Capítulo #42
Narrador omnisciente:
— Ese es el problema, Damon. Tú solo generas peleas y más peleas. A cada rato haces una escena distinta, eres un posesivo.
— Te quiero solo para mí y aunque no lo admitas tú también me deseas solo para ti. Sé que da miedo, pero tienes que acostumbrarte a esa sensación, tienes que aceptar lo que yo despierto en ti, como yo he tratado de aceptarlo. Odín sabe que para mí es tan difícil hacerlo, de la misma manera que lo es para ti, álainn.
Megan enderezó la espalda y sacó valentía de la vulnerabilidad, estaba cansada de ser débil ante él. Iba a echarle en cara todo ya que hablaban de sus sentimientos.
— Me tienes harta, ¿sabes Damon? Jackson me ayudó después del trato horrible que me diste, tú hermano a diferencias tuyas se disculpó y admitió sus errores sinceramente. Él es todo un caballero, aún me pregunto por qué parte son familia. Tengo que agradecerle mucho, él cuidó de mí cuando estuve asustada con aquellos traidores y tú le trataste mal solo porque se me acercó y…
— No me hables de él ahora. No quiero tocar ese tema.
— ¿Por qué? ¿Por celos hacia tu propio hermano? Es porque él a querido protegerme de tu enojo en más de una ocasión, ¿verdad que sí?
— Mi hermano es bueno pero no lo quiero cerca de ti —la amenazó agarrándole del pelo con un poco de rudeza— Despiertas cosas en Jack y no soporto ver a mi hermano menor con ganas de abrirle las piernas a mi chica.
— ¿Tu chica? Ja, ja, permiteme carcajearme. Solo en tus sueños —replicó ella entrecerrando los ojos— No obstante, no está muy lejos de lo que quieres hacer tú desde que me viste por primera vez, desde entonces quieres meterte entre mis piernas. Pervertido.
Damon le mantuvo la mirada, realmente le dolía recordar que el castaño sentía algo por la morena.
— Joder, soy una bestia pero no por lo que crees. Sería incapaz de hacerte eso sin tu consentimiento, nena yo quiero que disfrutes conmigo y no por un simple polvo. No quiero tener sexo, quiero hacerte el amor como tanto te lo mereces. Mereces que te mimen y te consientan, que te amen.
Megan sintió como esas palabras la acariciaban y la azotaban a la vez. ¿Qué deseaba ella de él? ¿Quería entregarse? ¿Dejaría que el lobo le hiciera el amor? Sí. Por mucho que lo quisiera negar, sabía que sí.
— Sí, como digas. —la azabache trataba de restarle importancia, si no lo hacía el alfa se percataría de sus sentimientos.
— No me hables así, tampoco es que te haga escenas en todos lados.
— No, claro que no. Nótese mi sarcasmo. ¿Qué hay de las que me has hecho con Richard, con Mael e incluso con tus primos? Aunque el que más me preocupa es Jack, con él sí has sido repetitivo. —murmuró entre dientes.
— Sí, Jack te preocupa—contestó él achicando los ojos. No parecía muy
tierno, precisamente.
— Damon, por alguna casualidad, ¿me quieres decir algo?
— Le has abrazado y has llorado en su pecho, además de que accediste minutos antes a que te tomara de la mano como si fueran pareja. —le levantó la barbilla.
— ¿Por eso te has enojado conmigo? Sabía que estabas molesto.
— Me he molestado por la intimidad que hay entre ustedes, esa que no tienes conmigo. Siempre que estás con él te sientes más ligera. Dime, Meg, ¿mi hermano te gusta? Si yo no hubiera aparecido a desorganizar tu vida, ¿te habrías quedado con él? ¿Le amas?
La arqueóloga sintió que todo lo que le dijo hace un rato no sirvió para nada, Damon seguía con una idea fija en su cabeza y a ella le lastimaba.
— No me lo puedo creer… Dime Damon ¿ahora vienes a percatarte que Jack es mejor que tú? —le espetó provocándolo— En cuanto lo vi caí perdidamente enamorada, vaya sus golpes me exitaron tanto —levantó la barbilla desafiándolo, los ojos le brillaban por las lágrimas y la rabia se dejaba ver en sus palabras.
