Cuando Rouge y Knuckles llegaron a la entrada del taller de Tails, sintieron que algo andaba mal, la puerta estaba entre abierta y a su interior solo se veía oscuridad, lo cual era raro ya que Tails solía trabajar a cada hora, ya sea de noche o de día.
Entraron un poco acobardados al taller y cuando se dignaron a prender la luz sus corazones dieron un salto.
Se encontraron con un bulto ensangrentado que yacía inerte en el suelo, paredes llenas de sangre y el piso rasguñado.
Rouge quiso avanzar para ver de que se trataba, pero Knuckles se lo impidió diciendo que podía ser peligroso, yendo él en su lugar.
Aunque ya sabía de quien se trataba, se acerco y tapó el cuerpo con un mantel que estaba tirado cerca del cuerpo y después llamo a Rouge.

Rouge: ¿Esta...?

Knuckles: —niega con la cabeza— Será mejor irnos, algo malo pasa aquí.

Rouge: ¡Estas loco! Amy esta muerta y estamos en el taller de Tails, eso quiere decir que Tails corre peligro.

Ambos: ¡Dark Sonic!

Ambos se miraron y corrieron al interior de la casa en busca de su amigo Tails.
Se adentraron a la casa (cosa que nunca antes habían hecho) y se encontraron con las paredes repletas de fotos de Sonic con Tails y a veces Sonic solo, no eran solo unas pocas fotos si no que parecía haber cientos de ellas. Empezaron a dudar de la salud mental de su amigo pero su idea no se pudo concretar ya que comenzaron a escuchar unos gritos provenientes del sótano. Muertos de curiosidad decidieron bajar para ver que pasaba pero ni sabían que se encontrarían con su amigo gritando y sangrando en el suelo.

Knuckles: ¡Sonic! ¿Qué pasó? ¿Quién te hizo esto?

Sonic: Fue... —tomó aire, al parecer le costaba respirar— ...Shadow...a sido un... Acci...

Knuckles: Shh Calla, yo me ocuparé de matar a ese traidor.

Knuckles salió de la habitación buscando a Shadow mientras que Rouge sujetaba la cabeza de Sonic.

Rouge: Shh tranquilo todo pronto estará bien, Shadow ya va a pagar por lo que hizo. —mientras le acariciaba la cabeza a Sonic—.

Sonic: ¡No! —Lo dijo con todas sus fuerzas, tantas que no pudo evitar toser sangre— fue... Un accidente... Detenlo.

No necesitó decir más, Rouge dejó delicadamente la cabeza de Sonic recostada sobre el suelo y se dirigió en busca de Knuckles.

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Shadow: Encerrado en tu propia casa, quien lo diría. En vez de zorro resultaste ser una gallina, una cobarde y asustadiza gallina.

Tails: Escucha, Shadow. Lamento lo que hice, prometo dejarte a ti y a Sonic en paz, pero no me hagas nada. Por favor...

Tails retrocedía lentamente mientras Shadow se acercaba peligrosamente hacia el con un pedazo de cristal con sangre en su mano, no se sabía si la sangre del cristal provenía de él o de la sangre de su amado Sonic que minutos antes había apuñalado.

Shadow: ¿¡Dejarnos en paz!? Es que no comprendes, ¡Sonic está muerto! Y todo por tú culpa.

Tails: ¿¡Que!? No puede ser posible... la última vez que lo vi... —Los ojos de Tails se cristalizaron— la última vez... ¡Fue contigo! —Sus ojos comenzaron a perder su brillo y solo mostraban el gran odio que ahora sentía por dentro— ¡TÚ LO MATASTE! ¡Asesino!

En ese momento Knuckles entra a la habitación y ve como Tails acusa a Shadow y este amenaza a Tails con un pedazo de vidrio.
El ambiente estaba tan tenso que nadie notó la presencia del Edchidna que se acercaba lentamente por la espalda de Shadow con su puño cerrado, esperando darle un fuerte golpe a Shadow en la cabeza. Y esta vez no era para dejarlo inconsciente. Esta vez pretendía hacerlo pagar por todos los crímenes que él había cometido.