Los meses empezaron a transcurrir y el embarazo de Eliette era sano. Klaus, siempre sacaba el tiempo para ir a sus revisiones, la acompañaba en todo el proceso de paternidad, puesto que quería vivirlo a su lado. Actualmente, esta mujer se encuentra en el sexto mes de embarazo, estaban a poco de poder tener a su pequeño Dae en sus brazos, por qué sí, era un niño el que estaba en el vientre de su novia, futura prometida.

La felicidad era plena, quizás un par de años atrás no se fuese imaginado tener lo que hoy en día le acompaña, por eso estaba dispuesto a avanzar al siguiente paso de su relación con Eliette, juntos juntarse en sagrado matrimonio. Este admite que para él la religión no es algo que sea lo más necesitado; pero creer en Dios es más que suficiente, además que le ayudo a salir de esa apestosa vida de la cual pudo haber hasta muerto.

Ahora, la pedida de matrimonio que había planeado Klaus era lago en grande, no sería simple, sino al contrario, Eli quedara encantada, pero para que eso se cumpla tuvo que reunir a sus amistades más cercanas en la oficina, puesto que será por etapas. Esto se cataloga como #misioncasorio.

Martes, 2:30 pm.

Se encontraba terminando de revisar unos planos cuando su asistente le había avisado que en la sala de juntas estaban todos los invitados, por ello, salió de la oficina en dirección al gran salón donde se encontraban sus amistades, tras ingresar los saludo y toma asiento en su silla presidencial para verlos a todos. La expectativa era alta, nadie sabía lo que pasaba por la mente de un Lovsatt hasta escucharlo.

—Y bien amigo, ¿para qué somos buenos? ¿Cuál es tu plan?

—Bueno, antes que nada, agradecerles por ayudarme con esto, en verdad los aprecio demasiado —sonríe mientras los miraba a cada uno—. Y bueno, mi plan se divide en tres partes, en equipos haremos tres estaciones en los tres lugares favoritos de Eliette, Gwen servirá de guía y estará avisando cuando se vayan acercando. La primera estación consiste en ir al café favorito de Eli que tiene vista al rio Han; ahí se le entregara una serie de regalos en lo que piden algo de tomar, regalos como chocolates, un peluche, un collar y un vestido, todo esto con una nota de que debe colocarse las prendas para avanzar a la siguiente estación.

Como segundo lugar, se trasladarán a la torre Namsan, estará el segundo equipo cuidando del candando que dejaré a medio poner con nuestros nombres, para cuando llegue Eliette esta lo pueda sellar como aquella promesa de amor que una vez nos hicimos hace años atrás. Tras el sellamiento del candado le entregarán la carta que les he de dar y el tiquete de la tercera y última estación.

¿El recorrido acaba cuando lleguen al bosque de Seoul, allí le estarán esperando el tercer grupo con unas letras en grande que digan "나랑 결혼해줄래?" ¿Quieres casarte conmigo?, y allí estaré con un gran ramo de flores en mis manos y en la otra la caja del anillo abierto.

—Vaya amigo, eso se ve bastante romántico, hasta yo te dijera que sí.

Todos sueltan una pequeña risa ante el comentario de Leandro y empiezan a planificar los roles, esta será una pedida de matrimonio en grande. Eliette, de seguro no olvidará ese maravilloso día, o eso es lo que yo anhelo.

Sábado 7:00 pm, con Gwen y Eliette.

—¿Gwen? ¿Qué haces aquí? —pregunta la joven tras haber abierto la puerta y encontrándose a su cuñada.

—Te presento a Yuri, es niñera y se encargará de Kalley, porque tú me vas a acompañar a ver un par de cosas, y no quiero peros, así que abrígate y vamos.

—¿A esta hora? Gwen, pero son las siete ya, y Klaus no ha llegado...

—Lo veremos en el transcurso de la noche, no te preocupes por eso, vamos.

No muy segura la joven decide cambiarse con algo más abrigado y se despide de su pequeña antes de salir con la hermana de su novio, la misión casorio estaba en marcha, por ello, ambas mujeres se dirigieron al local de café favorito de Eliette, al ingresar fueron bien recibidas y al estar en la mesa llegaron los primeros obsequios.

