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Detonación

El viernes había llegado ya, corría el mes de febrero, Amber llevaba un mes completo en Londres y cada vez le gustaba más, esa ciudad era magnifica, los días cuando la recorrió con Margareth había conocido muchísimos lugares impresionantes, todos los alrededores parecían de ensueño. Margareth le había dicho que ese viernes había una fiesta para lo de la campaña del perfume y quería que ella la acompañara, pero Amber no estaba muy convencida, algo muy fuerte le estaba pasando a ella con esa mujer, todas las pláticas que tenían, hacían que Amber se preguntara cosas, muchas cosas, los momentos que estaban compartiendo le ocasionaban tantas emociones y no quería saber que eran, en realidad no quería comprobarlo. Después de que Margareth le había confesado que sentía una atracción por ella y de lo que acababa de ocurrir unos días anteriores, había decidido alejarse un poco, y le había dicho que ese día no podía ir a su fiesta.

Pensó que esa noche era un buen momento para leer un poco y empezar con ese escrito que había dejado inconcluso hace unos meses, también, ya sólo le quedaban pocos días de vacaciones y tenía que empezar a preparar todo para cuando llegara el momento de ir a la escuela. Se encontraba en la recámara, Cassie al parecer había peleado con Ger, porque no sabía nada del evento de Margareth, y Ger al ser su amigo, era claro que estaría ahí... Sonó el timbre de la puerta y Amber escuchó que Cassie decía una maldición, la puerta la había espantado...

-Hola Cass -dijo la voz...

-Ho...hola, pasa, pasa -contestó Cassie.

Amber reconoció la voz, era Margareth, ¿qué hacía ahí?... Ella misma le había dicho que ese día no iba poder acompañarla , y nunca había llegado a buscarla hasta ahí, los días anteriores que se habían visto, por algún acuerdo no dicho, pero al parecer conocido por ambas, se quedaban de ver algunas calles, en el café que estaba cerca de ahí. Amber salió de su recámara y observó a Margareth, estaba muy guapa, más guapa que de costumbre, con un vestido rojo no tan largo, abierto por un costado donde se le podía ver un poco de piel, su cabello se veía más largo, ondulado como siempre, pero esta vez se veía mejor, y de la cara, se había maquillado los ojos y hacía que resaltara el azul que los poseía, marcando más su mirada, su boca pintada de un rojo muy fuerte hacia un juego excelente con su cabello del mismo color y contrastaba con su piel blanca.

-Hola Amy -dijo Margareth alegremente, dándole un beso en la mejilla -vengo por ti.

-Margareth -contestó Amber con seriedad- hoy no puedo, pensé que te había dicho...

- ¿A dónde van? -preguntó Cassie, interrumpiendo.

-A una fiesta, es para iniciar la publicidad del perfume del que soy modelo, ¿que Amber no te contó? -le preguntó Margareth, simulando sorpresa.

-No, últimamente no me cuenta nada -respondió Cassie un poco seria, volteando a ver a Amber.

-Puedes venir tú también Cass, si quieres... -le dijo Margareth amistosamente.

- ¡Me encantaría! -contestó emocionada.

- ¡Esta perfecto! Vayan ustedes dos... -respondió Amber aún seriamente.

-Ja, ja, ja, no, claro que no, las tres o nada... - interrumpió Margareth, mientras se sentaba en el sofá.

-Margareth tengo una amiga muy aburrida -dijo Cass señalando a Amber- vamos Amber, no tienes nada que hacer, solo ibas a leer, ¡ya no seas tan aburrida!

-Tenía entendido que tú tampoco querías salir con nadie, Cass. - la observó fulminándola con la mirada- Pero, en serio, vayan ustedes...

-Pues ya quiero salir, vamos, por favor, ¿quieres que me arrodille? -dijo Cassie suplicantemente...

- ¡Cass!... No es necesario, osh... Está bien, vamos- dijo un poco molesta Amber, tenía una seria dificultad para decirle no a la gente, sobre todo a aquella que amaba.