— No juegues conmigo, álainn. Dímelo, solo respondeme a lo que te pregunto y sin sarcasmos de por medio —le cogió de los brazos apretándolos con fuerza— ¿Es por eso? ¿Por esa razón no me dejas vincularme físicamente contigo? Dímelo… Sé que a él le gustas porque se le ve en los ojos, y sonríe cada vez que te ve llegar.
— Te odio, monstruo. Te odio con todo mi ser… Imbécil… pudrete en el infierno y que Loki haga barbacoa con tu cuerpo… —le golpeó el pecho
con fuerza para alejarlo de ella.
«¿Cómo se atrevía a insinuar algo así? ¿Cómo podía siquiera pensarlo?» caviló la joven entristecida.
— Por favor, mineadh —la apretó contra su pecho abrazándola con fuerza, ella seguía peleando con él— Dices que te enloquezco pero yo me estoy volviendo loco por tu culpa. Necesito el contacto contigo y no sé si te niegas por alguna otra razón o porque sientes algo por mi hermano. No tengo modo de comprobarlo.
— Entonces, confía en mí… —volvió a golpearlo en el pecho— No puede ser
tan difícil, Damon, hace un rato te dije que te quiero… ¿cómo puedes ser tan ciego y sordo? Joder.
— Yo…
— Tú nada, me oíste. Tienes que confiar en mí, lobo tonto… Tienes que hacerlo… si no… si no me respetas y no aceptas este desafío, porque definitivamente lo de nosotros parece más un experimento que una relación ya confirmada por los dioses. Debes arriesgarte a confiar en mí o nada funcionará entre nosotros —le dijo
desesperada sin ninguna posibilidad de detener el torrente de lágrimas— Tienes que esforzarte igual que yo me esfuerzo en dejar mi orgullo de lado y aceptarte.
— Meg, esta... esta no es mi naturaleza, yo no sé hacer las cosas así.
— No seas un jodido cobarde… ¿Crees que yo no quiero tener un poco de paz y dejar de pelear contigo? ¿Crees que no quiero entregarme a ti desde el principio? —sus mejillas estaban rojas de la ira y la frustración.
— ¿Lo quieres de verdad? —preguntó él tembloroso y confundido.
— Claro que lo quiero, idiota… Pero necesito saber hasta qué punto puedo
confiar en ti, no me has puesto las cosas fáciles desde que nos volvimos a reencontrar. Necesito confiar, solo así podremos estar tranquilos.
— Pero…
— Alice me dijo que cuando creíste que yo había muerto, levantaste muchas barreras para que nadie te lastimara —le señaló con el dedo obligándolo a que él retrocediera— No quieres que nadie las derrumbe porque crees que eso te hace vulnerable y no es así, Damon.
Ambos estaban sollozando, se miraban y podía verse reflejado en sus ojos la gran lucha interna, esa pelea de titanes entre la pasión de sus corazones y la cordura en sus conciencias.
— Repito lo mismo que me has dicho, yo no soy tu enemiga, chucho. ¿Me entiendes? Deja de tratarme como si lo fuera —gritó furiosa clavándole
el dedo índice en el pecho— No voy a ceder hasta que vea que realmente la máscara de tu orgullo cae al suelo. Esfuérzate y hazlo no solo porque yo te lo exija, sino porque realmente te apetece hacerlo.
Damon temblaba de la impotencia que lo recorría. «No soy un humano, ¿cómo diablos quiere ella que yo actúe como tal?» pensó molesto.
— No soy un humano, Meg, no sé cómo hacer eso. —gruñó— Nosotros no nos comunicamos así, me hablas de eso y realmente me dejas perdido.
— Has sido una bestia conmigo desde que entraste en mi habitación, en mi vida, chucho. Desde el principio. Yo… yo no puedo continuar así, eres un posesivo orgulloso y debo aguantar tus perretas de niño de dos años al que le quitaron un dulce. Joder, no soy tu niñera.
— Yo tampoco soporto esto —explotó— ¿Crees que me gusta ver cómo otras parejas se sienten bien uno con el otro y tú y yo vivimos día a día peleando hasta porque el otro respira? Eso es inaguantable… me has vuelto loco… maldita demente. No puedo pensar con claridad y cuando trato de hablar de forma normal contigo, me terminas ladrando.
Se tiró del pelo desesperado, y caminó hacia ella. Definitivamente ninguno de los dos estaba adaptado a aquello y aunque Damon fuese un bersercker, nunca había tenido una pareja y eso era algo nuevo y realmente incómodo para él.
