Capítulo #40
Narrador omnisciente:
— Yo no… no te mataré... suéltame chucho… —Megan se removió intentando soltarse de su agarre.
Aquella situación no le agradaba en lo más mínimo, le temblaba el alma... si así podía decirse. Lo que menos deseaba la morena era hacerle daño a ese hombre, ¿le quería? No estaba segura de ello, pero tampoco es que esa idea fuera muy descabellada.
— Álainn —Damon la mantuvo en su lugar sin intención de hacerla mover— Este puñal fue uno de los tantos otorgados por Odín a nuestro clan. Cada uno lleva un escrito distintivo para su portador, Jackson es el guerrero de la justicia y su puñal lleva la misma inscripción. Lo justo es que sea ese con el que me mates por haberte humillado, me lo merezco. Dijiste que no eras compasiva y tenías la venganza muy arraigada a tu cuerpo, pues entonces hazlo... acaba conmigo por favor.
— ¿Me estás suplicando para que… para que te clave esa cosa filosa en el pecho? —estaba acongojada y muriéndose por dentro.
«¡Él no puede pedirme que haga eso, no, no y no! ¡No quiero matarle, agh Damon porque eres tan difícil!» se gritó a sí misma.
Se le había secado la boca de golpe ante tanta presión y sentía que la vida se le escapaba por momentos de su cuerpo. Damon sabía que la estaba llevando al límite y eso podría lastimarla más todavía, pero necesitaba la aceptación y el perdón de su hembra.
— Princesa, te he prometido tantas cosas desde que nos conocimos hace años y las he roto en mil pedazos solo en unos minutos. No me merezco seguir con vida y mucho menos cerca de un corazón tan noble y lindo como el tuyo, yo solo te puedo hacer daño y antes prefiero arrancarme el corazón que tener que volver a lastimarte —reconoció él abatido y con las lágrimas descendiendo por sus mejillas.
Los sollozos de aquel hombre tan enorme y aparentemente inescrupuloso le quemaban la piel, ella no quería verle de esa forma. Mientras la azabache negaba una y otra vez, ambos estaban envueltos en un llanto irreparable. La joven echó la cabeza para enfrente y eso hizo que la punta del puñal entrara en la piel del lobo y lo hiciera aullar.
— No… detente… —le gritó ella afligida oliendo la sangre y queriendo liberarse de sus fuertes manos.
El alfa estaba herido y no solo por aquel arma, no, él estaba cargando con una herida enorme en su corazón al ver la agonía de su mate.
— No quiero... no quiero —susurró ella mirándolo a su misma vez y deseando acariciar su rostro para limpiar esas lágrimas— ¿Que acaso no lo entiendes? No… quiero hacerlo. No quiero matarte, Damon. No me hagas esto, por favor. No lo haré, no soy así.
No quería hacerle daño ni mucho menos matarlo.
— En esa posición, chucho pareces, no sé... te ves demasiado inseguro, sensible, frágil… —le dijo con la barbilla temblorosa y reprimiendo las ganas de apartarle uno mechón de su bello cabello y acariciarle.
A Megan se le partió el corazón, no, se le hizo polvo y le dieron unas ganas irresistibles de abrazarlo fuerte y levantarlo del suelo, de besarle y curar cada una de sus heridas. Pero aún así ella era tan orgullosa que aunque deseara decírselo, un nudo en su garganta no lo permitía.
«Oh Damon, su supieras los deseos que tengo de acariciarte el pelo y mecerte como a un pequeño lastimado que después de haberse caído jugando va en busca de amor, alguien que necesita consuelo y calor.»
— No quiero lastimarte más de lo que ya estás, todos cargamos con nuestros demonios y sé de sobra que los tuyos le pueden arruinar la vida a cualquiera.
Suspiros de alivio se oyeron en cada rincón del lugar, Jack volvía a respirar porque desde que su hermano tomó el puñal, sus pulmones parecía que no deseaban almacenar el aire.
— Ves que no eres mala, no sé por qué te empeñas en decir que lo eres. Eres demasiado compasiva, mineadh —Damon se levantó como si quisiera descender al infierno y dejar que Loki le castigara— Si tu no lo haces, lo hará otra persona y lo sabes.