- ¡Pues ya está, vámonos! -dijo con una gran sonrisa Margareth, levantándose del sofá.

- ¿Bromeas? -le respondió Cassie- ya me imagino en donde va a ser la fiesta, Amber y yo, tenemos que arreglarnos, mírate tú, estás guapísima, seguramente si nos ven junto a ti, van a pensar que somos tus cocineras o algo parecido.

-Ja, ja, ja, que graciosa eres Cass -respondió Margareth riendo- pero está bien, ¿quieren que pasemos a comprar unos vestidos?

- ¿Qué? -dijo Cassie abriendo enormemente los ojos- Si, cla...

-No -interrumpió Amber muy seria- nosotras tenemos, vamos Cass y la llevó casi obligada a su cuarto.

-Aquí las espero -contestó Margareth con una amplia sonrisa, volviendo a sentarse en el sofá.

No podía disimular cuánto le gustaba que Amber fuera así, que se le negara, le encantaba como tenía sus propios intereses y principios y los seguía, aunque eso le hacía más difícil todo. A Margareth ya no sólo le gustaba físicamente, también su personalidad la estaba atrapando totalmente, su actitud tan diferente a la de ella, a la de todas las mujeres que solía conocer, su personalidad fuerte por fuera y a la vez con esa sensibilidad que aunque se empeñaba en ocultar salía a relucir. Su torpeza que acaban de descubrir, todo en ella le parecía sumamente atractivo, ¿acaso ya estaba enamorada de Amber?... Pero Amber se lo había dicho hace unos días, las mujeres no le gustaban, aunque eso no hacía que Margareth se rindiera, ella sabía que a Amber también le pasaba algo cuando estaba con ella, lo podía sentir, estaba segura...

- ¿Qué hiciste Amber?, ¡pudo habernos comprado vestidos carísimos! - le recriminaba Cassie.

-A mí no me gusta que venga una desconocida a comprarme cosas, es sólo eso Cass - le decía Amber secamente, mientras sacaba su ropa.

- ¡A veces eres tan aburrida! - le contestó Cassie- y no creas que se me olvida que nunca me dijiste que te invitó hoy...

-No tiene importancia, no pensaba ir... - le dijo Amber empezando a quitarse la ropa.

- ¡Pero yo sí!... ¿Sabes qué escuché?... que le gustan las mujeres - decía Cassie mientras empezaba también a desvestirse- tal vez le guste yo, ¿no crees?... Imagínate cómo sería ser su novia...

- ¿Qué te pasa Cass?, ¿Ahora ya te gustan las mujeres? - le respondía Amber enojada, frunciendo el ceño y poniéndose el vestido que había elegido.

-Ja, ja, ja, estoy bromeando, estás de un humor insoportable. Bueno... bromeaba con lo de ser su novia, lo cierto es que si escuché que le gustan las mujeres... Y mejor dicho, tal vez le gustes tú... - dijo Cassie sonriendo, mientras se dirigía al baño.

- ¡Deja de decir estupideces! - contestó Amber más enojada- no estoy de humor...

-Ay perdón, ¡grinch! - gritó Cassie divertidamente y a partir de ahí se arreglaron en silencio.

***

- ¡Vaya!, se ven muy guapas - dijo Margareth dirigiéndose en realidad a Amber a quien observaba de arriba a abajo.

Amber tenía puesto un vestido negro que le resaltaba su esbelta figura, unas botas largas que hacían que sus piernas parecieran aún más largas de lo que ya eran, no era de maquillarse mucho y a decir verdad no le hacía falta, simplemente se había pintado los ojos para marcarlos un poco y esto hacía que se vieran muy grandes, más de lo que ya eran. No le dio tiempo de hacerse algo en el cabello, su cabello que siempre estaba desordenado, y optó por ponerse un sombrero, que en realidad no le tapaba el cabello, al contrario dejaba verlo todo, sólo lo acomodaba mejor, cualquiera que la viera daría por entendido que era compañera de la misma campaña publicitaria de Margareth. Cassie por su parte, también se veía bastante bien, ella había optado por un vestido rosa que llamara la atención, como era costumbre en ella, y su cabello lacio lo había amarrado un poco dejando que cayera por su espalda, acostumbraba a maquillarse más y esta vez no había sido la excepción, marcando mucho sus ojos y su boca. En realidad las tres parecían todas unas celebridades.

