Capítulo #23
Narrador omnisciente:
Ahora si había metido la pata hasta el final, había cometido un error de los grandes desde la hora en punto que le había admitido a la peli negra que él
sufría y no solo eso, pensaba en ella desde hacía siglos: «En ocasiones soy realmente un imbécil.» Idiota, se reprochó nuevamente.
Ante la rabia del momento golpeó su cabeza varias veces contra el muro de la pared. Definitivamente esa chica lo sacaría de quicio. Una vez estuvo más calmado, se estiró a todo lo largo en su cama y sus demonios regresaron. Podía ver a Alice por cada rincón de la casa, corriendo como cuando era más pequeña.
«¿Por qué tuvo que pasar eso? ¿Por qué a ella? Joder Alice, estuviste en el momento incorrecto y en el lugar incorrecto. Si no hubieses sido tan curiosa no estarías muerta, estarías aquí con nosotros y yo te leería uno de tus cuentos favoritos.»
Odín sabía cuánto le pesaba a él su perdida. Megan se las pagaría con creces, aún no entendía la razón por la cual fingía estar hablando con Alice y eso lo molestaba más de lo que ya estaba. ¿Cómo se atrevió a mencionar siquiera su nombre?
Damon tenía deseos de arrancarle la cabeza, pero muy internamente su cuerpo deseaba tomarla del cabello y hacerla suya. Él estaba rabioso con sí mismo por no poder sacársela de la mente, no solo de allí sino también de su cuerpo, de la necesidad que sentía por ella y la cual no comprendía.
La azabache se había metido bajo su piel desde la primera vez que la vio. Lo curioso es que ya hacían 2000 años desde que la conoció por primera vez, pero no sintió absolutamente nada por ella, solo compasión ante su situación. Todo lo contrario cuando la volvió a ver nuevamente en aquella habitación, su cuerpo clamaba por ella.
Cuando la abrazó mientras iban por las escaleras y ella hundió su rostro en su pecho, asustada, presa del pánico y del miedo, por él principalmente. Dejó su orgullo de lado por un momento y se dejó llevar por él y el alfa pudo sentir perfectamente como ella iba relajándose y como su cuerpo se acoplaba al suyo.
Se sentía tan bien, fue la sensación más extraña que había vivido en sus dos mil quinientos años. ¿Por qué tenía que ser así? Su maldición le perseguía, su maldición era ella y no lograba entender como es que los dioses permitieron que el sentimiento en el creciera tan fuerte de esa manera hacía Megan.
Debía de ser un jodido castigo, el alfa no la aceptaría nunca. Luego de que llegara la muerte de Alice y ella saliera culpable, desde aquel momento su odio hacia ella, y también hacia su frescura se hicieron presentes.
Verla tan hermosa sobre su cama, tan sensual, era toda una diosa entre aquellas sábanas… pero es una mujer mala y sin sentimientos, restregandole en la cara que no era suficiente para ella y que nunca le dejaría tocarle un pelo. Eso lo veremos.
Sí, estaba muy enojado con su manera de tratarlo. Quería metérsela hasta el fondo y oírle gritar su nombre tantas veces como fuera posible, quería demostrarle que no iba a dejarla ir hasta volverla loca. Quería darle una lección para no meterse nuevamente con el alfa.
Él era un guerrero, el afa de su manada. Una malcriada como ella no iba a joderle la existencia.
Damon se irguió un poco sobre la cama y dejó caer la cabeza hacia atrás resoplando para que cayese en el cabezal. Estaba ardiendo, estaba
ardiendo y era en serio. Tenía una erección descomunal, Megan le provocaba cosas que nunca antes había experimentado.
Aunque verla atada y llorando como una niña pequeña en la cama no le había hecho sentirse nada bien y conocía del castigo que sería para él llevar en su conciencia todo lo que sucedía, sin embargo al tocarla su cuerpo le hacía olvidar todo alrededor.
Pero ¿por qué se sentía así? No se fiaba de ella, y además ella también lo odiaba a él por todo lo sucedido. Ella se lo merecía. No lo volvería a engañar como al inicio haciéndole creer que cabía una pequeña probabilidad de que fuese inocente.
Damon se levantó de la cama y caminó un poco por su habitación.
— Mi mundo está patas arriba por tu culpa… maldita perra. —susurró apesadumbrado— ¿Qué tienes para hipnotizarme de esta forma?