— ¡¿Quieres dejar de ser tan orgulloso?! ¡Por favor, Damon detente!
La agarró de la muñeca, ella intentó librarse y la hizo caminar hasta la mesa.
— Son látigos hechos de algo similar al oro, solo que es el mismo material con el cual se fabrican los escudos y uniformes de las amazonas y las valkyrias. Un metal flexible y extra fino bañado en ácido de Niflheim y esta mezcla es letal para castigos, adem...
— Owen, no necesitas explicar nada más.
— Pero Damon...
— ¡Cállate! —le rugió este haciéndole agachar la mirada.
— Vale.
Cogió los látigos rebosados en ácido humeante y se los colocó enfrente a Megan. Ella los miró aterrorizada. ¿Era ácido de verdad? ¡Eso iba a matarle de todas formas!
— ¿Cuántos años hace que llevo rompiendo una promesa tras otra? —preguntó el alfa mirándola con determinación y exigiendo una respuesta rápida.
— ¿Para qué me preguntas eso? —enfurecida por la actitud de él y la poca explicación que le han brindado, Megan lanzó los látigo lejos de su vista en dirección al suelo.
¿Qué carajos se creía el alfa? Ella estaba muy enojada, demasiado para el bienestar del chico.
«¿Qué mierda es esto? ¡Yo no soy romana y el no es un bárbaro para estar haciéndome este papelazo!»
— Solo responde lo que te pido.
— No debo responder a algo que ya tú sabes.
— Quiero que todos lo sepan.
— ¿Por qué? ¿Para qué? Damon por dios, deja de humillarte así. No conseguirás nada con esa actitud. —alegó ella temerosa.
— Dilo Megan y no me vayas más a la contraria…
— Te iré a la contraria si me da la real gana. ¿Qué diablos te crees? ¡Ya no estamos en el Imperio Romano, imbécil! Ni yo soy un verdugo, ni tu eres un germano... deja de actuar como si tuviera que cortarte la cabeza.
Las palabras de la joven estaban asombrando a más de una persona, y sí, Megan conocía de sobra las historias de esos clanes y la Roma antigua.
— Dieciocho —contestó él haciendo caso omiso a la comparación tan exacta echa por la arqueóloga.
— Por favor, detente, chucho.
— Bien, ya saben que son dieciocho años lastimandola una y otra vez.
— ¡Damon no puedes culparte por algo que no estaba a tu alcance, joder!
Aún así él no entendía de retiradas, una vez tenía algo entre ceja y ceja, iba con ello hasta el final. Se puso enfrente de la cruz, dejando la espalda al descubierto, ofreciéndose para aquella persona que desease castigarlo.
— Mael, necesito que me coloques tal y como quedamos. Luego alguien de aquí debería darme dieciocho veces, o bien podría ser a gusto propio, el número que les parezca más justo.
—No… no, nadie hará eso —intentó echar a correr en dirección a Magdalena para sentir un poco de consuelo pero una mano la detuvo nuevamente.
Ella no quería hacerle daño al alfa, le quería demasiado, no como para admitirlo pero era cierto. Aldo se había volteado rápidamente y la detuvo cogiéndola de ambos brazos para girarla y que regresara.
— ¿Qué te pasa? —la zarandeó— Es tu momento de vengarte, Megan. Siempre fuiste muy recta con respecto al "ojo por ojo" hazlo. Damon se ofrece a un castigo público y tú huyes como una cobarde, las cosas no son así.
— No voy a hacer eso que el pide. Me niego completamente a tal atrocidad —afirmó en redondo— El se comportó como una bestia conmigo y no lo justifico, pero tampoco soy nadie para castigarlo.
— ¿Te niegas? —el mayor alzó las cejas y miró a la multitud presente— Si no lo haces tú, entonces lo haré yo.
— No… no lo hagas, por favor. Ya le perdoné, ¿por qué continúan con esto?
Ella no soportaría ver que Aldo le pegara al aesir, aquel hombre era fuerte pero el mayor llevaba más años de existencia, lo cual lo hacía más descomunal.
— Por favor Damon, basta…
— No, álainn. Me dices eso solo porque no quieres tener cargo de conciencia.
