Capítulo # 18
Narrador omnisciente:
Todos arrancaron en aplausos, vítores y la pobre Megan asustada de lo que sucedería a continuación se apretó más el pecho con sus antebrazos para al menos tratar de sentirse segura. Esa gente estaba mal de la cabeza y seriamente obsesionada con el sexo.
Quizás por rememorar todo lo que ha pasado hasta ahora se secó bruscamente las lágrimas, debería sentirse intimidada, pero solo sentía rabia por la impotencia de no poder demostrar que decía la verdad.
«¿Qué diferencia había entre los vampiros, hombres lobo y ellos? Joder tenían colmillos igual. ¿Qué le aseguraba que no eran ellos quienes estaban mintiendo? ¿Y en qué demonios consiste ser bersercker? ¿Acaso tienen poderes, rayos láser, alas?» la cabeza de Megan estaba echa un desastre, no entendía nada.
Dennis dio media vuelta o sino le cortaría el cuello por la rabia que la consumía, caminó hacia su sitio y se sentó nuevamente cubriéndose la cabeza de nuevo. No quería ver la cara de aquella chica, o la mataría.
Tanto su padre como hermano observaron al aesir y movieron sus cabezas en un asentimiento más que claro. Le estaban dando la confirmación y permiso para que se llevara a la traidora de allí. Inconscientemente complaciendo sus deseos de que por fin hiciera con ella lo que le viniera en gana.
El azabache aún medio confuso tomó a Megan del antebrazo y la obligó a levantarse de nuevo y darse la vuelta. Ella apenas tenía fuerzas para caminar, le escocían los pies. Por primera vez en todo el rato de convivencia, Damon se dio cuenta de lo mal que la había tratado y las consecuencias de ello en su cuerpo.
Tenía la mejilla algo hinchada todavía y con una transición de color del rojo sangre al púrpura, el labio inferior, ese labio inferior delicioso y carnoso, también tenía una ligera inflamación que solo se mantenía en rojo.
Por otro lado sus muñecas estaban rotas, mierda. Le rompió ambas sin siquiera percatarse y ella había lidiado con el dolor sin quejarse, sin mostrar debilidad. Además que la caída del auto debió empeorarlo. Era toda una amazona, hasta las valkyrias tendrían envidia de su fortaleza.
«Pero Damon, concentración... es la asesina de Alice, no una dama a la cual le debes respeto» se reprochó a sí mismo.
No podía permitirse sentir arrepentimiento por nada de lo que le había hecho pasar. No, no lo iba a sentir. Ella era una asesina y las cosas no quedarían así.
— Vamos, muévete. —Le dio un tirón para que caminara junto a él.
— ¿Adónde me llevas chucho?
— Según las berserckers, te llevo directo al paraíso. Pero para ti exclusivamente será el infierno, perra.
— Más perro serás tú, estúpido chucho.
— Eso lo veremos.
Cuando Damon le sonrió, juraría que había visto cómo le enseñaba los
colmillos una vez más. ¿Acaso no se cansaba? Ella agachó la cabeza y arrastró los pies en dirección al mismísimo infierno que ya le tenían preparado.
Le dolía todo el cuerpo más de lo normal con solo imaginar que le fuese hacer esa bestia. Iba a necesitar mucha fuerza para soportar los maltratos del azabache.
Volvieron a subir dejando aquel sótano secreto atrás y saliendo de aquel lugar para adentrarse en la oscuridad de la noche.
— Te pregunté ¿a dónde mierdas me llevas?
— Ya cállate, Megan. Joder, que molesta eres.
— Maldito chucho, ya te he dicho que no te conozco y agh tampoco a tu familia. Mierda.
Él solo la tomó nuevamente pero esta vez por el codo y tiró fuerte de ella para que no perdiese el ritmo. Bajaron por unos túneles y volvieron a subir para dar con un extraño pasillo tan y tan largo que parecía interminable.
Cuando Megan creía que ya habían llegado, unas escaleras de por lo menos unos trescientos o cuatrocientos escalones ascendentes cortaron su vista. Esta gente si que tienen deseos de caminar, vaya por dios.
Ella ya no podía dar un paso más. Las heridas de los pies le dolían demasiado, así que se apoyó en la pared justo debajo de una linda lámpara alumbrada por luciérnagas y cerró los ojos para concentrar su dolor y no comenzar a llorar.
— ¿Y ahora qué te pasa, perra? —le preguntó disgustado e impaciente.
— Ya no puedo caminar, animal.
Damon con total descaro deslizó la vista por sus increíbles piernas hasta detenerlas en sus pequeños y finos pies. Tenía muchas raspaduras y heridas entre los dedos y algunas de ellas hinchadas por la infección, a la altura de los talones.
— Continúa. —le dijo él tratando de no prestarle tanta atención.
«Eso era lo que ella quería» pensó el aesir.