— Todo a mi alrededor huele a ti, es como si fueses un espejismo en cada parte a donde voy. Te has colado en todos y cada uno de mis sentidos sin necesidad de vincularte físicamente conmigo. —se golpeó la cabeza— Y no sé qué hacer. Me siento estúpido, no me concentro en más nada que no seas tú y eso me ha vuelto un débil, soy inútil…
— Damon...
— Yo tengo muchos demonios y con eso creeme no tendría nada bueno que darte, actualmente no soy ni la sombra de lo que una vez fui y aún así no puedo sacarte de aquí —se golpeó el pecho— No consigo alejar cada recuerdo que tengo de ti, siempre has sido pura luz Meg y no quiero opacar tu brillo con mis tinieblas —realmente estaba agobiado y por fin revelaba algo más de sí mismo— Olvida lo que te he dicho —se dio media vuelta abatido y murmuró— Estarías mejor sin mí, Jack podría darte muchas más cosas que yo.
— ¡Cobarde… Damon ven aquí! ¡Eres un maldito cobarde! —le gritó entre lágrimas, corrió hacia él y lo golpeó en la espalda— ¡Maldito chucho imbécil! ¡¿Por qué eres tan ciego?! ¡¿Qué acaso no ves lo que tienes delante de tus narices?! ¿Quieres dejarme con otro? ¡¿Dime?! ¿Sería más fácil para ti? POCO HOMBRE, ESO ES LO QUE ERES…
Damon se giró y la sostuvo con una mano de la cintura y con la otra agarró ambas muñecas para que dejara de golpearlo.
— ¿Te irías con él? —le preguntó desolado y triste.
El alfa estaba desesperado porque no
sabía cómo hacerle ver lo que ella significaba en su vida.
— No quiero que sufras, mineadh. Solo quiero tu felicidad.
— ¿Y para ti qué se supone que sería mi felicidad? —sollozó.
— Donde estés segura y a salvo, él puede darte ambas cosas.
Megan lloraba y cerraba los ojos negando con la cabeza las palabras del lobo.
— Deja de tratarme como si no pudiera decidir. Es mi vida, yo elijo con quien quedarme y a quien amar… —gimió rogándole, la estaba volviendo loca— Por favor, Damon. Deja de alejarte de mí.
— ¿A quién elegirías? ¿Con quién te irías? —la zarandeó levemente— Él
seguramente es más tierno y cariñoso de lo que puedo ser yo contigo.
Odín sabía que con cada palabra que decía a favor de su hermano se le desgarraba el corazón.
— No resistiría verte con otro, pero tampoco quiero seguir lastimandote. No soporto que llores por mi culpa.
— Te odio tanto... —le dijo con rabia agarrándole del pelo y acercandolo hacia ella.
— Meg —la tomó de la cara, quería besarle pero se contuvo— Solo contéstame, esto es más doloroso de lo que pensaba. Necesito oírlo de tu boca, quiero saber cual es tu decisión.
— Te quiero a ti… —le gritó.
Lo miró desesperada y hundió su cara en el pecho de él y arrancó a llorar como una niña, deseaba cerrar los ojos y que todo hubiera sido solo una pesadilla.
— Saco de pulgas… te quiero a ti… me quedo contigo... Te escojo a ti. —golpeó su pecho rendida y abatida.
Él la observó temblar, la rodeó con sus brazos y la abrazó. Sabía que la había puesto contra la espada y la pared, pero era la única manera de hacer que alguien tan orgullosa como ella hablara de lo que realmente sentía. Él aún no estaba preparado para decirle que la amaba, pero la amaba. La amaba tanto que le daba miedo ese sentimiento.
No supo cómo decírselo así que hundió el rostro en el hueco de su cuello y la besó dulcemente.
— Yo también te escojo a ti, álainn —le susurró apasionadamente.
— Déjame en paz —contestó ella entre sollozos intentando apartarse de él y la calidez de su piel— Mentiroso, cobarde, poco hombre... me estabas regalando.
— No cariño, ven aquí. Leanndn —quiso besarla pero ella le apartó la cara haciendo pucheros— Ven, no te apartes.
— ¿Por qué? —exigió mirándolo con los ojos arrasados e irritados por las lágrimas— ¿Por qué te importo ahora?