Miró fijamente en su dirección y pudo percatarse de cómo los ojos de la joven estaban totalmente enrojecidos, de igual manera sus mejillas estaban teñidas del mismo color.
— Nena, debo pagar de algún modo, como mismo dices mi orgullo me va a matar en algún momento, pues ese mismo orgullo no me permite seguir una vida "normal" después de cuanto te humille. Lo siento.
La soltó puesto que ella se había liberado de las manos del rapado y lo había abrazado, se alejó de ese calor que emitía su cuerpo y recogió ambos látigos y se los dejó enfrente a Aldo.
La azabache sintió que se le paraba el corazón.
— Damon, te he dicho que pares con todo esto… —le tomó las manos, pero él la ignoró apartando el rostro.
El rapado no soportaba a su propio sobrino, le mataría por incumplir las reglas del código aesir. Seguido a las palabras del alfa, Mael la separó del peli negro y guió a su hermano a la cruz. Owen estaba desde arriba, esperando para tomarle de los brazos y levantarlo.
— ¿Qué están haciendo? —la oji azul indecisa le preguntó al castaño y este bajó la mirada, no quería ver lo que iba a suceder.
El peli plata le tomó los pies e instantáneamente le clavó una estaca en estos, haciendo que el lobo rugiera del dolor y a la arqueóloga se le desgarrara el alma.
— ¡Basta, Mael detente! —ella fue a golpear al rizado, pero Jack la agarró de la muñeca y la abrazó mientras se deshacía en lágrimas.
Se abrió paso a un segundo grito y luego de este un tercero, le habían clavado dos estacas más... una en cada mano. Megan ya no podía mantenerse en pie, todo el cuerpo le dolía.
— Toma los látigos, tío —dijo Owen ignorando los gritos de la morena que dentro de poco se quedaría afónica— Ya sabes lo que debes hacer.
— No le hagas más daño… por favor... —gritó ella rogándole desesperada al mayor que no abriera más esas heridas.
Aldo miró a su sobrino y luego posó la mirada en la azabache. Ella se sentía lastimada, le dolía todo lo que le hacían al bersercker y eso solo significaba una cosa más que clara, aunque no lo admitiera, sí lo amaba. En ese caso él no se metería, así que rechazó tomar los látigos.
Megan sentía que el alma le volvía al cuerpo, a él le habían colocado unos alambres con púas y cristales que le estaban lacerando la carne, dejándola abierta y sangrante. A la vista del rapado el alfa ya había tenido suficiente castigo, no sería él quien le diese los latigazos que tanto pedía porque el lobo no los resistiría.
— Por favor, bajenlo de ahí… —sentía cómo las lágrimas derramadas le irritaban aún más los ojos.
— Es su decisión, Blacke —le gritó furioso Richard, este no estaba de acuerdo con la actitud de su leder— Se lo merece, ¿por qué demonios no permites que le castiguen? Fue él quien pidió que le flagelen. Al no ser... —alzó las cejas y su mirada expulsaba veneno.
El peli negro apenas estaba consciente, sabía de sobra que si se movía tanto los cristales como las púas le cortarían más la carne y las heridas serían más profundas y difíciles de cicatrizar, pero aún así podía escuchar lo que pasaba.
— ¿Qué quieres decirme? —preguntó ella confusa por la actitud del mulato.
— Tú sientes algo por él ¿verdad? Después de todo parece que sí, es tu secuestrador, te humilló enfrente de su gente, te trató como una puta y aún así parece que desarrollaste algún sentimiento por él.
— Yo... —Megan quería negarlo pero algo en su interior no le permitía hablar.
— Vamos habla, ¿tú qué? Termina lo que ibas a decir Megan, que no te de vergüenza. Dinos lo que es más que evidente, te preocupas por él, sientes algo por él. Dale, actúa como la perra sumisa que eres y admite que ese monstruo inescrupuloso es tu macho. Admite que estuviste de acuerdo con su trato hacia ti. Venga hazlo.
Megan deseo en esos momentos arrancarle los ojos, o bien acariciarle el cuello con la punta de un cuchillo. Se debatía entre cuál de esas opciones sería mejor y más tortuosa, lo más seguro era que las ejecutase las dos al mismo tiempo.
