Once: Observar
YoonGi POV.
Estos días han ido mucho mejor de lo que esperaba. Hospedarnos juntos no parecía lo mejor pero la suite presidencial es bastante amplia, tanto como para tener dos recámaras separadas con propio baño cada una, un living, comedor, mini bar y cocineta. Un lugar excelente si se me pregunta, le daré un bono a la señorita Cha por tan excelente elección al final del mes.
Las mañanas son todas igual, despertamos y ordenamos el desayuno a la habitación, justo como ahora. JiMin y yo estamos sentados a cada extremo de la mesa, vestidos ya en nuestros usuales trajes. Sin decir nada, manteniéndonos ocupados con nuestros asistentes que no dejan de pasarnos documentos para que los leamos. Comprend que debemos estar preparados para cada junta pero maldición es el puto desayuno, un respiro por dios. Que suerte cuando ambos se van y nos dejan terminar la comida en paz.
Bebo un sorbo de café y no puedo evitar mirar a JiMin mientras corta sus alimentos. He estudiado este curioso comportamiento que tiene, cada bocado parece ser llevado a su boca siguiendo un inflexible orden por tamaño y tipo de comida. La cosa es así, JiMin troza su comida y elige el bocado más pequeño, primero toma una porción de huevo, mastica, luego un pedazo de pan francés, mastica, de ahí algo de tocino, mastica más, después un trago de café y entonces vuelve a empezar. Una y otra vez hasta terminar. También he descubierto que a mitad de cada mañana suele beber un té verde helado con esencia de menta y rosas. Y esto último hace que últimamente me encuentre preguntándome si realmente sabrá tan bien como se ve.
Otra cosa que he notado estos días es su horario estrictamente establecido para tomar sus medicamentos. Me causan interés pero supongo que es lo que le han recetado después de aquel episodio suyo al desmayarse. Sin embargo en este día hay un frasco de píldoras nuevo. No tengo que estudiarlo mucho para averiguar que son supresores. Bebo lo último que hay en mi taza de café y preguntó.
- ¿Te llego el celo?
JiMin apenas y alza la vista, mi mira una vez y me sigue ignorando.
- No es de tu incumbencia. - Dice acto seguido a pasarse un par de las pequeñas cápsulas por la garganta.
- Espero que esto no interfiera con tu papel durante la firma del contrato.
- No lo hará. - Responde, se levanta y va a su habitación, pronto debemos irnos.
Mientras vamos en la camioneta sigo viendo a JiMin con la vista periférica. Peina su cabello rubio hacia atrás con regularidad. Otro hábito muy notorio de él. En tanto hace esos pequeños gestos intento recordar si JiHyun hace al menos uno de ellos pero no importa cuánto trate, soy incapaz de captar algo. Simplemente no lo sé, creo que no he puesto esa atención en el omega. Debe de tener alguna manía similar, después de todo son hermanos. Eso pienso yo.
Hay varios asuntos que atendemos de poco a poco durante el día y el momento cumbre es esta tarde, en este momento, dentro de una sala ejecutiva de ventanas altas situada en el vigésimo piso, sentados frente a un par de idiotas cuya empresa ha crecido tanto sin que ellos sepan una mierda al respecto. Al principio la situación va bien, ya sólo faltan pequeños detalles a establecer con respecto a nuestra propuesta inicial pero antes de que nos demos cuenta las cosas se tornan no tan favorables para nosotros. Es decir, lo que piden no es exagerado, ambos seguimos beneficiandonos pero no como era nuestro plan. Busco la manera de persuadirlos de que desistan y acepten el trato inicial. No me funciona. Entonces JiMin dice algo que voltea la situación a nuestro total favor haciéndoles pensar que es mucho mejor para ellos. No sé de dónde JiMin ha sacado esta mierda pero nos ha servido. El maldito los tiene comiendo de sus manos. Sorprendente, es todo lo que puedo decir de él. Su juventud ha superado toda expectativa que tenía de él. Este chico tiene talento.
Así, después de discutir los detalles finales y plasmarlos en papel, los presentes firmamos cada una de las copias del documento y cerramos el trato. La exportación de sus productos a nuestras filiales en el extranjero son un hecho. Nuestro trabajo en HongKong ha terminado, sin contratiempos. Mañana mismo podremos volver a Corea tal y como estaba previsto. Como ya no hay nada más que hacer puedo decir que tenemos el resto de la noche libre, sin ninguna cena a la cual asistir ni nada por el estilo. Caminamos por el pasillo del edificio y nos metemos todos en el elevador. ¿Como pasar esta última noche en tierras chinas?
- Ya que nuestro trabajo aquí está hecho, podríamos relajarnos un poco e ir a un club nocturno a beber un poco. - Digo para JiMin aunque Cha y Jeon me miran con reprobación.
- Señor, mañana debemos volver a corea. - Me dice ella con impertinencia.
- He dicho que iremos por unos tragos no que se cancela el vuelo. - La mujer abre la boca, incrédula de como he endurecido mi voz.