No sabía cómo proceder con ella pese a tenerlo planeado desde hace tanto tiempo. Cómo actuar. Su instinto le gritaba por la atención de la azabache, deseaba abrir sus piernas y hundirse en ellas. Si fuese por su instinto animal, él se pasaría el día entero con Megan haciéndolo como si fueran conejos.
Estaba totalmente embriagado por tenerla en su casa. La olía aunque ella
estuviera en la habitación de abajo y él en la planta superior. Era una maldita hechicera, joder. La podía oler en sus manos. Esa mezcla de frutas de bosque y campos de vid.
Incluso siendo la asesina de su hermana, la deseaba. Estaba muy enfermo. Enfermo por ella, era todo su culpa. La ansiedad lo carcomía y tampoco tenía humor para oírla hablar de nuevo sobre dignidad y un supuesto error de su parte al traerla para acá.
Además, lo de su hermana aún diambulaba por su cabeza. Megan no era ninguna médium. Estaba seguro de ello y no desprendía ningún aura como para ser una telepata. Era una mujer extraña. Tenía muchas caras, eso es lo que tenía y falta de vergüenza también.
Golpeó la pared con el puño, alterado por todo lo que sucedía. Alguien llamó a la puerta y el alfa se giró. Volteó los ojos en blanco al ver a Jackson a su lado.
— ¿Qué pasa ahora, bror? —Fue hacia él y le pasó la mano por su pelo negro.
Sabía que eso solía relajar bastante al bersercker después de un bajón emocional.
— ¿Cuántas veces te he dicho que me hagas caso cuando te digo no? Debiste haberte quedado aquí, al ir solo conseguiste abrir más esa herida. —Intentó parecer enfadado, pero los ojos llorosos de su hermano lo enternecieron.
— Debo acostumbrarme a la idea de que ella ya no está.
— Debes acostumbrarte, como todos nosotros. Tranquilo, todo a su tiempo. No te precipites.
— Ya lo sé bror, pero es que aún me duele saber que ya no tocará mi puerta en la madrugada porque tiene hambre, o que ya no jugaremos en el bosque cerca del tótem con Mael.
Damon sentía que se le cerraba el pecho. Jackson no era malo, si era desobediente pero tenía muy buenos sentimientos y le lastimaba ver que su hermano sufría por cuentas de aquella zorra de abajo.
— Esto…
— ¿Qué quieres saber, Jack?
— Megan, mencionó a Alice.
— No importa lo que dijo o dejó de decir. —Se inclinó hacia este y le colocó la mano en el hombro— Bajo ningún concepto debes acercarte a ella o terminarás igual a Mael. ¿Me has entendido?
— ¿Cómo que igual a Mael? ¿Ella qué le hizo? —preguntó preocupado.
— Nada, él se comió todo su teatrito de niña buena e inocente y después empezó a sermonearme por cómo la trataba.
Lo cual es entendible, el sermón no era por cómo la trataba sino porque le había dado un buen mordisco en el culo. Con demasiada fuerza y con muchas ganas, las suficientes para imprimir su marca.
— ¿De verdad? Damon, Mael es... es un cínico cuando hace interrogatorios y por muy buenas que estén las mentiras él nunca las cree.
— ¿Qué me quieres decir, bror?
— No lo sé, no te lo tomes a mal pero... no cabe una probabilidad de que estemos equivocados.
— ¿Esto es en serio, Jack? ¿Tu también te pondrás de su lado? —Sus ojos lo miraban con desaprobación— ¿Qué más voy a pedir? Tú y Mael son gemelos, lo que siente uno lo siente el otro. Debes darte cuenta que es la asesina de nuestra Alice, no una amiguita que se comió tu chocolate y por eso la estamos castigando.
— ¿Y si fuera no fuera ella la asesina, Damon? —preguntó Jackson arqueando las cejas.
El alfa se mordió el labio y se quedó pensativo nuevamente. Joder ¿qué le pasaba a esta gente?
— ¿Quieres por Odín dejar de hablar de la supuesta inocencia de esa perra?
— Damon —gruñó un molesto Logan del otro lado.
— Logan —Sonrió él sarcástico.
— Has subido a tu habitación para tranquilizarte por lo que veo y supongo que sea así.
Logan era una jodida sombra entre aquellas paredes, nadie sabía cuando estaba o dejaba de estar y eso él lo utilizaba a su favor. El pelirrojo había visto como salió el alfa de la habitación en que se encontraba la azabache encerrada, al igual que escuchó lo mismo que Jackson cuando se acercó a la puerta para saber cómo iba todo.
— ¿Acaso vienes tú también a decirme que estoy equivocado y debo retractarme? —repuso él sin ganas— Si es eso, ahorratelo y ahorrame el mal rato de mandarte a la verga.