Damon elevó un poco la cabeza para mirarla, estaba bañado en su propia sangre e incluso más inquieto que antes, ahora porque deseaba soltarse y matar a Richard por haber ofendido a su mate. Ella tragaba saliva y estaba rígida, su rostro era el de una persona muy confundida. Las manos le temblaban, al igual que los labios y el sabía que eran por las ganas de llorar.
Aquel imbécil la estaba humillando enfrente de todos, nuevamente Megan era la afectada.
Él no creía que ella fuese a decir nada, estaba consciente de que la había dañado mucho y eso necesitaba sanar todavía. Aunque a quién engañaba, deseaba oír esas palabras, más que el aire para respirar.
— ¿No vas a hablar? —siguió empujandole a un callejón sin salida.
— Oye... idio... idiota, dé... déjala tranquila... —gritó Damon casi sin fuerzas, a lo cual el mulato respondió tomando uno de los látigos y dándole tres latigazos.
— ¡Ya basta! —Megan se tomaba de los cabellos y sentía como todo el cuerpo le dolía a horrores.
Tenía miedo de admitir algo tan incoherente después de todo lo ocurrido entre ellos, pero a la vez tan verdadero. Su cabeza estaba echa un lío y delegando autoridad, le susurro que se rendía por completo.
— Nonne, escucha a tu corazón. Aunque sus palabras parezcan descabelladas debes entender algo, en nuestro mundo los días, los años, lo normal es imposible y cualquiera corre el riesgo de equivocarse. Mi hermano cambió totalmente al reconocerte.
— Alice... —susurró la joven sintiendo algo de paz— Ayúdame... por favor...
— Mi hermano te ama, solo que es un orgulloso al igual que tú. No es difícil darse cuenta de lo que ocurre entre ustedes, debido a ello él está ahí desangrandose y se morirá si no detienes esta situación. ¡Ya!
Inmediatamente Megan reaccionó ante esas últimas palabras.
— No, no estuve de acuerdo con la manera en que me trató. Lo que hizo no lo olvidaré porque no estuvo bien, pero antes de ello era una persona muy importante en mi vida y no permitiré que le hagas daño nuevamente o entonces serás tú el que termine allí en esa cruz —contestó con frialdad mirando aquel mulato y tomando el segundo látigo que tenía Mael en su mano.
El alfa sintió que desgarraban su corazón. ¿Qué esperaba? Ella no le amaría luego de cómo la trató, Megan solo le salvaba en nombre del recuerdo que aún conservaba de su antiguo él.
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Significado de palabras en cursiva:
*Bersercker o aesir: son guerreros creados por Odín, forman parte de la definición de hombres lobo para los nórdicos.
*Vanirios o vanir: son guerreros de gran belleza, son los originarios creados por los dioses del mismo nombre "Vanir" y cuando son corrompidos por Loki se convierten en nosferátums perdiendo por completo su encanto y fortaleza única.
*Álainn: en gaélico antiguo significa bella.
*Madadh allaidh: en gaélico antiguo significa Bestias-lobo.
*Bror: en noruego significa hermano.
*Leder: en noruego significa líder.
*Nonne: en noruego significa hermanita.
*Niflheim: es la región del frío, donde el hielo al derretirse no segrega agua sino ácido.
*Mineadh: significa cariño.
Pd: La cursiva se utilizará para los diálogos mentales que entablara Alice con Megan y también para las palabras en gaélico antiguo y noruego para que conozcan su significado.
¡¡¡¡Holaaaa!!!!! 👋👋👋👋
¿Qué les pareció este capítulo?
¿Quieren saber qué pasará?
Dicho esto, espero que hayan disfrutado de la lectura y ahora le den a la estrellita que sale al final de este capítulo, no se preocupen que por ello no les dará un calambre en su lindo dedito ;-)
Déjenme saber sus teorías en los comentarios que yo las leeré 😊🥰
No sean fantasmitas por fiss
Continúen leyendo😊😊😊❤️❤️❤️
GRACIAS POR TODO SU APOYO 🥰😘
Adiós, y nos vemos en otro capítulo. Cuídense mucho y besos💋💕
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