Capítulo VI
La noche ya se estaba alejando, dando paso al sol; el primero en levantarse fue el Werehog.
Iba a estirarse, pero sintió un peso a su lado. Pudo ver que era aquella delicada princesa; sin darse cuenta observaba lo bella que era.
Nunca había tenido la oportunidad de apreciar la belleza de una princesa; solo había podido apreciar, hace tiempo atrás, la belleza de las flores.
El canto de los pájaros lo hicieron salir de sus pensamientos, mientras que un sonrojo aparecía en sus mejillas...
La Rosada comenzó a levantarse junto con el canto de las aves y los rayos del sol.
Amy: Buenos días, Sonic
Sonic: Buenos días, princesa, es hora de seguir con nuestro camino.
Ambos viajeros siguieron con su viaje; ya habían pasado aquella laguna que muchos decían que estaba encantando, y sí lo estaba, ya que ahí habitaban las sirenas; ahora se dirigían al bosque encantado.
Según muchos, aquel bosque se encontraba habitado por hadas, duendes, hasta ninfas y elfas.
Aunque pocos salían vivos de ese bosque, podían contar sus relatos.
En la cabeza de la eriza aún seguían esas palabras que la sirena le había dicho. ¿Sentir algo por el Werehog?, no podía negarlo. Aún que sea poco el tiempo de que se conocían, había comenzado a sentir algo por él, aunque, claro, el hecho de que sus padres quieran hacerla casar con alguien a quien no ama y el pensamiento de la sociedad seguro que no le dejarían ser feliz con el werehog...
El azulado no podía creer que había más como él. Tal vez algunos werehogs habían sobrevivido y estaban en alguna parte de aquellas tierras escondidas, pues la maldad seguía gobernando aquellos reinos.
Ambos estaban perdidos en sus pensamientos; no se habían dado cuenta que habían entrado a un claro del bosque, donde el viento soplaba lentamente, llevando algunas flores y hojas que caían de los árboles.
Sus pensamientos se interrumpieron cuando escucharon una dulce risa.
El werehog comenzó a ponerse en alerta; había escuchado muchos rumores, y por deber debía proteger a la princesa Rose.
Amy: ¿Sonic, qué está pasando? —declaró con miedo, mientras que seguía escuchando aquella risa.
Sonic: tranquila, creo que es una hada, solo quedate detrás mío, yo te protegeré —dijo con valentía el werehog.
¿Oh, qué tenemos acá, un par de tortolitos, que seguro que vinieron al bosque para vivir su amor prohibido?
Amy: Se equivoca, solo somos amigos; él me está llevando al reino de Mobiüs, con mucho gusto. Soy la princesa Amy Rose, del reino Rose, y él es Sonic. —comentó con educación, mientras hacía una pequeña reverencia.
???: ¿Usted es la princesa que escapó, el rey Melphiles? Y soy Cream, la hada protectora de este bosque.
Amy: Un gusto conocerla, y si soy esa princesa, ahora intento llegar al reino de Mobiüs, hablar con mis padres para que cancelen todo y si se podría pedir ayuda al reino cristal.
Cream: Para el reino Mobiüs, falta mucho camino aún y la decisión que tomas es algo complicado. Melphiles no te dejará cancelar la boda. Cada día, la maldad crece más y él se hace fuerte.
Amy: Lo sé, es complicado, aún así debo intentarlo hasta el final.
Cream: Eres una princesa valiente, que busca el bienestar para su pueblo. Sus acciones serán recompensadas, aunque nuestro salvador se encuentra ahora mismo entre nosotros —dijo mientras observaba al werehog.
Sonic: ¿Por qué miras así?
Cream: soy una hada que tiene mucha sabiduría; sé que tuviste un pasado oscuro que quieres olvidar, pero el pasado volverá pronto y aparte de que tienes un secreto que hasta no quieres decir.
Sonic: Lo dijiste tú misma, es mi secreto, así que nadie debe saber de eso... Y lo mejor sería que continuemos nuestro camino.
Amy : Es verdad, aún tenemos camino que recorrer, pero ¿no te gustaría acompañarnos?
Comentó la rosada; el werehog la miró con cierta molestia; sabía que aquella hada tenía conocimiento de aquel secreto que ocultaba hace años, y era peligroso que los demás lo supieran.
Cream: Con gusto, justo en la entrada del pueblo de Mobiüs, mi madre me espera. Melphiles, mando a un gran grupo de guardias a capturar a las hadas; por suerte pude escapar y ahora voy al encuentro de mi madre.
Amy: Pues, qué suerte, podríamos ir juntos hacia el reino de Mobiüs.
Así fue que aquellos 3, comenzaron el recorrido a Mobiüs, aquella princesa junto a la hada. Iban caminando adelante, mientras que hablaban con alegría.
Mientras que, atrás de ellos, iba un malhumorado werehog que, al vivir por muchos años solo, había tomado la costumbre de estar solo.
La compañía no era de su gusto; prefería la soledad.
Había pasado casi la mitad del día; estaban saliendo ya del bosque encantado; pronto llegarían al pueblo vecino de Mobiüs, el pueblo esmeralda.
Sus pasos se detuvieron, cuando vieron cómo el werehog, de nuevo era alertado por sus instintos, sin decir nada salió corriendo en dirección al este.
La princesa y la hada siguieron al werehog hasta un campo, donde había muchos cultivos.
Fue ahí donde vieron lo que llamó la atención al werehog.
Se encontraba la princesa ninfa Blaze, del reino cristal, toda herida y lastimada.
Cream: es la princesa Blaze —dijo con preocupación, mientras que se acercaba a ella para ayudarla.
Amy: ¿Pero... qué le pasó? —preguntó con intriga, mientras también ayudaba a aquella princesa.
..... CONTINUARÁ.......
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