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Capítulo #28

Narrador omnisciente:

Los traidores estaban escondidos y él no los vería, #1 porque estaba cegado buscando a Megan y #2 porque había bajado la guardia producto al término uno. Ella tuvo ganas de alzarse y avisarlo, pero si lo gritaba a los cuatro vientos los demás también la verían a ella y a Jackson.

El alfa respiró profundo y pudo sentirlo en el aire a su alrededor, pudo percibir el perfume de Megan como inundaba sus pulmones. Sus ojos se mantenían del mismo color que anteriormente cuando le conoció, turquesa, y clavó esa mirada en el Tótem.

— Ya te tengo. —susurró más tranquilo mirando la escultura de piedra con cabeza de lobo.

Justo cerca de aquella estatua había un parque de diversiones improvisado pero muy bonito donde jugaban los niños del clan, en el pequeño carrusel habían unas tasas grandes donde se sentaban los pequeños, y era allí donde Megan estaba escondida con el castaño.

Nonne, hay dos berserckers detrás de mi hermano. ¡Van a matarle!

— ¡Qué!

Megan observó cómo Josh trató de detenerlos y se ganó un buen zarpazo en la pierna, le golpearon con tanto impulso que él cayó contra un árbol... inconsciente. Estando en ese estado no podía alertar a Damon.

Megan tragó saliva. Inspiró con profundidad hasta llenar sus pulmones de valentía y fuerza. Se levantó y todo sucedió a cámara lenta. Extendió la mano y sintió como un empujón mental.

»Nunca dejaría a una de mis hijas indefensa. Vamos Megan, no hagas que me arrepienta

— ¡Seidr!

Al momento, la azabache emitía luz. Una luz azul prusia que cegaba por completo, su cabello ondeaba como mechas de fuego del mismo color de aquel resplandor, y sus ojos ahora eran de un tono eléctrico.

Damon quedó anonadado al clavar en ella su mirada, y ella la clavó en él. Megan ahora si era una amenaza en toda regla, el cuerpo de la chica había cambiado ligeramente y en sus manos se formaban unos orbes del mismo color que el aura que destilaba.

Ella apretó los dientes al ver como se dirigían hacia el alfa y que no podría detener el paso de ambos.

— ¡Megan! —Damon rugió como un animal y su cuerpo comenzaba a cambiar de forma mientras no dejaba de gritar.

«¿Qué hace? ¿Me va a atacar?» pensó este muy furioso.

Ahora si daba miedo realmente. Sus músculos se hincharon y alargaron, los rasgos de su cara se afilaron como dagas, su pelo negro y liso creció aún más. Sus ojos brillaban rabiosos y amarillos, o al menos eso creía ella.

Megan alzó sus manos sin saber que hacer, nunca antes le había pasado eso y su corazón dio un vuelco. Unas imágenes aparecían rápidamente en su cabeza dejándole ver una danza muy extraña. Sin tiempo para poder detallarla como deseaba, centró su mirada en los dos traidores que le darían el golpe de gracia al alfa.

Megan no sabría si podría alcanzar a ambos, técnicamente no sabía que hacía aquella danza. Pero prosiguió a hacerla sin protestar, elevó las piernas, hizo un lindo círculo con ambos pies y todo lo que sus pies tocaban se encendía, como si estuviera haciendo algún ritual.

— ¡Damon, detrás de ti! —gritó una vez estuvo a punto de inclinar las manos hacia adelante.

La danza generaba una descarga de energía que atacó primero al que estaba más cerca del alfa. Acompañado de una ráfaga veloz que recorrió todo el lugar.

— ¿Qué ha sido eso? —susurró este viendo cómo la azabache le sostenía la mano.

La miraba fijamente mientras uno de los enemigos retiraba el arma que se había quedado atorada en un tronco, en el justo momento que Megan transportó a Damon. Un hechizo de cambio, espacio-tiempo que lo posicionó al lado de ella.

— ¿Có... cómo ha pasado eso? —Damon no podía descodificar lo que sucedía.

A su lado, un bersercker al que reconocía estaba en shock por completo. ¿Qué demonios pasaba? ¿Por qué Lex lo atacaba? ¿Desde cuándo Megan tenía ese brillo?

— ¿Qué coño está pasando, Lex?

— Se ha acabado tu tiempo, alfa —le dijo el traidor al oído una vez se colocó fugazmente detrás de este, antes de alzar de nuevo el arma para cortarle la cabeza.

Mael, yacía inconsciente en brazos de su gemelo cuando un grito del castaño lo trajo en sí nuevamente.

— ¡No! ¡Damon!

Sin que nadie se lo esperase, un rayo cortó el brazo de Lex haciendo que cayese al suelo.

— ¡Maldita puta! —gritó este doblándose por el dolor y cayendo de rodillas al suelo— ¡Me las vas a pagar!

Antes de que se le acabaran las fuerzas por la perdida de sangre, el traidor volvió a alzar el arma para
darle la estocada final al aesir y cortarle el cuello.