Ella agacha la cabeza y asiente, dejando de contradecirme. Jeon no dice nada pero sigue esperando a lo que su jefe pueda responder. Dejo de fijarme en los dos betas y me detengo en JiMin. Espero que recuerde que soy mayor y por tanto, como un acto de buena educación, no debería negarse. Este me mira con una ceja arqueada, estudiando la casi invitación. Lo veo mover la cabeza de arriba abajo cuando me sonríe de lado. Excelente.
JiMin POV.
Hemos hecho que Jeon y Cha nos dejaran en paz dándoles la noche libre. Eso manteniendo obviamente uno de nuestros guardias personales, respectivamente. Nos adentramos en la inmensa ciudad, directo a la zona de mayor actividad nocturna. El club que elegimos figura como el mejor en Internet así que espero sea un buen lugar y no un antro de mala muerte. Los chinos son de poco fiar para negocios de esta clase.
Cuando llegamos hacemos que los dos guardias esperen afuera, atentos para cualquier eventualidad en la que nos sean necesarios. Ya dentro YoonGi pide la mejor mesa disponible. Una pequeña omega en tacones y ropa entallada se presenta como nuestra anfitriona, declarando que será ella quien se encargue de nuestro servicio esta noche. Es increíblemente bonita, me pregunto porque una omega así estaría en un trabajo tan deplorable como este. Ya sentados y bien acomodados nos disponemos a beber, la señorita espera a que pidamos el licor de nuestra preferencia.
- ¿Whisky o Vodka? - Me pregunta YoonGi, yo le digo que obviamente Vodka, él sonríe como impactado. - Que buen gusto.
Mientras esperamos me doy cuenta que muchos en el club miran a YoonGi casi descaradamente, en especial los omegas. Que fastidio, no es que tenga nada impresionante. Sin embargo esto no dura mucho cuando un hombre rodeado de un montón de gente aparece atravesando las mesas, entonces pasan de mirar a YoonGi a mirarlo a él. Es un alfa de cabellos parados que lleva un montón de colgantes brillantes al cuello. Abraza y besa a varios de los empleados y pide a gritos las mejores botellas para sus amigos, alardeando de todo el dinero que está dispuesto a gastar por un poco de diversión.
- Ese tipo se da aires de superioridad cuando en realidad es un perdedor. - Dice YoonGi como leyéndome la mente, me sorprende porque es cierto lo que dice.
- Vaya, primera cosa en la que estamos de acuerdo. - Le digo riéndome por esta pequeña complicidad que surge entre nosotros.
- Te aseguro y apuesto lo que quieras a que es un narcisista con complejo de edipo. - Dice riendo.
Yo dejo escapar una carcajada mientras echo la cabeza hacia atrás.
- Te faltó agregar impotente. - Sonrió viendo al tipo que no deja de gritar.
- No ha de pasar de los 17 cm. - Agrega YoonGi aún más divertido.
- ¿Bromeas? - Pregunto no creyendomelo. - 15 y estamos siendo muy bondadosos.
YoonGi cierra los ojos y se carcajea sin poder contenerse, yo también no paro de reir.
- Dios, tienes razón.
Seguimos riendo y no tardan en traernos la bebida y varios bocadillos. YoonGi se mete en su papel de hyung y me sirve cada vez que me acabo un vaso. La música está bastante alta pero exceptuando al chino molesto de aquella mesa, puedo decir que me gusta el ambiente. Hay chicas y chicos bailando en el escenario y muchos otros omegas que se pasean por ahí para que les miremos bajo un montón de luces de colores. Me llaman la atención los dos más bonitos. Un pelirrojo de cabello corto con un choker negro al cuello y una con mechones rosas y un piercing en el labio. Me pregunto si debería...
- Estas de celo. - YoonGi me saca de mis pensamientos, me mira de reojo al beber de su vaso y después se fija en los omegas que he estado viendo. - Lo mejor para ti es tener compañía hoy.
No termino de acostumbrarme al YoonGi amable que ofrece cosas pero acepto que es agradable. Aun así le digo que no es necesario antes de que diga cualquier cosa pero él no me hace caso. No me da tiempo de negarme pues en menos de un segundo ya ha llamado a esos dos omegas y estos caminan directo a nosotros. YoonGi habla con ellos informándoles con indirectas muy directas que estoy en celo. También aclara que estoy tomando supresores y que no hay nada por lo cual preocuparse. Yo me quedo callado riéndome internamente de mi por estar en esta situación y de YoonGi por su increíble descaro al hablar, tomando decisiones por su cuenta. Esos dos sonríen y no lo piensan mucho, aceptando si nada de precaución, sinceramente una actitud demasiado despreocupada y riesgosa para ellos. Supongo que al final lo único que importa es la suma que YoonGi oferta por atenderme. Dinero es dinero y es obvio que ellos están en esto por sólo eso.
