Mariposas y amor
Margareth ya no sólo estaba enamorada, la amaba, la amaba perdidamente, se lo había confesado, todo pasó así sin querer, como suelen pasar las mejores o a veces peores cosas de la vida, de repente, cosas que surgen como si tuvieran que surgir, como si algo se confabulara para que pasaran. El amor, ese sentimiento que todos anhelan encontrar, parecía que se le presentaba a Amber, y así, sin ni siquiera buscarlo, pero en ¿otra mujer?, ¿cómo podía pasarle eso?... Amber estaba confundida, realmente confundida, recordaba las palabras de Jaime Sabines en sus poemas, cuando hablaba de amor, como ese sentimiento embriaga todo tu ser y no deja ningún rincón sin tocar, sin iluminar, sin embriagar. ¿Acaso eso era lo que Amber estaba sintiendo también?...
Se recostó en su cama y cerró los ojos, no podía dejar de pensar en las palabras de Margareth la noche anterior...
-Amy, eres la mujer de mis sueños, de mi vida, la que he estado esperando, la que en realidad pensé que nunca iba a tener, que me había resignado a no tener, la mujer perfecta para mí. Ya no necesito a ninguna otra, estoy segura que eres la mujer que nunca más volveré a encontrar aunque pase mi vida buscándola... - ambas se encontraban recostadas en la cama, Margareth tenía en su mano la mano de Amber. Amber al escuchar estas palabras no dijo nada...
- ¿Sabes que eres como una mariposa? -volvió a decir Margareth.
Amber dirigió la vista a ella sin entender a qué se refería.
-Las mariposas siempre han sido mis animales favoritos -continuó diciendo Margareth mientras Amber la observaba fijamente, sin desprender sus manos, poniéndole mucha atención- son tan libres, andan por ahí, sólo volando, sintiendo el viento, recorriendo todo, si las persigues vuelan más, no se dejan atrapar. Pero de pronto, como de la nada, se posan en ti, sobre todo si no las estas persiguiendo, si sólo las estas observando... Tú sabes, si cuidas tu jardín y lo mantienes lindo, seguramente se van a posar ahí, y cuando se posan en ti, en tu jardín, es algo mágico, puedes sentir su aleteo, las observas de cerca, sus alas, todos su colores, son tan vivos y parece, parece que son de otro mundo, para mí las mariposas son seres mágicos, no son de aquí, no pertenecen a este planeta -Amber no le había quitado la vista de encima a Margareth, le gustaba escucharla hablar, no era común que Margareth hablara de eso con todo el mundo, pero casi desde que se conocieron, podía hablar con Amber, de lo que en verdad estaba en la profundidad de su ser- cuando pienso en ti, no puedo evitar pensar en una mariposa, porque tú eres así, Amy, eres como una mariposa, eres mi mariposa... -agregó Margareth viendo también fijamente a Amber, Amber sonrió y la abrazó con fuerza, amaba lo que Margareth acababa de decir, amaba lo que le hacía sentir, amaba estar con ella así.
¿Tendría que haberle dicho que ella también la amaba?
***
Ese día estaba muy nublado, la lluvia que había cesado los meses anteriores, volvía a inundar las calles, el verano anunciaba su total apogeo con aquella fuerte lluvia que se avecinaba. Era mediados de agosto, a Amber le parecía increíble llevar ya más de seis meses en aquel país, cada vez conocía más Londres y le parecía un lugar mágico, era como si estuviera viviendo el mejor de sus sueños, el sueño que pensó nunca iba a cumplirse. No podía creer todo lo que estaba viviendo en aquel país, ese país ya era su lugar favorito en el mundo, ese país la había llevado hasta ella, hasta esa mujer que tan sólo con pensar en su nombre la hacía estremecer toda. No podía negarlo más, estaba tan enamorada de Margareth... Amber estaba pensando todo esto mientras sentada en su sofá observaba cómo la lluvia comenzaba a caer, era medio día pero aún tenía puesta la pijama pues era sábado y ese día no tenía que asistir a clases. Cassie estaba también ahí recostada en la sala, observaba la televisión. Margareth no se encontraba, había tenido que salir tres días de viaje por el trabajo. De pronto algo en la televisión devolvió a Amber de sus pensamientos...
