23. ¡Manticora, no te lleves mi corazón!
Un manticora llamado Basili paseaba por los límites del bosque maldito, en busca de algún humano desprevenido para poder desayunárselo, cuando de pronto se sorprendió al escuchar gritos de auxilio.
Esto era raro, por lo general esperaban a que los estuviera cazando para gritar por ayuda.
Basili siguió aquel sonido, llegando así hasta un claro, donde se encontraba el origen del grito: era una dama que se había atascado entre las ramas de un viejo cedro.
Se acercó hasta ella, con la intención de sacarla de ahí y poder comerla, pero cuando estuvo en el campo de visión de la dama, ésta empezó a agradecer.
—Gracias, oh, gran caballero —decía ella—. Creí que moriría aquí.
Basili se la quedó mirando por un segundo. Ella era bella, con unos enormes ojos avellana y el cabello castaño como la corteza de aquel cedro. Sin duda alguna, ella sería sabrosa.
—¿Qué te hace creer que no vas a morir? —le cuestionó a la dama, en un rugido voraz.
—Mi corazón —le respondió ella.
—Yo no tengo un corazón —replicó Basili, liberándola.
Se dio media vuelta, decidiendo dejar ir a la humana, pues los humanos sentimentales tenían un sabor demasiado dulce.
—¡Espera! —gritó la dama al verlo alejarse—. ¿Cuál es tu nombre?
Basili tenía modales, así que se lo dijo.
—Basili.
—¿A dónde vas? —cuestionó ella.
—A mi hogar.
—¿Puedes llevarme contigo?
Basili la encaró, rugiendo ferozmente.
—¿Por qué querrías eso? —le exigió—. Soy un manticora, te devoraré.
—Pero me has salvado. Eres mi caballero, tenemos que casarnos —replicó ella, dejando a Basili descolocado.
—No tengo un corazón —repitió—. Para tenerlo, tendría que comer un corazón humano y los humanos son tontos y débiles porque tienen corazones.
—¿No quieres ser tonto y débil por mí? —quiso saber la dama.
—No —Basili respondió sin dudar.
Después se volvió a dar la vuelta y se marchó.
—Dices que no tienes corazón, pero ¿y el mío qué? —murmuró ella, sin que él la escuchará. Después le gritó:— ¡Manticora, no te lleves mi corazón!
Pero él no se detuvo y se lo llevó de todos modos.
Basili se enojó. ¿Por qué no podía aquella humana callarse?
Así que se giró y se encaminó hacia ella, decidiendo que un postre no le vendría mal.
—Tal vez me lo llevaré y lo conservaré. O tendré por fin un corazón —le dijo antes de atravesar el estómago de la dama con sus prominentes garras.
¹*El manticora es una criatura mitológica que se originó en la antigua Persia y se difundió por la cultura griega y romana. Se describe como un ser con cuerpo de león, cabeza humana y alas de águila.
Según las leyendas, el manticora tenía un apetito voraz y se alimentaba de carne humana. También se decía que su voz era como un rugido ensordecedor y que podía lanzar espinas venenosas desde su cola.
Aunque el manticora es una criatura imaginaria, su descripción se basa en la observación de animales reales, como los leones y las águilas. En la actualidad, el manticora es un símbolo popular en la fantasía y el arte, y se utiliza a menudo para representar la fuerza y el poder.
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