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Capítulo #22

Narrador omnisciente:

Megan no podía creerse lo que pasaba. Ahora resulta que es una médium, el colmo. Miró por encima de su hombro buscando furia, enojo y un golpe que recibir... pero por el contrario, se encontró con el rostro confundido de su secuestrador.

Técnicamente cuando no estaba agrediendola era todo un jodido dios, para desgracia de ella. Sus ojos sombríos reflejaban todos sus miedos y a la vez cierto asombro por lo que ella decía.

Una vez lo observó bien, se dio cuenta de que bajo esas bellas joyas ámbar oscurecidas habían sombras de bolsas moradas y no justamente de algún golpe, eran las ojeras de un hombre que no dormía desde hacía mucho tiempo, y su cuerpo estaba tan agotado de la situación que temblaba como si algo muy intenso se abatiera dentro de él y estuviera a punto de explotar.

— A ustedes se les da bien dar órdenes, parece que es un mal de familia. Dice que me centre en lo que debo decir, que nada es lo que parece y que no se imaginó que tú pudieras actuar así nunca. Ese no es el código de un verdadero a... a... ¿Qué me habías dicho?

Aesir. —escupió este algo irritado.

— Eso mismo, dice que se avecinan tiempos difíciles para la manada, pero principalmente... no estoy muerta, que diga... no está muerta. Ella, no yo. Yo lo estaré dentro de poco si continúas tratándome así, animal.

Tragó compulsivamente y centró la vista en aquel lugar donde hace un rato creyó haber visto una luz irregular y sin sentido alguno, como una niebla algo difusa y un poco densa.

Damon miró hacia donde la azabache miraba buscando, pero no vio nada. Se le había secado la boca de momento y el animal cachondo que estaba hace un rato desapareció por completo. Él no entendía acerca de los espíritus ni nada relacionado a ello. El chamán era Mael.

Él podía tener sueños proféticos, y entrar a través de un trance inducido en el reino de los espíritus, aunque no podía hacerlo sin sus rituales con hierbas que olían a rayos y centellas, pero como hace un rato lo sacó del cuarto no tenía modo de verificar lo que decía la mocosa insoportable.

La observó detalladamente, haber si mostraba algún atisbo de que mintiera, pero no. Estaba completamente desnuda ante él, con el trasero levantado en su dirección, intentaba por todos los medios levantarse.

¿Le estaría engañando?

De hecho, Alice tenía la perra maña de enviar mensajes siempre... hasta cuando pedía el último para ir al baño. Además, Megan ya había recibido mensajes telepáticos de él hacía ya varias noches.

«Seguramente, lo hace para que me detuviese y no se llevara a cabo lo que quería hacer.» Pensó el aesir confundido y renuente a la verdad.

— No tienes ningún derecho a mencionar a Alice. No hables de ella frente a mí como si fuesen amigas de toda la vida.

La agarró del pelo una vez más y la incorporó de golpe sobre la cama. Megan era alta pero su tamaño no le ayudaba en nada con él puesto que ella le llegaba un poco más debajo del pecho.

— ¿Querías que parara verdad? ¿Quién te ha dicho acerca del don de Alice?

La peli negra gritó y se impresionó al notar la inmensa erección del bersercker en la parte baja de su cadera.

— ¿De qué don hablas? Ella solo dijo eso, perro. ¡Ahora mismo me estaba regañando para que te dijera! De saber que no te lo creerías y me tratarías peor no te diría ni mierd…

— ¡No me mientas, joder! —La sacudió una y otra vez.

— ¡No lo hago, por dios! ¡Sueltame!

Soy una de las berserckers que pertenece al escuadrón de telepatas, Meg. A eso es a lo que él se refiere con mi don. El hermano de padre era nuestro chamán, no preguntes que es.

— Pero no sé qué es...

Y yo no me pondré a explicarte mientras mi hermano trata de violarte. Nuestro tío era el chamán del clan, ahora el chamán es Mael. Anteriormente el tío decía que Damon llevaba una maldición, él decía recurrentemente que soñando contigo desde el día después de tu iniciación como una aesir.

— ¿Soy un bicho raro como ustedes?

Megan cállate y escúchame. Los sueños del chamán son profecías que se hacen reales y en ella decía que tu llevarías el clan al fin de los tiempos y seguido de ello, encuentran "mi cuerpo" supuestamente siendo tú la culpable.

— ¿Que llevaré a quién al fin de qué? ¿Qué yo voy a hacer qué? Esto es lo más absurdo que he oído antes —susurró Megan como si estuviese desvariando con la mirada perdida— ¿Es verdad eso? —Lo miró furiosa.

