Era relajante correr por la naturaleza, saltar de árbol en árbol, explorando cada rincon de la selva. Era parte de su entrenamiento matutino: cada mañana se levantaba temprano y hacia ejercicios simples para calentar antes de su entrenamiento rudo. Siempre llena de energía para hacer esas cosas.

Pero esta vez, además de entrenar, estabá buscando a alguien que no ha aparecido desde hace unos minutos y eso la preocupaba a ella, al padre y a la madre del niño que andaba en el bosque solo.

— ¿En dónde estás? — susurro mirando el suelo cada que pasaba de rama a rama.— Tu madre me va a matar si no te encuentro.

Siguio su busqueda por el bosque, hasta que vio que algo paso rápido abajo. Quedo algo desconcertada, pero luego sonrió al saber de que trataba.

Siguió a la cosa que sea que estuviera corriendo tan rápido, para luego aterrizar frente a ese algo que era un tigre.

— Hm... Tú no eres mi sobrino... ¿Te lo comiste? — le pregunto al tigre mientras se cruzaba de brazos mirandolo mal ya que vio que tenia un sombrero que reconocia bien.

El tigre solto el sombrero, a lo que huyó de ahí rápidamente. La mujer tomo el sombrerito que cayó al suelo.

— ¿En dónde estás ahora...?

En ese momento, su oido se agudizo y escucho como un niño pedía ayuda. Inmediatamente, salió volando en dirección del llamado.

Sobrevolo un río, así que miró a todos lados tratando de encontrar al niño que pedía ayuda. Justo lo encontro en un tronco siendo arrastrado por la corriente del río.

— ¡Gohan! — grito la chica al verlo.

Fue hacia él ya que en pocos segundos caería al acantilado, y no es bueno. Apresuro su vuelo, acercandose al pequeño que se aferraba al tronco.

— ¡Gohan, toma mi mano!

El pequeño intento acercar su manita mientras la mujer lo hacia también. Pero no llego a tiempo y el pequeño Gohan cayó del acantilado.

— ¡Ay, nonono, Milk va a matarme! — se decia ella inutilmente.— ¡Gohan! ¡Gohan, respondeme!

No obtuvo respuesta, y temio lo peor. Pero en ese momento que escucha un llanto, cuando miro hacia arriba su rostro antes en panico ahora estaba llena de incredulidad y alivio.

Elevo su vuelo cruzando sus piernas, mientras veia al pequeño Gohan llorar estando en una rama agarrado.

— Hey, pequeño Gohan

El niño con cola la miro dejando de llorar, a lo que fue a abrazarla mientras la mayor le devolvia el abrazo.

— ¡Tía! ¡Tuve mucho miedo! — decia Gohan volviendo a soltar lagrimas.

— Tranquilo, tranquilo, tía está siempre presente para cuidarte — susurraba con calma, poniendole el gorro a Gohan.— Mejor regremos, tu madre esta muy preocupada y tu padre ha de estar buscandote aun como loco. Y también recuerda que tenemos que ir a la casa del maestro Roshi lo más rápido posible.

Gohan sonríe contento.

Gohan estaba ahora con su padre, Son Goku, en la nube voladora. Mientras que a su ritmo, estaba la mujer de antes, que era la tía de Gohan, volando a su lado.

Llegaron a una pequeña islita donde había una casa rosa que decia Kame House en la entrada arriba de la puerta. Goku bajo de la nube voladora y la mujer con cola aterrizo en la arena.

— ¡Yujuu! — llamo Goku.

De la casa del maestro Roshi, habían salido un chico de estatura baja calvo y una mujer bonita de cabello azul.

— ¡Goku, Gokei! — nombraron felices de verlos.

— Hola

— Oye, ¿y ese niño?

— ¿Qué? ¿Ahora están trabajando cuidando niños, Gokei, Goku? — pregunto el calvito mientras un anciano salia de la casa.

— El es mi hijo — dice directo al punto.

Los presentes, menos Gokei, quedaron perplejos al saber que ese niño era hijo de Goku. Jamás se esperaron recibir de una tal noticia.

— Si, asi es — confirmo Gokei.— Vamos, saludalos, no seas tímido

— Hola... — saludo Gohan haciendo una reverencia, si que esta bien educado.

Le devolvieron el saludo de la misma manera.