Damon hipnotizado alzó un poco la cabeza para ver cómo Megan volvía a sacar un rayo de luz bajo su manga. Parecía un ángel. ¿Lo mataría ahora por todo lo que le ha hecho?

Aquella luz salió disparada como si fuese una flecha, atravesó el pecho de Lex y este cayó a su lado haciendo convulsiones, con los ojos en blanco, sudoroso y con miles de temblores.

Otro más apareció detrás de Megan sin previo aviso, y se colocó a sus espaldas. No era un bersercker cualquiera, era Aldo. ¿Qué hacía su tío Aldo ahí? Este gruñó como un animal salvaje haciendo que aquellos que se dirigían hacia ella y el alfa se detuviesen.

— ¿Qué diablos pasa con ustedes? —rugió hacia los demás.

— Está asesinando a los nuestros, incluso a aquellos que decidieron apoyarnos. —se justificó un joven apuntando en dirección a Damon.

Megan no quería abrir los ojos, pues temía lo que se iba a encontrar si lo hacía, sangre, ira, muerte, desgracia y destrucción. El alfa se quedó mirando al bersercker que cubría la espalda de la joven y luego, como autoreflejo, la buscó a ella con la mirada.

Sus ojos turquesa se centraron en la azabache. Ella no quería mirarlo así que hundió la cara en sus rodillas, a la vez que abrazaba sus piernas tratando de calmarse.

— Ya pasó, ya ha pasado todo. Quiero volver a casa, todo estará bien. —Se trataba de consolar a sí misma.

Damon estaba procesando aún demasiada información. Ella había peleado como toda una amazona, se había enfrentado a dos berserckers que hacían casi el triple de su tamaño. Y… lo había salvado a él y a sus hermanos, principalmente ese hecho... lo había salvado. No le dejó morir, cosa que tenía merecido por hijo de puta.

Miró hacia atrás para ver lo que aquella chica había provocado con aquellos "rayos". Los berserckers que había alcanzado seguían en el suelo, gritando de dolor, sollozando como niños.

¿De qué estaban echos? Ni la menor idea, solo sabía que estaban en un estado de coma terrible. La volvió a mirar sorprendido. Lo había salvado de verdad. Algo en su pecho le comenzó a doler cuando detalló que la piel de Megan estaba llena de arañazos, sus pies, piernas y brazos.

Ahora, las plantas de sus pequeños pies sangraban por sus cortes. La sensación de ver el cuerpo malherido de esa hembra lo mataba lentamente. Su cara aún amoratada y el hombro ligeramente hinchado. Los labios, el inferior magullado por sus besos, le
temblaban, y sus ojos no dejaban de brillar por las lágrimas.

Sí, Megan ya no lo soportaba más y lloraba. Esa chica inocente a la que tanto el dañó y humilló ahora estaba llorando desesperadamente. Ya no podía aguantar ni un minuto más siendo fuerte.

— Megan —la voz de Jack era culposa— No llores bonita.

El nudo en su pecho estalló, sintió que pasaba a su garganta y se quedaba sin voz, o más bien sin palabras que pudieran expresar lo que estaba sintiendo en ese momento. Por aquella chica de cuerpo diminuto y sensible, llena de vulnerabilidad y miedos.

No les mintió en nada, era inocente y sobre todo era humana. Podría haber muerto. Damon no lo pensó dos veces. Dio un paso al frente para hacer algo respecto a su error, tal vez estar más cerca de ella. Sentir el perfume que emanaba de su cuerpo. Reconocer que se… ¡maldición! Se... se había equivocado tanto que nada podría excusar su ceguera.

Megan se arrimó al árbol al ver que el alfa iba hacia ella. La azabache le tenía demasiado miedo. Si él se acercaba un milímetro más se pondría a gritar como loca y no le importaba quien la escuchara.

Nerviosa por su inminente proximidad, se dio cuenta de que a Damon le había crecido un poco más el pelo y una pequeña mecha plateada cruzaba del lado derecho. Sus ojos todavía estaban amarillos de la impotencia, los incisivos retrocedían entre sus labios y su cuerpo ahora se relajaba para volver a recuperar la apariencia de antes.

— Damon, no te le acerques —ordenó una voz de masculina.

— ¡Aldo! —gritó Megan aliviada con lágrimas en sus ojos, levantándose con un poco de trabajo debido a los golpes de su cuerpo.

Él se giró para verificar que tanto su tío como su kone estaban allí. Aldo, todo vestido de negro, le miraba con sus ojos glaciales. Tenía la cara salpicada con gotas de sangre. Él también había luchado.

«¿Pero cuántos habían participado en esta carnicería?» pensó el aesir.

— ¡Meg! —gritó la señora que llegaba acompañada de dos madadh allaidh.

Richard pasó por su lado censurándolo y enseñándole los colmillos. Sí, ya se conocían de antes y Damon quería estallar ante aquel gesto.

La mujer mayor se detuvo frente a la azabache. Le inspeccionó la cara maldiciendo entre dientes al ver los golpes y las magulladuras que tenía en el rostro y en el cuerpo.

