Capítulo #35
Hola 🙃🙋♀️ disculpen la demora con la actualización pero tenía unas tareas que adelantar y ya me las estaban exigiendo. Espero les guste el capítulo de hoy 😘😘😘
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Narrador omnisciente:
— Cállate de una maldita vez, chucho… largo de aquí… —Empujó su fuerte pecho con las dos manos en un intento de apartarlo, pero no se movió en absoluto— Te dije ¡largo!
— No, espera, espera nena. —susurró él tratando de sonar esta vez más calmado y compasivo.
La verdad, eso le costaba. Megan no podía hablarle así, él era su hombre y encima de todo el alfa de su clan, su pareja eterna. Ella todavía no veía lo que estaba pasando entre ambos desde que cruzaron miradas, pero Damon ya lo tenía más que claro.
El bersercker posesivo, macho alfa y líder de líderes salía a flote cada vez que la azabache le desobedecia, y era realmente difícil controlarlo. Megan aún no entendía su mundo. No sabía que estaban unidos por la madre luna y mucho menos que se pertenecían el uno al otro.
Solo por ello se obligó a hablar con más calma de la habitual en él.
— Te lo suplico, Meg. Escúchame, ¿por qué te niegas tanto? Eres una necia.
— ¿Qué quieres de mí Damon? —gritó ella asustada, sus hermosos ojos azul zafiro reflejaban la frustración que sentía porque no sabía si creer en aquellas palabras o no.
— Te estoy pidiendo una oportunidad para demostrarte que no soy un monstruo sin escrúpulos. Solo pido una.
Se acercó a ella nuevamente sin avisar y enseguida estuvo a menos de un dedo de distancia de su cuerpo. Sus pechos casi se tocaban.
— Joder Damon, no quiero perdonarte. No me interesa lo que eres, tampoco me apetece saber nada de tu clan, manada o como lo llames. Para mí, mientras más lejos esté de ese tema... será mejor.
«Una buena mentira... de las grandes.» pensó ella.
— No Meg, no será mejor. Debes saber con qué estás lidiando. Déjame enseñarte qué soy realmente, quiénes somos los berserckers. Déjame guiarte por mi mundo. Te pido esto de rodillas, déjame intentarlo.
Su tono de voz había perdido toda arrogancia y soberbia para convertirse en una súplica llena de reclamo, dolor y arrepentimiento.
Megan no sabía que hacer con aquel lobo. No supo en qué momento Damon se había movido con tanta rapidez, solo se percató una vez lo tuvo justo enfrente de ella y luego ambos estaban en el suelo. El cuerpo del alfa transmitía mucho calor, más de lo normal. Dios que iba a hacer con ese hombre.
«¿Debo creerle? ¿Será un licántropo? Ellos solo se transforman en luna llena, pero este saco de pulgas no.»
— No soy un licántropo, álainn y te agradecería que dejarás de ofenderme mentalmente. —susurró él cogiéndole un mechón de pelo con delicadeza y acariciándolo para devolverlo a su lugar.
Por fracción de segundos, el alfa esperó una bofetada de parte de aquella joven. Él se atrevió a tocar su cabello y una vez se dio cuenta del gesto sabía que vendría un castigo por tal osadía... tal vez un golpe o bien podía ser un fuerte grito, pero no llegó nada y eso lo sorprendió.
¿Podía una caricia cambiar lentamente todo ese mar de diferencias que había entre ellos? La oji azul no podía apartar la mirada de ese hombre. Ni siquiera podía regañarle por tocar su cabello, las palabras de el alfa la dejaban aún confusa.
¿Su hembra? ¿Suya? Megan no entendía un rábano de lo que estaba pasando. Sin previo aviso, él tomó la mano izquierda de la azabache, esa con la cual ella trataba de zafarse de su agarre y la colocó entre las suyas, se la llevó al pecho y la acogió con sus palmas ardientes como el fuego.
La arqueóloga se limitó solamente a tragar saliva, como si de repente su boca produciera más de la normal y cerró los ojos ante aquel tacto y la calidez que desbordaba el lobo.
— ¿Puedes sentir los latidos de mi corazón?
Mientras realizaba la pregunta, él observaba el cuerpo de su mate con las ansias de un depredador hambriento.
— Álainn, tu corazón y el mío están conectados. La madre Luna lo decidió así, por mucho que digas que me quieres lejos... una pequeña parte de ti siempre me querrá a su lado. Tus latidos son igual a los míos, siguen la misma línea y sabes muy bien que eso no es normal, no es humano.
Megan abrió los ojos de golpe al escuchar eso. ¿En serio los dioses serían tan crueles de unirla con aquel animal? ¿Ellos realmente pensaban que ella se enamoraría de él? Ni a golpes, ese era su secuestrador y la oji azul no cedería en absoluto.