— ¿De qué hablas?

— Que un viejo que ni conozco soñaba conmigo y que ahora tu crees que yo soy tu maldición, ¿o era que tu estas maldito por mí?

Megan...

— Cállate Alice —alegó presa en rabia— ¿De verdad crees eso? —preguntó incrédula— ¿Crees que soy Maléfica y te pinchare con una rueca llena de veneno para que mueras lentamente? Por dios, Damon los muñes que te pusieron de niño te afectaron demasiado las pocas neuronas que tienes allí dentro.

— Maldita perra… bruja… —La empujó contra el colchón.

— Dale ¿qué más? Pronto seré casper.

— ¿Cómo diablos sabes esas cosas? Lo sabía. El tío tenía razón, no eres de fiar. Nunca lo has sido.

Cogió sus rotas y moradas muñecas y se las colocó por encima de la cabeza haciéndola ver las estrellas. Ella intentó soltarse pero no lo consiguió. Perdería las manos si continuaba así.

— Nos has visto la cara de estúpidos a todos, nos habías hecho creer que eras dulce y toda una guerrera. Pero ya se te cayó la máscara, yo por lo menos ya no te creo. No me creo que hables con mi hermana. Me estás
intentando disuadir y ese, es un golpe muy bajo hasta para una perra traidora. Ya no sé quién eres, Meg.

En cierto sentido aquello le lastimaba profundamente.

— No estoy minti… mintiendote Damon.

Al alfa se le estaban poniendo los ojos aún más oscuros. Le cambiaban de color cuando se enojaba… de eso se había percatado. Pasaban de un color amarillo fosforescente fascinante e hipnotizador a un negro sumamente oscuro, profundo y propio de un depredador que busca devorar a su presa.

Ella era esa presa y aún así, no le temía ni se esforzaba por dejar de mirarle fijamente y sin parpadear. Qué guapo era, por Dios. Megan estaba a punto de pensar que estaba desarrollando el Síndrome de Estocolmo por aquel idiota.

— Dime cómo es ella. ¿Qué lleva puesto? ¡Dímelo!

Dile que no sea imbécil, que él sabe perfectamente que yo no puedo hacerme visible frente a otros porque él y Mael nunca quisieron enseñarme a hacerlo. No sé manifestarme ante ti, únicamente puedo hablarte.

— No… no la puedo ver, perro estúpido —gritó irritada— Yo… únicamente la oigo. Dice que no seas imbécil, que tú sabes muy bien que ella no puede manifestarse porque ni tu ni el peli plata le quisieron enseñar.

Eso lo dejó estupefacto por fracción de segundos.

— ¿Quién te lo contó? Alguien debió decírtelo. Tú eres de las delanteras en batalla, no eres una telepata. ¡Dime quién te lo dijo!

— ¿Quién mierdas te crees para gritarme, saco de pulgas?

— Soy el alfa en este clan, zorra. Aquí, mi palabra es ley y tú debes obedecerme.

— ¡¿Cómo me has llamado?! ¡Ahora si te comiste un cable pelado bajo la lluvia, perro con garrapatas!

— Venga ya, no te ofendas… todos en el clan hemos oído acerca de tus servicios —La desdeñó con la mirada— ¿Sabes? He querido creer en Mael y darte el beneficio de la duda, sobre tu supuesta inocencia con respecto a Alice, ya sabes. Pero padre vio como la mataste y poco después el tío amaneció muerto.

— ¡Genial! ¿Ahora también eso es mi culpa?

Los ojos de Damon eran rojos ahora y
completamente incendiados por la furia, le miraban la boca hipnotizado.

— Además, no te sientas ofendida por ser una golfa de las grandes. En fin, es lo que mejor se te da.

Megan, se pasó la lengua por el labio inferior lastimado y creyó oír como el alfa gruñía ante tal gesto. ¿En serio le había dicho golfa? No debía de importarle, mucho menos asombrarle después de tantos insultos recibidos de su parte, pero aún así le hacía daño. ¿Por qué? ¿Por qué le dolían tanto esas palabras?

— Si me conocieras tanto como alegas, sabrías que soy incapaz de hacer algo como lo que dices. Pero desde que apareciste en mi habitación siempre pensaste lo peor. Me odias por algo que crees que hice y lo que interpretas que haré. En realidad, no sabes nada de mí.

— Apartando lo de Alice, te odio por el poco valor que te das como mujer.

— Que lástima, seré una golfa pero esta golfa no se acostara nunca con un saco de pulgas como tú. Me podría contagiar de rabia, de seguro tu no estas vacunado —le contestó ella con todo el veneno del que fue capaz.

