Ocho: Acordes
YoonGi POV.
Estoy en la cocina bebiendo un vaso de agua fría, intentando bajarme el malestar. Es bastante temprano, tanto que apenas se distingue el tenue resplandor del amanecer a lo lejos de la ciudad. Sigo intentando sacar esas imágenes de mi cabeza pero no puedo, no mientras el pecho me duele y mi garganta sigue apretada. Siempre me he negado a ser atendido por un doctor, mi madre alguna vez me llevo pero siempre rechace el tratamiento, la situación nunca había sido tan extrema como para ceder a eso. No obstante las circunstancias ahora son distintas, han pasado tres semanas desde la boda y no ha habido noche en que las pesadillas cesen. Tener una o dos pesadillas a la semana era fácilmente sobrellevable, cinco días de sueño reparador me bastaban pero veintiún días sin un respiro son palabras mayores. Estoy harto, fastidiado y molesto. Es una fortuna que esta vez JiHyun no haya despertado o de lo contrario tendría que estarlo escuchando mientras intenta abrazarme. Además está lo de aquella noche.
Pienso que debería hacer, volver a la cama es una opción pero de todas formas el sueño no volverá, me conozco, una vez despierto es imposible que suceda. Necesito hacer algo que me distraiga, quiero dejar de ver, dejar de sentir. Correr, debería salir a correr para despejarme. No tardó en alistarme, me pongo las ropas de deporte y salgo del edificio sin pensar en el recorrido. Me siento más tranquilo cuando pongo música y el aire fresco me da directo al rostro. Dios, es lo que necesitaba. Corro libremente por la acera sin preocuparme en chocar con alguien. Por la hora prácticamente no hay nadie , solo otros que como yo han salido a ejercitarse aunque ellos lo hacen por rutina y yo por desespero.
Cerca hay un parque, lo he visto en mi camino en auto y me parece un buen lugar para continuar. Cruzo un par de calles para llegar y ya estoy rodeado de árboles. Es la primera vez que me pasó por este lugar, al menos a pie. Esta bastante bien, me gusta. Doy unas tres vueltas y apenas me siento cansado, podría dar otras dos antes de volver. Giro y de pronto, corriendo en dirección mía, ésta Park. Lleva la capucha sobre su cabeza pero aun puedo ver un par de mechones rubios sobresalir. Lo miro fijamente y él me ve a mi pero el muy desgraciado aparta la vista y me pasa de largo. Carajo, me enfurece y quiero golpearlo, más cuando recuerdo la última vez que nos vimos y las últimas circunstancias de ese encuentro. Y también recuerdo justo eso, mierda. Debería ignorarlo, me digo más de una vez que es lo mejor pero mi orgullo juega contra mí.
Cuando menos me doy cuenta he dado media vuelta para encontrarlo al otro lado de la cuadra pero no lo veo en mi camino, sigo un poco más y allí está, sentado en una banca bajo un árbol mientras se ve exhausto. Parece tener poca resistencia para estar así por un par de vueltas, vaya alfa. Quiero burlarme de él por eso me acerco. Mientras camino a el recuerdos vienen a mi, esa noche de el corriendo tras el ciervo, rápido y sin problemas. Mucho más rápido que yo. Entonces me doy cuenta. Algo no está bien.
- ¿Necesitas ayuda? - Por primera vez en mi vida no me dirigo a él con afán de joder, aunque en un principio ese hubiese sido mi plan.
- Lárgate. - Me dice y su respiración se hace irregular.
Me inclino y trato de tomarlo pero aparta mi mano apenas la acercó a su rostro. Me mira con furia y lo único que noto es como pierde color.
- ¿JiMin? - Llamo pero no me escucha.
Sus ojos verdes se cierran y se desvanece por completo, cayendo al frente. Lo sostengo, lo sacudo, busco hacerlo reaccionar pero nada funciona. Con gusto le daría una bofetada pero se que es una estupidez. Será mejor que llame por una ambulancia. Algunos mirones se acercan pero no es como que ofrezcan su ayuda. Maldita gente de mierda. Espero varios minutos a que los paramédicos lleguen. En ese espacio de tiempo me ocupo de sacarle la sudadera a Park y recostarlo en el suelo. Su frente está sudada así que la seco con un pañuelo que cargo conmigo. Le doy aire y me mantengo atento. Lo observó, su rostro tiene líneas bien definidas con una constitución simétrica. Estoy aquí esperando y mientras tanto me pierdo en una belleza que hasta ahora no había sabido reconocer.
JiMin POV.
Inhalo profundo y un peculiar olor me llena los pulmones. Es el olor del sereno matutino sobre la hierba. Es una nota que reconozco, uno de los doce acordes que componen el aroma de Min. Abro los ojos de apoco y un techo desconocido me saluda. Dios, me duele la cabeza, con dificultad me giro pero no encuentro a quien yo esperaba, sinceramente es un alivio e incluso más. JiHyun está mirando el celular y un segundo después alza la vista. Me ve y sonríe como sólo sabe hacerlo para mi. Estiro mi brazo hacia él solo para darme cuenta que tengo una aguja metida a la mano que me conecta con una bolsa de suero.
