Capítulo #26
Se dio media vuelta dejando a la chica totalmente dormida sobre aquella cama, estaba ciertamente sorprendido tras la actitud tan salvaje que había tenido con ella.
Técnicamente las últimas palabras de la azabache le dejaron estupefacto, como si le hubieran dado un golpe dejándole aturdido, porque así fue como se sintió... un puñetazo de esos que te dejan sin respiración. Todo este tiempo Megan les estuvo diciendo la verdad y aún así él no quiso creerle.
Su cuerpo sí, pero su mente no y al corazón que le tocaba decidir, era como pedirle a un niño que eligiera que prefería más... si a su madre o a su padre. En él eso no aplica porque preferiría mil veces a sus hermanos.
Debía huir de allí, de ella y las consecuencias de sus actos pero no, no lo haría. Bastante ya se había equivocado como para seguir metiendo la pata, así que entró y se posicionó enfrente de la joven.
«¡Mierda! Damon ¿dónde tenías la cabeza?» se reprochó a sí mismo el haberse comportado como un animal con ella.
Se inclinó levemente y le acarició la mejilla para escuchar un pequeño y tierno suspiro de su parte. Él corazón le dolía, ella no merecía lo que estaba sucediendo. Se quitó la camisa negra que cubría su piel y se la colocó cuidadosamente a la azabache para luego cargarla en brazos. Al cerrar la puerta, cabizbajo como estaba mirando a la diosa que traía pegada a su pecho, se encontró con los pies de Logan y Mael.
¿Mael no estaba meditando?
— Mierda, bror, se ve fatal. ¿Por qué la llevas en brazos? —le preguntó confuso su hermano— ¿Se ha dormido?
Damon asintió con cierta vergüenza cruzando su rostro que fue más que obvia para el pelirrojo que observaba la situación.
— ¿Qué sucedió, Damon? —Logan no perdió la oportunidad.
— Ok, tenías razón. La cagué hasta lo último. —admitió el alfa haciendo que los presentes se quedarán mudos del tiro.
— Por dios, bror. Dime que no. —le susurró Mael.
— Ella no es la asesina, ahora si estoy seguro de ello.
El tiempo parecía pasar lento para ellos y ambos jóvenes enfrente suyo se llevaron las manos a la cabeza.
— Ahora somos nosotros los que preguntamos ¿estás seguro?
— Joder, sí. Me ha cantado una nana antes de dormirse, esa nana solo la sabíamos ella y yo.
— ¿En serio?
Mael cayó en cuenta de a lo que se refería su hermano.
— Logan, es una larga historia y después te contamos. —le explicó el peli plata.
Los tres se dirigían a la habitación del mayor, a pasos rápidos y tan sumergidos en la plática que ni siquiera se percataron de que ya habían llegado y la velocidad que cogieron para llegar allí.
— Bien, Damon. Mañana me encargaré de despertarlos y tendremos una conversación fuerte con Megan.
Mientras Mael hablaba, Logan veía como su primo se acomodaba en la cama de aquella habitación y dejaba delicadamente el cuerpo de la joven reposar sobre las suaves mantas, sintió una punzada de pena por él y lo que le esperaba una vez la chica abriera los ojos.
Damon se sentía adormecido, quizás porque aquel líquido empezaba a hacer efecto. Él no se lo tomó directamente pero si bastó con probarlo de los labios de Megan.
— ¿Sabes qué me ha dicho? —dijo con voz débil mirando al peli plata.
— ¿Quién? ¿Megan? —preguntó este antes de cerrar la puerta.
— Me ha dicho que Alice no está muerta.
Su hermano se quedó de piedra ante tal revelación. ¿Cómo era posible?
— ¿Sabe algo de ella? —preguntó buscando qué dijera más— Necesitamos toda la información posible, bror. Debemos encontrar a Alice. —sentenció resolutivo.
— Eso hay que hablarlo con ella que es la médium. ¿Y sabes qué más? —se pasó la mano por la cara y exhaló el aire cansado— Me ha cantado la nana, bror. —musitó tragando saliva,
incrédulo y sorprendido a la vez por las palabras de la azabache.
— Te habías tardado en encontrarla. —susurró Mael— Lo que pasó es que no supiste ver más allá de tu hocico. Descansa, Damon. Mañana aclararemos todo y si tienes suerte, puede que ella te perdone.
El alfa había caído en un sueño profundo producido por aquel líquido somnífero. Mael revisó que todas las habitaciones estuvieran cerradas, al igual que las puertas y ventanas. La casa estaba en un silencio casi fantasmal y él tenía un muy mal presentimiento.
Bajó al salón en el que reinaba una dulce luz de las velas y se estiró en el sofá de piel beige, cubierto por esponjosos cojines blancos y negros.
Teniendo conocimiento ahora de lo que Damon le había dicho, necesitaba saber más. Necesitaba entrar al mundo espiritual y ver si al menos le brindaban las coordenadas de dónde podría estar Alice.