Llegaron al lugar del evento, una casa ubicada en Camden Square, los alrededores estaban llenos de bares donde la mayoría de los famosos del momento iban, en una de esas calles se encontraba el bar donde habían conocido a Margareth y a los demás. Entraron y ya había una mesa reservada para Margareth. En el lugar se encontraban muchas celebridades, actores, cantantes, modelos. Cassie estaba realmente impresionada, veía a los cantantes, a Tom Hamilton, junto con Sinn Martin, por otro lado estaba también la actriz Amy Bringston, con más famosos. Se sentaron en la mesa y Margareth les comentó que Ger y los demás llegarían después. Cassie ignoró este comentario.

- ¡Tom Hamilton se está besando con otro hombre! - dijo Cassie, muy sorprendida.

Observando la esquina donde estaba Tom con aquel chico.

-Ja, ja, ja, es su novio - contestó Margareth divertida.

-Pero, pero, ¿qué su novia no eras tú? - le preguntó Cassie aún muy sorprendida.

-Mmm no, ese es su verdadero novio. Díganos que le gustan cosas diferentes y a mí... también - respondió sonriendo Margareth, y tomó su copa de whisky para darle un trago.

Amber simplemente observaba la plática, eso era algo que ella ya sabía y tampoco estaba de humor para intervenir.

-Entonces, ¿es cierto lo que dicen?, ya sabes, que a Tom le gustan los hombres y que tú...que a ti te gustan los hombres... y también las mujeres... - comentó Cassie, muy asombrada.

- ¡Cassie! -dijo Amber molesta y le dio un pequeño codazo- no seas imprudente.

-Ja, ja, ja, no te preocupes, Cass, no eres imprudente -interrumpió Margareth- y si es cierto, me gustan las mujeres... también- agregó, queriendo decirle en realidad, que sólo las mujeres le gustaban, pero por alguna razón no lo hizo, tal vez por la cara que observaba en Amber. Constantemente, Margareth volteaba a ver a Amber, que fingía no verla- ¿a ti Cass, crees que te podría gustar una mujer?- le preguntó sonriendo.

Amber no podía creer que Margareth hubiera preguntado eso, estaba empezando a incomodarse con esa platica, pero ¿por qué?... ¿qué era lo que realmente le incomodaba?

-Nunca me ha gustado ninguna mujer -respondió Cassie sonriendo- pero ya sabes, nunca digas nunca... Supongo que tú sales con muchas...-agregó sonriendo y dándole un sorbo a su copa.

¿Cassie diciendo eso? Cuántas veces habían hablado Amber y Cassie sobre hombres, algunas veces Cass, cuando había salido el tema, decía que no entendía a las lesbianas, cómo podían preferir a una mujer que a un hombre. Y ahora estaba diciendo eso, ahora salía con su: "nunca digas nunca". ¿Acaso Margareth le gustaba?, ¿acaso Cassie estaba coqueteando con Margareth?...

-Bastantes, no me quejo, hay de dónde escoger. Soy lo que podría decirse, una mujeriega -respondió Margareth riendo, con esa sonrisa arrogante que solía mostrar. Amber la observó fijamente y rodó los ojos, en señal de disgusto, no tenía idea por qué, pero le molestaba tanto cuando Margareth hablaba de todas las mujeres con las que solía salir. Cassie a la vez, rio, se estaba divirtiendo con aquella conversación.

-Me imagino, creo que cualquiera querría salir contigo -respondió Cassie sonriendo. El alcohol estaba haciendo que sin saber, se prestara al coqueteo de Margareth.