Era muy cruel lo que le estaban haciendo, es verdad que Damon se equivocó y solo quería defender a sus hermanos, pero eso no cambiaba que no le creyó. Ella era inocente y aún así recibió los palos, se sentía dolida por su desconfianza, y eso la llevaría a querer verlo sufrir.
De todas formas buscaba apartarse de él, le quemaba tenerlo tan cerca. Lo observó mientras con sus miradas le pedía a gritos misericordia.
— No me interesa nada de ti...
— Nena, no seas tan cruel. Ambos sabemos que sí te interesa, no soy un monstruo que anda por ahí secuestrando gente inocente. Me equivoqué contigo y ya no sé de que manera pedirte perdón, pero seguiré intentándolo. —susurró con dulzura interrumpiendo las palabras de la joven.
— Si no eres un monstruo, ¿qué eres entonces? —Esa era su oportunidad para saber más acerca de él y su raza, pero sin la necesidad de que salga de él la propuesta.
— Fuimos traídos aquí por los dioses—Con el pulgar de la mano derecha le acariciaba delicadamente las manos y con el de la izquierda rozó su labio inferior— Técnicamente somos sus hijos. Nos crearon para proteger a la humanidad de su propia avaricia, puesto que ustedes son el proyecto más preciado para ellos.
— ¿En serio? Me cuesta creerme eso… —susurró bajando la mirada, él la hacía arder internamente. Por esa razón decidió apartarse del pecho del lobo.
— Lo sé, sé que todo lo que has pasado ha dejado una huella en ti y un criterio personal acerca de mí y nuestra gente. —Dejó que se apartara de él, pero eso hizo que se le encogiera el corazón como si fuese una uva, su hembra lo estaba rechazando.
— Tu gente, yo no tengo nada que ver allí.
— Sí Meg, sí tienes que ver. Eres de los nuestros, aún no sabemos específicamente en qué rasgo pero lo eres. Yo puedo ayudarte a comprender todo, tu naturaleza y las cosas acerca del clan.
— Pero yo no quiero saber nada y mucho menos que estés cerca de mí… —gritó ella sintiéndose desbordada
por el cúmulo de emociones que habitaban dentro de sí misma y Damon las sacaba a flote.
Los ojos le ardían, nuevamente por contener las lágrimas.
— No me siento bien contigo chucho y tú no haces nada más que perseguirme, es como si no supieras hacer otra cosa que no sea eso. Te metes en mi mente sin mi puto permiso, me hablas como si fuese de tu propiedad y haces que me sienta extraña… que me sienta…
«Como si tuviera el jodido Síndrome de Estocolmo, maldita sea, eso no es justo» pensó «No puedo sentir atracción por un hombre que estuvo a unos minutos de violarme, odio admitirlo pero me estoy comportando como una perra.»
— Nena, tampoco es tan así. Te comportas como si estuvieras en celo, no como una perra y eso es normal en nosotros. Además, no traté de violarte. Eres mía, y tengo necesidad de unirme a ti. Ni siquiera estaba pensando con claridad.
— ¿Cómo rayos sabes eso? ¿Qué te hace estar tan seguro? Ayer me dijiste que solo sentiste atracción y que dejara de creerme el centro del mundo, ¿verdad? ¿Qué te hizo cambiar de opinión? —Su lengua viperina se había desatado.
— Pero lo que tu dices no lo provoco yo, tú reaccionas a mí como yo reacciono a ti. Ayer no quise decir eso, estaba furioso y no quería mostrarme...
— ¿Vulnerable? ¿Tienes miedo a que los demás vean que existe corazón debajo de ese armazón que te has creado?
— Meg... es verdad que actué como un imbécil pero algo si es cierto, me tenías locamente prendado de ti. Nuestros cuerpos se reclaman mutuamente, álainn. Eres mi hembra y no hemos tenido tiempo de compenetrarnos bien.
— No… no y no. ¿De compenetrarnos dices, o de penetrarme? Porque es a eso a lo que te refieres, a mi parecer era lo que querías hacer... —exclamó furiosa limpiándose las lágrimas con el puño de la camisa— Fuera de mi cabeza, te he dicho que no soporto que hagas eso…
— Nena, por mucho que quieras sacarme no lo conseguirías. Tú me diste ese acceso, y como no me permites explicarte nada, no puedo decirte...
— ¿Me explicarías cómo sacarte de mi cabeza? —susurró confusa interrumpiendole.
— Aunque lo desee, no puedo decirte eso. Es lo único que me ayuda y me conecta contigo, porque no me permites conectar de ninguna otra manera.
A Damon le dolía el corazón verla tan contrariada y abatida, pero ella no hacía la situación nada fácil.
— Tienes que entenderlo —La cogió de los brazos, para atraerla hacia él y luego le obligó a mirarlo.
— Suéltame chucho… —Forcejeó pero no podía librarse de sus brazos fuertes.