Ella abrió los ojos y lo miró como si aquel hombre estuviese carente de todo. Principalmente de un corazón en medio del pecho.
— He dicho que no puedo, chucho hijo de…
En fracción de segundos, Damon le puso un brazo por debajo de sus lastimadas rodillas y con el otro le rodeó la cintura y parte de la espalda. La había cogido en brazos y levantado como si fuesen una pareja de toda la vida. Sintiendo ambos esa electricidad entre ellos.
— Vamos camino a nuestra primera noche juntos, como recién casados. —dijo él de modo cínico.
— Antes muerta que casarme con una bestia como tú. —Se tensó ella y su comentario fue como un balde de agua helada para él.
— Hasta donde sé, no estoy tan mal de la cabeza como para casarme con una asesina. —La miró de reojo— Solo quiero follarte como la perra que eres.
La azabache estaba sorprendida y a la vez confundida por más de una razón. Sus palabras frías y crueles no cuadraban con el modo en que la había tomado en brazos. La había alzado con suavidad, no del modo bruto e insensible con el que la habían tratado antes.
Su cuerpo era muy cálido. Cálido era poco. Era un jodido volcán a punto de erosionar.
«Ay dios mío.»
Inconscientemente se acurrucó en él, en sus brazos y olvidó todos los malos tratos de un principio. Pero regresó a su mente lo dicho por su madre, que la iba a tomar, quisiera o no.
De repente aquella calidez pareció esfumarse sintió mucho frío al recordar esas palabras. Estaba tan destemplada emocionalmente que lo que realmente necesitaba era un abrazo, y a falta de ello, estaba el cuerpo musculoso, bien estructurado y ardiente del alfa.
No estaba sorprendida por aquella mentalidad que debería asustarle, sino porque cada vez que él la tocaba, sentía una extraña sensación reconfortante. ¿Cómo era posible eso?
Damon iba a aprovecharse de ella. Él creía que ella era su enemiga, que era una asesina y no cualquiera sino la de su pequeña hermana. Le había hecho daño físicamente y emocional.
¿La trataría así de mal si se hubiesen conocido de otra manera? ¿Cómo hubiese reaccionado si se hubieran visto antes pero en una situación diferente?
Ella no quería estar tan cerca de él, su orgullo no se lo permitía. El rostro de Megan quedaba hundido en el cuello del aesir. No quería rozar su garganta con la nariz… pero aún así un impulso de este provocó que la arqueóloga se pegase más a su cuerpo.
«Oh, qué bien olía. Olía a bosque y zarzamora, a chocolate y pastel de frambuesas. A hombre de verdad.»
Ella no quería cerrar los ojos para abandonarse ante tal exquisito aroma, ni apoyar su cabeza en su hombro, pero lo hizo sin entender el porqué.
Y lo hizo además sintiéndose plenamente relajada contra aquel animal. Entonces recordó que él se metió en su cabeza y en más de una ocasión ella hizo lo que se le pegaba la gana a Damon.
«¿Era eso?»
— ¿Me estás manipulando para que me comporte de esta forma, verdad chucho? —le preguntó ella sin poder despegarse de él.
Megan le había puesto los brazos alrededor del cuello al aesir y hablaba con los labios muy pegados al lado izquierdo de su garganta, la zona por la cual él la estaba cargando.
Damon no podía aguantar todo lo que estaba sintiendo, la tenía tan dura que en cualquier momento la pondría contra la pared y lo haría allí mismo o tal vez podría matar a alguien si el botón del pantalón decidiese salir volando por la presión.
La joven era muy dulce y provocativa a la vez. Lo hacía a propósito, quería que él perdiera la cabeza.
— Nena, Jackson golpeó tu mejilla no tu cabecita así que revisa a ver que esta funcionando mal allí adentro. —le contestó él con una sonrisa.
¿Había sido eso una broma de su parte? ¿Eso era lo que ella creía que era? Que irónico parecía todo aquello de momento.
— De hecho, me han hecho muchas cosas, pero todavía no me han distorsionado nada allí dentro. —replicó ella— Viendo lo bestias que son, tarde o temprano lo harán. Chucho.
— El problema es que si sigues contestandole a todo el mundo así, pronto alguien lo hará, que no te queden dudas. Tienes la lengua muy larga niña.
— Ustedes son unos brutos y me estan tratando mal, me hacen daño, me ofenden y estan siendo injustos conmigo. —Se le quebró la voz de un segundo a otro, ya era mucho lo que soportaba— Solo intento defenderme…
Damon no supo que decir, tensó la espalda y junto a ello cada uno de los músculos de su cuerpo para apresurarse a subir los escalones que ahora le parecían eternos. Cuanto antes llegara y antes la atara en la cama y vendase su boca, mucho mejor.
Si seguía así con ella tan cerca de su cuerpo, distorsionando sus sentidos y tan vulnerable, la apretaría contra su pecho y acabaría pidiéndole perdón por todo acurrucandola como si fuese una niña pequeña y lo peor era que no tenía ninguna razón para hacerlo. Ella era una asesina y no se saldría con la suya.