Amber no podría creer lo que estaba escuchando, su rostro enrojeció visiblemente y volvió a rodar los ojos. "Muy bien, Cassie, auméntale más el ego a esta mujer", se dijo así misma. Se sentía realmente molesta.

-Ja, ja, ja -rio Margareth y bebió un sorbo de su copa, para después, preguntarle a Cassie- ¿Besarías a una mujer, Cass? -le volvió a preguntar Margareth, a quien en verdad no le importaba, pero había notado la incomodidad de Amber y algo dentro de ella le decía que la incomodidad de ésta, se debía al interés que ella estaba fingiendo tener por Cassie. Quería saber la reacción de Amber al escuchar el interés fingido por su amiga, quería saber qué haría Amber, al notar que no le estaba prestando la más mínima atención...

-Mmm... Tal vez -respondió Cassie, con un tono amistoso.

- ¿Me besarías a mí? -preguntó una vez más Margareth, esta vez de una forma seductora...

Amber se sentía cada vez más molesta, pero molesta ¿por qué?... Nunca había sido buena para disimular lo que sentía y justo en el momento en que Margareth le hizo esa pregunta a Cassie, Amber vio a Margareth tan fijamente y con tanto enojo que parecía la quería matar, si las miradas matasen, dicen... Pero ¿por qué estaba enojada?... < ¿Estoy celosa?..., pero no puedo estar celosa> se decía Amber a sí misma. Y enseguida, intempestivamente, se levantó de la mesa.

-Yo mejor me voy -dijo bruscamente y empezó a caminar hacia la salida.

Margareth que todo lo había planeado para saber qué pasaría, sonreía triunfal. Observaba toda la reacción de Amber en la plática, especialmente en esa última pregunta, cuando la vio con esos ojos, abriéndolos más que de costumbre, algo que hacía cuando se sorprendía y que a Margareth le encantaba... la reacción que acababa de tener Amber era mucho más de lo que ella se esperaba. Cassie le gritó a Amber y se iba a levantar para ir detrás de ella, pero Margareth la detuvo.

-Yo voy Cass, creo que se molestó por lo que yo dije, entonces tengo que ir yo -dijo fingiendo desconocer que había pasado y fue a buscarla.

***

- ¡Amber, espera! - gritó Margareth, que iba corriendo atrás de ella por la calle. Amber escuchó y siguió caminando. Hasta que otro grito de Margareth hizo que por fin se detuviera- ¿Qué pasó?, ¿por qué te vas?- le preguntó Margareth.

-No quiero saber con cuantas mujeres has estado o con cuantas quieres estar o si Cassie te gusta y la quieres besar. Ese tipo de pláticas no me agradan... -respondió Amber visiblemente molesta y frenando la cantidad de palabras que estaban a punto de salir de ella, como solía ocurrirle.

-Y entonces, ¿qué tipo de pláticas son las que te gustan Amber? -preguntó Margareth sonriendo un poco. Escuchaba y veía a Amber y sabía que lo que había querido comprobar minutos antes, estaba ocurriendo.

-Tú ni siquiera las entiendes... -musitó Amber.

-Ja, ja, ja, olvidaba que eres muy profunda para mí -respondió Margareth en tono de burla y agregó con una amplia sonrisa- ¿O acaso, te pusiste celosa?

-Ja, ja, ja -rio Amber exageradamente y se sonrojó, ella misma se acababa de hacer esa pregunta, ella misma estaba preguntándose eso- ¡Por favor!... ¿Celosa yo?, ¿de quién, de ti Margareth?... ja, ja, ja, te lo repito, a mí no me gustan las mujeres -agregó haciendo énfasis en esas últimas palabras.

Lo que acababa de decir era cierto, al menos antes de conocerla así solía ser, pero con esa mujer algo le pasaba, algo que no sabía que era y no dejaba de preguntárselo...

Margareth sonrió aún más, complacida por todo aquello y se acercó un poco a Amber.

