Acá me tienes
sentada frente a ti.
Tu imponente presencia
se impone ante mí.
Te miro, te observo,
te descubro.
Me atrapas, me seduces,
me entrego.
Te miro, te desafío,
te provoco.
Te acercas despacio,
lames mis pies,
me estremezco.
Te alejas sin dejar de mirarme,
susurras algo
y sé que volverás.
Y ahí estás...
Hay fuerza en tu mirada,
determinación...
Te acercas voraz
y recorres mi cuerpo
con caricias audaces
que me llevan al cielo.
Te retiras de nuevo
como para emprender un vuelo,
pero retornas salvaje,
inundándome toda
con tu blanca espuma,
y me llevas en tu mismo viaje...
Me atrapas,
me seduces,
me dejo llevar,
me entrego...