Narrador omnisciente:

— Pues por los comentarios que acabas de hacer no creo que te sea de tan poco interés.

— Simplemente no sabía nada de eso y me tomó desprevenida. —confesó tratando de ocultar también sus intenciones.

— Ajá, estás maquinando algo en esa cabecita Meg y te juro que conociendo a mi hermano no va a salir bien.

— ¿Qué? Yo no maquino nada, estás alucinando Alice.

Alice se había percatado de algo, no estaba segura de qué pero sabía que Megan no era tonta y ella intuía que si la azabache abría la boca para decir algo relacionado al dato que ella le dio pues... las cosas se les irían de las manos.

— Sí, claro.

— No, transparente.

— Escucho tus pensamientos, Meg. Aparecen como imágenes ante mí. Es como una película sin fin, archivada por carpetas. No puedes mentirme, al menos no mientras esté en tu cabeza.

— ¿En serio? —Alzó la barbilla.

— Sí, nonne. Es en serio. Sé mucho de ti en tan poco tiempo, tus barreras no se hacen presentes conmigo. Quizás con Damon sí por la misma razón por la cual no puedo comunicarme con él.

— ¿Al menos sabes cual es la razón? —continuó la oji azul.

— Ni idea. El tiene demasiados demonios que lo atormentan y un pasado que quisiera borrar. En ello ambos coinciden.

Megan sintió como un escalofrío recorría toda su espalda.

— Dímelo tú. No entiendo en qué coincido yo con un monstruo como él —Los recuerdos comenzaron a regresar lacerantes a su mente y los espasmos a su cuerpo.

— Lo que te ha hecho tu padre no merece el mínimo perdón, Meg. Debiste habérselo dicho a tu madre.

— No hables si no sabes de mis motivos.

— Megan, eras una niña. Te amenazaron y estabas asustada. Lo entiendo, pero no debiste permitir que continuara haciéndote eso.

— Agradecería que no te metieras en mi cabeza de esa manera. No me gusta, bastante con que te estoy ayudando.

— No lo puedo evitar, ese es mi don. Si te molesta, no te hablaré más de ello ¿de acuerdo? Pero quiero que sepas que él te entendería. Mi padre nunca le quiso y eso tú lo sabes mejor que nadie, desde niña lo has sabido.

— ¡Oh, Dios mío! ¡No puede ser! Esto no puede ser posible, no está pasando. Él no es... no, no. Me niego a creerlo, él no haría eso. Tu hermano es un monstruo y... y... mi lobito no haría eso, él sería incapaz de hacerme daño. Mi lobito sí creería en mí.

— Meg, tú lobito ni siquiera te ha reconocido. Han pasado muchos años, y mi hermano no es adivino. Más nunca volvió a verte, ¿crees que realmente te reconocería después de todos los cambios que ha dado tu físico y tu imagen?

— Ay Dios. Dios mío, es él y me quiere matar.

Megan no sabía porque una alegría la inundó por completo. Quería besarle, abrazarlo y volver a acurrucarlo contra su pecho mientras le decía que todo iba a salir bien.

— No lo permitiré. Él solo está confundido, nonne.

— Alice, tú hermano preferiría creerle a un mentiroso que a mí. Por Odín. —Alzó la vista y la clavó en la puerta de la habitación.

— Mi hermano se acerca, y el odio que se cargan ambos el uno por el otro... si comienzas a dejarte alterar, dejarás de escucharme.

— Espera, le tengo miedo. —confesó— No me dejes sola con el por lo que más tu quieras.

Alice suspiro de forma exhausta por la gran metida de pata que estaba dando su hermano con una chica tan especial como Megan.

— ¿Solo miedo? Él te gusta.

— ¡No! Alice, ¿dónde tienes la cabeza? ¡Lo odio! ¡Si lo amara sería Síndrome de Estocolmo!

— Veré si puedo comunicarme con alguno de mis primos, o en última opción con Jackson porque él hace mucho escándalo y se asusta rápido.

— ¡No te vayas!

Se oyó cómo se abría la puerta y luego los pasos decididos y fuertes del alfa se hicieron presentes. Megan se tensó. Ya lo conocía por su manera de andar. Tan prepotente y machista. Ese era Damon, jodido saco de pulgas.

El cuerpo enorme del bersercker apareció ante ella como en un sueño. Llevaba algo en las manos y eso la asustaba. Era un pequeño recipiente de cristal con un líquido de un verde sumamente oscuro.

Él inspiró hondo y se acercó a donde se encontraba acostada su ninfa maldita.

— ¿Terminaste de hablar con mi hermana? —preguntó riéndose de ella.

— Megan no le des por la...