— ¿Por qué haces esto, Meg?
Ella apartó la cabeza de su hombro y lo miró a los ojos frunciendo el ceño.
«¿Me ha llamado por un diminutivo o fue alucinaciones mías?» pensó.
— ¿De qué hablas, Damon?
— Porque finges. Porque mientes. Asume lo que has hecho como la bersercker que eres y paga por tus actos con toda la dignidad que te sea posible, después de todo uno es víctima de sus acciones y decisiones. Tú elegiste este camino, sabes que eras especial para nosotros y aún así lo hiciste. Si sigues aparentando que no has hecho nada no ganarás perdón por nuestra parte sino más odio. Es preferible verte como una perra traidora valiente. —La miró a los ojos y alzó los hombros— Merecerás más respeto de parte de todos.
La azabache lo observó sin pestañear y replicó con voz fría y dura.
— Haber Damon ¿qué va a pasar cuando después de las torturas descubráis que no tengo nada que ver con todo esto?
La pregunta lo frenó a él de golpe. No, él estaba seguro. Era ella.
— ¿Cómo me vas a tratar cuando se demuestre que yo no tengo nada que ver con ustedes, mucho menos con tu hermana?
El aesir fue a pronunciar alguna palabra en aquel momento pero ella desde su rincón abrazada a él subió una de las muñecas costosamente y colocó el dedo índice en sus labios para callarlo.
— Nunca he matado a nada en mi vida, ni siquiera a los insectos. Jamás. Técnicamente Carla siempre me molestaba porque yo cuidaba orugas y cuidaba a los pajaritos que ella le daba con la resoltera.
Damon casi llegaba a sentir ternura por ella, cuidar orugas y pajaritos. Eso en una asesina no podía ser posible. Pero debía estar claro, ella era cruel y manipuladora... no buena y tierna.
— ¿De verás no te cansas? —Dicho esto, él no esperaba una respuesta de su parte.
— No hablaré más, en fin. Nunca me creerás.
La azabache apretó los labios fuertemente y volvió a esconder su cara en su hombro. Era imposible. Ella no debía estar abrazada a él, porque tal y como estaba, se sentía mezquina. Pero su cuerpo actuaba sin permiso alguno. Necesitaba acoplarse al del alfa y no entendía porqué, pero lo odiaba. Odiaba sentirse así. Parecía una ofrecida.
Cuando salieron de allí solo se veía bosque puro, el olor a rocío era refrescante e inundaba su nariz. La calma de la noche la serenaba un poco. Ella hizo un movimiento en falso en el justo momento que Damon iba a echar a correr y entonces cayó al suelo golpeándose fuertemente la cabeza.
— ¿Será tonta? Odín, dame fuerzas para lidiar con esto. Es la tercera, tercera vez que se lanza. —alegó el alfa al verla media inconsciente entre la hierba y bajo la luz de la luna.
Oh la madre luna le estaba jugando sucio, sí. La bañaba con su luz haciéndola lucir como un ángel, como si quisiera decirle algo con aquel gesto pero Damon estaba cerrado a entender.
Se arrodilló delante de ella y acercó su rostro al suyo. La joven tenía pecas
alrededor de la nariz que parecían una nebulosa de estrellas, cosa que la hacía parecer más pequeña y vulnerable.
Aún así, el aesir sabía que Megan podía distraer a cualquiera con una de sus miradas bañadas en almíbar, pero a él no. Trataba de hacer caso omiso a todo lo que ella hiciera porque de ello dependía su vida y la de los berserkers.
Sin mucha delicadeza la alzó y la cargó sobre su hombro. Megan exhaló el aire con un quejido. Él se detuvo bruscamente pensando que había vuelto en sí y la miró con él rabillo del ojo. Su largo cabello le cubría el rostro y no supo adivinar si estaba o no despierta, así que empezó a correr como alma que lleva el diablo.
La azabache sentía como algo duro y grande se le clavaba en el estómago sin compasión y le robaba la respiración de golpe. Intentó gritar, pero estupefacta se dio cuenta de que en la posición que se encontraba no podía hacerlo.
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Significado de palabras en negritas:
Aesir o berseckers: Guerreros de Odín, conocidos también como lobos originales. Al igual que los vanirios al caer bajo el hechizo de Loki se vuelven nosferátums o lobos defectuosos.
Valkyrias: Cada una de ciertas divinidades de la mitología escandinava que en los combates designaban los héroes que habían de morir, y en el cielo les servían de escanciadoras.
¡¡¡¡Holaaaa!!!!! 👋👋👋👋
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Déjenme saber sus teorías en los comentarios que yo las leeré 😊🥰
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GRACIAS POR TODO SU APOYO 🥰😘
Adiós, y nos vemos en otro capítulo. Cuídense mucho y besos💋💕
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