La Confesion de Jenna.
Fue durante casi la mayor parte del camino, desde el viejo bote en el que Balto vivía hasta el pueblo de Nome, que Kaltag y compañía se lapasaron disculpándose con Balto una y otra vez. Algo que si bien, claro que era una cosa que ellos debían de hacer teniendo en cuenta todas sus acciones del pasado, también se estaba volviendo rápidamente algo, que ya estaba comenzando a molestar un poco a Balto. Puesto que el ya, podía ver en sus miradas y en su interior que sí estaban más que arrepentidos por la forma en que se comportaron con él. No era que ellos, se hayan vuelto irritantes sino que sentía que no era necesario seguir pidiendo perdón varias veces. Para ser sinceros, él ya estaba comenzando a desesperarse. Sin embargo aún así decidió no decirles nada, al respecto.
No solo fue el perro más pequeño de los tres, es decir Star, sino que también fueron, los otros dos huskys más grandes, Kaltag y Nikki. Quienes dicho sea de paso se suponía que eran mucho más reflexivos, y pensaban con más cuidado a la hora de hacer las cosas. Pero aún así seguía sin tener sentido que hasta ellos, se les pudiera ver, más que nerviosos.
Pero no solo estaban siendo ellos. Tan pronto como habían llegado al pueblo, Balto de inmediato se percató de que todos los otros perros de la calle que estaban observándolo, habían comenzado a murmurar entre sí al verlo. Cosa que no sorprendió a Balto en lo más mínimo. Después de todo, esta era una cosa a la que él ya estaba más que acostumbrado. Sin embargo en esta ocasión, los perros parecían tener ahora la particularidad de no estar murmurando entre si, en un mal sentido, y mas bien, parecían querer decir desde lejos elogios, o halagos para el. Pero la vergüenza que ahora todos estaban sintiendo por como habían sido con él antes era mucho más grande y no se animaban a actuar de una forma, que podría parecer muy hipócrita.
Cuando llegó al pueblo, Balto esta vez lo sintió muy diferente a como lo había sentido en muchas otras ocasiones anteriores. Esta vez no tenía que moverse por el mismo a escondidas, sino que incluso le bastó, con solamente poner las patas dentro del mismo, para que inmediatamente todos pusieran miradas de respeto, y le sonrieran por la calle cuando él los veía a los ojos. Era un sentimiento completamente nuevo para él, y la verdad es que, mentiría si dijera que no lo estaba disfrutando en cierto modo.
Sin embargo, él en todo momento se recordaba a sí mismo que esta nueva actitud por parte de todos hacia él, no era más que el resultado de una acción que de no haber sido, todo seguiría siendo como siempre. Y la gente seguiría burlándose, mofándose y portándose de mala manera con él, de no haber sido porque los ayudó aunque no lo merecieran. Cosas que solo quería decir algo, Balto aún no se fiaba de ninguno en ese pueblo, y únicamente se iba a sentir tranquilo y en confianza, en la compañía de dos personas en específico, es decir, Jenna y Rosie.
Balto no habría aceptado ir con Kaltag y los demás, de vuelta al pueblo tan pronto, sino no fuera porque le dijeron que tanto Jenna, como la pequeña Rosie en verdad deseaban verlo. En particular, Kaltag le contó que la noche que el volvió con la medicina, el se había ido demasiado pronto para su gusto, y Jenna lo había estado buscando por todas partes, y al no poder encontrarlo, Jenna ahora le había pedido a Kaltag y los otros perros que fueran a buscarlo, ella en esos momentos deseaba en serio verlo. Lo mismo era con Rosie, que también había, estado esperando porque el, su héroe regresará. Pero como eso nunca pasó, la pequeña se preocupó mucho por el. Los dos padres humanos deseosos por complacer los deseos de su hija que ya recién se había salvado, habían tratado de igual manera de encontrarlo, pero como ninguno sabía dónde vivía Balto. Fue que solamente pudieron limitarse a esperar, que por cualquier causa que fuera él regresará al pueblo.
Jenna por su parte, sabía perfectamente dónde vivía. Y hubiera querido ir ella misma a verlo, pero se negaba a dejar sola a su niña, que aún se estaba recuperando, de todas maneras no iba a esperar mas tiempo para ver, al que también era su héroe de ella. Y por eso mismo corrió a pedirle ayuda, a los otros perros del equipo para ir a buscarlo. Solo digamos que, Jenna, tenía personalmente algo muy importante que quería decirle. Y una vez que Balto lo supiera estaba más que claro que él también brincaría de la felicidad.
De cualquier forma, y al igual que como le ocurrió a Jenna, los padres de su niña Rosie, es decir, Thomas y Evelyn, sorprendentemente ya no podían pensar en otra cosa, mas que en Balto, al ver que su amada hija simple y sencillamente no dejaba de preguntar por él. Esas pocas horas, después de que ella ya estaba fuera de peligro, y que no dejó de hablar de nadie más que de él, sirvieron además, para hacer ambos humanos se dieron cuenta por igual de lo muy equivocados que siempre habían estado, con respecto a Balto. Y un par de horas antes, desde que ya había amanecido, la pareja salió rápidamente a la calle a esperar que el, por la causa que fuera apareciera, y si lo veían inmediatamente intentarían traerlo al hospital. De todos modos, Rosie no era la única que deseaba verla, sino que varios niños en el hospital, también se veían muy interesados con respecto a ver al perro, que por lo que llegaron a saber, había sido quien lo salvó.
Sin embargo por más que buscaban y esperaban con la mirada. No se veía a aquel perro lobo, por ningún lado. Y los dos humanos ya se estaban comenzando a preocupar, al no saber qué le dirían a su hija.
En otro lado mientras tanto, Kaltag, y los otros dos perros se encontraban guiando a Balto, camino hacia el hospital, Aunque la verdad es que él creía que lo iban a llevar a la casa de Rosie, pero luego tuvo que recordar, que aún no la iban a dar de alta tan pronto en el hospital. De razón que inmediatamente se dejó, llevar por los tres perros del equipo, a pesar de que él ya sabía dónde quedaba el hospital.
Finalmente y después de algunos minutos, mismos que para ser honestos, Balto sí se pasó preguntándose a sí mismo que le estaba esperando, por fin llegaron al dichoso hospital de la ciudad. Y tan pronto como llegó,casi de inmediato, hacia el corrieron varios humanos y una gran cantidad de perros. Mismos que para su gusto, sí que lo hicieron sentir algo abrumado. Sobre todo ver como de pronto, algunas de las perritas incluso parecían ahora, de sentir repugnancia por él antes, ahora habían pasado literalmente a intentar coquetearle. Algo que sí que lo hizo sentir muy avergonzado por ello. Pero para su fortuna, así de inmediato todas estas otras perritas, incluidas las ya conocidas Dixie y Sylvie, fueron todas corridas por la propia Jenna. Qué tan pronto como lo vio, corrido de inmediato hacia él, y lo abrazó y acaricio, de tal forma, que casi lo tira al suelo. Algo que por supuesto logró hacer que el rostro de Balto se pusiera sumamente rojo. La husky pelirroja, sin embargo, no perdió el tiempo, y fue directa al grano.
-Jenna: Balto, mi amor, ¿como has estado?, te fuiste demasiado pronto, ¿por que?
-Balto: Jenna....pero que...
Continuara...
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