— Pensé que me habían abandonado, pensé que ya no me querían. —susurró apartando la cara ante el
roce cuidadoso de Magdalena.

Los ojos le escocían y lloraba a mares como una pequeña.

— Nunca, Meg. Eso no pasaría nunca.

— ¡Pero lo sabían! ¡Dejaron que me llevara! —gritó abrazándose a sí misma.

— Nosotros no sabíamos nada, mi niña. Cuando despertamos, Josh le informó a Aldo que su sobrino había sido quien armó aquel escándalo y te llevó con ellos. No pensamos que fuese a hacerte daño...

— ¡Pues pensaron mal, se equivocaron! —volvió a gritarle secándose las lágrimas de un
manotazo— ¡Todos se equivocaron! ¡Ese hombre está enfermo de la cabeza!

Aldo agarró a Damon del cuello y lo estampó contra el Tótem, reteniéndolo con su brazo y presionándole la tráquea. El pelo largo de el alfa ondeaba al viento
con tanta furia como furia irradiaban sus ojos ante la acción de su tío.

— ¿Ese daño se lo has hecho tú? —gruñó apretándole la garganta con más fuerza— ¡Contesta, Damon! ¿Tú le has hecho lo que tiene en la cara? ¡¿La golpeaste, mocoso?!

— ¡Me vas a dar clases de moral ahora, tío! —contestó el alfa sin perderle la mirada al mayor— Y más vale que me sueltes o no respondo.

— No se te ocurra amenazarme, niño.

— No me provoques entonces, tío. Eres fuerte, pero sabías la verdad todo este tiempo y te empeñaste en ocultarla y realmente estoy molesto.

Magdalena siguió cada gesto de su pareja con la comisura de los ojos. Aldo prefería ser pacifista pero podía ser muy rudo cuando era requerido.

— Mírame, burbuja. —puso la mano sobre la mejilla de la chica— ¿Él te ha hecho esto?

¿Qué esperaba que dijera? Se había atrevido a hacerle de todo, pero sangraba debido a los ataques de los traidores.

— Sí, él me golpeó... pero no como creen. Estoy sangrando debido a la batalla. —contestó seca.

Magdalena seguía tensa pero relajó un poco sus hombros y suspiró.

— Bien, no me tranquiliza del todo saberlo, sin embargo agradezco la sinceridad. Megan, no sé lo que te ha dicho ese imbécil de allí pero no te hemos abandonado nunca.

Se aseguró de que la pequeña la escuchara cogiéndole suavemente las mejillas lastimadas.

— Sabíamos acerca de la profecía y acerca de la maldición. Por ello te buscamos tantos siglos y cuando te encontramos solo queríamos cuidarte y alejarte de la furia de los Kavanogh. Todo esto fue demasiado precipitado.

— Claro y prefirieron ocultarmelo. Yo sufrí esa furia sin tener la menor idea de por qué razón.

Todavía sentía como ardía el mordisco que le había dado en la nalga. Puede que Damon no abusara de ella, pero era obvio que la había tratado mal y nadie sabía lo humillada y ultrajada que se había sentido por ello.

— Meg, no pienses así.

— ¿Y qué debo pensar? ¿Haber? Me dejaron en sus manos. —la azabache lo miró fijamente con odio— Él creía que yo era una asesina. —gritó a los cuatro vientos— ¡Maldita sea! Estaba convencido del mismo modo en que James afirmaba que yo era un engendro del mal. ¿Recuerdas lo que él me hizo? —susurro sollozando.

Damon sintió que se le rompía el alma.

— Estuve a esto —señaló con sus dedos— Estuve a pocos minutos de que me volviera a pasar, joder.

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Significado de palabras en cursiva:

*Bersercker o aesir: son guerreros creados por Odín, forman parte de la definición de hombres lobo para los nórdicos.

*Bror: en noruego significa hermano.

*Madadh allaidh: en gaélico antiguo significa Bestias-lobo.

*Nonne: en noruego significa hermanita.

*Kone: en noruego significa mujer.

*Seidr: magia hechizante que tiene origen en las diosas Vanir, principalmente Freyja.

Pd: La cursiva se utilizará para los diálogos mentales que entablara Alice con Megan y también para las palabras en gaélico antiguo y noruego para que conozcan su significado.

¡¡¡¡Holaaaa!!!!! 👋👋👋👋

¿Qué les pareció este capítulo?

¿Quieren saber qué pasará? 

Dicho esto, espero que hayan disfrutado de la lectura y ahora le den a la estrellita que sale al final de este capítulo, no se preocupen que por ello no les dará un calambre en su lindo dedito ;-)

Déjenme saber sus teorías en los comentarios que yo las leeré 😊🥰

No sean fantasmitas por fiss

Continúen leyendo😊😊😊❤️❤️❤️

GRACIAS POR TODO SU APOYO 🥰😘

Adiós, y nos vemos en otro capítulo. Cuídense mucho y besos💋💕

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