Se puso en posición de loto y no solo se quedó como un vigía, protegiendo su hogar sino que comenzó un cántico que elevaría su alma para conectar con otro mundo. Su espíritu creaba un extraño manto de color azul relámpago sobre su piel, eso le ayudaba a percibir la energía a su alrededor y calcular los movimientos del chacra en un futuro no muy lejano.
Algo no andaba bien, un viento fuerte recorrió aquellas paredes. Las velas se apagaron y en el salón reinó la oscuridad por completo. ¿Qué estaba pasando?
Alice estaba escondida, no quería que dieran con ella o todo estaría perdido. Necesitaba comunicarse con Megan, necesitaba decirle pero ella no estaba disponible. Debió haberse alterado con Damon y por eso se rompió nuevamente la comunicación.
Estaban en peligro, ellos estaban en serio peligro y no lo sabían. Ella debía hablar con alguien pero no podía comunicarse con sus hermanos, ni siquiera con sus primos. Solo le hacía falta una pequeña brecha, una nada más para colarse y hablar.
— ¡Maldito Damon! ¿Por qué mierdas no me enseñaste a manifestarme? ¡Agh! —susurró presa de rabia.
No sabía bien, pero debía intentarlo. Hace un rato creyó escuchar que su hermano mayor le decía a la azabache que porque miraba a una cierta dirección, eso significa que sí pudo conseguir algo y tenía que volver a hacerlo.
Deambulaba por la casa como si fuese un fantasma. Puerta por puerta, muchas vacías. ¿Dónde diablos estaba la gente de esa casa? Abriendo cada una dio con la habitación de Damon y le vio dormido junto a Megan.
«¿Qué rayos ha pasado?»
Trató pero no pudo entrar en su mente, percatandose así que la única forma en que Megan estaría acostada junto al alfa sin pelear es que esté... ¡que esté drogada! Por ende, él también lo está.
Así ella no podía acceder a su mente, continuó caminando y entró en el dormitorio de Mael y Jackson, sonrió al ver a su hermano dormido como un bebé. Estaba abrazando a su peluche, el peluche que ella le regaló en su último cumpleaños.
Ahora lo tenía enfrente y estaba segura que las lágrimas corrían por su mejilla, era un dolor punzante que no la dejaba descansar. Recordaba la cara de Jack cuando vio "su cuerpo muerto" y aquel llanto desgarrador de su hermano le llegó al alma. Intentó acariciar el pelo ahora castaño de él.
Desde hacía siglos ellos sufrían una muerte que no sucedió y Alice sobrevivía apartada de sus hermanos. No los había podido tocar, ni abrazar, solo quería a sus hermanos de vuelta. Para ellos, Alice aún tenía siete años y ya no era así. Ella era toda una mujercita.
Cómo dolía no poder estar allí con ellos y secar sus lágrimas. No poder escuchar los cuentos al anochecer, no poder hacer bromas, o besarle las mejillas y decirles que los amaba con toda el alma. Eso dolía.
Había un peligro acechante alrededor y ella lo sentía. Ella lo sabía y por eso estaba ahí, tratando de comunicarse o sino, no saldrían vivos. Debía salvarlos. Salvar a sus hermanos, y para ello, necesitaba despertar a Megan.
Se asustó, era la primera vez que hacía algo así y no sabía cómo proceder pero sí que debía interceder de inmediato. Se intentó materializar delante de Mael hace un rato pero estaba meditando. El joven de cabellos platinos se había quedado como vigía de la casa y hacía su respectivo ritual para saber que sucedería.
Preocupado ante lo que vio, abrió sus extraños ojos. Miró al frente y vio a través de Alice. Por supuesto no la podía ver si estaba bajo algún efecto de droga u otra sustancia como sus hierbas para el ritual, pero su rostro entró en estado de alerta.
Alice lo observaba todo como si fuese una película, debido a que ella no estaba allí y sabía que alguien había entrado en la casa por alguna de las ventanas. Mael también lo sabía, su olfato así se lo decía.
— ¡Joder! Mael has algo. —susurró Alice en vano puesto que su hermano no le escuchaba.
Damon totalmente drogado. Jackson dormido, Logan y Owen no estaban y Megan en el mismo estado que el alfa.
La situación no pintaba nada bien. En la casa había un bersercker y algún que otro madadh allaidh, de eso estaba segura y Mael no podría con todos.
Alice se transportó hasta la habitación de Jackson. Debía comunicarse con
él al menos, era el único que podía hacer algo. Lo necesitaba, tenía que despertar a Megan y guiarla hacia el tótem. La vida de sus hermanos y del clan dependía de ella y la azabache no quería verlos ni en pintura.
Alice oyó los gruñidos y sonidos bruscos de cristales que caían al suelo. Algo se había roto, pies que pisaban los cristales. Un nuevo grito y de repente Mael estaba rodeado por varios madadh allaidh. Él era un buen luchador, pero ellos tenían ventaja.
Les había partido el cuello con sus manos en dos movimientos ágiles y rápidos. Unos zarpazos y derribó a dos, pero los otros tres intentaban
inmovilizarlo. No todos eran madadh allaidh, comprobó. Dos de ellos eran berserckers.
Alice se concentró en Jackson. No
podía despertarlo, no lo podía tocar.