— Joder Megan, que difícil es mantener una conversación común contigo. ¿Quieres que te de tu tiempo para adaptarte a la situación? Perfecto, te daré el tiempo que desees, pero no huyas de mí. Álainn, no huyas de lo que eres ahora.
Él nunca antes había cedido su control a nadie. Era el alfa y no permitía que se fuesen por encima de sus órdenes, pero la azabache sería la excepción de todas y cada una de sus reglas.
Sus ojos reflejaban miedo y vulnerabilidad, eso lo obligaban a cederle todo cuanto estaba a su alcance. No podría hacerlo de otro modo, obligarla no era una opción.
— Dime ¿qué quieres que haga nena?
— Te quiero lejos, vete...
— Yo no me alejare de ti.
Damon no sabía que hacer ante aquel pedido.
— Por favor, solo vete. No te pido que sea para siempre, ni un mes, ni una semana. Al menos déjame en paz unas horas.
Temblaba entre las manos del alfa y lo peor era que si él no se marchaba, ella nunca cedería a su trato, a tenerle cerca y el lobo vería esfumarse ante sus ojos cualquier mínima posibilidad de arreglar las cosas con Megan.
La azabache estaba muy tensa y asustada. Bastaron unos minutos más para que el aesir comprendiera que ella le tenía mucho miedo después de todo lo sucedido. Tan solo la soltó y se limitó a controlar su respiración y a calmar el deseo que tenía de su mate, esas ganas inaguantables de tirarla sobre la hierba y hacerla suya de todas las formas posibles e imposibles.
Se obligó a sí mismo a alzar el mentón y relajar las facciones tan tensas de su rostro.
— Está bien, Meg —dijo él en un suspiro— Sí eso es lo que deseas, lo haré.
— En realidad quiero otras cosas, pero esas no las aceptas. Con esta me conformo, por ahora. Además, no te metas más en mi cabeza, sarnoso. —ordenó agarrando con fuerza los adornos de su falda.
Damon apretó los dientes a tal punto que parecía que se los iba a encajar en su propia carne, pero asintió tratando de relajarse. Él necesitaba ese contacto con la arqueóloga, y más ahora, cuando la había marcado y ella renegaba tan cruelmente de su hombre y la necesidad de unirse a este.
El alfa notaba que a su mate le empezaba a suceder lo mismo, era normal aquel sentimiento. Ambos eran pareja, ese lazo lo tenían posiblemente desde antes de nacer, la madre luna y Odín lo decidieron así. Además la marca intensificó esas emociones que ahora asustaban a Megan.
— Sabes muy bien el por qué no hago acopio de todo lo que quieres que haga, si siguiera al pie de la letra tus pedidos... ya estaría muerto.
— Ajá... —Trató de restarle importancia a sus palabras, pese a que eran la más pura verdad.
Sus reacciones eran entendibles, estaba muy asustada con todo y más con él soltandole la sopa así en la cara, como si fuesen a operar a alguien sin anestesia. Iba a darle un tiempo, claro que sí, pero si después de ese tiempo ella seguía negándose a la realidad... pues haría las cosas al más puro instinto animal.
Damon no dudaría en tomar lo que era suyo y se le fue otorgado solo a él. Sin embargo hasta que ambos no sufran lo indecible, la agonía y la necesidad de no tenerse el uno al otro, sobre todo Megan, que no sabía cómo se manejaban las parejas berserckers, los efectos de la Luna llena en sus hormonas y más allá de eso, el orgullo tan atorado y necio que tienen. Hasta ese entonces, les esperaba un camino largo, tortuoso y lleno de espinas.
Aún así él era el que corría mayor riesgo. Damon conocía la fuerza y el alcance de los sentimientos arrebatados y locos de los berserckers por su hembra. Sumándole a ello, el terrible daño que su mate podía hacerle con una simple mirada de desprecio.
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Significado de palabras en cursiva:
*Bersercker o aesir: son guerreros creados por Odín, forman parte de la definición de hombres lobo para los nórdicos.
*Álainn: en gaélico antiguo significa bella.
Pd: La cursiva se utilizará para los diálogos mentales que entablara Alice con Megan y también para las palabras en gaélico antiguo y noruego para que conozcan su significado.
¡¡¡¡Holaaaa!!!!! 👋👋👋👋
¿Qué les pareció este capítulo?
¿Quieren saber qué pasará?
Dicho esto, espero que hayan disfrutado de la lectura y ahora le den a la estrellita que sale al final de este capítulo, no se preocupen que por ello no les dará un calambre en su lindo dedito ;-)
Déjenme saber sus teorías en los comentarios que yo las leeré 😊🥰
No sean fantasmitas por fiss
Continúen leyendo😊😊😊❤️❤️❤️
GRACIAS POR TODO SU APOYO 🥰😘
Adiós, y nos vemos en otro capítulo. Cuídense mucho y besos💋💕
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