— Hijo de puta, con que vuelvas a reírte de mí te machacare los huevos. —contestó la azabache furiosa— ¿Alice? —Un silencio absoluto fue su respuesta— Me ha dado recuerdos para ti, se ha ido por tu culpa. ¿Quién me manda a alterarme contigo.

— Claro. Cómo no, ahora yo tengo la culpa de que tú estés loca. —Se sentó en el colchón— Sé una niña buena por primera vez en tu vida y abre la boca.

Megan visualizó aquel extraño líquido y recordó que su padre también dejaba unas gotas en su leche de antes de dormir para drogarla y poder entrar en su habitación. El solo recuerdo la hacía estremecer. Damon haría lo mismo, quería tocarla sin su consentimiento.

— He dicho que abras la boca, zorra —ordenó el alfa totalmente inflexible.

— ¡Damon! ¿Qué vas a hacer? ¡No! ¡Espera! —Se alarmó al ver que le iba a hacer beber de aquel líquido— Alice me dijo qu...

— Eres una mentirosa, Meg —gruñó.

El aesir la cogió de la mandíbula sin ninguna delicadeza y le apretó las mejillas para que abriera los labios como si estuviese tratando con una enferma. Le echó en la boca un poco de esa medicina y le puso la mano encima para tragara. 

Megan lo miraba fijamente y negaba con la cabeza repetidas veces. Si ese perro sarnoso pensaba que se
iba a tragar ese líquido y que él hiciera con su cuerpo lo que se le pegara en gana pues, estaba muy equivocado. El problema del alfa era que la azabache sabía trancar la garganta para que la medicina no pasara y hacerle creer que la había tragado.

— ¿Quieres volverme loco? ¿Es eso? Porque lo estás consiguiendo.

Ella solo negaba con la cabeza, igual de despierta, él frunció el ceño. El efecto del medicamento era instantáneo. ¿Por qué Megan no se dormía? Espera ¿por qué Megan no hablaba y le mandaba a la verga como casi siempre hace?

— Abre la boca. —volvió a ordenarle— Lo tienes todavía ahí. ¿Crees que no me he dado cuenta de que no hablas porque no lo has tragado?

Megan presa de rabia lo escupió en su cara. Damon, asombrado por su atrevimiento se limpió el rostro. Sí ella era una insolente. Pero él era quien daba las órdenes y decía la última palabra, tomó el recipiente de cristal y vertió en sus labios lo que quedaba en este y se inclinó sobre el cuerpo de Megan para meterle aquello en la boca.

Agarró a Megan de las mejillas y la besó con toda la pasión desatada de su cuerpo. La obligó a abrir los labios, rudo pero muy pasional. Megan se quejó un poco porque estaba haciéndole daño al intentar abrirle la boca y un sentimiento conocido para ella la azotó de momento.

Un sollozo ahogado brotó de sus labios. Damon gruñó, le succiono el labio y sin medir su fuerza le mordió. Megan dejó escapar un grito ante tal sensación y el alfa aprovechó para meterle la lengua en la boca y saborearla, mientras se estiraba encima de su cuerpo desnudo y la aplastaba contra el colchón.

Con aquel gesto, el líquido corrió por su garganta e inconscientemente ella trago para luego percatarse del gran error que cometió. Impresionada, abrió los ojos como platos. Maldito perro. Peleó con él, presa de la impotencia y de la humillación,
moviéndose contra su cuerpo. Damon no pensaba en nada más así que continuó besándola mientras ella sollozaba.

Deslizó las manos desde sus mejillas hasta su cuello, y luego las deslizó más abajo hasta abarcar sus pechos. Los cubrió con sus enormes manos. Esa mujer tenía la habilidad de ponerlo como un salvaje, de sacar su instinto animal. Ella notaba todas las caricias como si se las hicieran sobre el alma.

Su cuerpo dolorido y tan sensible por las situaciones lo captaba todo. Él tocaba, apretaba y masajeaba a su juicio y voluntad sin su permiso. Levantó la cabeza con brusquedad, del mismo modo que había iniciado el
beso. La observó, dándose cuenta de la gran estupidez que hizo.

Se sintió mal no solo por eso, sino porque había algo más tras ese telón azul profundo. En sus ojos había odio y unas ansias de venganza como no creyó verlo nunca.

— Ya rindete, Meg.

Amasó los dos pechos de la peli negra a la vez. Se adecuaban perfectamente a sus manos. Damon los contemplaba embriagado, estaban echos solo para él. Ella era suya, su hembra.

— ¿Por qué me tratas así? —preguntó con la cara llena en lágrimas.

El alfa respiraba con dificultad. No lo pudo evitar. Los ojos se le pusieron
rojos, rojo pasión de tanto deseo y lujuria. Estaba más enfurecido consigo mismo por perder el
control que con ella, se sentó a horcajadas sobre su pelvis y volvió a inclinarse con la terrible necesidad de besarla nuevamente, pero esta vez más suave y tierno.