Entró en su habitación y encendió la luz que dio por completo en la cara de él. No podría tocarlo pero su energía si daba para hacer contacto con algunos objetos.
— Joder… —gruñó este con la voz ronca— Damon vete a follar y apaga la luz… Apágala.
— ¡Jack, Jack, arriba! ¡Despierta! —gritó su hermana dándole un empujón mental sin conseguir nada en absoluto.
— ¿Damon? ¿Owen? Apaguen la luz, porfa —lloriqueó— Son unos insensibles.
Se levantó y arrastró los pies hacia el encendedor mientras se restregaba los ojos. Estupefacto vio como este se volvía a elevar encendiendo la luz nuevamente.
— ¡Mierda! —susurró asustado— ¿Qué está pasando?
— Yo, yo soy lo que está pasando. —contestó una voz femenina en su cabeza.
Alice se enfadó por cuentas de que su propio hermano no la reconocía. Además era muy tarde como para tener que explicarle todo.
— ¡Owen! Deja de asustarme, esto no da gracia —le rogó Jack acercándose al lugar de donde venía aquella voz y quedando frente al espejo.
Alzó la mirada y vio una nebulosa blanca detrás suyo, volteó asustado para confirmar que era cierto.
— ¡Vamos Jack! ¿Tanto me ha cambiado la voz? Soy yo, Alice. Están en peligro. Tienes que despertar a Megan y llevarla al tótem. Ponle una de las inyecciones púrpuras que Owen les da a ustedes para momentos de crisis cuando el chacra ya no les alcanza. ¡Deprisa!
— ¿Alice? —susurró.
— Sí, Jackson soy yo.
Él seguía en estado de shock viendo a una joven, alta, de cabellos dorados y ojos lilas.
— No puede ser, tú... eres diferente.
— Jack, llevan siglos sin verme. Claro que no estoy igual, no iba a quedarme pequeña y con siete años toda una vida.
Jackson no sabía si creerlo o no, pero de un momento a otro... ella se desvaneció. Se materializó delante de Mael una vez más. Todavía estaba
peleando con los tres agresores. Venían a por Megan, ella lo sabía. Los había escuchado.
Regresó con su hermano que bajaba sigilosamente la escalera y se detenía delante de la habitación en la que se encontraba anteriormente la azabache. Jack dio un respingo al escuchar un gruñido y luego una ventana que se rompía.
— ¡Bror! —Alice apareció frente a él de repente.
— Está pasando algo… algo muy malo.
— Sí, Megan está en la habitación de Damon. ¡Deprisa! ¡Corre!
— ¿Y qué hace ahí? —preguntó dudoso.
— No sé, solo ve. Despiertala a ella, Mael despertará a Damon.
Subió las escaleras otra vez dando saltos y se detuvo en seco cuando vio el cuerpo pálido y magullado de la azabache, cubierta por la ropa de su hermano y totalmente dormida.
— ¿Qué habrá pasado? —preguntó el castaño acercándose a ella y observándola— ¿Está dormida? —susurró tocándole el pelo.
— Sí, pero hay que despertarla.
— Damon la ha dejado echa un trapo, por eso no quería que la viéramos. La lastimó aún más. —Se estremeció y con sus manos le apartó el pelo de la cara— Es buena, ¿verdad? Sino, no estarías pidiéndome que le salvara.
— Sí, es buena y Damon es tonto.
— ¿Dónde la pincho?
— Dónde sea, Jack. Date prisa, por favor. Pínchale en la nalga. —dijo Alice mirando hacia las escaleras— Está por pasar algo terrible si no la llevas al tótem.
Se escuchó un grito.
— ¿Ese es Mael? ¿Qué pasa, Alice? —preguntó asustado.
— Pínchale ya. —gritó ella en un susurro.
— Está bien —El castaño miró a su hermana y notó la desaprobación en sus ojos.
— ¡Hombres! —exclamó dramática— Vamos girala.
— Como te gusta dar órdenes, ahora te pareces un montón a Damon.
— ¡Corre que ya vienen!
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Significado de palabras en cursiva:
*Bersercker o aesir: son guerreros creados por Odín, forman parte de la definición de hombres lobo para los nórdicos.
Bror: en noruego significa hermano.
Madadh allaidh: en gaélico antiguo significa Bestias-lobo.
Pd: La cursiva se utilizará para los diálogos mentales que entablara Alice con Megan y también para las palabras en gaélico antiguo y noruego para que conozcan su significado.
¡¡¡¡Holaaaa!!!!! 👋👋👋👋
¿Qué les pareció este capítulo?
¿Quieren saber qué pasará?
Dicho esto, espero que hayan disfrutado de la lectura y ahora le den a la estrellita que sale al final de este capítulo, no se preocupen que por ello no les dará un calambre en su lindo dedito ;-)
Déjenme saber sus teorías en los comentarios que yo las leeré 😊🥰
No sean fantasmitas por fiss
Continúen leyendo😊😊😊❤️❤️❤️
GRACIAS POR TODO SU APOYO 🥰😘
Adiós, y nos vemos en otro capítulo. Cuídense mucho y besos💋💕
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