-Sin duda es Margareth Ray, al parecer las fotos son de hace algunos años, al menos así nos lo hizo saber la fuente anónima de donde las obtuvimos -se escuchó la voz masculina diciendo en la televisión. Amber volteó y vio a lo que se referían, en la pantalla de la televisión, estaba unas fotos de Margareth besándose con otra mujer.
-Vaya, vaya -dijo la voz de la mujer que salía en aquel programa- al parecer con esto los rumores de que Margareth sale con mujeres se confirma. Ahora quedan muchas dudas, ¿Margareth es lesbiana?, ¿qué relación tiene entonces con Tom Hamilton?, ¿los rumores sobre Tom Hamilton también son reales?...
Amber no podía creer lo que estaba escuchando, tenía la boca un poco abierta por la impresión... las palabras de Cassie la hicieron reaccionar.
- ¡Uy! Creo que Mar está en problemas... -comentó.
Margareth también se había vuelto amiga de Cassie, claramente no como lo era de Amber, ni en esas condiciones, pero se solían llevar muy bien. Margareth en diversas ocasiones les había comentado que su representante no la dejaba decir que le gustaban las mujeres, aún tenía que mantenerlo en secreto, porque si no perjudicaría toda su carrera que estaba creciendo mucho.
Al salir esas fotos de Margareth besándose con una mujer, todo podía complicarse mucho. Esas fotos eran viejas de hacía algunos años ya, Amber sabía eso y eso no era lo que le preocupaba, le preocupaba lo que eso traería consigo, estaba la carrera de Margareth y claro, estaba ella... Algunas veces, cuando Amber había salido con Margareth, las habían fotografiado, nunca en una escena comprometedora y nunca se habían hecho comentarios al respecto, pero ahora sería diferente...
Margareth le había dicho a Amber como funcionaban los medios, era claro que después de aquella noticia, la iban a acosar totalmente y con toda mujer con la que se le fotografiara sería su "nueva pareja". Esta era otra de las razones por las que Margareth tampoco había dicho nada, sabía que al decirlo la principal afectada seria Amber, los medios se irían encima de ella acosándola con preguntas y Amber no estaba lista para afrontar la verdad.
- ¿Crees que Margareth sepa algo? -le preguntó Amber a Cassie, tratando de mantener la calma, no quería que Cassie se diera cuenta que estaba más espantada de lo que simulaba estar.
-Mmm, no sé... está de viaje y tal vez no se ha enterado aún. ¿Por qué no le llamas? -respondió Cassie.
-Eso haré -dijo Amber suspirando, mientras tomaba el teléfono... Intentó llamarla varias ocasiones pero en ninguna obtuvo respuesta, al parecer por ese día, no iba a poder comunicarse con Margareth.
Pasaron días, tres exactamente y al parecer la noticia se había expandido rápidamente, la mayoría de medios la había divulgado y no se cansaban de hablar de ello. Amber se encontraba muy nerviosa, los medios estaban empezando a sacar fotografías recientes de Margareth con alguna mujer, aún no habían llegado a sacar su nombre, pero Amber sabía que eso podía estar cerca.
Llegó el día en que Margareth regresaría del viaje, Amber había quedado en ir por ella al aeropuerto, pero con los acontecimientos recientes, sabía que no sería buena idea. No había podido hablar con Margareth para nada, o sea que no sabía si Margareth ya se había enterado de lo que estaba ocurriendo. Al parecer, los medios también sabían que Margareth llegaría ese día, y ellos si se encargaron de ir por ella al aeropuerto. Amber y Cassie observaron en la televisión la llegada de Margareth.
-Margareth, ¿qué opinas de las fotografías donde apareces besando a una mujer?, ¿son recientes?
- ¿Eres lesbiana?
- ¿Tu relación con Tom Hamilton es falsa?
Los medios le lanzaban muchas preguntas similares, mientras Margareth acompañada de su representante, trataba de caminar hasta la camioneta que los estaba esperando. Margareth llevaba lentes obscuros y el cabello recogido, tratando de pasar desapercibida, aunque no lo había logrado, todos los medios la seguían sin dejarle ni siquiera aire para respirar, antes de subir a la camioneta, Margareth se limitó a sonreír sutilmente a las cámaras y comentó.
-No tengo ningún comentario, chicos- cerrando la puerta para que la camioneta arrancara.
- ¿Por qué la tienen que acosar así? -preguntó Amber muy molesta.
-Es su trabajo, Amy -respondió seriamente Cassie- ella nos dijo que así sería...
