Cinco: Las Nupcias
JiMin POV.
Bien, ya me he recuperado de la impresión. Puedo decir que estoy bien. Solo ha sido la adrenalina del momento que me ha hecho una mala jugada, eso es todo. Una mera alucinación mía. Después de tanto esfuerzo resultamos los únicos que no consiguieron ni medio ciervo durante la cacería y la hermana de Min junto a mi primo son los que con tres presas ganaron la noche. A mi me dio igual pero a YoonGi realmente le puso de pésimo humor aunque sospecho que fue más por el hecho de haber sucumbido ante mi fuerza. No voy a negar que eso me alegra de muchas formas distintas. Es lo único que me ha tenido con energía durante toda la mañana, saber que le he cerrado la boca a ese imbécil petulante de mierda.
Ya es de tarde, casi de noche. Camino por el pasillo del hotel y me miró en uno de los espejos que me encuentro. Esmoquin negro con una flor de Hortensia en la solapa. Me acomodo un cabello fuera de lugar y sigo hasta el final donde está la habitación de JiHyun. Tocó un par de veces y entró sin esperar que nadie me lo indique. Miro al fondo y sonrió. El también me sonríe a través del reflejo. Traje blanco de suave tela y hechura elegante más un pendiente de jade que hace juego con sus bonitos ojos. JiHyun está resplandeciente, me contagia su alegría a pesar de que siga sin estar de acuerdo. Es la hora de su boda, es un momento especial y por nada del mundo le arruinaría algo tan importante, menos por algo que se perfectamente es mero capricho.
- Estas impactante. - Le digo y me acerco, ignorando al par de betas que le han ayudado con el maquillaje y la ropa. - Hermoso.
- ¿Es en serio o sólo lo dices por ser mi pequeño hermano menor?
- Hermano menor pero no pequeño, incluso soy más alto que tú. - Me paro a su lado y señaló en el espejo la diferencia de altura, unos escasos cuatro centímetros. - ¿Ves?
JiHyun sonríe con nostalgia y se gira para verme directamente.
- ¿Cuando creciste tanto?
- En el último año de bachillerato. - Digo y reímos juntos, lo sigo observando y continuo. - Muy, muy hermoso.
Mi hermano se muerde el labio y veo una perla transparente en la comisura de su ojo. Lo tomo entre mis brazos y lo estrujo con cuidado, no puedo deshacer todo el trabajo que ha invertido en su cabello y vestimenta aunque es obvio que no necesita nada de eso, nada puede hacerlo lucir más bello de lo que ya es. Absolutamente nada. Le digo que no llore o estará hinchado para las fotos, eso le saca una enorme sonrisa y asiente. Tocan a la puerta y mi padre omega nos dice que es la hora. JiHyun asiente y respira profundo.
- Es la hora. - Repite y yo tomo su mano.
Aprieto suavemente y dejó que de mi piel se destile ese aroma que tanto le tranquiliza a mi hermano. Es la última vez que podré hacerlo pues de hoy en adelante sólo habrá un olor que él necesite y ya no será el mío.
YoonGi POV.
YoonJi entra con porte socarrón y se burla de mí con la mirada. Le entrecierro los ojos amenazando que no me diga ni una sola palabra pero se que no importa, de todas formas lo hará.
- Ya me han dicho que el mejor ciervo estará en vuestra mesa. - Se acerca y se sienta en la cama que está a mi derecha. - El que por cierto yo conseguí anoche, uno de los tres.
- Que bien. - Le respondo mientras anudo el moño alrededor de mi cuello. - Espero que no tenga el asqueroso sabor de tu saliva.
- Mis mordidas fueron limpias. - Dice con el pecho inflado. - Una técnica impecable, no como la tuya.
- Sí bueno, tenía asuntos de precisa y pronta resolución en ese instante.
- Si claro, quedar bajo las garras de Park.
Terminó el moño y estoy listo. Me giro a mi hermana y le sonrió de mala gana.
- ¿Me veo bien?
- Siempre te ves bien, YoonGi.
- Gracias. - Hago una pausa y respiro profundo. - ¿Alguien más sabe lo de anoche?
- De mi parte sabes que no diría nunca nada, con molestarte me basta pero no puedo asegurar nada de ese primo de Park, lo más seguro es que haya hablado y ya todo su clan este enterado.