Meg, no vayas por ahí. Después no podré salvarte, ni aunque le supliques a un cura…

— Serás mía, tarde o temprano.

El alfa se obligó a sí mismo a erguir su espalda sin dejar de aplastar a la chica contra el colchón.

— El primer día que te conocí, huían un grupo de personas de unos soldados. Ibas a ser una de las tantas esclavas del rey en aquel momento, pero te salvé. Debería haber dejado que te llevaran, tal vez ahora Alice estuviese con nosotros y yo no tuviera esta maldición.

La azabache tragó saliva y apartó la mirada. Ella no recordaba nada de lo que el alfa le estaba diciendo. ¿De qué rey habla? ¿En qué época él se ubica?
Fue entonces cuando recordó lo que había soñado mientras Damon la llevaba en su espalda. Cabía una pequeña probabilidad de que se conocieran de vidas pasadas. ¿Sería eso posible?

— No sé de qué rayos hablas, pero si eso que dices es verdad y tanto te arrepientes... debiste dejar que me mataran —susurró sin mirarle a la cara, presa del dolor y de la decepción.

— Sí, hubiese sido lo mejor —añadió el alfa hipnotizado por sus labios gruesos y apetecibles— Pero por desgracia, el destino es inflexible, las nornas lo hacen de esa manera. Así que como tú quieres destruir mi vida y la de los que me rodean, yo me encargaré de destruirte antes y los planes que tengas con Loki. ¿Qué te parece?

Abrió los ojos asustada por lo que eso implicaba desde los labios de aquel lobo sin una pizca de cordura. Estaba en peligro.

— Déjame marchar —susurró acongojada y luchando contra él para no demostrar flaqueza.

Se odiaba a sí misma por pedir clemencia ante un bárbaro insolente e imbécil como él, pero el destino de su clan y todo lo que estuviese ligado a ellos corría peligro y ella no estaba dispuesta a pasar por mil cosas solo porque al niño se le antojó vengarse sin sentido alguno.

— Golfa y encima no tienes ni un gramo de cerebrito. ¿No has oído nada de lo que te he dicho?

Mi hermano es un idiota definitivamente…

— ¿Te das cuenta ahora?

— Pues sí. —añade él.

— No es contigo, saco de pulgas. Por cierto dice tu hermana que eres un idiota —lo atacó la azabache con su lengua viperina.

Y gilipollas.

— Y gilipollas también.

— Seguro que sí.

Se bajó de encima de ella y observó el espacio vacío dónde hace un rato miró Megan y supuestamente se encontraba Alice.

— Te contradices, Megan. Me dices que Alice te habla y no puedes verla, lo cual es obvio. Alice era telepata auditiva, no física y sin embargo miraste en un principio hacia aquí, pero no hay nadie. No veo a nadie, ni siento a nadie —Entornó los ojos y miró a Megan— No creeré en nada de
lo que me digas o salga de esa boca.

— Y si te digo que me pones súper caliente y quiero un revolcón. ¿Eso si lo creerías saco de pulgas?

Déjalo Meg, está cegado por la irá. No va a escucharte, deja de recistirte que yo pensaré en algo para que te crea.

Ella apretó los puños y todo su cuerpo se envaró.

— ¡¿Que lo deje dices?! Y mientras piensas en algo para que me crea, ¡¿qué?! ¿Aguanto como este saco de garrapatas andante me insulta y me pisotea? ¡Ni hablar, Alice!

El pitido en sus oídos volvió, justo como cuando dejas la línea del teléfono descolgada y junto a ella, un silencio sepulcral. Había desaparecido, ya no la escuchaba.

— Deja de buscar fantasmas, no está, ni tampoco a estado. Alice no contactaría con su asesina.

— ¡Sí que está, aunque tú no la puedas escuchar! ¡Ya es suficiente, Damon! Te has aprovechado de mí. ¡Me has… —Sacudió la cabeza sin
podérselo creer—… me has mordido la nalga, por dios! ¿Dónde tenías la cabeza? Me insultas, me tocas sin ningún permiso porque la verdad no recuerdo habértelo dado, como si mi cuerpo fuera tuyo y yo no soy un inmueble para ser propiedad de nadie.

— Oh, vamos Meg —fingió estar ofendido— ¿Eso he hecho? Que mal, nena para la otra firmamos un contrato.

— ¿Y yo caigo bajo al hablar de tu hermana? Saco de pulgas, me tienes herida, con ambas muñecas rotas ¡ambas! El trasero mordido, las rodillas magulladas, desnuda y con el labio partido. No soy yo la que está cayendo bajo y jugando sucio nene, esa es tu especialidad.

