I
Bajó suavemente las escaleras de madera que crujían con cada paso que daba, el fuego de la chimenea estaba encendido y el bebé reía frente a él. De la fogata salían unos nebulosos brazos negros que alzaban a Arthur y lo acercaban a las llamas, cuando Nicholas quiso intervenir, ya era demasiado tarde, el niño desapareció.
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