—¿Qué significa esto? ¿Quién ha enviado esto?

—El señor Klaus Lovsatt dejo esto para usted señorita, el baño se encuentra al final del pasillo.

Dice el joven mesero mientras dejaba los dos cafés calientes en compañía de las cajas, la rubia miraba sin entender a su contraria, la cual mantenía una sonrisa incitándola a abrir las cajas, la sorpresa de la joven fue ver el hermoso vestido color rojo, tacos bajos y un collar de perlas.

—No entiendo nada... Gwen, ¿qué es esto? ¿Tú sabes algo?

—Mi hermano te tiene una sorpresa en grande, así que acabemos el café y te cambias, que debemos ir al segundo lugar. —dice esta mientras toma de su taza.

La curiosidad en la rubia crecía, acabaron su café y se cambió admirando el buen gusto que tenía su pareja. Al salir del local se dirigieron al segundo lugar, el recorrido fue de unos veinte minutos y al llegar se encontraron a Leandro con Wanda quienes se encontraban resguardando el sitio de aquel candado abierto, la joven se sorprendió al haberlos visto.

—Chicos, hola, ¿qué hacen aquí?

—Vinimos en apoyo a tu querido novio, esperamos sea de tu agrado esta sorpresa.

Wanda le extendió la mano y a esta tomarla la acerco a aquel elemento que sellaría su amor. Los ojos de Eliette, se quisieron cristalizar no tanto por el hecho del significado del candado, sino que quizás fuese mejor que estuviese su novio aquí.

—Klaus, lo dejo colocado esperando a que lo cierres, así su amor será sellado, dijo que después ponen uno estando los dos.

—Gracias...

Dice con una mediana sonrisa para sellarlo, notando como un sobre con uno de los sellos de carta de su novio se deslizó al suelo, a lo que Leandro lo tomo entregándoselo a la rubia con una sonrisa, está inmediatamente lo abrió para leer la carta que contenía en su interior.

Sábado, 17 de agosto.

Querida diosa del bosque.

Esta carta escrita a mi puño y letra es para que te quede una declaratoria para toda la vida, puesto que a pesar de que las palabras se las lleva el viento, las letras perduran por siglos, así como el amor que he de sentir hacia ti.

Hoy, es un día bastante especial para los dos, hoy me atreveré a dar ese paso que ambos en ocasiones hemos conversado; pero antes de ello, me gustaría dejarte en esta carta todo lo que realmente siento por ti.

Eliette, mi querida diosa, conocerte ha sido unas de las fortunas que he podido tener. Me enseñaste a amar, querer y apreciar la vida de nuevo, saber que el amor real sí existe, entender por qué dos personas cuando están destinadas son capaces de que con un beso o una caricia pueden llenar cualquier vacío.

Eres la mujer que quiero para toda la vida, la madre de mis hijos, mi compañera y fiel amante. Eres esa luz que brilla en medio de la penumbra, eres todo lo bonito y bueno en mi vida, te amo, no lo olvides, TE AMO.

Atte.

Tu novio enamorado. <3

Pequeñas lágrimas amenazaban por salir de los orbes color miel de la joven. Gwen, la abrazo por los hombros sonriendo para señalar el auto que les esperaba, ahí estaba el chofer de Klaus esperándoles.

—Ve con Tyler, mi hermano te espera.

—Todo esto ha sido muy hermoso, gracias, Gwen...

—Nada de gracias, anda, te está esperando, yo iré a casa a ver como se encuentra Kalley, ya ha pasado rato.

Ambas mujeres se despiden y Eliette sube al auto para marcharse, notando que iban en dirección al bosque. Aseguro la carta de su amado y se dedicó al ver el camino; Tyler aviso por mensaje a Ariana que estaban a punto de llegar, estos las condujeron hasta la sorpresa final, donde al visualizar el lugar, sus ojos se llenaron de lágrimas.

—¡Sí! ¡Sí, me quiero casar contigo!