- No hagas eso, te vas a lastimar. - Me dice al sentarse a mi lado y dejar un beso sobre mi frente.
Hasta donde mi cerebro logra entender estoy en un hospital pero no sé la razón. Mi hermano que me mira sabe que estoy confundido y de inmediato me explica lo que sucede. Al parecer me he desmayado durante mi caminata diaria de las mañanas. Fatiga excesiva parece ser la causa, eso hasta que los análisis indiquen cualquier anomalía. JiHyun sonríe porque él está seguro que no tengo nada de qué preocuparnos y estoy de acuerdo con él. Pero eso no parece ser lo único que le tiene contento, no, definitivamente no. Es YoonGi, su héroe o más bien mi héroe. Ahora lo recuerdo, la última cosa que vi fue su estúpido rostro frente a mi. El me ha encontrado en mi peor momento y para hacerlo más vergonzoso resulta que he caído directo en sus brazos. Min fue quien llamó a la ambulancia y quien me ha traído aquí. Carajo, justo lo que me hacía falta, deberle algo a ese desgraciado.
Me esfuerzo en ocultar mi molestia y más cuando por la puerta aparecen mis padres y detrás de ellos Min. Mi Padre me dice lo que le ha dicho el doctor que es justo lo que JiHyun me contó, en tanto mi otro padre' no deja de darme de besos y preguntar si necesito agua o si me duele alguna parte del cuerpo. YoonGi solo me mira pero no es la misma mirada de siempre, es diferente, totalmente desconocida para mi y eso me da escalofríos, es más inquietante que nunca.
- ¿Te sientes mejor? - Me pregunta.
No respondo, solo puedo ver cómo mi hermano se abraza a él y me sonríe esperando a que diga algo. No quiero decirlo pero JiHyun es demasiada presión para mi y no me deja más opción.
- Sí. - Respondo apretando los dientes. - Gracias por tu ayuda.
Y ahí está, es esa sonrisa de siempre. Es irritante pero curiosamente me siento relajar con eso. Prefiero la versión arrogante antes que la amable.
Todos se están conmigo un rato, sentados en la pequeña sala que hay dentro de este amplio cuarto. Pasado el rato les da hambre a mi padre' y a mi hermano así que se van por algo de comer para todos ellos. Después a mi padre le entra una llamada que al parecer es de suma importancia pues de inmediato la atiende y sale de la habitación. Entonces aquí estoy yo, vestido con una patética bata blanca, dentro de una enorme habitación de hospital con todos sus detalles pulcros que hacen juego con mi única compañía. Por qué no me desmayo justo ahora. Ambos nos ignoramos y no decimos nada. YoonGi al menos puede distraerse en el teléfono pero yo no tengo otra opción más que mirar por la ventana pues nadie me ha dado mis malditas cosas. Lo único que se percibe entre nosotros son nuestras fragancias, cada una de ellas constituidas por sus respectivos doce cuerdas*. Las de Min YoonGi son en la cabeza del aroma: Geranio, galvano, higo maduro y cumarina. En la parte media o corazón: Hierba, cacao, lavanda y nardos. Y por último en la base de su composición: Vainilla, cedro, almizcle y haba tonka. Luego me doy cuenta de esa nota extra que acompaña a las del medio, un décimo tercer olor, es Gardenia, uno de los acordes de JiHyun. Así que esos son los dos olores que ellos se han impregnado por el enlace. Gardenia y Hierba. Que horror, esto es demasiado, llevenme ya.
Los minutos se vuelven largos y demasiado silenciosos, agradezco como no se tiene una idea cuando por la puerta entra el doctor, cargando consigo un expediente médico. Son mis análisis. Me dice que no hay nada fuera de lo normal, todo en mi organismo está en los niveles óptimos de funcionamiento y excreción. Lípidos, azúcar y un montón de hormonas. Nada que se vea mal en mi. Excepto un par de cosillas.
- Según esto parece que estás enfrentando demasiado estrés. - Dice calmadamente mientras lee los papeles que están en sus manos. - Y has tomado píldoras para el insomnio.
Apenas agrega esto el doctor veo como Min alza su rostro con extrema curiosidad. Con que eso si te interesa maldito. No puedo dejar que escuché más, no quiero que crea que estamos mínimamente al mismo nivel de nada en particular. No respondo a esa pregunta no formulada por el doctor, solo miro a Min esperando a que capte la indirecta. Obviamente no es estúpido porque no tarda nada en levantarse y salir del cuarto. Y con él se lleva todos sus olores. Entonces puedo respirar aunque me vuelvo a sentir de nuevo agobiado. El doctor lo nota y me pregunta eso que todos no dejan de repetir. Con el tengo que ser sincero, es lo más que puedo hacer en mi situación. Tal vez sea de ayuda, al menos eso quiero creer.
*Consultar la nota #1 en el capítulo Notas de la autora.
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