¿Crees que estoy loco?

—¡No, no! —respondió rápido Jin. —Solo que es imposible que él esté aquí. Bueno, yo me voy a casa de mis padres.

—No, quédate, mi hermano necesita estar contigo, eres su futuro esposo. Yo estaré bien.

—Bien. Descansa.

Seokjin tomó la bandeja para salir del cuarto. Una vez cerró la puerta, no podía dejar de pensar en Taehyung, de verdad no podía creer algo así, aunque sonara mal de su parte, Jin sí creía que Kim se estaba volviendo algo loco. Su forma de reaccionar hace rato, el mensaje que Taehyung le mando a Namjoon y él vio. Esas cosas reafirmaron todo.

3:00 am.

Estaba mirando el techo fijamente, pensó que podía dormir, pero no fue así, La voz de Yoongi diciéndole todo sobre sus amigos y familia lo atormentaban cada vez que hablaba con uno de ellos y terminaba tratándolo mal porque podía sentir como las palabras y el odio trasmitido por Min corría por sus venas.

—Basta... —sollozo tapándose los oídos. Su voz no cesaba.

De pronto, el frío aire se pudo sentir en el cuarto. Supo que Yoongi volvió.

—Deja de llorar mi amor, acabemos con esto de una vez.

Min se sentó a los pies de la cama, alzo el violín que llevo con él en todo momento y saco las partituras, las mismas, solo que esta vez las dio vuelta y comenzó a tocar una sonata diferente.

—Te van a oír Yoongi, ya basta, déjame en paz de una maldita vez.

Min solo rio.

—Todos te dan la espalda porque te molesta hablar con ellos, sabes que es verdad todo lo que te he dicho —decía el espectro mientras tocaba el violín con delicadeza. —Todos tienen la culpa de lo que soy ahora.

—¿D-De que hablas? 

—¿Sabes como morí? ¿Verdad?

—C-Claro. Un auto te atropelló cuando ibas saliendo del trabajo.

—No fue así Taehyung. Tendré que abrirte los ojos una vez más cariño.

Ese era el verdadero momento para acabar con todo.