Capítulo #34
Narrador omnisciente:
— Quédate donde estás. No te acerques —comentó ella tratando de ignorar el comentario del alfa— Si se te ocurre la brillante idea de querer secuestrarme otra vez, voy a gritar. En fin, no es de noche aún y tampoco es luna llena, así que no te puedes transformar y Aldo aquí tiene a mucha gente cuidándome.
Damon echó a reír, ladeó la cabeza y dio otro paso hacia ella, pero se detuvo al ver el rostro confundido de la joven.
— No me estoy burlando de ti, álainn. Me asombra que mi tío no te haya explicado realmente cómo nos manejamos los berserckers en este mundo.
Él estaba reprimiendo las ganas de cogerla del brazo y darle un tirón hacia su dirección, hasta tenerla aplastada contra su pecho. Le molestaba que su mate estuviera tan lejos de él.
— Nena, la luna llena, la noche y nuestra "transformación" no tienen nada que ver con las leyendas urbanas que se cuentan. Tal vez una que otra se acerque un poco a la realidad de nuestra especie, pero siempre es un mínimo caso.
— Eso quiere decir que si te puedes transformar y me vas a secuestrar otra vez. —dijo asustada pensando en voz alta.
— Haber, haber, yo no te voy a secuestrar. Nena, me equivoqué y lo sabes. Solo trato de enmendar mi error, no quiero forzar por tu perdón, quiero ganarmelo de manera sincera.
Megan estaba prestándole tanta atención a sus palabras que parecía por un momento que él era la única persona en ese mundo, su mundo.
Agitó la cabeza y se frotó el cabello en un gesto nervioso, eso se estaba saliendo de control. Ahora solo deseaba irse de allí, huir de los sentimientos que el alfa despertaba en ella.
— Ok, cállate de una vez, chucho. No me importa lo que vengas a hacer, nada más te hice una advertencia. —mintió.
«Claro que me importa que rayos son ellos, pero no quiero tener una conversación tan amable con ese animal.»
— ¿Cuál es la razón por la que estás aquí realmente, Damon? Hay gente vigilándome porque Aldo los ha vuelto locos y ya no puedes hacerme nada debido a que no soy tu puta. Además, estoy sola en este bosque y…
— Vine porque quería hablar contigo princesa, no sé nada de ti desde esta mañana —contestó sincero— A solas me parecía una mejor idea. No vengo a hacerte daño, o secuestrarte, ya te dije que…
— No quiero hablar contigo, Damon. Deja de ser tan hipócrita, no nos soportamos y tú muy bien lo sabes. Lo que me hiciste fue horrible y... y no sé si algún día llegue a perdonartelo.
— Princesa, sabes muy bien que no todo es de esa manera.
— Cállate, deja de hablarme como si me conocieras de toda una vida y fuéramos los mejores amigos del mundo.
— Antes solíamos serlo. Antes de que me dejaras a mi suerte, con aquellos cazadores detrás mío queriendo matarme. Antes de que fueses tan cobarde de marcharte y olvidar todo lo que vivimos y sufrimos juntos. Antes de que me lanzaras al olvido.
— ¡Nunca quise que te hicieran daño! —gritó, las mejillas se le habían teñido de rojo— ¡Te quería y lo que menos deseaba era dejarte solo! ¡Me obligaron a irme y me doparon durante años! ¡Pasé por cosas horribles y tú no estabas a mi lado! ¡Lloraba y te extrañaba mucho, pero no podía hacer nada! ¡Exiges por tu sufrimiento, pero no ves el mío!
— Meg, cariño. Deja de luchar contra mí, yo no soy tu enemigo. Dejemos de hacernos más daño. —dijo con voz suave y comprensiva.
— No hagas eso —Su voz tenía poder sobre ella, era como un sedante que la dejaba sumamente relajada y a su total merced— No me hables como si hubiera algo que arreglar.
— Nena, hay muchas cosas que arreglar...
— No, no lo hay. Damon ¿qué te crees? ¿Crees que esto es como cuando se rompe un juguete, que vas y compras las piezas de repuesto para armarlo nuevamente? ¡No! ¡Yo ya estaba suficientemente rota y llegas tú y terminas de hacerme polvo!
— No, princesa. No pienses de esa manera, joder como quisiera poder cambiar lo que sucedió.
— No puedes, chucho. Tu mundo es una mierda y tus dioses también. —soltó rabiosa por las palabras del alfa.
— Meg, no digas eso. Te van a castigar.
— Ya lo hicieron desde que nací con mis padres, con su estúpida forma de pensar, y ahora contigo y tu jodida ceguera. ¿Qué más sigue?
Damon apretó la mandíbula fuertemente y evitó dar un paso más en dirección a la azabache. Definitivamente iba a ser muy difícil lidiar con aquella mujer y hacerla entender que se sentía como la mierda después de cómo la trató.
Aún así que hermosa estaba, su carácter la hacía ver cada vez más fuerte y poderosa.