La necesitaba, su cuerpo lo pedía y no podía negarse más. Ya se había demorado demasiado en cederle el control a la bestia.

La azabache sintió cómo algo la relajaba. No quería que él la besara, había sido un animal con ella y se lo merecía... pero por cosas del destino, Damon ya la había marcado y el sentir de la chica ahora era un castigo tortuoso para él.

— No, princesa —le dijo este retirando una mano de sus senos y acariciando su mejilla— No me rechaces.

Se sentía posesivo y a la vez herido al ser rechazado por su hembra. ¿Por qué esa chica hacía que reaccionara así? Los dioses no podían ser tan crueles como para que ella fuese su kone, su pareja eterna.

— Si no crees en mí, porque yo debería de quererte —musitó Megan, luchando por mantener los ojos abiertos, apartándose de nuevo de los brazos del alfa— Te odio…

— Ggggrrrrrr —un gruñido lobuno salió de su garganta mientras con la nariz acariciaba tiernamente su mejilla— Vamos, nena. No me hagas esto. No soporto suplicar, no quiero hacerlo.

— Eres un perro muy orgulloso y un día de estos te vas a atorar con tu propio orgullo.

Ella lo miró por última vez intentando traspasar su alma.

— Damon, aquella noche…

— ¿Qué? ¿Qué noche?

— Ya llevo aquí un día entero, así que me refiero a la noche en que... la noche en que... me cargaste en las escaleras.

— ¿Qué pasa con eso, princesa?

— Te... te ves tan... tan lindo... cu... cuando hablas así... A... Alice... tenía ra... razón... —Asustada comprobó que se le estaba durmiendo la lengua, no sabía si iba a morir o es que se estaba quedando dormida... pero se iba más por la segunda.

Damon se incomodó por sus palabras. Tenía que cortarla de algún modo, hacerle callar o terminaría pidiéndole perdón.

— Fu... fui tonta real... realmente al pensar que debajo de ti... había algo más que to... todo ese hielo frío y lacerante que demues... demuestras. No tienes ni puta idea... de... de las cosas por las... qu... que he pasado. No sabes cuántas veces he sufrido y lo que me... han hecho. Solo te pido, por favor... que no hagas lo mismo... que él.

Se le cerraban los ojos pero ella luchaba por abrirlos.

— No m... me toques, por favor. No quiero... volver a pasar por... eso, te lo ruego.

Fue allí cuando Damon entendió a lo que Megan se refería, pese a que sus lágrimas no la dejaban explicarse bien.

— Megan ¿quién lo hizo? ¿Qué te pasó? Bonita, di algo.

— Una estrella brillaba hacia el sur, donde un lobito miró la luna azul...

Cerró los ojos y se quedó dormida. Damon se apartó de ella como si tocarla le quemara la piel. Esa canción, esa nana... ¡la niña de los viñedos!

«¡Megan es la niña de los viñedos!» su mente sufrió un corto circuito.

«Si ella era esa pequeña... joder entonces no es la asesina de Alice. ¿Qué has hecho Damon?» la culpa lo comenzaba a abatir.

— Niña tonta, porque no me lo dijiste. —susurró queriéndola tranquilizar, aunque sus ojos ya estuvieran cerrados— No te hubiese creído, aunque te desangraras para probarlo. Yo también me equivoqué contigo. 

Dio media vuelta alejándose de su cuerpo y limpiándose las manos en su pantalón negro. Todavía le hormigueaban los dedos por haberla tocado y la culpa no es algo que se quite con simplemente limpiarse las manos.

— Yo también me equivoqué contigo.

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Significado de palabras en cursiva:

*Nonne: en noruego significa hermanita.

*Bersercker o aesir: son guerreros creados por Odín, forman parte de la definición de hombres lobo para los nórdicos.

Pd: La cursiva se utilizará para los diálogos mentales que entablara Alice con Megan y también para las palabras en gaélico antiguo y noruego para que conozcan su significado.

¡¡¡¡Holaaaa!!!!! 👋👋👋👋

¿Qué les pareció este capítulo?

¿Quieren saber qué pasará? 

Dicho esto, espero que hayan disfrutado de la lectura y ahora le den a la estrellita que sale al final de este capítulo, no se preocupen que por ello no les dará un calambre en su lindo dedito ;-)

Déjenme saber sus teorías en los comentarios que yo las leeré 😊🥰

No sean fantasmitas por fiss

Continúen leyendo😊😊😊❤️❤️❤️

GRACIAS POR TODO SU APOYO 🥰😘

Adiós, y nos vemos en otro capítulo. Cuídense mucho y besos💋💕