Los dos chicos se sientan cada uno a mi lado. YoonGi pide más bebidas para todos y no dice nada. Los chicos preguntan un poco por nosotros. ¿Qué hacemos? ¿De dónde venimos? ¿Cual es nuestra edad? Respondemos sin contar demasiado, por obvias razones no les confiamos demasiada información. Ellos también nos cuentan un par de cosas pero apenas y les presto atención, solo estamos rompiendo el hielo. La noche transcurre entre tragos, música y caricias que me provocan. Me relajo y permito que esas dos bocas me besen por turnos. No pienso nada sólo dejo que mis labios y manos se muevan por su cuenta, sonriendo como un estúpido por el alcohol mientras un olor particular y ya casi familiar se cuela por mis fosas nasales.
YoonGi POV.
No se de donde he sacado la idea de invitarle unos omegas a JiMin pero carajo, no se si estoy arrepentido o todo lo contrario. No he hecho nada en todo este rato más que observar a los tres mientras se besan y tocan el cuerpo con descaro. Sus lenguas se encuentran frotando y aunque la música está lo que le sigue de alta puedo escuchar perfectamente como chasquean sus bocas mientras hilos de saliva se estiran y rompen cada que los omegas se turnan a JiMin. Una escena caliente que me tiene hipnotizado, un espacio donde los labios del alfa son los protagonistas.
La garganta no se me deja de secar. Bebo un poco de todo con un montón de hielo, no quiero terminar asquerosamente ebrio, no como lo está JiMin. Hace calor, muchísimo diría yo. Mierda, necesito refrescarme un poco. Miro a esos tres que siguen ocupados, muy metidos en lo suyo. Solo necesito un momento. Decido ir al sanitario y empaparme el rostro con agua fría. No llevo corbata pero la camisa me ahoga como si tuviese una soga al cuello. Desabotono un par broches y me miro al espejo, mi rostro está cubierto por las pequeñas gotas de agua. Veo mis ojos y no puedo creerlo, es un puto chiste de mal gusto. En serio que lo es. Saco el móvil de mi bolsillo y reviso el calendario. No es posible, me faltan cerca de cinco semanas. Carajo, no puedo tener el puto celo ahora. Respiro y me controlo. No es tan grave, solo debo tomar los supresores y se quien tiene unos.
Vuelvo con prisa a la mesa intentando no perder la calma pero cuando estoy por llegar el chico pelirrojo se me planta en frente y me mira con furia.
- Dijiste que no habría problemas. - Me dice colérico y señala hacia nuestro lugar. - El imbécil de tu amigo no deja de emanar sus putas feromonas, ahora mi amiga está muy mal.
Sigo hasta donde está la omega con JiMin y putisima madre, su olor está en todas partes, tanto que la chica está en un trance completo dejándole hacer lo que quiera a JiMin. Como puedo le quitó a la chica de los brazos y la apartó para que el pelirrojo la tome. Sacudo a JiMin para que me mire.
- Dame tus supresores. - Le digo buscando entre los bolsillos de su saco una tarea difícil porque JiMin está lo que le sigue de borracho y no deja de mecerse mientras ríe como un maldito estúpido.
- ¿Qué cosa dices YoonGi? - JiMin arrastra la última sílaba de mi nombre sin dejar de moverse y yo no puedo ponerme más nervioso.
- Tus supresores, los necesitamos. Dámelos.
- Están en el hotel.
Me equivoque, ahora si estoy que me muero. ¿Pero que puto imbécil sabiendo que esta en celo no carga con los supresores? Al parecer este imbécil llamado JiMin.
- Llévatelo. - Dice el pelirrojo volteando a todas partes. - Será una catástrofe si no deja de soltar feromonas como un animal, sacalo.
No puedo estar más de acuerdo con el. Debo sacarlo de aquí porque pronto yo también estaré en la peor de las situaciones y definitivamente eso es algo que nadie quiere. Tomó nuestras cosas del asiento y les doy el dinero prometido a los omegas, incluso un poco más para compensar este incidente, suerte que ya he pagado el servicio con anticipación. Arrastró a JiMin conmigo y más de uno nos voltea a ver, dándose cuenta del terrible estado en el que va el menor, tal vez también notando mi celo que se vuelve cada vez más intenso. Quiero salir de aquí pero el lugar ahora me parece inmenso con un recorrido eterno a la salida.
Finalmente fuera hago que los guardias sostengan a JiMin y lo metan al auto. Me obedecen y para alivio mío empezamos el camino de vuelta al hotel tan pronto como ellos cierran las puertas. Suspiro algo aliviado y echando la cabeza atrás miro como el chofer sube la ventanilla que separa su sección de la nuestra. El olor de dos alfas en celo debe ser tan fuerte que ni un beta es capaz de soportarlo. Pero qué noche. Digo en un susurro a un JiMin bastante bebido y me río conmigo mismo. Seguro que es una buena anécdota para contar, eso creo hasta que una frase interrumpe el silencio aquí.
- Ahora entiendo por qué los omegas no pueden dejar de verte.
🌸🍁 Here we go... 🍁🌸
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro