Capítulo #20
Narrador omnisciente:
Ella había dormido plácidamente durante todo el camino. ¿En qué momento se habrá despertado?
— Seré perra cariño, pero no de tu perrera... así como tampoco soy tu puta. Si vengo de un prostíbulo como dices, de allá el gerente le manda saludos a tu madre. —le gritó ella presa en rabia.
Mael no sabía dónde iba a meter la cabeza porque realmente él no veía en Megan a la asesina que tanto buscaba Damon.
— ¿Quién crees que soy, estúpido chucho? —preguntó asustada al darse cuenta que realmente la harían pagar por algo de lo que no había sido participe— ¿Por qué me vas a hacer pagar a mí por nada? Eres su hermano ¿verdad?
Se levantó siseando por el dolor en la nalga, las muñecas y mejillas y se arrastró hacia él como pudo, ignorando al aesir.
— Por favor, ya les he dicho que no sé de qué me hablan. No conozco a ninguna Alice y no los he visto en mi vida… por favor creeme… —Se limpió las lágrimas de un manotazo— Si ella supiera lo que están haciendo no estaría para nada contenta de ver a sus hermanos convertidos en monstruos…
— Meg —murmuró Mael queriendo darle consuelo.
En cierto sentido lo dicho por la azabache era verdad. Se estaban volviendo unos monstruos y estaban deshonrando el código de conducta y los valores de los berserckers.
El alfa al ver el remordimiento y arrepentimiento en el rostro de su hermano se interpuso entre ellos y la cogió de los hombros para evitar que se saliera con la suya.
— ¡Ya basta! Ella ya no está aquí con nosotros por tu culpa, maldita perra. Sufrirás por todo el daño que le has hecho, al menos mientras estes aquí conmigo. —aclaró él disfrutando de la
confusión de la chica— Nadie vendrá a por ti. No te quieren, eres una traidora. Ni siquiera tus amigos vendrán porque saben que será una guerra a sangre fría entre ambos clanes y no vales tanto como para arriesgarlo todo solo por ti.
Necesitaba herirla, necesitaba desquitarse por todas esas lágrimas derramadas... las de Jackson, las de Mael, su madre y primos. No pasaría por alto el sufrimiento de sus seres queridos.
— Bror —Mael le llamó la atención al percatarse de su intención— No hagas esto…
— ¿Que no haga qué? —le contestó él totalmente molesto e irritado— Es la verdad.
Volvió a encararse en dirección a la azabache que temblaba más que la gelatina al salir del molde para un plato.
— Estás aquí porque eres una perra traidora y mereces sufrir por tus actos, ni Magdalena, ni Joshua, ni siquiera tu gran amigo Aldo les interesa sacrificar todo lo que ellos conocen y la paz de su clan por una víbora como tú ¿Quién podría quererte a ti, eh? ¿Acaso te has visto? ¿Eres un ser despreciable?
Para Megan aquellas palabras resonaron en su cabeza como si le hubieran dado una fuerte bofetada.
— No es verdad —replicó intentando dominar el temblor de su labio inferior— Ellos no, ellos vendrán a por mí. Maldito animal, mientes.
— No álainn, te mientes tu sola al pensar que alguien podría querer a un ser vacío y sin corazón. —afirmó el alfa divertido— Estás en mis manos ahora. Me perteneces y quieras o no, serás mi puta.
— No, no. —Dos inmensas lágrimas resbalaron por sus mejillas— Ellos saben que yo no te conozco en lo absoluto, me conocen desde niña y todos los problemas por los que he tenido que pasar con mi padre yo… me estás mintiendo.
Le empezó a temblar la barbilla y el odio y la repulsión que ahora sentía el aesir hacia ella, le dio fuerzas suficientes para encararse con él una vez más.
— ¿Por qué te portas así conmigo? ¡¿Qué te he hecho?! ¡Déjame salir de aquí! ¡Ya te he dicho que no sé quién diablos es Alice!
— Tú eres la mentirosa aquí Megan, no yo. Tus amigos sabían que íbamos a ir en tu busca, por eso te llevaron a Seattle y querían enviarte a España, pero yo me percaté mucho antes. ¿Crees que no te conozco? ¿Que no sé quién eres? ¿Crees que no sé lo que hiciste? La tierra de Gales ruge desde el momento en que te marchaste de aquí.
Por un momento la azabache sintió como la sangre se le iba del rostro. ¿Acaso él sabía qué era lo que estaba investigando ella allí? ¿Sabía acerca de aquel cadáver y el extraño culto a la oscuridad y sus dioses? ¿A qué se refería? ¿Tendría eso algo que ver con lo que dijo Magdalena antes de que ella se desmayase? Pero no podía ser.
— Llevas la palabra traición grabada en tu rostro y la muerte colgando en tu espalda. —le espetó él escupiendo veneno.
Maldición. Él aún no entendía nada. Damon estaba seguro que sabía quién era ella, pero no era así. Hablaba de esa manera porque le seguía atribuyendo a ella la muerte de su hermana, por eso le había dicho aquello.
Ella no tenía pensado hacer nada más por defenderse porque sabía que sería en vano pero no podía permitirle salirse con la suya y humillarla. Solo quería que él entendiera que no tuvo nada que ver con la muerte de Alice y la traición a su clan.
Megan recién se desayunaba el simple descubrimiento de que existiera realmente algo más allá del entendimiento humano. Siempre creyó que algo debía haber pero no estaba segura, como decía su madre «del dicho al hecho va un buen trecho» y efectivamente era así. Pensó que podría asimilarlo pero viéndose en esta bochornosa situación se percató que no sería posible.
— ¿En serio seguirás con eso?
Recordó las palabras que habían cruzado hasta ahora y la cantidad de veces que este no le creyó ni una.
— ¿Y qué piensas que voy a hacerte con lo que soy? Según tú, claro.
Alzó la barbilla desafiándolo con los ojos de un azul brillante y rebosante de atrevimiento.
— Tengo cosas más importantes que hacer que seguirle la rima a un perro que se comporta como cachorro buscando llamar la atención de su clan y se cree un héroe. ¿Es que me tienes miedo? Soy solo una humana.
— ¿Humana dices? Déjame que te lo ponga en duda —Sonrió malicioso— Ya escuchaste hace un rato lo que pienso de ti, maldita perra. No malgastare mi saliva en alguien de tu clase, no me rebajo de esa manera.
— ¡Cuando salga de aquí, maldito chucho con pulgas... me las vas a pagar! ¡Te dije que más te vale dejarme bien jodida o matarme porque me vengare de ti y los tuyos a como de lugar! —le gritó furiosa por recordarle todo lo que le había dicho más de una vez desde que la conoció. Todo lo que le decía ahora nuevamente.
El peli plata miró a la oji azul con extrañeza.
— ¿De qué hablas, Meg? ¿Realmente trataras de vengarte de nosotros? Megan ¿hay algo que debamos saber? Por favor dilo y esto terminará rápido. —proclamó Mael.
— ¡No tengo nada que decir! ¡Tu hermano, ese perro sarnoso con malas pulgas... afirma que fui partícipe de algo que desconozco! ¡¿Qué crees que voy a hacer?! No tengo oportunidad de hacerles nada, ni siquiera con una bazuca. ¡Por dios, deben darse cuenta!
Lo miró de arriba abajo dando a entender lo que era más que obvio, ella no tenía ni la más mínima idea de porque seguían acusándola. Mael lo podía ver en sus ojos. La azabache no huía de su mirada, por el contrario... dejaba ver toda la sinceridad de la que era posible.
— Déjenme ir y hago de cuentas de que esto nunca pasó. No voy a decir nada sobre ustedes, ni sobre lo que me han hecho. No exigiré ni siquiera una disculpa ya que por lo visto son unos atorados con su orgullo. ¡Maldita sea! No me merezco esto, yo solo me estoy defendiendo de sus crueldades.
Damon gruñó al escucharla hablar nuevamente de una falsa inocencia. Su paciencia tenía un límite y ella lo colmó.
— Mael, sal de aquí. —le ordenó el aesir enfadado.
— Ni mierdas, no voy a dejarte a solas con ella y sí…
— ¡No! Mael —Megan lo agarró del brazo para evitar que este se fuera— No me dejes aquí sola con esa bestia —le pidió aterrorizada y el peli plata sintió que el mundo se le venía encima.
El mayor de los Kavanogh observó como la traidora se ganaba poco a poco la lástima de su hermano con su cara de niña asustada, y eso lo enfureció todavía más. Se giró hacia esta, la tomó de los caballos y cerró los dedos también sobre su muñeca. La apartó de él llevándola a la cama, apoyándola con brusquedad contra la pared.
— ¡Suéltame pedazo de animal! —gritó la azabache— ¡Damon!
Empezó a dar patadas sin contenerse en absoluto, pero al bersercker no le importaba la desesperación y el miedo de la chica... solo su propia verdad. Él estaba tan ciego que no podría ver más allá, aunque todo estuviese resuelto y le golpeasen con pruebas en la cara. Nada cambiaría.
— Damon, bror… estás perdiendo los estribos tanto como lo hace Jackson —resopló Mael cansado de la situación — No puedes hacerle más daños. Te lo estoy advirtiendo, ella es necesaria y no estamos seguros de que haya matado a Alice.
— Es imposible que él lo sepa y aún así… —susurró Megan pálida y contrariada— Lo has sabido todo el tiempo. ¿Has sabido que no tengo nada que ver con la muerte de tu hermana y aún así me has secuestrado? ¿Pero qué demonios está pasando con ustedes? ¡Es todo culpa tuya, maldito chucho de mierda! ¡Hasta un ciego puede ver más que tú! —Miró al alfa encolerizada por las palabras del chamán.
Damon quería golpear fuertemente al peli plata por decir tal idiotez pero se centró en ella. Alargó el brazo hasta la mesilla de noche que había al lado de la cama buscando una jeringa con algún sedante ligero que la hiciera callar pero no encontró nada.
Abrió el cajón y palpó la madera para percibir la textura de unas cuerdas que Alice utilizaba para recrear una mecedora, esas le servirían al menos para que esté quieta. Le ató las muñecas con un par de movimientos firmes y Megan no podía creer nada de lo que ahí sucedía. Apretó las cuerdas duramente para que ella no se escapara de su amarre.
— Te arrepentirás, perro sarnoso.
Lo miró a los ojos esperando ver un atisbo de esa compasión que mostró por momentos pero en esos orbes dorados por la rabia no había nada, el alfa arqueó las cejas incitándola a que le insultara de nuevo porque seguido de aquello le iba a pisotear aún más su magullado orgullo.
— Apuesto a que ahora desearías tener aquí tus cuchillas, o la cinta con tu séquito de dagas. ¿Qué milagro que no las traes contigo? ¿A qué traidor se las dejastes después de un rico polvo mañanero?
Mael podría jurar que la pequeña Blacke perdió todo color en las mejillas. Definitivamente Damon se pasaba de la raya.
— Apuesta, chucho. No perderías, escupe bien alto... que lo más lindo va a ser cuando te caiga de regreso en la cara —murmuró sorbiéndose las lágrimas— Piensa lo que te plazca, yo no soy puta de nadie... mucho menos de un grandísimo gilipollas como tú.
— Ggrr, di lo que quieras perrita. Igual serás mía, te guste o no. No es una petición, es una orden —Se encogió de hombros— Ya te lo he dicho. Estás sola y estás en mis garras. Así que puedes comenzar a gritar, patalear, llorar… nadie te va a oír.
— ¡Te odio, imbécil!
— Eso ya lo sé —Se incorporó alzándose ante ella tan intimidante como podía— Dime algo nuevo que no me hayas dicho antes. Mael...
Este ya sabía lo que vendría para él.
— Cierra la puerta cuando salgas.
— Pero...
— Te he dicho, cierra la puerta cuando salgas. No te he preguntado, hazlo.
Mael le regaló una tierna sonrisa a la azabache tan solo para tranquilizarla. Damon no dejaba de mirar en su dirección, hipnotizado por ella y con sus demonios volviendole loco. El bersercker de cabellos platinos observó la escena que había delante de sus narices y de la cual su hermano no era consciente. El aesir y Megan... sus energías vibraban juntas, y ninguno se percataba.
Mael negó con la cabeza ante tal situación. El mayor peleaba contra el mandato y los deseos de su cuerpo e instinto animal.
— Peli plata, no te vayas. —le ordenó la azabache débilmente.
Él intentó tranquilizarla con la mirada pero sabía que no lo lograría. Su expresión era de terror y el alfa destilaba odio por todos lados.
— Haz lo que él te diga, Meg. Por favor. Esto pasará rápido si dejas que él sepa la verdad, pero obedécele. Damon pierde los estribos con facilidad.
— Ya largate, Mael. —rugió el aesir haciendo que el mencionado bajase la cabeza. Les dio la espalda y subió las escaleras desapareciendo de la vista de la joven.
— El colmo es tener un blando por hermano —murmuró Damon.
— El colmo es tener que aguantarte a ti.
Miró lo pálida que estaba la oji azul y
sonrió. Quería aterrarla y hacérselo pasar mal, como él lo había pasado desde que descubrieron el cuerpo destrozado de Alice.
— Qué decepción, perrita ¿ya no me insultas ni armas tu teatro como antes? Pensé que nos divertíamos juntos. —El sarcasmo en su voz era notorio.
— No entiendo nada todavía —susurró mordiéndose el labio para que dejara de temblarle— ¿Qué hago aquí, Damon? Si sabes que no soy yo, ¿por qué estoy aquí? ¿Por qué me lastimas tanto?
Eso no, por dios. No quería verla vulnerable. Sí asustada, histérica, enfadada y sufriendo… pero no vulnerable y débil. Tragó saliva e ignoró los ojos grisáceos implorantes que lo miraban desorientada pidiendo una explicación.
«Maldito seas Mael, tú y tu lengua suelta» pensó dolido y sintiendo que el muro de hormigón que creó ante ella se estaba derrumbando.
— Levanta los brazos y cállate.
— No haré lo que se te pegue la gana.
— He dicho levántalos.
Megan asustada de lo que podría suceder negó con la cabeza. El alfa estaba tan tenso que podría explotar de un segundo a otro. Estar a solas con aquella chica lo volvía loco.
Habían sido demasiados siglos tras ella, y desde hacía más de dos semanas, dos malditas semanas la veía en la lejanía de su habitación. Entre las brumas del baño y cuando el agua acariciaba su piel, tantos sentimientos mezclados: deseo, traición y muerte.
Él estaba maldito por ella, solo por ella y no le permitiría salirse con la suya. No lo haría.
— ¿Quieres guerra, álainn?
Ella negó con la cabeza muy lentamente como atesorando ya lo que vendría con aquellas palabras. No le gustaba nada la forma en cómo la estaba mirando ahora.
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Significado de palabras en negritas:
Aesir o berseckers: Guerreros de Odín, conocidos también como lobos originales. Al igual que los vanirios al caer bajo el hechizo de Loki se vuelven lobeznos o lobos defectuosos.
Bror: en noruego significa hermano.
Álainn: en gaélico antiguo significa bella.
¡¡¡¡Holaaaa!!!!! 👋👋👋👋
¿Qué les pareció este capítulo?
Espero que les haya gustado
¿Quieren saber qué pasará?
Déjenme saber sus teorías en los comentarios que yo las leeré 😊🥰
No sean fantasmitas por fiss
Continúen leyendo😊😊😊❤️❤️❤️
GRACIAS POR TODO SU APOYO 🥰😘
Adiós, y nos vemos en otro capítulo. Cuídense mucho y besos💋💕
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