Hoy mi alma está fría,
mimetizada, quizás, con la oscura noche
que a través de la ventana, se hace presente.
Atisbo una y otra vez, a través de los vidrios,
esperando ver perlar el suelo
bendecido por los rayos de selene.
El cielo se muestra estrellado
mas mi confidente no aparece.
¡No aguanto más este encierro!
Salgo alada, sin mirar atrás,
y me interno en el  paisaje que me rodea.
Es desconocido para mí,
está lleno de misterio, de bosque,
intimidante...
Pero mi corazón y mi cuerpo
están sedientos de ti.
Sé que no me detendrá
ni la más grande tempestad.
La falda larga de mi vestido,
ondea sutilmente
haciéndome estremecer.
Estremecimientos que parecen anticipar
esos momentos de darlo todo
que disfrutamos
cada vez que estamos juntos

   ilargiluna