Justo lo que me faltaba, que todos esos zorros asquerosos tengan un pretexto para sentirse ligeramente superiores a nosotros. Recuerdo lo de anoche y me enfurezco, el maldito de JiMin encima mío mirándome con sus malditos ojos verdes; esa asquerosa sensación de algo extraño en mi interior. Mi madre irrumpe en la habitación tal cual como mi hermana y se lanza sobre mí, me abraza y me baña en besos. Me acomoda la flor de Hortencia a mi saco y anuncia el momento. Sinceramente creo que de los tres ella es la más emocionada, lo cual es sorprendente si tomamos en cuenta que hace un mes nadie estaba demasiado convencido de esto con los Park. Suspiro fastidiado y me reincorporo en una pieza. Camino con mi madre y hermana en dirección al jardín principal, listo para tragarme el orgullo y darle la cara a toda esa gente allá afuera.
Voy por donde el personal de apoyo me lo indica, justo por el costado de donde están sentados los casi mil invitados de la noche. Tomo mi lugar al pie del altar y espero. Siento las miradas sobre mi, gente de mi familia que me sonríe y me felicita en silencio, no por mi felicidad, no por mi pareja, sino por todo lo que obtengo y obtienen ellos indirectamente con este matrimonio. Hay otros en cambio que ríen sin producir sonido, se susurran entre ellos viéndome con cinismo y descaro. Creo saber lo que están diciendo, están burlándose y yo no tengo más opción que guardar la compostura y dar mi mejor cara.
Alguien da la señal y la banda inicia con la tradicional marcha nupcial. Al final de la alfombra color carmín viene caminando JiHyun, tomado del brazo de su padre Alfa y sosteniendo entre sus manos un pequeño ramo de Hortencias. Les toma media canción llegar hasta mí pero cuando lo hacen lo primero que veo es el rostro de ángel del omega. El señor Park me entrega a su hijo y toma asiento donde le corresponde. Nosotros nos sonreímos como es lo propio y nos tomamos de las manos.
- Encantador. - Susurro quedamente mientras nos damos la vuelta y le damos la cara al oficiador de la ceremonia.
- Gracias. - Dice él con el cutis sonrojado. - Tu también te ves guapisimo.
Concuerdo en eso último y seguimos callados por el resto del protocolo. Las palabras me aburren pero no puedo hacer nada más que esperar que esta pequeña tontería pase. Soy paciente y finalmente es hora de cerrar el trato. Los papeles están frente a nosotros y la escena es tan parecida a la de unos días atrás cuando firmamos el acuerdo prenupcial. Respiro y tomó la pluma firmemente entre mis dedos, escribo mi nombre donde se me indica y garabateo mi firma en todas las hojas. JiHyun me sigue el paso firma tras firma, trazo por trazo. En pocos minutos los documentos están completos, ya estamos casados pero eso no es suficiente para demostrarlo, aún hay un paso final que debemos dar.
Me giro a JiHyun y el me ve con sus dos enormes ojos hechos una piedra preciosa. Sus mejillas están rojas y puedo distinguir perfectamente el temblor de sus manos, es tan tierno, más que cualquier omega que haya conocido antes y eso me emociona tan sólo un poco. Me inclino y lo tomo por la cintura, el se queda quieto y cierra los ojos. Lo imito y uno nuestras bocas en un beso de varios segundos. Nuestro primer beso. Su boca es suave con un aroma a cereza, nada especial, solo unos labios como los de cualquier otro. Las personas aplauden y finalmente está hecho, oficialmente somos esposos, le sonrió a él y luego a todos. Hacemos un reverencia a nuestras familias, algunos nos ven con aborrecimiento otros con sumo interés y otro simplemente mira hacia cualquier parte mientras aplaude con desgana.
JiMin POV.
Ha sido una noche larga, con felicitaciones, discursos y brindis. Una cena exquisita acompañada de buena música, personas moviéndose al compás de un vals de salón y los esposos haciendo su primer baile. Dije que estaba bien, que si JiHyun estaba bien yo lo estaría, pero algo me oprime el pecho. De nuevo me siento irritado y la gente lo ha notado pero afortunadamente también me han ignorado. Estoy sentado en una de las mesas del fondo, solo mientras bebo esta cosa que me han servido y sabe horrible como un licor barato. Mi pie se mueve con nerviosismo, a lo lejos las personas despiden a los novios. JiHyun sonríe y agita la mano para todos pero no deja mirar a su alrededor, se que me busca, lo se sin embargo estoy demasiado alcoholizado y no quiero hacer una estupidez. No quiere irse sin despedirse de mí, lo veo en sus ojos aunque esté demasiado lejos. Tomo el móvil y escribo un mensaje breve, eso debería ser suficiente. Lo envió pero parece que no se percata de nada. Al final YoonGi es quien lo rodea y le convence para subir a la limosina. El auto se pone en marcha y ellos se pierden por el camino bordeado por pinos y árboles. Miro la pantalla del móvil y el aun no abre la conversación. Esta bien, ya tendrá tiempo para eso.
Felicidades JiHyun, de todo corazón. Te ama, JiMin.
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