- ¿Entonces, yo... yo no te gustó ni un poco? -preguntó casi en susurro, acercándose más a ella, podía sentir en su rostro como la respiración de Amber se agitaba cada vez más, le puso una mano en la cintura y la atrajo con fuerza hacía ella.

Amber se quedó congelada, no se movió, aunque en realidad todo su cuerpo si se movía involuntariamente, temblaba al sentir la respiración de Margareth en su rostro, al ver como sus ojos la veían con tanto deseo, quería irse de ahí... O, ¿lo quería realmente?, parecía que sus piernas no reaccionaban a lo que se supone ella quería.

Margareth estaba muy cerca y colocó su mano en el rostro de Amber, acariciándolo y quitándole el cabello que caía en él y entonces la besó. Amber no sabía qué hacer, sus manos parecían estar congeladas en sus costados... no contestó el beso enseguida, pero después, no pudo evitarlo... se besaron, primero tiernamente, pero después, con tanta pasión como les era posible hacerlo. Podía sentir la respiración agitada de Margareth, como aumentaba mientras el beso se hacía más intenso, sentía una de sus manos moviéndose por su cintura, en su espalda, subiendo y bajando como la marea, la otra mano en su mejilla, acariciándola suavemente, bajando un poco por su cuello. Y sentía su lengua pidiendo permiso para entrar y entrando en su boca, sentía como chocaba con la suya, sus manos parecía que cobraban vida y agarraban también a Margareth por la cintura y la cara, atrayendo su cuerpo más a ella, quedando completamente pegadas. La sentía, todo en ella se estremecía, su cuerpo parecía que hablaba otro idioma que ella no comprendía, un idioma que nunca antes había escuchado...

Después de unos minutos dejaron de besarse, Amber estaba muy confundida, tenía miedo, pero ese beso...ese beso era el mejor que había sentido en toda su vida, aún lo podía sentir... Amber se hizo para atrás...

- ¡No vuelvas a hacer eso! -le recriminó a Margareth viéndola fijamente, con una mueca de disgusto y aún con la voz y la respiración agitadas.

-No sentí que te desagradara en lo más mínimo -contestó Margareth sin quitarle los ojos de encima, también estaba muy agitada.

- ¡Sólo no vuelvas a hacerlo! -alcanzó a decir Amber, casi gritando, con una seriedad absoluta.

Tragó saliva, podía verse el enorme nerviosismo que escondía detrás de esa seriedad y molestia, en seguida se volteó y se fue caminando rápidamente. Margareth quería ir detrás de ella, volverla a besar, sentirla otra vez, pero sabía que no era buena idea, tenía que quedarse en la fiesta y dejaría que Amber asimilara lo que acababa de pasar.

Amber caminó varias calles de regreso a su casa, podía tomar un taxi, pero prefirió caminar y así despejarse un poco, ¿qué acababa de pasar?... Margareth la había besado, pero ella también y era cierto, le había gustado, nunca antes había sentido eso con nadie, pero ella no era así... No era como Margareth, no podía ser así, no quería ser así. Veía la noche de la ciudad, como se iluminaba todo con las luces de los autos, de los hoteles, de los bares, escuchaba todo el ruido, pero sólo podía pensar en ella, esa mujer no salía de su mente. En realidad desde la vez que la conoció así había sido. ¿Qué le estaba pasando?...

Llegó por fin al apartamento y se recostó en su cama, de su mente no salía el beso que se había dado con Margareth, ella ocupaba cada espacio de sus pensamientos, cerraba los ojos y la veía, sentía sus manos en su cintura atrayéndola hacia ella, su cuerpo, su lengua... y se decía una y otra vez que no debía pensar en eso... Después de varios minutos se quedó dormida, unas horas después escuchó ruidos y se percató que Cassie había llegado, se hizo la dormida, no quería hablar con ella, no quería hablar con nadie. Hasta que al fin, volvió a dormirse profundamente.

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