— Sé que todo lo que pueda decirte es poco, Meg. Me equivoqué horriblemente contigo, te juzgue injustamente y metí la pata hasta el fondo.
— Sí, eso ya lo sé, imbécil. Te equivocaste y ahora las vas a pagar muy caro, recuerda que soy vengativa. —susurró a la vez que apretaba la mandíbula.
— Te pido que me perdones, álainn —agachó la cabeza avergonzado— Fue todo un error… un terrible error y me arrepiento de ello y de todo lo que dije e hice por mi gran ceguera. Te pido perdón y te lo estaré pidiendo hasta que me quede sin fuerzas.
Ella no sabía si creerle o darle una patada para que se desapareciera de allí.
— No tengo excusas para nada. Lo que se hizo contigo, principalmente lo que hice yo... la humillación, el daño físico y emocional, son muy difíciles de reparar y en ocasiones imposibles, pero haré cualquier cosa para enmendarlo y volver a ver una sonrisa en tu rostro.
Megan no esperaba una disculpa en aquel momento y menos una que sonara tan sincera, pero no era suficiente. Se sentía herida, su orgullo pisoteado y su corazón destrozado. No planeaba perdonarle, aunque su sentir fuese verdadero. Quería verlo sufrir.
— Debes estar loco, ¿verdad? ¿Cómo demonios crees que podrás arreglar algo de lo que sucedió?
La joven de ojos zafiro se sorprendió al percatarse que sus palabras herían profundamente al lobo y sus ojos parecían cristalizarse.
— Ahórrate las disculpas, bestia. La cagaste y no te creas que te perdonaré. Aunque me bajes la luna y las estrellas, mi respuesta seguirá siendo la misma. Simplemente olvídate de mí, cumple tu deber y punto. Déjame tranquila de una buena vez, no te necesito.
— Pero yo sí, princesa.
Alzó la mirada y le rogó con los ojos que lo disculpara, que creyese sus palabras y eso la tomó totalmente por sorpresa.
«¿Me necesita? ¿Realmente me necesita? Olvida eso, Megan.» pensó confundida.
— Te hice cosas horribles, álainn. Me dejé guiar por la ira y la venganza, merezco todo tu odio. Fuiste víctima de un lado oscuro que nunca había visto, que ni siquiera sabía que
existía en mí. Juro que nunca pensé actuar de esa manera.
Él estaba nuevamente en el suelo, a sus pies y totalmente destrozado. Damon tenía su corazón en la mano y Megan tan solo lo agujereaba con sus palabras lacerantes y sus miradas asesinas.
— Por la confusión, guiado también por una muy mala información acerca de tu persona, terminé despertando un lado de mí que quisiera que nunca hubiese salido. —susurró.
«También fui atraído por tu aura, por tu cuerpo y la conexión tan fuerte y especial que compartimos el uno con el otro, porque eres mi hembra, joder.»
— Jamás he sido ese tipo de persona, tampoco apruebo esos comportamientos y nunca he hecho nada parecido a nadie y mucho menos a ninguna mujer, aún peor... una humana. Me avergüenzo de haber roto el código aesir y no sabes cuanto me lastima el comportamiento que tuve hacia ti.
— Vaya, raro sería que no te sintieras miserable por ello… —gritó— Aléjate de mí, pierdete de mi vista.
Megan se dispuso a dejarlo ahí tirado en el suelo, dolido y agonizando por la culpa. No quería oír más palabras. No podía oír su voz, porque de lo contrario se lanzaría a sus brazos y haría muchas cosas para consolar a su lobito herido y no quería volver a caer en esa situación.
No le pondría las cosas fácil, nunca. Él debía sufrir y retorcerse.
Justo cuando se apresuraba para pasar por el lado del alfa como si no le importase en lo absoluto, este la detuvo rápidamente cogiéndola suave pero con firmeza del brazo derecho, causando que esta cayese sobre él e inclinó la cabeza para decirle algo al oído:
— Escúchame bien, álainn. No voy a parar hasta que me perdones, torcere el destino si es necesario. Estoy aquí para lo que necesites, estaré para ti a cualquier hora. No soy ninguna bestia, ni un monstruo como tanto crees saber. Recuerda que una vez estuve a tu lado, que cuidé de ti y te adore con todas mis fuerzas. Mis sentimientos no han cambiado en absoluto...
Suspiro viendo los ojos de ella.
— Solo se han intensificado con el pasar del tiempo.
— No me pongas las manos encima, perro ¿Por qué demonios tienes tanta fijación con que te perdone? —le dijo sin alzar la mirada hasta él, su voz temblaba— Yo haré lo que me plazca, no lo que tú quieras que haga. No hubieses sido un idiota, por ser tan estúpido te pasó. Acepta las consecuencias.