- ¿Pero que les importa su vida? Lo que haga, lo que le guste es muy su problema no de nadie más -volvió a decir Amber, no podía ocultar todo el enojo que estaba sintiendo después de haber visto lo que los medios le habían dicho a la mujer de la que estaba perdidamente enamorada.
-Ya es famosa, su vida les importa a los medios... -dijo Cassie, que veía todo el enojo que Amber estaba expresando. Sabía que Margareth era alguien muy importante para ella, no sabía qué tanto, pero pensaba que su enojo se debía al cariño que Amber había desarrollado por Margareth, hasta ella, Cassie, se sentía un poco molesta por lo que habían observado.
Ya había caído la noche y Amber no había podido comunicarse con Margareth, la había llamado a su casa, pero no había obtenido respuesta, hasta que el teléfono sonó...
- ¿Hola? -respondió Cassie.
-Sí, Margareth -cuando Amber escuchó estas palabras se acercó un poco- sí, pero, ¿estás bien? -seguía diciendo Cassie- si aquí está, en seguida te la paso.
Y le pasó el teléfono a Amber. Cassie se levantó y fue hacia la cocina, a llevar los platos que habían dejado en la sala para lavarlos. De modo que Amber podía hablar con más tranquilidad.
-Mar... -dijo Amber
-Amy, ¿cómo estás? -preguntó Margareth... Amber podía escuchar su voz apagada...
-Bien Mar, pero ¿tú?...vimos cuando llegaste del aeropuerto -respondió Amber también apagadamente.
-Al parecer todos lo vieron, ahora sí ya soy toda una celebridad -respondió Margareth tratando de bromear, aunque no pudo, aún tenía la voz apagada. Ninguna rio- no tengo idea quién filtro esas malditas fotos -continuó Margareth- mi representante esta que se lo lleva el diablo, los jodidos reporteros nos siguieron hasta acá. No sé Amy, no pensé que esto pasaría...al menos no en este momento. -agregó, visiblemente preocupada.
- ¿Qué va a pasar? -preguntó Amber, también con la voz preocupada.
Margareth suspiró.
-No tengo idea Amy, tengo un maldito contrato que me prohíbe todo... esto podría arruinar a Tom...Si por mí fuera... -Margareth se quedó callada- si por mí fuera, tú sabes lo que haría -concluyó.
Amber tragó saliva y no dijo nada, en realidad no sabía que decir.
-No quiero meterte en problemas Amy -volvió a decir Margareth, aun visiblemente consternada- esos jodidos reporteros son como hienas, están escarbando... cuando sepan de nuestra... cuando vean algunas de esas fotos nuestras, van a ir tras de ti...
-Tú sabes que yo, yo no estoy lista Margareth -respondió Amber con nerviosismo y en voz baja como venía haciéndolo en toda la plática.
-Lo sé... no puedo salir a desmentir nada, las fotos son muy claras, soy yo, besándome con Naya... ¿sabes que no son recientes, verdad? -preguntó Margareth, cambiando un poco la voz, estaba preocupada, pero ahora porque Amber pudiera pensar que esas fotos acababan de ocurrir...
Amber no pudo evitar sonreír para sí misma.
-Lo sé, Margareth, lo sé, basta con ver tu cabello- -respondió de una manera divertida, refiriéndose al cabello pintado de rosa que Margareth mostraba en aquellas fotografías.
-En ese tiempo, no tenía muy buenos gustos -respondió Margareth bromeando y riendo, haciendo que Amber riera también.
Después, volvió a esa voz preocupada que había mostrado desde el inicio de la charla...
-No vamos a poder vernos, al menos no en unas dos semanas, en lo que pasa esto, en lo que Ji me dice qué hacer y qué responder. Mi casa va a estar infestada de reporteros, no quiero involucrarte en esto, Amy...
-Lo entiendo... -respondió Amber, su voz sonó apagada, extrañaba tanto a Margareth y sólo habían sido pocos días sin ella, y ahora, serían dos semanas. Dos malditas semanas sin poder verla, besarla ni tocarla. Pensó Amber. - Mar... todo va a salir bien, yo estoy contigo... te quiero -agregó, sorprendiéndose a sí misma por eso.
Margareth del otro lado de la línea sonrió, y no pudo evitar sentir un nudo en la garganta, sus ojos se llenaron de lágrimas.
-Te amo Amy -respondió con la voz entrecortada y minutos después de seguir hablando, ambas colgaron.
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