— Siempre me has importado, pero eras tan terca como una mula y no admitías nada —le tocó los labios, luego deslizó la punta de sus dedos hasta llegar a su pecho izquierdo— Nunca me habías dicho que realmente me guardabas aquí —le puso la mano sobre el corazón— Por eso te elijo, porque también mi corazón es tuyo.
— No, eres un mentiroso —sollozó.
— No digas eso, ven aquí —abarcó su cara con las manos.
— ¿Intentarás confiar en mí? Solo inténtalo, te lo...
— Mírame, no tienes que suplicarme nada. Te estoy hablando desde lo más profundo de mi corazón, nena... —le acarició la mejilla y se inclinó para besarla— Aquí el único que debe
suplicar por ti soy yo. Ya confío en ti, Meg, desde hace mucho tiempo. El problema mío es confiar en mí mismo para poder transmitirte seguridad —le mordió los labios y ella tembló
entre sus brazos.
— ¿Es verdad? —ella se puso de puntillas y no pudo resistir besarlo con dulzura.
Realmente él estaba dejando su orgullo de lado. Lo sentía en su interior, como si entre ellos fluyera una energía poderosa e inquebrantable que no había fluido antes, y le gustaba. Sus chi se mezclaban armónicamente uno con el otro debido a esa aceptación sincera.
— Sin ti no puedo vivir, ¿lo sabes? —la cogió en brazos y la besó como si fuera a comérsela.
— ¿En serio? —se abrazó a él y besó su nariz de forma dulce.
— Sí —la abrazó con fuerza y ella se dejó mimar.
— Deberías dejar de pensar que Jack quiere algo conmigo, te enojaste porque me tomó la mano pero no sabes la razón por la que lo hizo ¿por eso me has hablado antes de él?
— Sí —reconoció besándola de nuevo.
— Pero debes saber que tu hermano solo quería evitar que Richard se aprovechara de la situación, por eso me sostuvo él la mano. Además... —volvió a besarle— Yo no dejaría que nadie más que no fueras tú me tocara, ¿lo sabes?
— Sí, Jackson sabe que Richard y yo no nos aguantamos. Me equivoqué al pensar así de él. —reconoció humildemente.
— ¿Y por qué pensaste que tu hermano gustaba de mí?
— Porque él está más unido a ti que yo, con el sonríes y te sientes cómoda. A él lo perdonaste y a mí me tratabas aún a patadas.
— Lo siento, no tengo la culpa de que Jack sea más pasivo que tú... pero, Damon si quieres que sea más unida a ti porque no tomas cartas sobre el asunto.
Le pasó la mano por su espesa melena negra y lo atrajo hacia ella. Lo besó de un modo que gritaba lujuria y deseo en cada milímetro.
— Nunca se me ha ocurrido besar así a tu hermano. Me parece que con lo dicho hace un rato y esto, te he dejado las cosas bien claras. —susurró sobre sus labios.
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Significado de palabras en cursiva:
*Bersercker o aesir: son guerreros creados por Odín, forman parte de la definición de hombres lobo para los nórdicos.
*Vanirios o vanir: son guerreros de gran belleza, son los originarios creados por los dioses del mismo nombre "Vanir" y cuando son corrompidos por Loki se convierten en nosferátums perdiendo por completo su encanto y fortaleza única.
*Álainn: en gaélico antiguo significa bella.
*Mineadh: en gaélico significa cariño.
*Leanndn: en gaélico significa mi dulce corazón.
Pd: La cursiva se utilizará para los diálogos mentales que entablara Alice con Megan y también para las palabras en gaélico antiguo y noruego para que conozcan su significado.
¡¡¡¡Holaaaa!!!!! 👋👋👋👋
¿Qué les pareció este capítulo?
¿Quieren saber qué pasará?
Dicho esto, espero que hayan disfrutado de la lectura y ahora le den a la estrellita que sale al final de este capítulo, no se preocupen que por ello no les dará un calambre en su lindo dedito ;-)
Déjenme saber sus teorías en los comentarios que yo las leeré 😊🥰
No sean fantasmitas por fiss
Continúen leyendo😊😊😊❤️❤️❤️
GRACIAS POR TODO SU APOYO 🥰😘
Adiós, y nos vemos en otro capítulo. Cuídense mucho y besos💋💕
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