— No te diré lo que ya sabes y te han dicho —Se frotó la nuca ante las palabras de su primo— Lo gracioso es que no ha sido solo uno quien lo ha dicho, ya vamos tres.
— No, Mael y Jackson cuentan como uno.
— Son gemelos pero no usan el mismo cerebro y tú lo sabes, Damon. —soltó el pelirrojo.
— Lo que digas —comentó el alfa.
— ¿De qué hablaron?
— ¿Para qué me preguntan si ya saben?
— Porque es mejor escucharlo de ti. —afirmó Logan esperando ver la reacción del primo.
— Según ella, Alice se estaba "comunicando"...
— ¿¡Qué!? —exclamó Jackson observando irritado al alfa— Explícame ¿por qué dijo eso de Alice? Damon ¿y si es verdad? —El castaño lo miró furioso.
— No solo eso, Jack. Damon no le creyó pese a que ella mencionó algo que más nadie solo nosotros sabemos. —Logan tenía la lengua muy suelta— Dijo que no podía ver a Alice porque ella no sabe manifestarse debido a que ni él, ni Mael quisieron enseñarle a hacerlo.
— Eres testarudo como el culo, Damon —le acusó Jack haciendo negaciones con la cabeza luego de escuchar lo dicho por su primo.
— Tú no te has dado ni cuenta, Jack. Ella está jugando con sus cabezas, se están comportando como niños —se defendió el aesir abriendo sus ojos amarillos de la rabia que estaba comenzando a surgir.
Realmente, estaba tan intoxicado por la sed de venganza hacia Megan que no veía más allá de su nariz. Todas las pruebas que daban indicios de que ella no era la asesina.
— El que no se da cuenta de nada eres tú, bror. —negó rotundamente Jackson.
— Has iniciado una guerra por gusto, los Madadh allaidh, saben que ella está bajo tu cuidado y si le haces daño te arrancarán la cabeza. No solo eso, es cuestión de tiempo que vengan a por ella. —contestó Logan.
— Pues ya pueden ir haciéndolo porque Damon la ha dejado como un trapo. —admitió el castaño.
— Mira quién habla.
— Alfa, yo solo le pegué en la mejilla y la amenace verbalmente. No se justifica de todas formas pero no tiene nada que ver con lo que tú has hecho. —escupió su hermano menor frunciendo el ceño— Bror, tu le has roto las muñecas, le has pegado, le has tirado del pelo, te has burlado de ella, la has humillado, tiene las rodillas y los pies que no aguantan más, el labio inferior está partido. Si sigo diciendo, me da para hacerte un libro.
Sencillamente no podía estar pasando, su hermano defendía a la zorra aquella. Tenía que acabar con la situación lo antes posible.
— Voy abajo y acabo con esto de una vez por todas —decidió el alfa apartando a Logan del camino y provocando un temor que se extendió por todo el cuerpo de este.
— ¿Qué vas a hacer ahora? Damon, déjala en paz. Al menos espera a mañana.
— No me puedo arriesgar a tenerla despierta a sabiendas que Loki podrá comunicar con ella. La dejaré en paz por hoy, pero la quiero inconsciente.
Ellos se voltearon a ver y respiraron profundo, solo la pondría a dormir. No pasaría nada malo por hacer eso, en fin... estaría dormida. Damon usó la cabeza por primera vez con respecto a ella, ahora había que ver cuanto le duraba y si la noche realmente terminaría como esperaban ellos.
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Significado de palabras en negritas:
Aesir o berseckers: Guerreros de Odín, conocidos también como lobos originales. Al igual que los vanirios al caer bajo el hechizo de Loki se vuelven nosferátums o lobos defectuosos.
Bror: en noruego significa hermano.
Madadh allaidh: en gaélico antiguo significa Bestias-lobo.
¡¡¡¡Holaaaa!!!!! 👋👋👋👋
¿Qué les pareció este capítulo?
¿Quieren saber qué pasará?
Dicho esto, espero que hayan disfrutado de la lectura y ahora le den a la estrellita que sale al final de este capítulo, no se preocupen que por ello no les dará un calambre en su lindo dedito ;-)
Déjenme saber sus teorías en los comentarios que yo las leeré 😊🥰
No sean fantasmitas por fiss
Continúen leyendo😊😊😊❤️❤️❤️
GRACIAS POR TODO SU APOYO 🥰😘
Adiós, y nos vemos en otro capítulo. Cuídense mucho y besos💋💕
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