— Si me dejas, yo me haré cargo de ti. Aldo es un buen guerrero, pero hay que admitir que lleva mucho tiempo sin estar en un verdadero campo de batalla. Además, respondiendo tu pregunta, porque necesito arreglar las cosas que he estropeado contigo.
— ¿Qué dijiste de Aldo? ¿En serio chucho? ¿Qué sabes tú de un campo de batalla? Casi te matan en fracción de nada, quizás unos cinco minutos. Si no fuese por mí, ya estarías en el más allá.
— No es lo mismo, Meg. Yo estaba concentrado en ti, en encontrarte y verificar que estuvieses bien y sin ninguna herida. Me duele haberte fallado así, más aún cuando una vez prometí cuidar de ti y velar por tu bienestar, incluso por encima del mío.
Megan alzó la barbilla y lo miró a los ojos con añoranza, aquella promesa y las palabras del alfa, vagaban en su cabeza haciéndola enloquecer.
— Cállate de una vez y deja de hablar del pasado, ¿me oyes, chucho? —Si las miradas matasen, Damon ya sería lobo a la barbacoa— Lo que prometimos hace años ya no tiene validez alguna, ambos acabamos con esa posibilidad.
Damon frunció el ceño y contraatacó ante sus palabras.
— ¿Por qué tiene que ser así? ¿Por qué olvidar aquello tan bonito que hubo entre nosotros?
— Porque ya no queda nada de ello...
— ¿No sientes un cosquilleo por todo tu cuerpo cuando estoy cerca de ti? Supiste que me acercaba a ti justo por ello, ¿nena sentiste mi aroma en el aire? —gruñó el alfa a punto de perder la paciencia.
La azabache cerró los ojos con fuerza y apartó la cara para que él no la acariciara con sus labios. Sí, el alfa le estaba acariciando la mejilla izquierda con sus labios. Estaba deseoso de hacerla suya, era su hembra y aunque crearon un vínculo debido a su marca, aún así ella no ha compartido su chi con él. Damon sonrió comprensivo, Megan si le quería, solo que era muy cabezota.
— Claro que lo sientes, princesa. Además de ser una de los nuestros, también eres mi hembra. Vi tu cara hace un rato, cuando estabas cerca de mí.
Se inclinó hasta rozar con sus labios el oído derecho de la oji azul para hablarle en susurros. Sus dos cabelleras negras pegadas la una a la otra, formaban una, justo como ellos.
— Vi ese deseo en tus ojos, esas ansias que tenías de desnudarme. Yo también te deseaba, yo puedo ayudarte con los temblores de tu cuerpo. Eres mía y necesitas de mí.
A ella se le dilataron las pupilas con tan solo recordar esos pensamientos tan pervertidos. Apretó los puños e intentó zafarse del agarre cálido del lobo.
— Como mi hembra necesitas atención de mi parte —Rozó su garganta con la nariz para inhalar su delicioso perfume— ¿Me oyes, cachorrita?
Dios, ese hombre era una maldición. Necesitaba desaserse de sus brazos, pero no lo conseguía. Era muy caliente y acogedor.
— Deja de hablarme como si fuésemos animales, Damon.
— Lo somos, nena. Nosotros somos lobos salvajes y llenos de pasión.
— Cállate, por favor… —dijo con la voz entrecortada y los ojos cerrados.
Sí, claro, que él era un animal eso ya lo sabía. Por esa razón lo quería lejos, muy lejos de ella. Cada vez que hablaba su piel le quemaba aún más fuerte, maldito lobo con pulgas.
— No, no me callare. Tú eres para mí, así como yo soy todo tuyo, Megan. Él destino ha cruzado nuestros caminos con el objetivo de unirnos en uno solo.
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Significado de palabras en cursiva:
*Bersercker o aesir: son guerreros creados por Odín, forman parte de la definición de hombres lobo para los nórdicos.
*Chi: es lo que nos une los unos con los otros, como un rasgo común. Solo que los berserckers lo tienen mucho más desarrollado y les facilita el hecho de usar sus dones. Esto se comparte solamente con la pareja, cuando el intercambio ocurre, las habilidades de uno potencian al otro.
*Álainn: en gaélico antiguo significa bella.
Pd: La cursiva se utilizará para los diálogos mentales que entablara Alice con Megan y también para las palabras en gaélico antiguo y noruego para que conozcan su significado.
¡¡¡¡Holaaaa!!!!! 👋👋👋👋
¿Qué les pareció este capítulo?
¿Quieren saber qué pasará?
Dicho esto, espero que hayan disfrutado de la lectura y ahora le den a la estrellita que sale al final de este capítulo, no se preocupen que por ello no les dará un calambre en su lindo dedito ;-)
Déjenme saber sus teorías en los comentarios que yo las leeré 😊🥰
No sean fantasmitas por fiss
Continúen leyendo😊😊😊❤️❤️❤️
GRACIAS POR TODO SU APOYO 🥰😘
Adiós, y nos vemos en otro capítulo. Cuídense mucho y besos💋💕
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