— ¿Qué quieres que haga?

«Besarme y que dejes de comportarte como un idiota. Vamos Megan, ¿es en serio?» se reprochó a sí misma.

— No quiero que me hagas, ni digas nada, salvo disculparte ahora mismo conmigo y liberarme —le ordenó.

— Ni muerto, puedes pataletear que no lo haré. Te ves más buena y sexy así, atada y desnuda. Soy una bestia como dices, está es mi naturaleza.

— No, perro. Tú no eres una bestia, eres un gran hijo de perra.

— Bueno, no lo voy a negar. No soy hijo de una gata, soy hijo de una bersercker —Se encogió de hombros— Pero aclaremos algo, nena.

Sin avisarle la volteó velozmente arrinconandola de nuevo contra la cama y le obligó a que no apartara la mirada de la suya.

— Mírame cuando te hablo, perra.

— ¿O qué? ¿Me vas a pegar con un cinturón como si fuese una niña?

Esa idea a ambos los hizo jadear tan solo de imaginarlo. Damon ya estaba duro nuevamente y ella no sabía por qué estaba tan caliente.

— Vuelve a hablar de Alice, vuelve a pronunciar su nombre siquiera y te haré todo lo que me gritan tus ojos cuando cruzan con los míos.

— No jodas, ¿en serio? ¿Te desaparecerás de mi vida, o podré picarte como si fueses sushi? —preguntó feliz.

Sin embargo él apretó su pelvis contra la entrepierna desnuda de Megan dejándola estupefacta.

— Te follaré como la perra que eres. Serás mi concubina.

Ella no podía creer lo que oía. Aquello era el colmo de los colmos. Intentó
apartarse de ese gesto tan íntimo, pero él era muy grande y corpulento, por ende pretender moverlo sería imposible.

— Yo no suplico, saco de pulgas y a ti, mucho menos.

Se apartó como si el hecho de tocarla le diera repulsión. La ató a los laterales de la cama, y la azabache quedó completamente indefensa y sin fuerzas. Inmóvil y muy asustada. El bersercker sonrió satisfecho al verla como estaba y caminó hacia la puerta para alejarse cuanto antes de su cuerpo y su aroma.

— Me lo vas a suplicar, bonita. Te voy a demostrar cual es tu lugar. Tú has sacado lo peor de mí, ahora te aguantas.

— ¡Yo no he hecho nada, ya te lo he dicho maldito idiota! —gritó.

Las lágrimas caían descontroladas por sus mejillas. No podía creer aún lo que pasaba, deseaba cerrar los ojos y despertar en su cama. Podía incluso olvidar la venganza hacia James Blacke, solo quería una vida en paz.

— ¡Estúpido! ¡No he hecho nada! ¡Me castigas por algo que no hice! ¿Te has parado siquiera a pensar qué harás cuando veas que no he provocado el fin del jodido mundo?

— Eso no va a suceder. 

— Ya estoy desvalida. ¿Qué más quieres? Ya me has hecho sufrir, matame de una vez. —susurró.

— Aún no conoces el verdadero sufrimiento. —le aclaró él con voz fría y afilada— Has acabado con mi salud mental y la de mi familia desde que te cruzaste en mi camino, y yo quiero acabar con la tuya para que sufras las consecuencias de tus actos. Quiero que sufras como me haces sufrir a mí cada noche por cada siglo que pasa.

Y dicho esto, con los puntos puestos sobre la mesa... Damon cerró la puerta tras él y dejó a la peli negra a solas en esa fría y pequeña habitación, a oscuras... como si su destino ya estuviese escrito con sangre y se llamase "muerte".

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Significado de palabras en negritas:

Aesir o berseckers: Guerreros de Odín, conocidos también como lobos originales. Al igual que los vanirios al caer bajo el hechizo de Loki se vuelven nosferátums o lobos defectuosos.

¡¡¡¡Holaaaa!!!!! 👋👋👋👋

¿Qué les pareció este capítulo?

¿Quieren saber qué pasará? 

Dicho esto, espero que hayan disfrutado de la lectura y ahora le den a la estrellita que sale al final de este capítulo, no se preocupen que por ello no les dará un calambre en su lindo dedito ;-)

Déjenme saber sus teorías en los comentarios que yo las leeré 😊🥰

No sean fantasmitas por fiss

Continúen leyendo😊😊😊❤️❤️❤️

GRACIAS POR TODO SU APOYO 🥰😘

Adiós, y nos vemos en otro capítulo. Cuídense mucho y besos💋💕

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